Formicarius de Johannes Nider

Formicarius de Johannes Nider by Pedro E. León Mescua is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.

Johannes Nider nació hacia 1380-85 en Isny, en Suabia, entró en los Dominicos (Orden de Predicadores) en Colmar. Estudió teología en Colonia y concluyó sus estudios en Viena, donde en 1425 empezó a enseñar teología. En 1427 fue elegido prior del convento de Núremberg y al año siguiente se le encomendó visitar y reformar los conventos de la provincia alemana de su Orden. En 1429 fue elegido prior del convento de Basilea. Cuando en 1431 inició el Concilio de Basilea, Nider ya gozaba de gran fama por su devoción y erudición, y por ello los padres sinodales le encomendaron dos difíciles misiones diplomáticas (1432 y 1434) ante los herejes husitas. A finales de 1435 se apartó del Concilio de Basilea, que por entonces había radicalizado su enfrentamiento con el papa. Fue transferido al convento de Viena y de inmediato fue elegido decano de la facultad de teología (1436). La muerte le sorprendió en Núremberg, en su infatigable tarea de reformar conventos, mientras volvía de vuelta de Colmar a su convento, el 13 de agosto de 1438.

Escribió numerosas obras de teología y moral: De reformatione religiosorum seu statu coenobitici; De paupertate perfecta; Manuale confessorum; Praeceptorium divinae legis sive Expositio decalogi; Tractatus de morali lepra; Contra haeresim hussitarum; Tractatus de vera et falsa nobilitate; Tractatus de contractibus mercatorum; Dispositorium moriendi; etc. Pero sobre todas ellas la más conocida es su Formicarius.

Nider tituló a su obra "Formicarius" = hormiguero, porque al inicio de cada capítulo suele tomar pie de las características de la hormigas como alegoría de distintos aspectos de la vida cristiana. Al inicio de su obra Nider mismo declara que en esto se ha inspirado en el "De apibus" (=sobre las abejas) del dominico Tomás de Cantimpré († 1272). La obra se desarrolla como un diálogo entre un personaje llamado "el teólogo" y otro llamado "el perezoso", el cual con sus preguntas y objeciones va dando pie a que el teólogo profundice y muestre ejemplos concretos de cómo Dios no solo obró maravillas en los lejanos tiempos bíblicos sino que ha seguido actuando en su Iglesia hasta el presente a través de sus santos, vírgenes y profetas. Pero también alerta al creyente de fe perezosa que el demonio y sus secuaces pueden y de hecho realizan portentos y actos criminales contra la humanidad.

El Formicarius está dividido en cinco libros, los cuales contienen 12 capítulos cada uno. La singular importancia de esta obra reside en el hecho que en el quinto libro contiene la primera exposición teológica dedicada a la brujería. Ahí se aborda las formas más patentes del engaño y el ataque diabólico, los cuales se pueden agrupar en tres núcleos: por un lado las apariciones de fantasmas o ángeles y otros fenómenos paranormales; en otro grupo la posesión diabólica, los ataques de íncubos y el exorcismo; y en el tercer grupo, todo lo relacionado con los maleficios y los brujos. Para ilustrar estos temas Nider alega textos bíblicos, citas de los santos Padres, experiencias de testigos fidedignos y sus propias experiencias.

Por desgracia para la memoria de Nider, que solo fue un hombre devoto y ansioso de salvar almas, su exposición sobre brujería cayo en las manos de otro dominico, Henricus Institoris (Heinrich Kramer), el cual movido por un odio demencial contra las mujeres en general, y las brujas en especial, escribió (hacia 1486-87) una infame obra titulada "Malleus maleficarum" (= el martillo de las brujas), con el único propósito de propagar la falsa idea que existía una secta de brujas que se dedicaban activamente a cometer homicidios y otros graves crímenes con sus hechizos, y que por lo tanto era necesario que las autoridades religiosas y civiles se dedicasen activamente a descubrirlas y ajusticiarlas. Para dar un barniz de autoridad y prestigio a su obra, cita varias veces pasajes del quinto libro del Formicarius, elogiando al "doctor Nider", como si este hubiese defendido sus demenciales propósitos. Y es así como en los siglos siguientes ha quedado injustamente asociado ante los ojos del gran público el nombre de Nider a la caza de brujas que desató la infame obra de Institoris.

En septiembre del 2019 he publicado mi segunda edición crítica del libro quinto del Formicarius. La primera estaba basada en la edición príncipe incunable de Colonia 1473, esta segunda en los manuscritos digitalizados más antiguos, tomando como base el codex campililiensis 113. Puedes ver más detalles sobre formato y cómo adquirirlo en la sección "Librería Medieval".

Valencia, marzo 2013

Revisado en septiembre del 2019

Pedro E. León Mescua