Las Homilías de Organyà es un fragmento de una colección de homilías escritas en catalán medieval entre finales del s. XII y principios del s. XIII. Fue descubierto en 1905 (antes se creía que fue en 1904) por el estudioso Joaquim Miret i Sans en los archivos parroquiales de Organyà (Lérida, Cataluña). Actualmente se conservan en la Biblioteca de Catalunya, ms. 289.
El manuscrito consta de 8 folios escritos por ambas caras, pero el anverso del primer folio (1r) está tan deteriorado que es ilegible a simple vista. En ellos tenemos 8 homilías: seis completas y dos de las que solo tenemos unas pocas líneas. Las homilías abarcan la semanas previas a la Cuaresma y el inicio de la misma, pero no están colocadas en orden estricto:
0.- De esta homilía solo tenemos unas pocas palabras de las dos últimas líneas y es imposible identificar a qué celebración litúrgica correspondía.
I.- Corresponde a la Quincuagésima, que era el domingo anterior al Miércoles de Ceniza, y comenta el texto de I Cor 13, 1, sobre la preeminencia de la caridad. Contiene unas 570 palabras en catalán.
II.- Corresponde a la Sexagésima, que era el antepenúltimo domingo antes de Miércoles de Ceniza, y expone la parábola del sembrador de Mt 8, 4-5. Contiene unas 310 palabras en catalán.
III.- Corresponde nuevamente a la Quincuagésima, pero ahora expone Lc. 18, 31 en el que Jesús anuncia su próxima pasión. Contiene unas 670 palabras en catalán.
IV.- Corresponde al Miércoles de Ceniza, y expone el texto del profeta Joel 2, 12, que es un llamado a la penitencia y al ayuno. Contiene unas 410 palabras en catalán.
V.- Corresponde al primer domingo de Cuaresma, y comenta las tentaciones de Jesús según el evangelio de Mt 4, 1-2. Contiene unas 780 palabras en catalán.
VI.- Corresponde al segundo domingo de Cuaresma, y se ocupa de la curación de la hija de una mujer cananea (Mt 15, 21-22). Contiene unas 810 palabras en catalán.
VII.- Corresponde al tercer domingo de Cuaresma, y exponía la sanación de un mudo (Lc 11, 14), pero solo tenemos una línea de esta homilía.
Este texto tiene gran valor para el estudio del origen del catalán por su antigüedad y su extensión, pues aunque existen otros textos más antiguos, todos ellos son de unas pocas líneas o a lo más de un par de páginas, mientras que aquí tenemos un gran tesoro de palabras que es una valiosa ventana a través de la cual podemos contemplar cómo el catalán hablado iba tomando forma en el catalán escrito en el paso del s. XII al s. XIII.
Las colecciones de homilías u homiliarios se popularizaron rápidamente en Europa desde la segunda mitad del s. VIII, y tuvo gran difusión en el s. IX impulsado por el auge de la liturgia y la reforma carolingia que en sus capitulares impulsó la disciplina y formación del clero así como una mejor calidad de la predicación y doctrina que se enseñaba al pueblo, para lo cual se insistió varias veces que se enseñase al pueblo en lengua vulgar. Al respecto es famoso el canon 17 del concilio de Tours del año 813 (Mansi, Conciliorum nova collectio, v. 14, col. 85):
Así pues a lo largo de la Edad Media abundaron los homiliarios, y no solo de santos famosos sino también de obispos y predicadores cuyo nombre y rastro se ha perdido, y no solo en latín sino también en las distintas lenguas regionales. Por lo general las homilías en latín eran más elaboradas retórica y doctrinalmente y estaban dirigidas al clero, mientras que las homilías en lengua vulgar eran más sencillas y por lo general se detenían más en las “cosas prácticas” que debía hacer el buen cristiano (oraciones, limosna, confesión, ayunos, etc.) o evitar (glotonería, lujuria, avaricia, etc.) en vista a ganar la recompensa celestial.
La colección de Organyà pertenece claramente a este segundo grupo: en estas homilías hay pocos adornos retóricos, las ideas son sencillas y claras, expresadas en frases breves, en la exposición de los pasajes bíblicos no se busca la profundidad ni la extensión de ideas sino la repetición de unas pocas ideas, pero (exceptuando la segunda, que casi es una mera paráfrasis del texto bíblico) estas homilías son amenas y eficaces, y a partir del texto bíblico llevan al oyente a cuestiones concretas (¿qué es la caridad?) o imágenes fáciles de grabar (la terca insistencia del ciego, el hombre que cierra su casa y deja un agujero, el audaz diablo queriendo tentar al poderoso Jesús, la mujer que ruega por su querida hija) o salpicadas de otras citas bíblicas, incluso una cita de san Agustín y una anécdota de san Gregorio, también algún refrán popular (bo es altrui auer a pendre, mas mal es a rendre). Todas las exhortaciones y toda la doctrina de las homilías son las habituales que se dirigían al pueblo en general; nada hay que se pueda hacernos pensar que estaba dirigido a sacerdotes o monjes, pues por ningún lado aparecen los temas característicos: elogio a la vida célibe, reproche a la pereza y riñas entre monjes, reproche a la avaricia de los curas, devoción en los rezos y la misa, exhortación a cumplir los deberes pastorales, etc.
Un sustancioso documento de junio del 1090 (Cf. Jaime Villanueva, Viage literario a las iglesias de España, Madrid 1850, tomo 12, p. 245-252) nos informa con detalle sobre las circunstancias en que se expulsó de Organyà a un tal Adalbertinus, sacerdote concubinario que dilapidaba los bienes eclesiásticos, y se dispuso todo para realizar el viejo proyecto de convertir la parroquia en una colegiata (un grupo de canónigos regulares bajo el mando de un prior). La nueva gestión dio frutos y pronto se puso en marcha un scriptorium y en el año 1156 se fundó un hospital para los pobres. En las últimas décadas del s. XII los nobles que tenían conflictos con la Iglesia y los cátaros (que criticaban la riqueza y autoridad eclesial) se dieron la mano y la región vivió años de violencia, hasta el punto que la Seu d'Urgell, la sede del poder episcopal, fue saqueada el año 1196. En Organyà también hubo incidentes violentos pero las divergencias con la nobleza en gran parte fueron zanjadas con un acuerdo firmado el 26 de mayo de 1232.
A partir del estudio del tipo de escritura (letra postcarolingia con elementos protogóticos) se ha determinado que el ejemplar de Organyà se escribió probablemente a principios del s. XIII y que fue hecho en el scriptorium de Organyà.
Pero la primera redacción de las homilías (es decir el texto original que sirvió de modelo) debe de fijarse en la Provenza francesa y en fecha más tardía, pues en ellas no hallamos ecos del conflicto con los cátaros. En la últimas décadas del s. XIII la herejía de los cátaros se había convertido en un grave problema para la Iglesia en toda Europa, pero especialmente en Languedoc, vecina de Provenza, y la predicación fue una de las armas de la Iglesia para frenar su avance, sobre todo teniendo en cuenta que los cátaros iban de pueblo en pueblo predicando en público y extendiendo sus doctrinas. Es duro de imaginar que si las homilías hubiesen sido compuestas en esos años no hubiesen abordado directamente esos temas. Es cierto que se pueden hallar ciertos temas que tocan puntos de debate con los herejes (el poder del diablo, la autoridad de los sacerdotes, el valor de las prácticas devotas) pero, si lo miramos objetivamente, creo que en ellos solo hay la habitual exposición de las doctrinas católicas, sin ninguna referencia especial a los debates que encendieron aquella región.
El análisis interno y la comparación con otras obras también nos muestran que la colección de homilías de Organyà no es una obra original sino la traducción de otra obra más antigua. Por eso se entiende que en la homilía VI (8r 6, 8r 19) se cometa dos errores de interpretación de analogías, pues es evidente que el propio autor no iba a confundirse con su propia comparación.
También sabemos que la colección de Organyà no era una obra original porque el tenor de una de las homilías (la cuarta) es casi idéntico a una que aparece en las llamadas “Homilías de Tortosa”, una colección de homilías escritas en provenzal, contemporánea a las de Organyà. Veamos un breve pasaje:
La comparación de ambos textos muestra que la homilía V de Tortosa es copia (hecha en Cataluña por un catalán) de una homilía escrita en provenzal, mientras que la homilía IV de Organyà es traducción al catalán de esa misma homilía provenzal, pero no a partir del ejemplar de Tortosa. Dicho con otras palabras: una copia y la otra traduce la misma homilía en provenzal, pero no a partir del mismo ejemplar. Aquí hay que anotar que el provenzal es “la hermana mayor” del catalán y en el s. XII ya estaba bien desarrollada, contaba con grandes autores y sus obras gozaban de gran prestigio. Por eso no debe parecernos extraño que en Tortosa los copiasen y en Organyà los tradujesen, pero el hecho que la tradujesen también nos indica la distancia y diversidad que ya existía entre ambas lenguas.
Un caso distinto son las semejanzas que se han detectado entre la homilía II de Organyà y la IX del llamado Homiliario carolingio de Angers (Angers, Bibliothèque municipale, ms. 0236), escrito en latín en el siglo X. Veamos el pasaje inicial, donde hay varias frases iguales:
La comparación de ambos textos muestra tres resultados: primero, que es indudable que el autor de la homilía II conocía la IX de Angers; segundo, que la gran mayoría de semejanzas son aquellas impuestas inevitablemente por el texto bíblico; y tercero, que una no es traducción de la otra, es decir, que la homilía II es una obra original y distinta, aunque su autor sin duda se inspiró e incluso tomó prestado (cosa habitual en aquella época) unas pocas frases. No debe asombrar que los predicadores en lengua romance se inspirasen y tomasen prestado ciertos giros, fórmulas e incluso frases de los homiliarios latinos, pues su formación teológica y litúrgica la recibían de esos textos.
También y con mayor razón se debe rechazar la idea que el resto de homilías de la colección de Organyà sean traducción de homilías en latín, pues si fuesen traducción del latín, no se explica que numerosas veces citen pasajes bíblicos en latín y luego pongan su traducción, cosa imposible si el original que traducían estaba escrito íntegramente en latín.
Tampoco tiene fundamento la tesis que propone que estas homilías fueron creadas por algún canónigo de Organyà, es decir, que ahí se crearon y no simplemente se copiaron. Pretenden probarlo diciendo que la homilía I (sobre I Cor 13, 1-13) sería de la festividad del “Traslado de san Agustín”, patrón de los canónigos regulares, sin embargo en dicha homilía no hay la más mínima alusión a dicha fiesta ni al santo.
Por último notemos que quizás las homilías de Organyà no sean de un único autor, en concreto que las homilías I-II sean de un autor y las restantes de otro autor, pues en I-II aparece la expresión “doncs frares cars” (con variantes) que nunca aparece en las otras, y en III-VI se halla muchas veces la construcción “deuem + infinitivo” (clamar, puxoular, entendre, tornar, etc), que nunca se usa en I-II, y la fórmula inicial “seinors, audir e entendre deuem” solo aparece en IV-VI. Esta idea se refuerza por el hecho que hay dos homilías (la I y la III) sobre la misma festividad, y todo sumado nos lleva a pensar que nos hallamos ante una selección de homilías de distintas fuentes. En resumen: alguien recopiló sermones de diversos autores escritos en provenzal, posteriormente un ejemplar de esa obra llegó a Organyà, donde fue traducido al catalán y es nuestra colección de “Homilías de Organyà”.
Es curioso que solo una vez se usa la letra “y” (ýdoles), que nunca se usa la letra “k”, y que se omite la “u” en las sílabas qa, qe, qi. Por ejemplo: qal, qan, qar, qe, aqels, aqesta, qi, perqe, riqezes, qaresma, etc. El hecho que también en los textos latinos se escriba qe, qi, pone la pregunta si solo se trataba de una forma abreviada de escribir.
La incertidumbre ortográfica está bien reflejada en el caso de la palabra “señor”, que aparece varias veces de tres modos distintos (no incluyo las veces que aparece abreviada): seiner: 3r-17; 3v-18; 3v-20; 3v-23; 7v-14; 8r-1; 8r-23; seinor: 6r-14; 6r-18; 6r-20; 7v-12; 7v-13; senniors: 1v, 4. Pero hay muchos otros casos: ocel-auzel, almoina-almosna-asmosna, auarea-auareza, caritad-carita, cristia-xristia, Deu-Deus, donches-donces, fidelment-fedelment, frares-fraires, gisa-guisa, goig-gog, uanitat-uanitad, etc.
El plural de palabras terminadas en “t” varía: ciutats-ciutatz, gents-gentz, nuits-nuitz, pecats-pecatz. También en algunos verbos hallamos el plural “tz”: auetz, platz, podetz, sapiatz.
Subsisten algunos pocos términos latinos junto a los nuevos que los reemplazarán: ecclesia-eglesia, secle-segle, non-no, Deus-Deu, propheta-profeta; se usa “scriptura” pero también el participio “escrit”.
Unos pocos casos anuncian la aparición de la ç: aizo-aico, monzonges-monconges, menazauen-menacauen.
Algunos elementos de gramática:
Demostrativos: aicel, aicels, aizela, aizeles, aicestas, cel, cels, aqela, aqels, aqest, aqesta, aqestes, zo, azo, aizo. Una vez aparece: aqestad, aico, est.
Preposiciones: a-ad, ab, dauant, del, denant, en, entre, entro, enues, for, per, prob de, senes.
Conjunciones: aitambe, com, dementre qe, donches-donces, e-et, empero, enaixi-aixi com, estirs, mas, ni, on mes, qan, qar-car, qe, perqe, per zo, si, sino, tant com, tro que.
Algunos adverbios: ades, aici, aixi, ans, ara, enaixi, enapres, encara, ia, iames, iuaz, ladonc, niantz, sempre, unqa.
Indico el folio con el número en negrita y sobre fondo verde. Las 23 líneas que contiene cada folio están numeradas y en negrita. Los puntos suspensivos indican texto que falta porque el folio está roto o es ilegible. El texto entre <> indica que falta o es bastante ilegible pero que se puede conjeturar con fundamento. Lo que en el texto aparece abreviado lo resuelvo entre [], por ejemplo, si aparece “qd”, resuelvo: “q[uo]d”; si aparece “s”, resuelvo “s[einors]”; por lo tanto el texto entre [] no aparece en el original pero es agregado con fundamento. El guión bajo indica palabras que aparecen unidas contra la ortografía actual, por ejemplo, si aparece: “ nefa enest segle”, transcribo: “ ne_fa en_est segle”. El guión alto indica palabras que aparecen separadas contra la ortografía actual, por ejemplo, si aparece: “ perse cucio”, transcribo: “ perse-cucio”. El guión alto también significa simplemente unión de una palabra separada por cambio de renglón. Introduzco apóstrofo en palabras que aparecen unidas por contracción, como “no'ns”, “l'asmosna”, donde decía: “nons”, “lasmosna”. He puesto en cursiva algunas palabras para confirmar que así aparecen escritas.
Al final de esta página adjunto los siguientes documentos auxiliares en PDF:
“Orgny-ms289”: que contiene el manuscrito de las homilías con las líneas numeradas para facilitar su confrontación con nuestra edición.
“Organy-thesaurus”: que contiene todas y solo las palabras en catalán que se hallan en el manuscrito, en el número, genero o conjugación tal como aparecen en el manuscrito. Es una herramienta útil para realizar búsquedas.
Pedro E. León M.
L'Eliana, abril del 2017