70. Devota profesión

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Por lo que parece, estos dos instructores no aplican sus enseñanzas de una forma muy refinada ni elegante, pues todo aquello que se agarra con unas tenazas no suele ser muy delicado ni se tiene en demasiada estima, siendo con esa herramienta con la que estos personajes están manejando su libro de instrucciones.

Se puede percibir que la ilustración y la sabiduría no forman parte del bagaje cultural de estos maestros ni del aspirante pues las bases en la que se sustentan, un ave de rapiña y un fauno bobalicón, así lo manifiestan.

La calificación “devota” del título de la estampa, la actitud suplicante del discípulo y la vestimenta de los dirigentes hacen pensar que, aunque el comentario de Goya va orientado hacia el quehacer de la brujería, su auténtico destinatario es el sector dirigente del clero al que sólo le interesa mantener sus prebendas y privilegios, apoyados en acólitos zalameros cuya principal cualificación es la docilidad, la adulación y el servilismo.

Otra profesión que en la actualidad podría encajar en esta misma denuncia es la actividad política, pues una gran parte de su élite valora sobremanera las cualidades mencionadas para poder prosperar en ella y mantener unos desproporcionados privilegios menospreciando al resto de los ciudadanos, que contemplan el trapicheo con desconcierto, pesadumbre… y paralizante conformismo.

Comentario de Goya

¿Juras obedecer y respetar a tus maestras y superiores? barrer desvanes, hilar estopa, tocar sonajas, ahullar, chillar, volar, guisar, untar, chupar, cocer, soplar, freír, cada y cuando se te mande? Juro. Pues hija, ya eres bruja. Sea en hora buena.

Comparación con la estampa original