Magnífica composición, que transmite de forma extraordinaria una gran sensación de tumulto, de multitud enardecida, en la que están representadas todas las clases sociales populares.
La morfología física de la víctima es confusa, parece que es una persona andrógina, y no sabemos si eso o su comportamiento podría ser el motivo de su castigo ya que el comentario que hace Goya al respecto es dudoso.
De cualquier manera, no es motivo de interés las circunstancias que han llevado a esta víctima a la situación en la que se encuentra, sino que se debe reflexionar acerca del comportamiento de la muchedumbre fanática y exaltada, algo que Goya se preocupó de dejar bien plasmado; por lo que parece, el burro es el único que mantiene la dignidad.
En la actualidad no hace falta subir a nadie a un burro ni vocearle para denigrarlo, ya que la tecnología actual nos permite hacerlo desde casa, a distancia y sin dar la cara.
Otra forma más sutil de vilipendiar o agraviar se produce cuando nos creemos cualquier bulo sobre alguien sin ponerlo en duda, en el fondo tiene el mismo efecto, así como la pasividad e indiferencia de quien no difama, pero lo consiente.
A esta Sta. Sra. la persiguen de muerte. Después de escribirle la vida la sacan en triunfo. Todo se lo merece, y si lo hacen por afrentarla es tiempo perdido. Nadie puede avergonzar a quien no tiene vergüenza.