18. Y se le quema la casa
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Texto del Autor
Goya aprovecha la situación de entonces, en la cual era muy común que ciertos gremios de artesanos tuvieran excesivo apego al vino, para criticar el vicio de la bebida y sus consecuencias.
Cuando se pierde la consciencia a causa de sus efectos pueden ocurrir desgracias como la que nos muestra esta estampa, en la que el protagonista no se da cuenta de que se le empieza a quemar la casa, incluso parece coquetear y hablar con el candil; éste no le alumbra, sino que le deslumbra.
Queda muy bien plasmado el desaliño del personaje y su vacilación en el momento de desvestirse, y nos podemos imaginar un posible final de este hombre: caído al suelo y con la casa ardiendo.
En aquella época lo habitual era que los borrachos fueran ya adultos y que normalmente lo hicieran con vino; desde entonces hemos adelantado mucho… la edad de consumo y la variedad de productos.
Comentario de Goya
Ni acertar a quitarse los calzones ni dejar de hablar con el candil, hasta que las bombas de la villa le refresquen. ¡Tanto puede el vino!