2. El sí pronuncian y la mano alargan. Al primero que llega

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Texto del autor

Una dama joven y agraciada va a contraer matrimonio con un viejo malcarado, acompañados de un séquito un tanto extravagante y grotesco, lo que no parece ajustarse al modelo de pareja ideal alegre e ilusionada.

Según nos da a entender Goya, en aquella época muchas mujeres contraían matrimonio con la esperanza de vivir en él con más libertad de la que las circunstancias sociales le permitían tener. Es el caso de esta moza, que aspira más a conseguir esa ansiada libertad que a conocer con quién se va a desposar.

Por la bufonada y la burla con la que se nos presenta el cortejo de acompañantes y por el antifaz de la joven, se puede presentir que los dos pretendientes ocultan sus verdaderas intenciones, pero más bien es la moza la que va a caer en una encerrona de convivencia en la que no va a ser precisamente libertad lo que va a tener, y de la que sólo se compadece la única mujer de la concurrencia.

Es lo que puede pasar cuando se toman decisiones que sólo se fundamentan en escapar de una situación que se considera penosa o injusta, creyendo que cualquier otro lugar o circunstancia será mejor.

Comentario de Goya

Facilidad con que muchas mujeres se prestan a celebrar matrimonio esperando vivir en él con más libertad.

Comparación con la estampa original