Cuaderno Nº 214

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, Domingo 19 de agosto de 2001CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 214
La salida de "El Pingo" Y el Puerto de Fiesta- De viaje...- Hora: 16 y 55
CVADERNOS en EGB (Por Silvia Razzetto de Broggi)35 - VIVIR LA REVOLUCIÓN
HASTA TODO MOMENTO

La salida de "El Pingo"

Y el Puerto de Fiesta

NATI SARROT

Al concluir la centuria del 1800 y en las primeras décadas del 1900, se hacen frecuentes los viajes a Buenos Aires, ya no sólo por parte de comerciantes e industriales atendiendo asuntos de su interés, sino de familias enteras, agregada alguna persona de servicio para asistirlas en su estadía, que se movilizan por paseo, visitas a parientes y, a la vez, como ocasión para comprar cosas ajustadas a los vaivenes de la moda.

El "Pingo" junto al muelle.Comienza el 1900: Viejos galpones de depósito. La Casilla del Resguardo aún abierta en arcadas. Un tranvía a caballo, y el último farol a gas de la red...

La salida y el arribo, en el Puerto de Gualeguaychú eran importantes acontecimientos registrados por los periódicos que los difundieron, hasta sumando el motivo que los había promovido, como atractiva forma periodística de satisfa er la curiosidad de los convecinos lectores.

De viaje...

Los preparativos; baúles de gran tamaño, valijas y bolsos de mano que guardan ordenadamente ropa, calzado, artículos de tocador, etc. como para usar en los días en que se estaría fuera de casa, alguna manta liviana, los tiempos para despedidas y aún para recoger algún paquete o recado que se entregaría a la persona indicada allá en la Capital, etc. Todo esto, listo con varias jornadas de anticipación al momento de embarque.

La partida: En el Puerto, todo es movimiento. Como apoyados al muelle, varios barcos lucen coloridos banderines, limpieza y orden en cada detalle, disposición de un personal idóneo y gentil, como promesa de comodidad, seguridad y buen pasar, para un viaje de doce horas, medio día o un poco más.

A las 5 p. m. sale El Pingo

El carruaje que llevará los pasajeros al muelle está avisado personal o telefónicamente. La seriedad de la empresa "La Unión" hace confiar en que el pedido será cumplido "religiosamente". Comienza el relato Carlos Lisandro Daneri en su "Crónica informal", y lo dejamos a sus condiciones de conocedor, testigo y por qué no de partícipe de los hechos que trasmite:

- Salagoyti: "Mandame un carruaje a las cuatro para tomar el vapor."

 El vapor salía a las cinco, pero a las cuatro estaba el coche a la puerta del domicilio indicado.

Acomodados los bártulos en el pescante, se ubicaba toda la familia en los asientos, mientras el jefe del grupo consultaba nervioso las manecillas de su reloj de bolsillo. Trepaba último al vehículo y, con un pie aún sobre el estribo ordenaba: ¡Rápido cochero, al Puerto.!

Mientras tanto, proa al rumbo junto al muelle, El Pingo recibía ya el pasaje y las visitas. La bandera ondeaba desde un brazo de la cruceta.

Los pasajeros apretaban la marcha sobre los últimos tramos del muelle, resonando sus pasos como una música de fondo también integrante del viaje. Y no equivocamos si decimos que los del regreso siempre sonaron distinto. Incesante subir y bajar por la planchada. Lo hacían changadores con el equipaje menor, mientras que, a proa se repetía la escena con los bultos de mayor porte.

Hora: 16 y 55... 

Uno de los mozos de a bordo sacaba una campana con un mango de madera agitándola con estudiada precisión y cadencia, paseándose por corredores y pasillos.

-¡Visitas, a tierra! (Eso significaba la inminencia de la partida.) 

Entre las despedidas, abrazos y besos, y las recomendaciones interminables, se oía un desesperado rodar de llantas de hierro sobre el empedrado, haciendo brotar chispas las herraduras de los caballos sobre el pavimento.

Un rezagado que caía justo con la hora de la partida, se tiraba prestamente del carruaje y corría hacia la planchada. Los changadores hacían su parte y, muy pronto, el sofocado viajero se hallaba a bordo.

No faltó aquél que llegó cuando el barco, ya desprendido de sus amarras, flotando casi al medio del riacho, comenzaba su lenta propulsión. Se escuchaba el campanilleo del telégrafo que ordenaba -¡Despacio. Avante!, y venía la contraorden -¡Pare! Y el barco quedaba librado a una pesada inercia.

Entonces, el rezagado podía emprender su accidentado viaje, alcanzado por uno de los tantos botes surtos en el muelle. Mientras el barco pudo ser alcanzado, nadie perdió su viaje... ¡Cosas de ayer!

El Puerto en actividad: Buques de pasajeros y de carga, carros apareados a los barcos, o en espera del turno. Hombres de distinta apariencia cumpliendo diferentes tareas, curiosos y canasteros tratan do de vender sus tortas caseras. Los mástiles se alzan como un canto al trabajo de la ciudad y el campo nuestros. (foto postal de Mayora)

Ahora sí, la nave comenzaba a alejarse, con largas pitadas que saludaban a la plaza.

Los viajeros acomodados en la barandilla agitaban sus brazos y muchos pañuelos ondeaban, en respuesta desde el muelle. El pasaje miraba a la ribera cada vez más lejana, las voces apenas eran un murmullo. Los carruajes iniciaban su lenta desconcentración y, a su vez, la gente que aún restaba en el muelle, veía como el vapor se perdía en la primera curva del saladero.

Añadimos que "El Pingo" era un elegante barco impulsado, como la mayoría de los de la época, por ruedas con un sistema de palas (a modo de aspas), colocadas a los lados o bandas y a mitad de la manga de la embarcación. 

Estas ruedas se cubrían en su mitad superior con tambores enrejillados y en la parte inferior quedaban libres.

Y, agrega el relator de la escena, ya desde otro punto de observación: "El ruido que provocaba el golpeteo de las palas en el agua, se oía desde lejos, antes de divisarse la nave, sobre todo en las noches tranquilas,..." de Historia de Fray Bentos.

Por muchos años, barcos chicos de poco calado, acercaron pasajeros y equipajes desde nuestro Puerto hasta el Río Uruguay para trasbordar a naves de mayor envergadura que "bajaban o subían" haciendo el servicio de transporte.

Gualeguaychú usó de él, pero el viaje sometía a la desazón de aquel cambio de transporte que se realizaba en medio del ancho río por una planchada, con apoyo de personal experto y gentil.

Eran tiempos en los que la proeza de D. David Della Chiessa y sus compañeros esperaba aún: la mejora de los caminos, puentes sólidos sobre los innumerables y caprichosos arroyos del sur entrerriano, el gigante Brazo Largo- Zárate, vehículos cómodos y seguros, etc. para acceder a Buenos Aires en lapsos que no alcanzábamos a imaginar.

Mientras tanto, el traslado en vapor, sus doce horas, etc. continuaron mereciendo la preferencia de los pasajeros que podían acceder a él, integrándolo como uno de los momentos importantes y hasta excitantes de su viaje.

Referencia: Relatos tomados de "Crónica Informal" e "Historia de Fray Bentos" de Carlos Lisandro Daneri, Gualeguaychú. E.R.

CVADERNOS

en 

EGB

35

Por Silvia Razzetto

de Broggi

VIVIR LA REVOLUCIÓN

La ruptura del orden virreynal provoca un intenso debate político. Toda la comunidad se involucra en la expresión y discusión de ideas: se divide en bandos antagónicos. Ahora, se alienta la opinión y la movilización popular. Ellas son necesarias para activar la dinámica revolucionaria y legitimar a las autoridades.

Dibujo de Aurelio

El 25 de mayo de 1810 surge en Buenos Aires la "Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata, a nombre del Señor Don Fernando VII". Está integrada por calificados representantes del patriciado porteño. Dos días más tarde se comunica a los pueblos del interior la situación operada en la Capital.

El Cabildo de San José de Gualeguaychú, considera la Circular del 27 de mayo enviada por la Junta. 

En reunión celebrada el día 22 de Junio declara su adhesión. Expresa que la instalación de la Excelentísima Junta ha sido admitida "por el pueblo congregado y sus representantes, con el mayor aplauso (...) que no debe dudarse un instante que en todo caso seguirán sus habitantes la suerte y determinaciones de la Capital, y que sus votos serán unos con los de ésta, a fin de sostener los sagrados derechos de nuestro legítimo soberano el señor Don Fernando VII".

Sin embargo, cuando se conoce la actitud de rechazo a la Junta manifestada por Montevideo, los "peninsulares" residentes en la zona alimentan la conspiración. Se reúnen espontáneamente en tertulias, ambientes de participación colectiva donde leen proclamas y gacetas impresas en esa ciudad. Acaloradamente exponen y discuten opiniones. 

Siguen atentamente los movimientos "realistas" en la región. Observan los gestos, las actitudes de otros vecinos. Ridiculizan a los integrantes de la Junta; cantan canciones indecentes; vociferan amenazas. 

En casa de don Rafael Zorrilla se reúnen don Juan Melgar, don José Belardi, don Atanasio Rodríguez, don José Blanco Laredo, don Josef de Haedo, don Domingo Novas, don Juan Rivero, don Diego Morón, don Fernando Vela y un capataz de Petisco. A otro domicilio concurren las "personas de mayor representación": don Francisco García de Petisco, don José Borrajo, don Andrés Doello, don Juan Bautista Firpo, don Valentín de Sopeña, don José Suvillac...

Entre tanto, Montevideo decide el envío de una expedición naval para dominar la costa entrerriana y mantener, a través de los ríos, el enlace y coordinación de fuerzas con otros centros contrarrevolucionarios: Córdoba y el Paraguay. Dirige las operaciones el Capitán de Navío don Juan Angel de Michelena. En sus filas se encuentran criollos de renombre: José G. Artigas, Rafael Hor tiguera y José Rondeau. 

La Junta porteña confía la defensa de nuestra zona al Comandante General de Entre Ríos, don José Miguel Díaz Vélez. Es imposible rechazar el avance realista y Concepción del Uruguay es ocupada violentamente.

En este ambiente, tenso e inestable, las opiniones valen, no sólo por su propio contenido sino por la pertenencia de los contrincantes a tal o cual bando. En Gualeguaychú, el Alcalde Petisco es la figura dominante de la reacción. El suplica a Michelena el envío de fuerzas de ocupación, previendo un ataque patriota. Así, a principios de noviembre se reúne un Cabildo Abierto. El día 18, nuestra Villa manifiesta su lealtad al Consejo de Regencia de Cádiz y el 25 lo hace Gualeguay.

Mientras se produce la elección de nuevos capitulares en Gualeguaychú y se remite su nómina a Montevideo para la consideración y aceptación formal, la aún silenciosa mayoría "patriota" fomenta la insurrección. 

Partidas guerrilleras, alimentadas por su irritación ante la prepotencia de los "peninsulares", hostigan a las fuerzas acantonadas en Concepción del Uruguay. Para sofocarlas, Artigas ingresa hasta Nogoyá, pero debe replegarse. Esta es la señal que decide la actitud rotunda a favor de la revolución. Bartolomé Zapata, de Gualeguay y Gregorio Samaniego, de Gualeguaychú ofrecen su persona, sus bienes, sus armas; concentran a su alrededor un puñado de paisanos leales y señalan objetivos de ataque concretos. En menos de tres meses, entre diciembre de 1810 y marzo de 1811, recuperan para la causa "patriota" a las tres villas del sur entrerriano. Y a puro coraje, en realidad, salvan a la revolución.

Los cabildantes comprometidos con la reacción montevideana huyen; unos a Soriano, a Colonia y otros a Montevideo. En la campaña oriental, así como ha sucedido en la campaña entrerriana, la insurrección popular es admirable. Artigas, Rondeau y Hortiguera abandonan las fuerzas de Michelena.

En febrero de 1811 protagonizan una movilización caracterizada como rural y caudillista, aunque se sumarán a ella sacerdotes, frailes y letrados. La villa de Mercedes, situada a orillas del río Negro, alcanza un rol protagónico. 

Cansados de las humillaciones, de los sufrimientos producidos por actitudes intolerantes, los vecinos de esta zona se declaran libres bajo los auspicios de la Junta de Buenos Aires. Solicitan auxilios para defenderse del fuego "realista". Desde la Capital se responde "oficiales esforzados, soldados aguerridos: armas, municiones, dinero, todo vuela en vuestro socorro".

La guerra ha hecho pie en nuestro espacio regional, con su secuela de violencia, desplazamientos de población, abandono de hogares. Pronto se advierte la creciente presencia del ejército en las ceremonias públicas y el progresivo control de la privacidad. La historiadora uruguaya, Ana Frega, expresa: "en aquel vendaval no hubo ni caminos rectos ni colores puros: los miedos se entrelazaron con los actos heroicos, los intereses personales con las "exigencias de la patria". En el rechazo a los "otros" y en el ensayo de diversas pertenencias, fue tejiéndose el entramado de una identidad común que tardaría varias décadas en consolidarse".

Para considerar la situación pre-revolucionaria en la zona, ver Cvadernos en la E.G.B. N° 27, 28, 29, 30, 33.

Para ampliar sugerimos Cvadernos de Gualeguaychú Nº 178 "La lucha de los Bandos" y Cvadernos Nº 207 "Los primeros caudillos..." de Nati Sarrot.

FUENTES CONSULTADAS

- Libro de Acuerdos del Cabildo de Gualeguaychú. A. O. G.- Facundo A. Arce. "Entre Ríos en los albores de la revolución de Mayo". Paraná 1960.- Biblioteca de Mayo. Colección de Obras y Documentos para la Historia Argentina. Tomo XIV. Senado de la Nación. Bs. As. 1963.- La Gaceta. N° 16, nov. 2000. APRU. Ana Frega. "Pertenencias e intimidades e identidades en una zona de frontera. R. O. U.

HASTA TODO MOMENTO

Después de ocho años y diez meses, CUADERNOS dejará de aparecer como complemento dominical a partir del próximo mes de setiembre.

Durante el tiempo en que CUADERNOS visitó los hogares de nuestros lectores, logró un sólido prestigio en la ciudad de Gualeguaychú, todo nuestra juventud estudiosa, y el público en general, acudió a consultar temas y en búsqueda de orientación bibliográfica. 

Muchas gracias, finalmente, a todos los que hicieron posible los 214 títulos que durante casi nueve años enriquecieron el acervo cultural gualeguaychense.

INVESTIGACIÓN Y TEXTOS. Nati SarrotJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRIGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Silvia RAZZETTO de BROGGI - Carlos M. CASTIGLIONEAurelio GOMEZ HERNANDEZ
Digitalización: Museo "Casa de Haedo" :  Natalia Derudi - Danilo Praderio - Pilar Piana - Marianela Muñoz.Edición y OCR del texto: Patricio Alvarez DaneriTRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI - DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
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