Una not a con dos copetes
En el "copete", aquí a la izquierda, quedan mencionados ellos, los civiles, vocacionados para luchar, esencialmente, contra las terribles lenguas mitológicas del fuego, que siempre se desata, tan rápido y violento, tan rojo fuerte, cuando nadie lo presiente, garantido por una calle desolada, a la hora de la siesta.
La tarde de perros la vivió Gualeguaychú aquel ardiente domingo 8 de enero de 1978. EL ARGENTINO, con letras de la guerra tituló: "Un impresionante incendio redujo a cenizas a Tiendas Blanco y Negro. La acción de nuestros bomberos evitó lo que pudo ser una catástrofe".
■Dijo también el diario: "...Pérdidas totales. Seis bomberos lesionados. Intensa colaboración policial y del ejército. Llegaron bomberos de Gualeguay, Colón y C. del Uruguay. Seis horas de titánica lucha. El siniestro estalló alrededor de las 13,00".
Dijeron ellos, los bomberos, en oportunidad de los 25 años de su entidad la Sociedad de Bomberos Voluntarios de Gualeguaychú, en 1991: "...Habían pasado cuatro minutos de la una de la tarde, cuando se recibió el aviso en el Cuartel. 25 de Mayo y Chacabuco había de ser a partir de ese momento y por ocho horas, el escenario de nuestras acciones...
El edificio (una sola nave) cubría el cuarto de manzana del ángulo NE y el ochenta por ciento de sus frentes, eran vidrieras.
En un rincón del frente sobre 25 de mayo, había fuego, cerca de la vidriera que estalló, justo cuando llegaba la primera autobomba. La brisa, desde el río, transformó a ese fuego en un inmenso soplete que arrojaba sus llamas sobre el interior del local. Un local que era un invernadero. Un local que alojaba en sus estantes y percheros de madera, la mercadería de su único rubro: ropa.
Algodón, lana, nylón, remeras, vaqueros, camperas y frazadas, ardían ante el aliento del poderoso dragón. En pocos minutos el fuego se generalizó. La falta de presión en la red de agua, inhibió el uso de los hidrantes... Dos autobombas con dos frentes de ataque cada una, intentaban una tenaza...
Blanco y Negro agonizaba. Había que evitar la propagación a los linderos. A POCOS METROS, EN LA ESTACIÓN DE SERVICIO DEL ACA SE TOMABAN MEDIDAS ESPECIALES A FIN DE BAJAR LOS RIESGOS. Las vidrieras de Rodríguez Confort, que estaban enfrente, se resquebrajaban... La radiación era tremenda. Una viga de hierro de 50 cm. de altura (doble T), parecía ya de plastilina y dejaba de sostener el techo, que caía, dificultando aún más la extinción... Circunscribirlo nos llevó dos horas, dominarlo otras seis, extinguirlo, tres días. La cicatriz urbana quedó por mucho tiempo."
Hoy se destaca allí, el nuevo y coqueto local donde funciona el Banco de Galicia.
Otro pavoroso incendio fue el de El Picaflor, Urquiza y Pedro Jurado, desde la temprana mañana del 20 de noviembre de 1986. Recordamos también otros grandes siniestros donde actuaron nuestros bomberos.
El aserradero de Maldini en Gualeguay (1972), la Cooperativa Agropecuaria (1974) y los depósitos de Askard, en la vecina ciudad. Una importante purificadora en Carbó; allí también ardieron los silos de asfalto de Techint. En Larroque una céntrica farmacia. En Rosario del Tala, el depósito de Delfino Hnos. En C. del Uruguay: Cooperativa Arrocera, Provita (1981) y el 15 de mayo de 1989 en la SIBSAYA. En Colón, los graves incendios del Palmar. En Puerto Ibicuy, setiembre del 88, donde ardieron más de 5.000 toneladas de rollizos de eucaliptus, demandando más de 12 horas de ataque intenso.
Volviendo a Gualeguaychú, cabe recordar importantes incendios como el de Estación de Servicio Gualeyán (1974); la vieja Usina Eléctrica (1975), Almacenes Passalacqua Hnos. (1984); Veterinaria Entre Ríos (1988).
Los incendios de campos y montes, hacen también historia de mucho esfuerzo y coraje humano, donde los propios bomberos dicen que es "un mano a mano, un cuerpo a cuerpo del hombre contra el fuego".
Es motivo, igualmente, de reconocimiento público ese "siempre listos" de los bomberos para entregar su valioso aporte vocacional en los momentos angustiantes de las inundaciones. Saben como hacerlo y asumen la delantera para socorrer, sin descanso, sin desmayo, a las familias en inminente peligro por el avance de las aguas del sudeste sobre sus hogares, la mayoría de humilde condición. Ellos son también quienes trabajan fuerte y bien en las dramáticas situaciones de accidentes en las rutas cercanas.
Ellos son también quienes con sus autobombas le dan color, ritmo y sonido de sirenas ("siempre forte") a los festejos con el pueblo en la calle, como es público y notorio en Gualeguaychú.
■ La honda preocupación del Centro de Defensa Comercial e Industrial de Gualeguaychú "por la situación de orfandad en que se encuentra el comercio, la industria y el pueblo todo frente a un común enemigo, el fuego", hizo que en 1966 se integrara una Comisión Promotora, presidida por don Milciades Zuluaga, la que mediante un intenso trabajo logró que madurara la iniciativa tendiente a crear una Sociedad de Bomberos Voluntarios de Gualeguaychú. El 15 de noviembre de ese año, se realizó en el mencionado Centro de comercio la Asamblea fundacional de la Sociedad anhelada, aprobándose los Estatutos que le regirán y en cuarto intermedio se consagró la elección de su primer Comisión Directiva, recayendo la presidencia en el señor Zuluaga, a quien se dejó encomendada la tramitación de la Personería Jurídica.
Los presidentes sucesivos: 1967/68 y 69, Milciadas Zuluaga; 70/71 y 72, Hugo Darío Rodríguez; 73/75 y 76, José Aleu; 74, Agapito Moreyra; 77, Eduardo Chappe; 78/79 y 80, José O. Galetto; 81, Américo C. Tommasi; 82, Mario Irineo Costa; 83 y 84, Leopoldo Carrizo; 85 y 86, José O Galetto; 87, Herman Benaven to; 88, Emilio Vitale; 89, Marcelo Darré; 90, José Gallino; 91, Marcelo Darré; 92/93 y 94, Humberto Brumatti; 95 y hasta el momento, el Dr. Fernando R. Muller.
El primer Cuerpo Activo estuvo integrado por Leopoldo Carrizo, Rogelio Bibel, Fernando Lan terna, Juan Antúnez, Ramón Zalazar, Ramón Ibarra, Carlos Gasparini, Juan Salva, Jorge Frutos, José M. Bértora, Ricardo Elisiri y Enrique Acosta. Jefe: Walter Damasco; Le sucedieron a éste, 73/78, Luis E. Moreyra; 78/81, Carlos Gasparini; 81/84, Eduardo Carlés; 84, Daniel Hernández; 84/88, Cirilo Irigoytía; 88/92, Eduardo Carlés; 93/94, Jesús Guzmán; 94, Carlos R. Benencio; 95/96, Carlos Thea; 97/01, Eduardo Carlés.
Al día de hoy cuenta la Sociedad con 16 vehículos, a saber: Nº. 1, Autobomba Fargo Nº 3, Autobomba Dodge; Nº 7, Unidad de Apoyo-Jeep; Nº 9, Autobomba Ford 350; Nº 10, Transporte personal, Ford 100; Nº 12, Unidad de Rescate Ford 350; N° 14, Cisterna Mercedes Benz; Nº 15, Acoplado; Nº 16, Autobomba Chevrolet; Nº 17, Trafic Mercedes Benz; Nº 18, Autobomba Magirus Deutz; Nº 19, Unidad de Rescate Daf; Nº 20, Peugeot 306; Nº 21, Autobomba Mercedes Benz; Nº 22, Materiales Peligrosos-Trafic; Nº 23, Acoplado Balancín-Uso Múltiple.
Una buena revista
A 11 comenzar el período de clases de 1904, el magisterio del Departamento Gualeguaychú, con el propósito de dar a los maestros, a los padres y alumnos, una voz a escuchar y para hacerse escuchar, crea una revista que nombra LA EDUCACIÓN la que aparecerá quincenalmente.
La imprenta La Libertad, en San Martín 235 o la de El Censor el 25 de Mayo 59, hacen la tarea gráfica; en tan to la administración tiene su sede en la Escuela Graduada Mixta (hoy N° 1, Rawson). La suscripción mensual cuesta $ 0,50 para ciudad y fuera de ella; tiene cuatro hojas, tapas, y su tamaño es de 23 por 32 centímetros, con excelente impresión y variada tipografía.
El 4 de abril aparece, brindando un valioso material, el N° 1 de "La Educación". Avisos comerciales en reverso de tapa y en la contratapa.
Ocho páginas plenas de variado material, bien escrito y corregido. Ofrecen: Desarrollo de temas de geografía, historia, idioma nacional; poesía, cuentos, plan para evaluar una clase; efemérides; opiniones de escolares sobre diferentes asuntos, notas varias de maestros de ciudad y campaña, consejos útiles y recetas de cocina que hasta hoy leemos con una sonrisa, sin desechar de plano su aplicación...
Para ejemplificar vayan algunos botones:
■ La plata se limpia por medio de un cepillo de crin, con agua de jabón. Se enjuaga con lienzo o una gamuza. Si tiene adheridos huevos de insectos, se frota con sal común y un poco de agua o mejor con hollín diluido en vinagre.
■ Para aumentar la leche de las vacas darles a beber agua tibia en vez de fría.
■ Para limpiar los pupitres, sacar la tinta con limón y sal bien triturada. Se lavan con agua o vinagre y luego se lustran con una cabeza hecha con nuez en tela fina. Esta operación debe hacerse cada semana.
■ Las hormigas se ahuyentan de los hormigueros poniendo un pedazo de alcanfor en ellos.- La tintura de yodo y la grasa de yeguarizos contra los sabañones.
■ Para las manchas de fierro, frotarlas con un cepillo empapado en limón y sal fina. Póngase al sol y si el género queda amarillo, repetir la operación. De esta manera se sacan las manchas de cualquier género.
Como la revista se ha cursado a los medios periodísticos de Entre Ríos y fuera de ella, se participa a los lectores sus opiniones y saludos; de locales como El Censor, El Noticiero, El Colibrí, Los Principios, La Ley; de C. del Uruguay, Paraná, Villaguay, Colón; de Corrientes, Esquina, Monte Caseros (Corrientes); de Santa Fe; de Buenos Aires, etc.
La revista de los maestros del departamento Gualeguaychú sólo vivió el año escolar de 1904, pero debió guardarse como material didáctico de valor en bibliotecas, por mucho tiempo. (Obra en Archivo de Cvadernos)
en
EGB
¿QUIÉN ELIGIÓ AL ALCALDE?
Preside el Cabildo de San José de Gualeguaychú cuando explota la revolución de 1810. Resistido por los pobladores y resistente a los embates, don Francisco García de Petisco es nombrado Alcalde en tiempos conflictivos.
La ciudad es el espacio natural de la política: allí de liberan y deciden los vecinos. Es lugar del gobierno del pueblo, el Cabildo. La acción política es esencialmente grupal. Los hombres, conscientes de su individualidad, actúan unidos a otros por intereses comunes. Así, se movilizan relaciones familiares, influencias, recomendaciones para obtener favores.
En los procedimientos electivos que existen para designar autoridades capitulares, se excluyen las candidaturas y las campañas electorales. Cada grupo elige los miembros principales, los más ilustres. Por eso, una persona sin pertenencias grupales es un marginal, queda fuera de las estrategias políticas.
Cada año se renueva el Cabildo. Las autoridades salientes eligen varones considerados dignos. Tienen en cuenta status social y reputación moral. Es decir, de origen familiar honorable, recursos económicos importantes, buenas costumbres públicamente reconocidas, probidad, responsabilidad y desvelo en el servicio. Luego el Virrey aprueba o no la elección. Ser cabildante es un honor. Sólo en caso de enfermedad o por ausencia de la ciudad, se puede renunciar al cargo.
En sesión del 27 de noviembre de 1809, el Cabildo de San José de Gualeguaychú elige nuevos integrantes para los cargos concejiles de 1810.
Están presentes, el Alcalde don Juan Melgar Pérez, el Regidor Decano don Athanasio Rodríguez, el Regidor Segundo -Alguacil Mayor- don Simón Subiaga, el Regidor Tercero - Fiel Ejecutor- don Francisco Echazarreta, el Regidor Cuarto- Defensor de Pobres y Menores- don José A. de Haedo y el Síndico Procurador don Juan Bautista Firpo. Cada uno, en voz alta propone nombres para ocupar los cargos. En primera elección, para Alcalde resultan: don José Gutiérrez y don José Nadal, ambos con dos votos cada uno. Sólo Juan Melgar Pérez se ha manifestado por García de Petisco. Recién ahí, el Regidor Subiaga recuerda las Instrucciones dadas por el Virrey Cisneros: la elección debe realizarse por procedimiento canónico*.
Ignoramos el tono de las opiniones expresadas por criollos y peninsulares. Sólo encontramos que todos acuerdan en elegir:
Alcalde Ordinario, don Francisco García de Petisco. Regidor Decano, don Rafael Zorrilla. Regidor Segundo, don José Borrajo. Regidor Tercero, don Basilio Galeano. Regidor Cuarto, don Pedro Echazarreta y Síndico Procurador, don Juan Bautista Firpo.
Llama la atención que el Señor Virrey apruebe la elección, ya que sobre Petisco existen graves acusaciones**. Los vecinos de la Villa esperan conocer, a la brevedad, los fallos judiciales. Sin embargo, el 1° de enero de 1810 se prepara el juramento de los nuevos cabildantes. También llama la atención, que ese día no participen del acto don Rafael Zorrilla y don Basilio O Galeano. Petisco, pretexta problemas de salud. Está por cumplir 60 años y siente que no tiene vigor para desempeñar las funciones. Entonces, la Sala Capitular discute el asunto. Tiene la oportunidad de buscar reemplazante, pero no encuentra razonables los motivos enunciados. Y el 2 de enero entrega el bastón al Alcalde.
Don Francisco García de Petisco, en medio de la tensa política pueblerina, está a la cabeza del vigésimo quinto Cabildo de San José de Gualeguaychú.
* Por las agitaciones que se dan en el interior del Virreynato y atento a la situación metropolitana, Cisneros ordena que los Cabildantes deben elegirse entre los españoles peninsulares, residentes en la villa. **Ver Cvadernos en la E.G.B. N° 28- Un vecino peligroso
FUENTES CONSULTADAS:
- Libro de Acuerdos del Cabildo de Gualeguaychú. A.O.G. Acta del 27-11-1809.- Y del 2 de enero de 1810.-F. Guerra- A. Lempérière. Los espacios públicos en Iberoamérica. F.C.E. México 1998.Índice General de Cuadernos de Gualeguaychú
Cuadernos Nº 212
