Cuaderno Nº 197

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GUALEGUAYCHÚ, Domingo 2 de diciembre de 2000CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 197
MANUEL MARÍA ERAUSQUIN- El Cura que dio nombre a la Chacra- Eráusquin el pedagogo- Prisión para Eráusquin- Antonio Babuglia refiere sobre Eráusquin en San JoséEn La ciudad del poeta, de "Entre Ríos mi país", Olegario Andrade- Las Ideas
CVADERNOS en EGB (Por Silvia Razzetto de Broggi)18 - ENCONTRAR MAESTRO

MANUEL MARÍA ERAUSQUIN

El Cura que dio nombre a la Chacra

Nati Sarrot

Aclaramos que, Eráusquin, Erráusquin, Irauzquin, son formas diferentes de un mismo apellido; el del Presbítero Manuel María que vemos aparecer en Gualeguaychú por 1848, que fija su residencia con su madre y hermanos en un sitio, una legua más o menos al oeste de la Plaza Principal de la Villa, y por quién, al lugar se le llamará y se inscribirá como "Chacra del Cura".

Por el primer Párroco de Gualeguaychú, D. Mateo Fortunato Gordillo, se nombró también "del Cura" (antes del Capitán), al arroyo que bordeando al norte los que fueran sus campos, hasta volcar en el Gualeguaychú, corre de oeste al este, poco más de legua al sur de la ciudad.

El Doctor en Cánones y en Teología, Manuel María Eráusquin, sacerdote español, se radica en la Villa en momentos en que se marca para Entre Ríos, franca acción de su Gobierno por la instrucción pública.

Luego del triunfo en el Potrero de Vences (27-11-1847), la población puede darse tiempo para la vida en familia y la atención de sus tierras y bienes. El cese de las campañas de guerra inclina hacia otras áreas, la inversión y la acción de gobierno. La paz hace el clima que aumenta en pocos años el número de habitantes. Nuestra provincia tienta la radicación de extranjeros y hombres de otras provincias.

La planta urbana de Gualeguaychú crece en población, de 2848 a 4337, y las casas de 528 se van a 855, en el lapso del 1848 al 1853. La zona rural alcanza al 61% de habitantes del Departamento.

Urge dotar de nueva escuela, un templo con más capacidad y un cementerio en sitio más apropiado en espacio y distancia, que el que ocupa pegado a la Iglesia, frente a la Plaza. Y se agiliza la Villa, ciudad desde el 4 noviembre de 1851.

Manuel María Eráusquin, con inigualables dotes de orador, es quién conduce los actos de inauguración de la Capilla del Cementerio de la Loma (hoy Hospital "Centenario") en 1850; como las del traslado en 1853, de los objetos sagrados des de la vieja y deslucida Iglesia, al nuevo Templo ubicado en calle San José esquina Gral. Urquiza.

La palabra de Eráusquin mantiene la atención y provoca la meditación de los feligreses y el elogio periodístico. (Cvadernos N° 94).

La música en el piano, y su voz afinada, con registro de bajo, complementan los emotivos pasos de las ceremonias religiosas.

En aquellos tiempos debía contar 46 a 48 años vigorosos. "Era de carácter franco, generoso y muy culto en el trato social. Firme en sus convicciones y celoso de su dignidad personal", dice Martín Ruiz Moreno... "y que, no obstante la sinceridad con que desempeñaba su ministerio tenía tendencias liberales, lo que formaba una dualidad en su carácter, difícil de explicar".

Chacra del Cura

Eráusquin el pedagogo

Además de las escuelas primarias que aumentan en las ciudades y en la zona rural en las que se aplica el exitoso método del Pbro. José María Delgado, de la Parroquia de Gualeguaychú, como aporte valioso en la Provincia, Urquiza ha recomendado a notables de Buenos Aires y Montevideo le surgieron nombres de educadores para desempeñar el rectorado y docencia de Colegios de Estudios Preparatorios de nivel secundario y cursos superiores, que se abrirán en Paraná y C. del Uruguay, para un alumnado de toda la provincia. (Doc. Arch. Gral. de E. R. División Gob. Fs. 143 y 144).

El 1 de noviembre de 1848, el Rector Manuel María Eráusquin, inaugura el de Paraná dirigiendo a los alumnos, la invitación a contraer un compromiso de devolver "con aplicación al estudio y una conducta sin reproches" el bien que se les otorgaba.

Como no se han conseguido docentes para todas las materias, comienza a cumplir sus planes en las posibles. Incluye Música en el programa, a cargo del Prof. Rosendo Bavio recién radicado en la ciudad. Esto desencadena una virulenta polémica con el Ministro José Miguel Galán, cargada de connotaciones políticas. Eráusquin se niega a encabezar sus comunicaciones con el lema "Mueran los salvajes unitarios" y no 

silencia opiniones sobre las actitudes de los funcionarios "no esquivando su crítica y su protesta cuando las provocaban los actos de salvajismo que solían ocurrir; sin temor alguno, aún cuando se tratase del mismo General... "(Antonio Babuglia, El 51, Caseros, págs 22 y 23).

Todo explota con la devolución a Urquiza, de su nombramiento de Rector del Colegio de Estudios Preparatorios, con fecha 4 de enero de 1849, a sólo dos meses de inaugurado el Instituto.

Prisión para Eráusquin

La nota y el gesto, irritan al ministro, que ordena la prisión del sacerdote y su envío al campamento de Calá; engrillado, acusado de "inmundo unitario" y masticando la lógica reacción de su fuerte personalidad.

En Calá se le comunica la orden de fusilamiento para la madrugada siguiente, y luego la de que sería trasladado a San José donde, al encuentro con Urquiza se reanima para reprocharle y cargar sobre su conciencia los consecuencias de su muerte. Hasta el Párroco de Gualeguaychú, Cosme Damián Olascoaga, en carta del 11-1-1849, intercede ante el Gobernador, por el prisionero. (1)

Desde el campamento de San José, liberado, se lo envié a Gualeguaychú.

La serenidad de la vida en la Chacra de Urquiza al Oeste, acompañado de los suyos, es propicia para idear y planificar su gran obra de pedagogo. Se le acuerda ya, un sueldo, reservándolo para una difícil misión; la de organizar y dirigir el Colegio del Uruguay, más tarde el Histórico "Justo José de Urquiza" formador de notables personalidades argentinas y extranjeras.

En abril de 1851, el Dr. Manuel María Eráusquin inicia la fructífera acción educadora del establecimiento que abarcará a alumnos seleccionados, de Gualeguaychú, Concordia, Paraná y del mismo C. del Uruguay y luego los de otros pueblos, regidos por la autoridad y sabiduría de los mejores docentes, que siguen los fines de una programática creada con propósitos de alcanzar, en lo posible, la excelencia.

No es la actividad de un hombre como el Rector del Colegio, en dinámica etapa de constitución, ni su frontal actitud con los padres y autoridades, el mejor reaseguro para la permanencia en el cargo. Al iniciar el ciclo lectivo de 1854 Eráusquin renuncia y es reemplazado por otra figura que continuará la obra con la más alta capacidad y eficiencia. El Dr. Alberto Larroque que, ante el ofrecimiento hecho en 1849 cuando, vedado a ejercer la abogacía, respondió: "Mucho he meditado sobre la generosa propuesta... 

La imponente marcha de la provincia de Entre Ríos, los relevantes méritos del ilustre general Urquiza, que tanto trabaja por su engrandecimiento y que tan eficazmente protege el progreso y la ilustración, desde luego me han movido a admitirla." (2) El tomará, en 1854, la obra de Eráusquin que había impreso al Colegio del Uruguay, los cimientos de su bien ganada fama.

Referencias

1) Carta en el Arch. Gral de la Nación, Arch Urquiza, T.23, Leg.223., Gchú, 11/1/1849.- 2) Carta de Larroque a J. J. Alvarez, 27/8/1849, "Urquiza en la Instrucción Pública de M. Ruiz Moreno. Consultados: El 51, Caseros, Antonio Babuglia, Bs. As. 1945 -El general Urquiza en la Instrucción Pública, M. Ruiz Moreno, La Facultad, Bs.As. - Urquiza y su tiempo, Beatriz Bosch, EU DEBA, Bs. As. 1980.- Hist. de Entre Ríos. Política, étnica, económica, social, cultural y moral, T. II, Filiberto Reula, Edit. Castellví S. A. Santa Fe, 1971.- Entre Ríos mi país, Alberto Gerchunoff. págs 116 al 126, Edit. Futuro, 1900.- El Colegio Nacional del Uruguay, en el 75° aniversario de su fundación. N° Único, Establecimiento Gráfico Argentino, Bs. As. 1925, Notas y discursos edita dos por la Comisión de ex alumnos del Colegio.
Antonio Babuglia

Antonio Babuglia 

refiere sobre Eráusquin en San José:


"Al llegar el alba, fuéle comunicado que, por disposición del General, iba a ser enviado, porque se había re suelto ejecutarlo allí. Engrillado, vejado, afrentado, Erausquin llega en el carro que lo conduce a San José, próximo al Palacio del General. Este, mostrando cierta nerviosidad, va al encuentro. 

El canónigo casi extenuado.... se enderezó cuanto pudo, sosteniéndose prendido a un estacón del carro, e increpó al General"... "Por toda respuesta ordenó que fuera desengrillado y le llevó, él mismo, a su coche y a su palacio. Yo necesito, le dijo, un hombre de entereza y de carácter, como usted; yo no soy sanguinario, ni déspota, ni mandón: usted mismo se con vencerá que cumplo una misión de paz y de civilización, en la que pido que coopere con su ayuda. Voy a fundar un Colegio... usted será el Rector de ese Colegio y en sus manos pongo el Porvenir de la Patria. Y así fue nombra do Eráusquin, el primer Rector del Colegio Histórico del Uruguay...


Págs 23 y 24 de "El 51, Caseros"

Alberto Gerchunoff

En La ciudad del poeta, de "Entre Ríos mi país", 

Alberto Gerchunoff cuenta:


El Colegio se preparaba para celebrar una gran fiesta literaria con motivo de la visita anunciada de don Justo José de Urquiza. Se adoraron las aulas con la bandera de Entre Ríos, se trajeron guirnaldas de laurel y se había puesto, en el salón magno, el retrato del brigadier. El rector qui so que el niño Andrade (Olegario) leyera un discurso que le escribió para el caso... Más de una semana llevó al obstinado rector en enseñar ademanes patéticos y formas de exclamación... Andrade, sin despojarse de su perpetua melancolía, íbase al otro patio para continuar, con Roca como oyente, el repaso del discurso."

..."El padre Manuel se aprestó a espiar la cara de Urquiza, para sorprender el efecto que produciría su memorable discurso pronunciado por Andrade... 

Los maestros lo sabían frase por frase, los alumnos lo recitaban párrafo por párrafo. Mas, las primeras palabras de Andrade desconcertaron al rector y al auditorio. En vez de mirar a Urquiza, el padre Manuel miraba al orador, sin comprender lo que sucedía, e inseguro, si oía bien o mal...

Es que Andrade, al recibir el encargo, se sintió ofendido y se lo confesó a Roca y Roca le aconsejó que lo aprendiera, pero que, el día de la fiesta pronunciara un discurso propio. El padre Eráusquin quien tardó en reponerse de su sor presa y perdonó a Andrade los comentarios ulteriores, las sonrisas de los pupilos, las alusiones de los profesores y aún la felicitación de Urquiza por tener alumnos tan aventajados...


(págs. 123, 124 y 125, "Entre Ríos mi país" de A. Gerchunoff)

Olegario Andrade

Dice Pedro Luis Barcia en su prólogo del recio libro "Olegario V. Andrade Obras Poéticas" que Editorial Confluencia obsequió al Instituto Magnasco en 1998, año centenario de esta entidad:

"...Andrade elaboró y ejerció la imagen del poeta vate, del cantor dotado de voz profética y de visión anticipadora, orientador de los destinos ciudadanos. Esta antigua concepción griega y hebraica, retomada por los románticos, fue asumida y practicada por el entrerriano: "Siempre al cambiar de rumbo en el desierto/ la caravana humana halla un poeta/ para enseñarle el horizonte abierto", dice, precisamente, en su poema "a Víctor Hugo", pontífice y hierofante."

Monumento a Andrade en el Parque Unzué. Inaugurado el 21 de octubre de 1933; presidido por el Ministro Miguel Giandana, en representación del Gobernador Etchevehere. Habló allí con alta belleza el poeta Andrés chabrillón. (Cuadernos Nº 34)

Olegario Víctor Andrade

Las Ideas


Surge a veces en el llano, 

y en la loma a veces brota, 

susurrando mansamente, 

como de una arteria rota 

cristalino manantial.


Manantial inagotable 

cuya linfa fresca y pura 

se desliza, misteriosa 

bajo arcadas de verdura, 

como sierpe de cristal.


Dante sombra con sus ramas 

los arbustos de la orilla, 

y desplega ante sus plantas, 

la balsámica gramilla 

su magnífico tapiz.


Ya se vuelca en un ribazo, 

ya se arrastra en una hondura, 

ya parece, desde lejos, 

en la faz de la llanura 

misteriosa cicatriz.


Pero avanza, siempre avanza, 

deja el llano, cruza el monte, 

y, al murmullo de sus pasos, 

se va abriendo el horizonte 

como el velo de un altar.


Lo saluda el ave errante, 

con dulcísimos gorjeos, 

y le cuenta el aura tímida 

sus amantes devaneos, 

a la luz crepuscular.


La onda leve se agiganta, 

su rumor se torna en grito, 

como el pecho en que fermenta 

la ansiedad del infinito, 

la inquietud del porvenir.


Y creciendo y avanzando 

el raudal se torna en río, 

y va el río tumultuoso, 

imperterrito y sombrío 

con el mar a combatir.


Así nacen las ideas 

manantiales de onda pura; 

las ideas, que no tienen 

más escudo ni armadura 

que escudo de la fe.


Pero avanzan silenciosas, 

se retuercen, forcejean, 

y se allanan las montañas, 

y los páramos chispean 

a los golpes de su pie.


(Olegario V. Andrade)

CVADERNOS

en 

EGB

18

Por Silvia Razzetto

de Broggi

ENCONTRAR MAESTRO

En las reuniones del 8 de septiembre de 1787 y del 20 de octubre de 1804, los miembros del Cabildo de San José de Gualeguaychú, observan la necesidad de proveer Maestro para la Escuela de primeras letras. Los acuerdos firmados esos días ilustran aspectos de un tema preocupante: la educación formal de la niñez, en el tiempo de los Borbones.

Cuando se plantifican las villas entrerrianas, en 1783, don Thomás de Rocamora señala los solares para la Escuela: allí se construirá una sala y una habitación, con paredes de palo a pique, techo de paja con sus corredores. Todo el lugar se cercará con palo a pique. 

La soledad, la pobreza de los habitantes, la ausencia de Órdenes Religiosas que establezcan Conventos en la región, la indiferencia virreynal, evitan concretar la alfabetización. ¿Y los sacerdotes?. Algunos, como don Francisco Arias Montiel, párroco en la Bajada del Paraná, o Fray Pedro Goytia, en Concepción del Uruguay, en distintos momentos, organizan escuelas parroquiales, de breve duración.

En veintisiete años de vida colonial, el Cabildo de Gualeguaychú nombra dos maestros: a don Francisco Parrado, en 1787 y a don Miguel González Vayo, en 1804.

La población se entera, por los Bandos fijados en la puerta de la Iglesia y proclamados, reiteradamente, en la Plaza Mayor.

En Francisco Parrado los cabildantes ven las "excelencias y virtudes que se requieren" para "la educación de los niños e instruirlos en los primeros rudimentos de las letras y enseñanza de la doctrina Cristiana, cosa tan necesaria a nuestros Sagrados dogmas". Por ello, sin pérdida de tiempo, ordenan que todos los Padres que tienen hijos de cuatro a seis años y aún mayores, están obligados a mandar los a la Escuela. Pagarán al maestro, cuatro reales mensuales en plata o en productos del país.

Nueve años después, la escuela no funciona por falta de sostén económico.

Por orden del Virrey Joaquín del Pino, el Cabildo debe colocar en "la Maestría de Escuela de Primeras Letras", a don Miguel González Vayo. Los cabildantes objetan la decisión, pero la obedecen. Se acuerda: obligación de los padres de enviar a sus hijos.

Las familias pudientes pagan, por niño, 4 reales mensuales; los menos pudientes, a proporción y los pobres, de limosna. Los escolares asisten tres horas a la mañana y tres a la tarde. La distribución de materias, las actividades, los elementos didácticos, las sanciones disciplinarias no son descriptas por el Cabildo.

En 1806, se reitera su nombramiento. Pero, la Junta de Mayo de 1810, cancela el título de maestro y le obliga a hacer el servicio militar. En realidad, por denuncias efectuadas ante las autoridades, don Miguel nunca ejerció la docencia. Los padres no enviaron sus hijos a la Escuela. Explican, que el maestro es hombre díscolo y procaz. Además, desempeña el oficio "incompatible de Pulpero y ataonero".

INVESTIGACIÓN Y TEXTOS. Nati SarrotJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRIGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Silvia RAZZETTO de BROGGI - Carlos M. CASTIGLIONEAurelio GOMEZ HERNANDEZ
Digitalización: Museo "Casa de Haedo" :  Natalia Derudi - Danilo Praderio - Pilar Piana - Marianela Muñoz.Edición y OCR del texto: Patricio Alvarez DaneriTRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI - DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
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