Cuaderno Nº 195

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GUALEGUAYCHÚ, Domingo 5 de noviembre de 2000CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 195
JOSÉ MARÍA SOBRAL: el héroe regresa a su tierra- LA CIUDAD SE PREPARA- ENTRANDO A NUESTRO RÍO EL HÉROE ES MÁS NUESTRO
CVADERNOS en EGB (Por Silvia Razzetto de Broggi)16 - UN PROBLEMA MATEMÁTICO

JOSÉ MARÍA SOBRAL: 

el héroe regresa a su tierra

Por NATI SARROT

"He leído muchas relaciones de viajes polares: no recuerdo haber leído la descripción de una partida tan triste, tan sin despedida, sin adioses, como la nuestra; ninguna mano que agitara un pañuelo; ninguna voz de buen viaje..." 

José María Sobral (21- 12- 1901)

"Jamás temió hallar su sepulcro entre los hielos antárticos" porque debía volver "para referir a la humanidad los misterios que allá guarda la naturaleza" colaborando como ninguno antes, a asegurar la Soberanía de Argentina sobre aquella zona.

Alférez José María Sobral

A 30 de noviembre de 1903. Circula una invitación al pueblo de Gualeguaychú para reunirse en el Teatro 1° de Mayo, a fin de conciliar de qué forma, ha de adherir al programa con que el país festejará el retorno de la corbeta "Uruguay", trayendo a su bordo a la expedición del sabio Nordenskjöld, rescatada de los hielos polares.

Entre los salvados del largo aislamiento en la base antártica de Snow Hill, llegarán al puerto de Buenos Aires, el Alférez José María Sobral y el Teniente de Fragata Ricardo Hermelo, 2º Comandante de la nave que había cumplido la proeza del rescate... Uno y otro, hijos de Gualeguaychú.

La noticia ha llegado aquí, donde se espera, ansiosamente, se cumplan los actos que los coparán luego de su entrada al puerto metropolitano (2 de diciembre de 1903); para poder tenerlos unos días en la ciudad natal, a fin de mostrarles la alegría y el orgullo de sus copoblanos, por la hazaña del joven marino expedicionario y la arriesgada acción de su salvador, hechos que les han ganado un sitio de privilegio en la Historia de Gualeguaychú, con reconocimiento nacional y hasta de los centros de estudio europeos.

La vida de Sobral nos ubica, cada vez que la tratamos, en la certeza de que se le debe mayor y más frecuente acercamiento, por la esencia que trasmite su personalidad, por el producto de su hacer y por la forma de cumplirlo. 

Algo hemos dicho en CVADERNOS 8, 18 y 75, ahora nos ubicaremos en aquellos días de fines de 1903, en los momentos de una Gualeguaychú con casi 14.000 habitantes, entre urbanos y de quintas, conmovida y comprometida por tener tan cerca a los actores de una epopeya que ha trascendido el límite nacional para ganarse en el mundo.

De la reunión del 30 a las 20 y 30, surgió una comisión de recepción y homenaje a los dos hijos de la ciudad y se incluye al Comandante de la "Uruguay" Julián Irizar el que recibirá también una de las tres medallas de reconocimiento. 

Se participa a entidades de Gualeguaychú y se abren a más de ellas, adhiriendo al festejo, las de otros pueblos de Entre Ríos honrados también por sus comprovincianos.

LA CIUDAD SE PREPARA

Se concreta al fin, la fecha del arribo. Saliendo de Buenos Aires a las 18 hs. del 26 de diciembre, se estará en la Boca del Gualeguaychú, en doce horas.

Allí se producirá el encuentro con los que, partiendo de nuestro muelle alcanzarán a Sobral, precisamente, en la Boca. Se adelanta que Irizar ha designado un representante y Hermelo justifica la insoslayable imposibilidad de participar de los actos.

Será la unidad 107 del Ministerio de Obras Públicas de la Nación, empavesada para la ocasión, con J. M. Sobral de pie sobre cubierta, la que esperará al A. B. C. para ponerse a la par e invitar a los ansiosos miembros de las comisiones de recepción a subir a la nave y, juntos ya con él, continuará el viaje hasta Gualeguaychú donde se ha dado cita al pueblo para las 10 horas.

Como curiosidad, tal vez no coincidencia fortuita, la 107 M. O. P. viene al mando de Mateo Quintana y su maquinista es Vicente Ledesma, ambos gualeguaychuenses.

El puerto de Gualeguaychú adornado el 27-12-1903 para la llegada del Alférez Sobral a su ciudad

ENTRANDO A NUESTRO RÍO EL HÉROE ES MÁS NUESTRO

Una lluvia tempranera despejó el ambiente y devolvió los colores puros a los árboles y a las flores. No debía aparecer muy distinto el pueblo a los ojos del hijo que lo reencontraba después de diez años de ausencia.

Como era costumbre en las recepciones, el puerto, las calles: Alem, Bolívar, Mitre, 25 de Mayo y Pellegrini (por donde caminaría hasta llegar a su casa el Alférez Sobral) se habían adornado con banderas y gallardetes. Tres tranvías, carruajes y coches harían marco al sitio desde donde el barco apoyaría la planchada al muelle.

Se ha pedido a los vecinos, adornen los frentes, ventanas, balcones, etc. y que junten flores para arrojar al paso del Héroe, tendiéndole una blanda y colorida alfombra.

Hasta se ha impreso una poesía de anónimo autor local "A la Uruguay", la que se distribuirá en la manifestación popular.

Desde ese momento el Programa agolpa una nutrida sucesión de actos que el Alférez encabezará superando su natural humildad, su cansancio de días abrumadores, ante el requerimiento de sus copoblanos que se ubicarán hasta en lugares insólitos para poder quedarse con la imagen del joven héroe que esperanzado "Jamás temió hallar su sepulcro entre los hielos antárticos" porque debía volver "para referir a la humanidad los misterios que allá guarda la naturaleza" colaborando como ninguno antes, a asegurar la Soberanía de Argentina sobre aquella zona.

Llegada del Alférez Sobral a su  casa de calle San Martín entre las actuales Pellegrini y Chalup de Gualeguaychú. 

"El Censor" de Gualeguaychú del 29 de diciembre de 1903, en dos páginas completas, satisface la apetencia del más curioso de los lectores con la descripción de los actos de un programa pleno de festejos que prueban la euforia popular por celebrar, por conocer, por tener cerca al hijo que enorgullecía su cuna.

Inocencio Furques de "El Noticiero" y Policarpo de la Cruz Domínguez de "El Censor", es decir la prensa local, la Comisión de Recepción de Caballeros y las damas que la crónica periodística halaga y menciona con sus nombres, poniendo con su presencia, la cuota de belleza, dulzura y sensibilidad que la sociedad de la época les confiere.

Hasta una entrevista de un Redactor de "El Censor", colman los días de José María Sobral entre nosotros. Inician el domingo 27 para culminar con un baile en el Recreo Argentino, en la noche del 31 de diciembre. Regresará a Buenos Aires. Y, después de completar informes referentes a su experiencia en Antártida, abandonará la Armada y se recluirá en el mundo silencioso de la investigación científica.

Desfile de bienvenida por calle 25 de Mayo y Pellegrini de Gualeguaychú, del Alférez Sobral 

Cinco días. Desde las 9 a.m. del 27/12 en la Boca.- Recepción en el Puerto, discurso de Luis Maria Daneri, agradecimiento de Sobral, Marcha hasta su casa. Saludos, discurso de Cándido E. Irazusta, agradecimiento. A las 6 p.m. Corso de flores con desfile de carruajes en 25 de Mayo, con presencia del Alférez. 10 hs. p.m., Kermesse en la Operai Italiani con rifas y remates de tarjetas firmadas por Sobral seguidos de baile hasta la madrugada del 28. A la 1 p.m. del lunes entrevista de "El Censor"- "Dará puntadas" a su conferencia para el acto de las 8 en el "1º de Mayo". Cena en el Hotel Comercio, discurso del Dr. Emilio Marchini que agradecerá Sobral. -31 de diciembre: Baile en el Recreo Argentino. Entrega de medallas y diplomas de Concordia, residentes de Gualeguaychú en Colón y del Paraná, por parte del Intendente Juan José Franco.

El tiempo habrá refrescado, a la distancia, las emociones vividas por este hombre excepcionalmente sencillo y profundamente sabio. María de las M. Chaparro (Andrea Sameghini) quién tuvo el privilegio de estar en la casona de los Sobral, en oportunidad de sus visitas a Gualeguaychú, nos ha dejado la pintura de aquellas reuniones familiares "de las que era respetuoso y en las que sólo pedía se callara su nombre…"

El día 1 de enero de 1904 Sobral abandona su pueblo natal.

La corbeta "Uruguay", trayendo a su bordo a la expedición del sabio Nordenskjöld,  entre ellos el Alférez Sobral, rescatada de los hielos polares. 
El Alférez Sobral y su primera cena en familia
El Alférez Sobral  con su esposa Elna Klingström con quien tendría 9 hijos
La comisión pro-marinos en casa del Alferez José M. Sobral el 27 de diciembre de 1903
El Alférez Sobral  (a la izquierda) con Otto Nordenskjöld en la isla Cerro Nevado, c. 1904
 El Alférez José M. Sobral en el refugio antártico Snow Hill (islote Wedell). Aquí vivió 20 meses.
El Alférez Sobral  con sus padres en su casa de Gualeguaychú
Placas Recordatorias de José María Sobral en su casa de calle San Martín Nº633  de Gualeguaychú
 El Alférez José M. Sobral
Foto arriba: El Alférez Sobral  en unos de los campamentos de invernada Abajo: El Antartic en su escala en Malvinas.
Casa de José María Sobral en calle San Martín Nº633  de Gualeguaychú
Postal de la época con la firma del Alférez José M. Sobral. El teniente de navío Julián Irízar fue elegido para comandar la operación y el teniente de fragata Ricardo Hermelo, como segundo comandante.

Acta de Bautismo de José María Sobral

En el día once julio de mil ochocientos ochenta, yo, el cura vicario, bauticé solemnemente en esta Iglesia Parroquial de San José de Gualeguaychú a un niño nacido el 15 de abril del corriente año a quien puse por nombre José María; es hijo legítimo de Enrique Sobral y Luisa Iturrioz, siendo los padrinos José Iturrioz y Carmen Sobral a quienes advierto el parentesco espiritual y demás obligaciones de que doy fe. Firma del párroco.

(Fuente: FamilySearch)

CVADERNOS

en 

EGB

16

Por Silvia Razzetto

de Broggi

UN PROBLEMA MATEMÁTICO

El 27 de abril de 1796 el cabildo de San José de Gualeguaychú solicita consentimiento y ayuda económica al gobierno virreynal para construir una sala capitular, una cárcel y una escuela de primeras letras. La Contaduría General necesita estudiar el presupuesto de la obra. En cabildo abierto del 3 de enero de 1800 se plantea el problema: calcular los materiales y los costos que demandará la construcción.

Dibujo de Aurelio

A trece años de su fundación, la villa entrerriana no presenta signos de progresos edilicios. Esto advierten sus cabildantes, que toman decisiones reunidos en la casa del Alcalde. Observan la precariedad de la cárcel: un rancho de adobe y paja, con alguna abertura que suelen tapar con cuero vacuno. Al carecer de puerta resistente los reos salen impunemente, evitando cumplir la condena establecida. Además, notan que la escuela ha dejado de funcionar por falta de dinero y por no poseer un edificio apropiado.

En ese tiempo, en el pueblo existen seis pulperías. Por vía de composición remiten a la Real Hacienda, treinta pesos anuales. ¿Puede conceder el gobierno las rentas de dos de ellas para formar los "propios del Cabildo"?. Así se enfrentarían las inversiones constructivas. La Contaduría General no pone reparos. Debe formarse un presupuesto, con sujetos fidedignos y personas inteligentes del lugar.

En el verano de 1800 se decide la reunión de Cabildo Abierto. Están los nueve cabildantes, el Comandante de Milicias, el Receptor de Rentas, el Síndico Procurador y los vecinos más competentes, es decir, alfabetizados.

Se plantea el problema. Para construir un edificio sólido de veintiséis varas de largo, cuatro de alto y el ancho correspondiente, ¿cuánto material es necesario?. La dificultad surge enseguida: ¿cómo se puede realizar el cálculo para el presupuesto?. Nadie lo sabe.

Entonces alguien sugiere levantar una vara de pared con ladrillos de adobe. 

Aceptada la idea, fabrican un muro. Se necesitan cien ladrillos. Ahora, calculan largo, ancho, grueso del material y lo que consume la vara de elevación. Para estimar las baldosas y las tejuelas, se realiza la misma operación.

¿Describimos la construcción?: Sala Capitular, una pieza de seis varas de largo y un aposento de cuatro, con dos puertas y dos ventanas de medio punto. Cárcel, una pieza de seis varas de largo, un calabozo de cuatro y las puertas de afuera dobles con cerrojo y rastrillo. La del calabozo, firme, con cerraduras y herrajes correspondientes. Para la guardia, una pieza de seis varas de largo, con puertas y ventanas. Toda la construcción de ladrillo y teja; asentada en cal y arena. Las piezas continuas y con una galería, al lado que mire hacia la Plaza Mayor. Se rodeará todo el sitio con cerco de palo a pique. Para la Escuela de primeras letras, se diseña una sala de ocho varas de largo y un aposento de cuatro varas. Las paredes se construyen de palo á pique, el techo de paja con sus corredores. Todo el lugar se cerca con palo á pique.

El Cabildo presidido por Francisco García Petisco, eleva el cómputo de materiales: Ladrillos... 44.000.- Tejuelas.... 3.500.- Tejas... 16.000.- Cal... 500 fanegas.- puertas... 6.- Ventanas... 4.- Rejas... 3.- Postes para cercar... 1.000. Se incorporan otros rubros: Jornales; Salario para el maestro de primeras letras; Adornos para la sala capitular y función de Iglesia; maderas; clavos, alcayatas, cerraduras.

FUENTE CONSULTADA:

Fernando Raffo "Gualeguaychú. Sus primeras Instituciones" Bs. As. 1903. En Almanaque El Censor Gchú. 1905.
INVESTIGACIÓN Y TEXTOS. Nati SarrotJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRIGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Silvia RAZZETTO de BROGGI - Carlos M. CASTIGLIONEAurelio GOMEZ HERNANDEZ
Digitalización: Museo "Casa de Haedo" :  Natalia Derudi - Danilo Praderio - Pilar Piana - Marianela Muñoz.Edición y OCR del texto: Patricio Alvarez DaneriTRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI - DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
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