Cuaderno Nº 135

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, Domingo 3 de Mayo de 1998CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 135
LOS ARROBOS DE LA TARDE- Daniel ElíasMEMBRETES, esos testimoniosCalles de GualeguaychúArtesanos y aprendices
CUADERNOS PREGUNTA... EL PROFESOR ALMEIDA RESPONDEGeología del Río Gualeguaychú - Parte IX- LOS SERVICIOS DE LA ARENISCA

LOS ARROBOS DE LA TARDE

Daniel Elías


Nacido en Gualeguaychú, (10-3-1884), hizo DANIEL ELIAS sus estudios secundarios en Concepción del Uruguay; los universitarios en La Plata. 


Fue Juez de Menores y Juez en lo Civil, ejerciendo en Gualeguaychú y Concepción. Hijo de José María Elías y Norberta Piquet, casó con Emma Bousquet.


En la vecina ciudad, donde residía, puso fin a sus días el 29-11-1928.


Después de su muerte, sus amigos editan: "Las alegrías del sol" (1929) y "Los arrobos de la tarde" (1938) - 


Ver: CVADERNOS Nº  37, en su tapa.

Daniel Elías

I

En la dócil quietud de tu pestaña

tembló un rayito de aquel sol de enero,

como un insecto de oro, prisionero

en la urdimbre de seda de una araña.


Con intención galante, aunque traviesa,

sinteticé un elogio en un vocablo

que fue con la inclemencia de un venablo

a clavarse en mitad de tu sorpresa.


Tu risa se calló como la tarde;

bajé la vista, me engolfé cobarde

en la desolación de mis motivos;


pero observé, por tu actitud coqueta

e indultaba la audacia del poeta

el perdón de tus ojos compasivos.


II

Las horas discurrían por el cielo

y arriba, sobre un fondo color plomo,

surgió una blanca nubecilla, como

si la tarde perdiera su pañuelo.


Se quejaba la brisa amargamente

enviudada de sol y en el jardín

el chorro de la fuente era un violín

armonizando interminablemente.


Con la mística unción que te mereces

rocé tu nombre, repetidas veces;

y al pensar en tu imagen, dulce y bella


y quererla grabar sobre mi mente,

Dios fue tan bueno, que inmediatamente

brindó a mis ojos, la primera estrella.


III

Dulcificado de distancia, vino 

el canto de un zorzal hasta tu reja 

como la triste y melodiosa queja 

de un sonámbulo bardo campesino.


Sobre las frondas del sauzal vecino 

la luz se resolvió en una bermeja 

totalidad de ocaso, y en su vieja 

cinta de ensueño se durmió el camino.


Nos influyó la soledad tranquila; 

el ave enmudeció, calló una esquila 

y se pacificaron los rebaños;


y al iniciar mi súplica ferviente 

la luna nos miró severamente 

como una madre espolvoreada de años.


DANIEL ELIAS

"Los inolvidables membretes"


MEMBRETES, esos testimonios

El membrete comercial, según lo tenemos asumido en CVADERNOS, constituye un estimable testimonio en cuanto aporta, con total autenticidad por supuesto, una toma de fe de tiempo, lugar y circunstancia.

Bajo el título de "Los inolvidables membretes" hemos venido publicando pequeñas piezas históricas que certifican por sí solas, facetas del desenvolvimiento comercial e industrial de Gualeguaychú. 

A la vez, esos membretes aportan a la sensibilidad del lector un momento emotivo, una porción convocante a la remembranza.

Continúen insertando esos membretes porque hacen mucho bien, nos dijo hace poco un lector coleccionista de nuestro Suplemento.

En homenaje, entonces, vaya esta exhumación a toda página.

Calles de Gualeguaychú

El 6 de diciembre de 1848 tuvo lugar la batalla de Arroyo Grande, en la que el Gral. Urquiza venció al Gral. Fructuoso Rivera.

En recuerdo de esta batalla es que se dio el nombre de Arroyo Grande a una calle de Gualeguaychú, cuando fue elevada al rango de ciudad en 1851.

Más tarde se reemplazó el nombre por calle del Plata, y es la misma que hoy se nomina Luis N. Palma. (Hubo un periodo en los años 50 de este siglo que se llamó Soberanía al tramo que corre en doble mano, desde el nacimiento en Avenida Costanera, hasta L. Sáenz Peña, al 500).

Artesanos y aprendices

En la mitad del siglo pasado, aparecen en archivos, CONTRATOS entre Artesanos que ejercían su oficio con taller y Aprendices con voluntad de aprenderlo y ejercerlo. 

Estos acuerdos o contratas se firmaban ante escribano; además el Comandante Militar y/o Político de cada Departamento efectuaba, en el de su cargo, un control, elevando planilla al Gobernador de Entre Ríos, quien otorgaría la autorización.

El Cnel. Rosendo M. Fraga, con fecha 25 de enero de 1847 desde Gualeguaychú, eleva: 

Relación de los artesanos que han establecido Talleres en este pueblo, con expresión de Profesión y aprendices que por orden superior han recibido para enseñarles sus artes respectivas. En esa nota se detallan: nombre del artesano, Profesión, nombre de los aprendices que trabajan en el taller, período contrato. 

Resulta interesante conocer la actividad artesanal en la ciudad, para lo que este documento que se estudia, tiene valor testimonial.

Puyol Miguel, Sombrerero, tiene como aprendices a Epifanio Carreras y Luis García. 

Melgarejo Pedro, Carpintero, a Leandro Gómez. Rudecindo Rodríguez a Ambrosio Mosqueira; Ramón Marcó a Manuel Aguiar y Nicolás Ariosa en el mismo oficio de carpintero. 

Mauricio Pérez, Lomillero, a Gerónimo Godoy; Abdón Redemil a Albino Guerrero y Eugenio Tornacué. 

Mosqueira Miguel, Platero, a Braulio Saraví, Benito Sosa y a Hilario Mosqueira. 

Luis Marquini, Herrero, a Roberto Bazzan. 

José Mármol, Zapatero, a Emilio Silva; Sonini Luis, a Martiniano Mosqueira; Barnache Miguel, a Policarpo Ojeda, también en zapatería. 

Anselmo Vera, Sastre, a Guillermo Díaz y Alvino Aguilar. 

Miguel Mora, Albañil, a Félix Barbosa y Manuel Lencion. 

José González, Hornero, a Saturnino Sánchez y Juan Castro; Raymundo Magallán, a Marcelino Godoy y José Leyva. 

Luis Guignat, Grabador en mármol, Escultor y Hornero, a Seferino Leyba y Antonio Zalasar. 

También hemos hallado Contratos individuales, en Libros del Registro de la Propiedad Inmueble de Gchú, como el que reza:

1) Deseando concluir de aprender el Oficio de Zapatería, Francisco Giménez, Oriental, recibe en clase de aprendizaje a Antonio Puertas, español, por dos años de plazo en que se obliga a darlo oficial completo, asignándole un sueldo de diez pesos por mes, desde ayer. 

2) Cumplido el primer año, se ajustará el sueldo, si es que hay adelanto.

Para esto se obligan sus personas y bienes. 

Firman: Fco. Giménez; a ruego de Antonio Puertas, José M. Ibarguren; Escribano José María Méndez Rodríguez, en Gualeguaychú a 7 días de Marzo de 1854.


Fuentes

Doc. 25 de enero de 1847 an Archivo Gral. de la Nación T. 24, fs. 66 del 16 de enero al 14 de febrero. Comandancia Militar. Arch. Urquiza. - Contrata de trabajo Registro de la Propiedad Inmueble de Gchú. Libro 1854.

CVADERNOS


le pregunta y

el Profesor

ALMEIDA

responde

Geología del Río Gualeguaychú

LOS SERVICIOS DE LA ARENISCA

PARTE IX

Hemos presentado ocho notas referidas a lo que podríamos llamar el personaje ilustre de Gualeguaychú; la piedra arenisca.

Lo hemos ubicado en su lugar de origen, cómo se presenta, dónde es más abundante y los sitios más accesibles. 

Ahora nos dedicaremos a considerar cuándo, dónde y cómo, este personaje prestó servicios al hombre. 

Gualeguaychú, como todos los pueblos, tuvo sus problemas y muy serios, a los que debió darles solución y, en los más graves y urgentes era preciso obtener material óptimo y en grandes cantidades. 

Nuestros abuelos miraron hacia el río; allí estaba lo que necesitaban, pero -¿Será suficiente lo que vemos?, se dijeron: ¡allí también hay!

Exploraron el fondo del río. -¡Allí también hay! Miraron, caminaron... -¡Sí, hay! Aguas arriba más de 40 Hm. ¡Sí, en abundancia!. Tierra adentro, entre los montes, allí dormían enormes bancos...

Cerca del pueblo, también casi en la superficie y a diferente profundidad, también. -¡Sorpresa!... Millones de toneladas de arenisca dormían en el subsuelo de la ciudad nueva. El hallazgo apabulló a nuestros abuelos, pero... ¿Habían encontrado la solución buscada?

Nos queda mencionar cuáles fueron las tareas que reclamaron la intervención de aquellos. 

En primer lugar, estaba el río; navegación a vela hasta casi fines del siglo XIX. Los barcos impulsados por el viento debían tener una quilla profunda. Sin quilla con prolongación de fondo que fuera de uno a un metro y medio, no puede navegar a vela.

El canal de acceso a nuestro río ponía permanentemente grandes dificultades.

El comercio, el transporte de todo tipo, los que viajaban, lo hacían por vía fluvial. La escasa profundidad del canal impedía la libre navegación. Ni con posibles dragados tenía solución ese problema. Veamos las causas:

El río Uruguay corre de Este a Oeste hasta la curva en la que cambia rumbo al Sur. Es en esa curva donde está el canal de acceso a nuestro río. Es conocida la marejada que se origina cuando soplan vientos del N.E., del E. y del S.E., que son los más frecuentes. Por su acción, el agua corre y castiga la ribera derecha, la que, desde el Ñandubaysal hasta la Boca es casi totalmente de arena. 

El oleaje afloja; la empuja -la arena no flota llevándola poco a poco a lo profundo y al O. y, en grandes cantidades, hacia el canal de nuestro Gualeguaychú.

Ese aporte es permanente y no puede evitarse. -¿Cuál es la solución?... Crear un terraplén paralelo al canal para detener la marcha de la arena. Problema de nuestros abuelos: ¿Terraplén?... ¿Con qué?... ¡Con piedras!

Ahí apareció el PERSONAJE. ¡Tenemos! ¡Tenemos! Y nuestros abuelos saltaron de alegría.

Tenían la solución... ¿Cómo?... Ya se lo contaremos, porque vale la pena que lo sepan.

INVESTIGACIÓN Y TEXTOS. Nati SarrotJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRIGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Prof. Manuel ALMEIDA - Carlos M. CASTIGLIONEAurelio GOMEZ HERNANDEZ
Digitalización: Museo "Casa de Haedo" :  Natalia Derudi - Danilo Praderio - Pilar Piana - Marianela Muñoz.Edición y OCR del texto: Patricio Alvarez DaneriTRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI - DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
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