Credința în Dumnezeu

Creencia en Dios

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La creencia en Dios, su opuesto -la increencia-, los distintos grados entre ambas,2​ y las distintas formas de tal creencia, son un tema central del pensamiento. En él confluyen la teología, la filosofía o la antropología.3

... en la actualidad Dios no encuentra fácil acomodo, al menos en la geografía occidental. Hace más de un siglo que Nietzsche... lo declaró viejo y cansado, incapaz de asumir las tareas que los nuevos tiempos demandan [-muerte de Dios-]. Y un gran conocedor e intérprete de Nietzsche, M. Heidegger, no tuvo reparo en afirmar que “en el ámbito del pensamiento es mejor no hablar de Dios”. ... 


Occidente ha seguido, más bien, el itinerario de Feuerbach: “Dios fue mi primer pensamiento, el segundo la razón, y el tercero y último el hombre”. En el ámbito filosófico, la teología de ayer se llama hoy antropología. Y tampoco asistimos en la actualidad a contundentes proclamaciones de ateísmo. El ardor negativo de otros tiempos ha dado paso al desinterés actual. Muchos ateos de ayer prefieren llamarse hoy increyentes.3

La creencia en Dios puede darse mediante muy distintas posiciones teístas: el politeísmo (creencia en múltiples divinidades), el henoteísmo (consideración de una sola divinidad como digna de culto, negando tal condición a otras, cuya existencia puede ser o no objeto de cuestión), el monoteísmo (creencia en un solo Dios), el panenteísmo (creencia en un Dios que subsume y trasciende el universo), el panteísmo (creencia en un Dios identificado con el universo), etc.

El ateísmo niega la creencia en la existencia de Dios y el agnosticismo niega el conocimiento de tal existencia (o incluso la posibilidad misma de tal conocimiento).

Las distintas religiones no son tanto diferentes formas o propuestas de creencia en Dios4​ como cuerpos doctrinales que orientan la vida y que en consecuencia generan un modo de actuar.5

Se han buscado razones biológicas, psicológicas y sociológicas para explicar la prevalencia de la creencia en Dios en la población en general, así como las diferencias entre distintos grupos humanos y a lo largo de la historia.6

La creencia en Dios, su opuesto -la increencia-, los distintos grados entre ambas,2​ y las distintas formas de tal creencia, son un tema central del pensamiento. En él confluyen la teología, la filosofía o la antropología.3

... en la actualidad Dios no encuentra fácil acomodo, al menos en la geografía occidental. Hace más de un siglo que Nietzsche... lo declaró viejo y cansado, incapaz de asumir las tareas que los nuevos tiempos demandan [-muerte de Dios-]. Y un gran conocedor e intérprete de Nietzsche, M. Heidegger, no tuvo reparo en afirmar que “en el ámbito del pensamiento es mejor no hablar de Dios”. ... 


Occidente ha seguido, más bien, el itinerario de Feuerbach: “Dios fue mi primer pensamiento, el segundo la razón, y el tercero y último el hombre”. En el ámbito filosófico, la teología de ayer se llama hoy antropología. Y tampoco asistimos en la actualidad a contundentes proclamaciones de ateísmo. El ardor negativo de otros tiempos ha dado paso al desinterés actual. Muchos ateos de ayer prefieren llamarse hoy increyentes.3

La creencia en Dios puede darse mediante muy distintas posiciones teístas: el politeísmo (creencia en múltiples divinidades), el henoteísmo (consideración de una sola divinidad como digna de culto, negando tal condición a otras, cuya existencia puede ser o no objeto de cuestión), el monoteísmo (creencia en un solo Dios), el panenteísmo (creencia en un Dios que subsume y trasciende el universo), el panteísmo (creencia en un Dios identificado con el universo), etc.

El ateísmo niega la creencia en la existencia de Dios y el agnosticismo niega el conocimiento de tal existencia (o incluso la posibilidad misma de tal conocimiento).

Las distintas religiones no son tanto diferentes formas o propuestas de creencia en Dios4​ como cuerpos doctrinales que orientan la vida y que en consecuencia generan un modo de actuar.5

Se han buscado razones biológicas, psicológicas y sociológicas para explicar la prevalencia de la creencia en Dios en la población en general, así como las diferencias entre distintos grupos humanos y a lo largo de la historia.6

La creencia en Dios, su opuesto -la increencia-, los distintos grados entre ambas,2​ y las distintas formas de tal creencia, son un tema central del pensamiento. En él confluyen la teología, la filosofía o la antropología.3

... en la actualidad Dios no encuentra fácil acomodo, al menos en la geografía occidental. Hace más de un siglo que Nietzsche... lo declaró viejo y cansado, incapaz de asumir las tareas que los nuevos tiempos demandan [-muerte de Dios-]. Y un gran conocedor e intérprete de Nietzsche, M. Heidegger, no tuvo reparo en afirmar que “en el ámbito del pensamiento es mejor no hablar de Dios”. ... 


Occidente ha seguido, más bien, el itinerario de Feuerbach: “Dios fue mi primer pensamiento, el segundo la razón, y el tercero y último el hombre”. En el ámbito filosófico, la teología de ayer se llama hoy antropología. Y tampoco asistimos en la actualidad a contundentes proclamaciones de ateísmo. El ardor negativo de otros tiempos ha dado paso al desinterés actual. Muchos ateos de ayer prefieren llamarse hoy increyentes.3


La creencia en Dios puede darse mediante muy distintas posiciones teístas: el politeísmo (creencia en múltiples divinidades), el henoteísmo (consideración de una sola divinidad como digna de culto, negando tal condición a otras, cuya existencia puede ser o no objeto de cuestión), el monoteísmo (creencia en un solo Dios), el panenteísmo (creencia en un Dios que subsume y trasciende el universo), el panteísmo (creencia en un Dios identificado con el universo), etc.

El ateísmo niega la creencia en la existencia de Dios y el agnosticismo niega el conocimiento de tal existencia (o incluso la posibilidad misma de tal conocimiento).

Las distintas religiones no son tanto diferentes formas o propuestas de creencia en Dios4​ como cuerpos doctrinales que orientan la vida y que en consecuencia generan un modo de actuar.5

Se han buscado razones biológicas, psicológicas y sociológicas para explicar la prevalencia de la creencia en Dios en la población en general, así como las diferencias entre distintos grupos humanos y a lo largo de la historia.6

La creencia en Dios, su opuesto -la increencia-, los distintos grados entre ambas,2​ y las distintas formas de tal creencia, son un tema central del pensamiento. En él confluyen la teología, la filosofía o la antropología.3

Credința în Dumnezeu, opusul său - neîncrederea -, gradele diferite dintre ambele și diferitele forme ale unei astfel de credințe, sunt o temă centrală a gândirii. În ea se reunesc teologia, filosofia și antropologia.

Credința în Dumnezeu, opusul său - non-credința-, diferitele grade dintre ambele și diferitele forme ale unei astfel de credințe, sunt o temă centrală a gândirii. În ea se reunesc teologia, filosofia și antropologia.

... en la actualidad Dios no encuentra fácil acomodo, al menos en la geografía occidental. Hace más de un siglo que Nietzsche... lo declaró viejo y cansado, incapaz de asumir las tareas que los nuevos tiempos demandan [-muerte de Dios-]. Y un gran conocedor e intérprete de Nietzsche, M. Heidegger, no tuvo reparo en afirmar que “en el ámbito del pensamiento es mejor no hablar de Dios”. ... 

... in prezent Dumnezeu nu gaseste o cazare usoara, cel putin in geografia occidentala. Cu mai bine de un secol în urmă Nietzsche... l-a declarat bătrân și obosit, incapabil să-și asume sarcinile pe care noile vremuri le cer [-moartea lui Dumnezeu-]. Iar un mare expert și interpret al lui Nietzsche, M. Heidegger, nu s-a scuzat să afirme că „în domeniul gândirii este mai bine să nu vorbim despre Dumnezeu”. ...

... in prezent Dumnezeu nu-si gaseste usor adapost, cel putin nu in geografia occidentala. Cu mai bine de un secol în urmă Nietzsche... l-a declarat bătrân și obosit, incapabil să-și asume sarcinile pe care noile vremuri le cer [-moartea lui Dumnezeu-]. Iar un mare expert și interpret al lui Nietzsche, M. Heidegger, nu s-a abtinut să nu afirme că „în domeniul gândirii este mai bine să nu vorbim despre Dumnezeu”. ...

Occidente ha seguido, más bien, el itinerario de Feuerbach: “Dios fue mi primer pensamiento, el segundo la razón, y el tercero y último el hombre”. En el ámbito filosófico, la teología de ayer se llama hoy antropología. Y tampoco asistimos en la actualidad a contundentes proclamaciones de ateísmo. El ardor negativo de otros tiempos ha dado paso al desinterés actual. Muchos ateos de ayer prefieren llamarse hoy increyentes.3

Occidentul a urmat mai degrabă itinerarul lui Feuerbach: „Dumnezeu a fost primul meu gând, al doilea a fost rațiunea, iar al treilea și ultimul a fost omul”. În domeniul filozofic, teologia de ieri se numește astăzi antropologie. Și nu asistăm în prezent la proclamații puternice ale ateismului. Arda negativă din alte vremuri a făcut loc dezinteresului actual. Mulți atei de ieri preferă să se numească necredincioși astăzi.

Occidentul a urmat mai degrabă itinerarul lui Feuerbach: „Dumnezeu a fost primul meu gând, al doilea a fost rațiunea, iar al treilea și ultimul a fost omul”. În domeniul filozofic, teologia de ieri se numește astăzi antropologie. Și nu asistăm în prezent la proclamații puternice ale ateismului. Ardoarea negativă din alte vremuri a făcut loc dezinteresului actual. Mulți atei de ieri preferă să se numească azi  non-credincioși.

La creencia en Dios puede darse mediante muy distintas posiciones teístas: el politeísmo (creencia en múltiples divinidades), el henoteísmo (consideración de una sola divinidad como digna de culto, negando tal condición a otras, cuya existencia puede ser o no objeto de cuestión), el monoteísmo (creencia en un solo Dios), el panenteísmo (creencia en un Dios que subsume y trasciende el universo), el panteísmo (creencia en un Dios identificado con el universo), etc.

Credința în Dumnezeu poate apărea prin poziții teiste foarte diferite: politeism (credința în divinități multiple), henoteismul (considerarea unei singure divinități ca demnă de închinare, negarea unei astfel de condiții altora, a căror existență poate fi sau nu subiect de întrebare) , monoteism (credința într-un singur Dumnezeu), panenteism (credința într-un Dumnezeu care subsumează și transcende universul), panteism (credința într-un Dumnezeu identificat cu universul) etc.

Credința în Dumnezeu poate apărea prin intermediul unor foarte diferite poziții teiste: politeism (credința în multiple divinități), henoteismul (considerarea unei singure divinități ca demnă de cult/închinare, negand astfel de condiții altora, a căror existență poate fi sau nu subiect de întrebare), monoteism (credința într-un singur Dumnezeu), panenteism (credința într-un Dumnezeu care subsumează și transcende universul), panteism (credința într-un Dumnezeu identificat cu universul) etc.

El ateísmo niega la creencia en la existencia de Dios y el agnosticismo niega el conocimiento de tal existencia (o incluso la posibilidad misma de tal conocimiento).

Las distintas religiones no son tanto diferentes formas o propuestas de creencia en Dios4​ como cuerpos doctrinales que orientan la vida y que en consecuencia generan un modo de actuar.5

Se han buscado razones biológicas, psicológicas y sociológicas para explicar la prevalencia de la creencia en Dios en la población en general, así como las diferencias entre distintos grupos humanos y a lo largo de la historia.6

Ateismul neagă credința în existența lui Dumnezeu, iar agnosticismul neagă cunoașterea unei astfel de existențe (sau chiar însăși posibilitatea unei astfel de cunoștințe).

Diferitele religii nu sunt atât forme sau propuneri diferite de credință în Dumnezeu, cât corpuri doctrinare care ghidează viața și, în consecință, generează un mod de a acționa.

Au fost căutate motive biologice, psihologice și sociologice pentru a explica prevalența credinței în Dumnezeu în populația generală, precum și diferențele dintre diferitele grupuri umane și de-a lungul istoriei.

Ateismul neagă credința în existența lui Dumnezeu, iar agnosticismul neagă cunoașterea unei astfel de existențe (sau chiar însăși posibilitatea unei astfel de cunoștințe).

Diferitele religii nu sunt atât forme sau propuneri diferite de credință în Dumnezeu, cât corpuri doctrinare care ghidează viața și, în consecință, generează un mod de a acționa.

Au fost căutate motive biologice, psihologice și sociologice pentru a explica prevalența credinței în Dumnezeu în randul populației in general, precum și diferențele dintre diferitele grupuri umane și de-a lungul istoriei.