Cuaderno Nº 177

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GUALEGUAYCHÚ, Domingo 6 de febrero de 2000CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 177
EL AGUARIBAY HISTÓRICO, EN EL PATIO DE LA FAMILIA ECHAZARRETA- Colores- La ResinaMEDIA MANZANA PARA UNA FAMILIA GRANDEEL PERIODISMO EN GUALEGUAYCHÚSOY TAN ASÍ (Dijo Sancho)

UN ÁRBOL CURIOSO EL AGUARIBAY

EL AGUARIBAY HISTÓRICO, EN EL PATIO DE LA FAMILIA ECHAZARRETA

Si uno sigue averiguando es seguro que el árbol que nos ocupa, tenga todavía otros nombres más, es decir, que como anda desparramado por casi toda la república, en cada región las gentes lo conozcan a su manera. 

La denominación científica es Schinus molle y la expresión más divulgada: Aguaribay.

En Catamarca el árbol es conocido por Molle del Perú y ya en Jujuy le dicen Molle de Bolivia; en la Mesopotamia he oído decirle Gualeguay y en diversas partes Pimentero, Árbol de la pimienta, Pimentero del Perú, Bálsamo Pimentero, Curanguay, Bálsamo Picante, Terebinto y qué se yo cuántas denominaciones más.

Colores

Los indios ponían en maceración las hojas para obtener un tinte amarillo y lo mismo hicieron luego los hilanderos e hilanderas que procuraban ese color para sus tejidos. Según se dice, el amarillo que se obtiene con la hoja de aguaribay es más persistente que otros amarillos que se logran de otros vegetales.

Tiene el aguaribay, o como se llame, según donde se levante, el respeto de los mora dores del lugar y tiene su leyenda, o sus leyendas, que cada cual acomoda la anécdota a su gusto. Nunca falta el individuo que por tal o cual causa fue convertido en aguaribay, como no falta la niña que obtuvo del árbol la cura para el mal de su madre. 

Según se cuenta, una joven desesperada porque no había manera de salvar a su progenitora, afectada por un mal que la desmejoraba día a día, se sentó llorosa al pie de un aguaribay y al extender sus manos abiertas con las palmas hacia arriba, en súplica a Dios, para que le diera su amparo, su ayuda y la salvación de la madre enferma, una gota amarillenta cayó en cada una de sus palmas. Emocionada, la joven quedó inmóvil y otras y otras gotas cayeron.

Cuando ya el conjunto de gotas había formado una pasta, una voz le ordenó que corriera a aplicarle todo aquello a su madre. Así lo hizo la niña y la mujer curó de su mal.

Cada árbol, cada planta, está en el mundo por alguna razón. La vida es una complementa Ición de lo que uno hace por conservarla recogiendo lo que la Naturaleza nos brinda. En el caso del aguaribay o terebinto o como se le quiera llamar, lo que da es abundante y como en la leyenda de la niña que tenía la madre enferma, su aporte es tan interesante, o más que la leyenda misma. 

(Télam. Por Alfredo Burnet Merlin)

La Resina 

El árbol tiene una amplia dispersión y ya los indígenas lo utilizaban para curar diversos males. Los Jesuitas recogieron al respecto buena información y en las poblaciones que hicieron con los aborígenes supieron aprovechar las experiencias autóctonas, recogiendo resina de las hojas y las ramas del aguaribay que luego empleaban para tratar úlceras.

Hoy día aún se utiliza la resina en la Mesopotamia pero ya para tratar enfermedades de las vías urinarias. La gomosidad que expele su tronco es usada -y lo ha sido también antes- como purgante. Cuando en nuestro país se produjo una epidemia de cólera hace algo así como un siglo atrás, se apelaba a cualquier tratamiento para obtener alivio a los enfermos y entre ellos aplicaciones con resina de aguaribay que, según se decía, producía muy buenos efectos.

MEDIA MANZANA PARA UNA FAMILIA GRANDE

En su serie Casas y Caserones, el capítulo referido a "la casa donde nació y vivió Zoraida Echazarreta", ANDREA SAMEGHINI lo inicia así:

"Fue la solariega casa de sus mayores, ubicada en Vences (hoy Rivadavia) y República Oriental... Los primeros moradores fueron los bisabuelos de Zoraida, Don Eugenio Echazarreta y Doña Andrea Alvarez, naturales de Buenos Aires, del viejo Barrio del Alto de San Pedro Telmo. De esa unión nacieron siete hijos: Mariano (abuelo de Zoraida); María, casó con su primo Julián Echazarreta, de esa unión nació Felipa, casada con el Dr. Cándido Irazusta (abuelos de Marcelo, Rodolfo, Julio y María Julia Irazusta); Nicasia, casada con Sixto Neyra (abuelos del inolvidable periodista José María Neyra; Paulina, Ramón, casó éste con Secundina León, hija de Don José Agustín de León, el Cerrajero Real. Una hija de este matrimonio, Alcira, contrajo enlace con el español Ramón Pereda, y fueron tronco de otra familia que hizo de la caridad su esencia de vivir, Máxima y Eulogio.

"El edificio primitivo ocupaba media manzana, una cuadra por Vences y media por Rca. Oriental y su construcción data del año 1834, aproximadamente. Lo componían dos cuerpos de vivienda, la casa principal y la llamada casita chica. La casa principal, con puerta zaguán con abanico de hierro forjado con iniciales, cinco ventanas frente al S., con vidrios y rejas; una ventana a la tienda, con postigos dobles...

EL PERIODISMO EN GUALEGUAYCHÚ


Quien fuera un estimado convecino, don Rogelio Deleón, fundó en 1921 semanario "NUEVOS CAMINOS", hoja que hasta su último día constituyó un simpático aporte, destinado a cubrir, en especial, las lícitas necesidades del consumidor de eso que hoy llamamos "publicaciones del corazón".

Se caracterizó el semanario de Deleón por su límpido lenguaje, apto en realidad para toda la familia. Su cuota en la picaresca de la época de los ceñudos señores y atildadas señoras y señoritas, alcanzó acaso para un coqueto requiebro de pestañas, según recordamos.

Cuando NUEVOS CAMINOS cumplió 17 años, otro esforzado periódico local, "La Verdad", en su edición del 19 de julio de 1938 dejó expresado:

"... En sus columnas se reflejan todas las palpitaciones de la juventud de nuestra ciudad, que con vivo interés prestó desde el día de su aparición, esa cooperación valiosa con que fue dándole personalidad y elevando así el prestigio y mérito, que luego de salvar grandes dificultades con el sacrificio que las causas imponen, conquistó la simpatía y aceptación merecida.

"Con gran júbilo es esperado todos los domingos, porque lleva en sus páginas ese ritmo espiritual que la juventud ansia leer y que es el fiel reflejo de sus propias inquietudes..."

SOY TAN ASÍ

(dijo Sancho)

A los fines de la cultura filológica el Dr. Martín Alonso cita este sabroso diálogo de Don Quijote con Sancho, su escudero (Parte II, 7):


- Señor, yo ya tengo relucida a mi mujer a que me deje ir con vuesa merced a donde quisiera llevarme.

- Reducida has de decir, Sancho, -dijo Don Quijote-, que no relucida.

-Una o dos veces, respondió Sancho-, si mal no me acuerdo, he suplicado a vuesa merced que no me enmiende los vocablos, si es que entiende lo que quiero decir en ellos, y que cuando no lo entienda, diga: "Sancho, o diablo, no te entiendo", y si yo no me declarare, entonces podrá enmendarme; que yo soy tan fácil...

- No te entiendo, Sancho -dijo Don Quijote, pues no sé qué quiere decir soy tan fácil...

- Tan fácil quiere decir, -respondió Sancho soy tan así...

INVESTIGACIÓN Y TEXTOS. Nati SarrotJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRIGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Silvia Razzetto de Broggi - Carlos M. CASTIGLIONEAurelio GOMEZ HERNANDEZ
Digitalización: Museo "Casa de Haedo" :  Natalia Derudi - Danilo Praderio - Pilar Piana - Marianela Muñoz.Edición y OCR del texto: Patricio Alvarez DaneriTRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI - DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
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