Parte III
Como primer tema con referencia a los túneles, vamos hoy a considerar, en particular, sus principales características.
Tenemos dos características observadas en los túneles que conocemos de Paraná por la información que nos ha llegado del señor Mernes, un entusiasta investigador de esa capital.
Algunos tienen una conformación que nos desorienta porque en sus estructuras no hay unidad de estilo. Formas diversas, técnicas variadas; unos son demasiado grandes, sin armonía; en parte grandes, en otra reducidos, construidos con distintas técnicas o materiales; falta prolijidad y los hay muy desordenados. En cambio en otros se observa una sola técnica, prolija, uniforme; el mismo material; excelente construcción.
Predomina siempre la técnica de los jesuitas misioneros. El ladrillo cocido a horno, de gran tamaño: 0,45 por 0,20 y 0,07 o 0,08 de espesor de buena factura; techos de bóveda, muy bien construidos, excelente piso y prolijo revoque, con un material muy duro.
Aún no conocemos el material utilizado y en las aberturas el arco de medio punto, de construcción perfecta.
La altura del túnel, por lo general de 2 metros y el ancho de un metro; material notable por su solidez. Lo que más llama la atención es su sistema de ventilación, que proporciona una excelente provisión de aire puro.
A propósito, para la ventilación, en todas las construcciones se utilizan aljibes, conocidos en el siglo anterior y parte del actual, para la provisión de agua, recogiendo la de las lluvias.
Los aljibes de los jesuitas hacen lo llamado "tiraje": es decir, producen una corriente de aire tipo "chimenea" que eleva el aire hacia el brocal, provocando la entrada de aire puro por orificios hechos en la parte lateral y baja de las paredes, donde se ubican rejillas de hierro. Constantemente circula el aire que así se va renovando.
Esos aljibes proporcionaban buena ventilación y el agua de lluvia, necesaria para los que ocupaban los habitáculos subterráneos que, por lo general, tienen una dimensión de 3,50 por 3,50 metros con 3 metros de alto. Cuando son muchos, se conectan entre sí a través del arco de medio punto. Su techo es una bóveda muy bien construida con un material sumamente duro.
Los habitáculos están conectados a los aljibes, para su ventilación, por túneles construidos con los ladrillos del tipo jesuita ya mencionados y con una medida de 1,50 de ancho por 2 metros de alto.
En uno de los túneles que tenemos en nuestra ciudad, que va desde el atrio de la Catedral San José hasta la Jefatura de Policía, a través de la Plaza San Martín, se ubican dos aljibes. Uno en la llamada rotonda (odeón) y el otro donde se alza el monumento a "Diana cazadora".
Dentro de la Jefatura de Policía (antigua Comandancia) hay dos. Otro se hallaba en la actual Catedral, en terreno que antes fuera cementerio.