Ya teníamos tres ilustres personalidades en función de nuestro Gran Órgano.
Ahora vienen las dos restantes. Producido el acontecimiento aquel del cual en abril reciente se han cumplido 69 años, apuró el Padre Blasón los trámites tendientes a contar con un organista capacitado "para obtener todo el caudal sonoro que el Órgano nos podía brindar".
Formidable redondez del destino coronó a tanto esfuerzo, arribando a Gualeguaychú, procedente también de Italia, el presbítero Desiderio Moia, sacerdote diplomado como concertista de órgano. El Padre Moia, hombre de fino oído y vasta cultura musical, se constituyó, más allá del atildado organista, en un formador de vocaciones musicales y en realizador concreto, fundando la Escuela de Cantores Santa Cecilia, vale decir, el afamado Coro Santa Cecilia que tanto honor ha brindado a Gualeguaychú, pueblo este al que Moia amó con esa recatada humildad que hoy es catalogada como fiel expresión del vivir "con bajo perfil".
Oriundo de la bella Italia, nacido en Gozzano, Enrico (Enrique) Vercelli, al aceptar construir nuestro Gran Órgano, "sin pensarlo en ese momento le dio el si a su nueva patria, ya que desde entonces y hasta muerte al promediar los años setenta, fue nuestro distinguido copoblano".
Evidenciando las calidades del artesano de lucido vuelo, don Enrique, en poco más de un año, fabricando prácticamente todo en esta ciudad, con excepción de unas piezas y la ebanistería, por él dibujada, le dio a Gualeguaychú el privilegio de contar con un artesanal descendiente de la Flauta de Pan, ponderado luego, en juicios autorizados, como un Gran Órgano.
EL ACTO INAUGURAL: LOS PADRINOS
El 14 de abril de 1929 en la Iglesia San José (hoy Catedral) el Obispo de Paraná, Monseñor Julián P. Martínez, presidió el solemne acto en el que se declaró inaugurado el Órgano neumático tubular, construido por el natural de Gozzano, Italia, don Enrico Vercelli, a la sazón radicado en Gualeguaychú luego de haber montado en Concepción del Uruguay (1927) el órgano construido en la fábrica de Bozzano, Italia, en la hoy Basílica de la Inmaculada Concepción.
Poco después de las 16 horas se inició el acto, multitudinario, con el Himno Nacional Argentino, la bendición y el discurso alusivo. A continuación, el maestro músico Darío Peretti, diplomado en el Real Liceo de Bologna y organista residente en C. del Uruguay, desarrolló el primer concierto en el flamante instrumento.
Fueron Madrinas de Honor: Dolores I. de De Deken, Juana L. de Díaz, Zoraida M. de Echazarreta, Josefa P. de Boggiano, Malvina M. de Olaechea, Rosa y María Luisa Clavarino.
Padrinos: Bernardo Luis Peyret y Sra., Enrique Arigós y Sra., Pedro Borrajo y Sra., Eduardo Goñi y Sra., Salvador Rossi y Sra., Julio C. Bottani y Sra., Luis M. Daneri y Sra., Jesús Martínez Nieto y Sra., Juan Labayen y Sra., Mario García Reynoso y Sra., Roberto Crovetto y Sra., David Della Chiesa y Sra., Alfredo Zuloaga y Sra., Luis Bogliacino y Sra., José Dasso y Sra., José González y Sra., Alviro Benetti y Sra., Paulino Palma y Sra., Ángela C. de Dumón, María Méndez, Ana Gavazzo, María Mercedes Echazarreta, Laura Méndez, Sofía R. de Etchebarne, Eladia A. de Borques, Juana S. de Grané, Francisca Frávega. Marcelina L. de Parma, Irene B. de Nardi y Blanca Chichizola de Morrogh Bernard.