Cuaderno Nº 132

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, Domingo 15 de Marzo de 1998CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 132
LAS TARJETAS POSTALES: HISTORIAS GUARDADAS EN LOS DESVANES- MENSAJERAS DEL AMOR...- LAS POSTALES EN LA ARGENTINA- LAS TARJETAS EN EL MERCADO- EN GUALEGUAYCHÚ CON SUS DESTELLOS- VIEJAS TARJETAS POSTALESAl Pobre Diablo: El más surtido- Ubicación de "Al Pobre Diablo"- D. Agustín Piaggio
CUADERNOS PREGUNTA... EL PROFESOR ALMEIDA RESPONDEGeología del Río Gualeguaychú - Parte VI- LA EROSIÓN POR LAS LLUVIAS

LAS TARJETAS POSTALES

HISTORIAS GUARDADAS EN LOS DESVANES


En reciente reunión semanal del equipo que produce CVADERNOS, se dijo: 


¡Qué linda sería una tapa con tarjetas postales! 

Nos pareció excelente la idea, bella la posibilidad gráfica y a poco rato se nos vino al paladar periodístico todo el regusto en función de las aristas temáticas que ha conllevado el largo, profundo, insondable existir de las tarjetas postales, ignotas intermediarias para el tejido de historias sobre los aconteceres sociales, políticos, económicos y, esencialmente sentimentales, en el mundo de un ayer no muy lejano.

MENSAJERAS DEL AMOR...

Las tarjetas postales que representan a los enamorados han desaparecido por completo, excepto en las vitrinas de coleccionistas y negociantes, afirmó hace casi una veintena de años, Pierre Ferran, un prestigioso periodista historiógrafo francés. 

A la vez preguntaba: ¿Habrá que deducir que en nuestros días, cuando los graffiti trepan a los ladrillos ya no se escribe?. Y se contestaba Ferran: "Las estadísticas del P.T.T. indican que sobre 12.867 millones de objetos, se han contado 6.122 millones de cartas, 1.965 de postales; el resto está constituido por paquetes, periódicos, impresos, etc. (...) 

En cuanto a la "tarjeta amorosa", bien se puede afirmar... sólo existe a título de recuerdo o bajo la forma de imitaciones fotográficas vulgares. Esto ¿dejaría entender que ya no se ama? Aparentemente, no, puesto que se lo grita con remeras en las que un corazón vierte lágrimas de sangre (¡vendidas con toda una gama de nombres!) con otras que plagiando a Gotlib llevan impreso en letras verdes "Rhaa Lovely" con otras en que se puede leer "Mad white love" (siempre en inglés). 

Al mismo tiempo, la tarjeta de amor se ha convertido en producto no renovado más y más raro, y en objeto de colección... Las más apreciadas son las fileteadas con hilos de plata, adornadas con baudel de tul y cintas o consteladas de una panoplia de minúsculos objetos (angelotes, palomas, paraguas, estrellas rutilantes, recortados y luego adheridos con pasta).

Afirma Ferran: A lo sumo, ahora se utilizará el teléfono, pero lo más frecuente es que se lo declare directa y muy prosaicamente, a la interesada.

LAS POSTALES EN LA ARGENTINA

Vilma Colina, secretaria de redacción del Suplemento de Letras de "Convicción", aquel importante diario que fue, nos dejó por su parte esta excelente definición:

"Carta pequeñita, mensaje neto, ceñido a la lógica del centímetro, esquela pintada. Primores para decir algo y decirlo rápidamente, antes de que la oportunidad pase o muera la circunstancia que la produjo. 

Antiguas tarjetas postales. Allí han quedado los amores cándidos de las tías, los recuerdos de viajes de toda la familia, los episodios que permiten reconstruir las alternativas del romance "entre papá y mamá" (...) Y, tanto como el colorido anverso, el rever so perfeccionó una retórica peculiar (...) 

Como los romances en Castilla, los textos se armaron con restos memorizables de poemas románticos o neoclásicos y alguna endecha escapada de un tango. Todo de público contenido, ya que se enviaban sin sobre (Tal vez por eso aquellas reconvenciones, dudas, quejas o alegrías del alma se quedaron, todas, en casa de quien las había recibido en vez de engrosar los fajos de catas de vuelta en el acto de rescindir cada contrato pasional)."

Se ha dicho y escrito que además de la pudibunda serie AMOR, las tarjetas se desparramaron en Retratos, Naturalezas Muertas, Paisajes, Figuras Pintorescas... Vagabundos, mininos, pajaritos canoros. Vale decir, escenas para la familia. Pero también circularon en medio de una alta hipocresía desnudos, erotismo y picarescas.

El caso es que las tarjetas postales no corren más. Las actuales, que las hay, bien dicho está que parecen instrumentos paupérrimos chistes bobalicones, monstruitos surgidos de la cocina del feísmo o figuras archiconocidas como el Principito, a tenor de ternuras inventadas.

LAS TARJETAS EN EL MERCADO

Desde ya que objetos tan sugestivos aureolados por un extraño destino de misteriosa guarda, al fondo del desván o encrucijado rincón de oscuro baúl, han sido y son hoy cartones de curiosa demanda y elevados precios de mercado en las más famosas ferias, como los mercados de pulgas de Chatou, de la Villete y en el lujoso hotel George V, en París, en Plaza Dorrego de Buenos Aires o en la afamada feria de "cachivaches" de Montevideo viejo.

Las cotizaciones de tarjetas postales han arrojado transacciones anuales de más de treinta millones de francos en la Francia, cuna de este fruto de las impaciencias del corazón humano, hoy convertido en objeto de transa mercantil, como si dijéramos... "a caballo de la nostalgia".

EN GUALEGUAYCHÚ CON SUS DESTELLOS

Desde principio del siglo XX y hasta las cuatro primeras décadas del mismo, las tarjetas amorosas" como así también las formales de familia a propósito de las fiestas navideñas, fijaban en realidad, idílicas escenas. 

Simbolizaban, a través de los ornamentos, las prosas o los versos chatos, una fermentada pasión sentimental, un abrazo familiar o amistoso o, en definitiva, una cómoda solución epistolar según se puede apreciar hoy en la tapa de CVADERNOS.

María Luisa Guerra, nuestra eximia pianista, desde su activísimo andar europeo, remitía a familiares y amigos preciosas tarjetas postales. 

Hemos tenido a la vista, esos reversos de cartón donde Maria Luisa destila sus cariños para su ahijadita- sobrina, Manuela Murua Guerra. 

Los Haedo acortaban las ausencias mediante abundantes remisiones de postales de familia. 

Por otra parte, CVADERNOS ha publicado tarjetas retribuyendo saludos de Bartolomé Mitre (posando ante el pintor Nadrazo), 1909, a nuestra copoblana Hilda Nunez Tudury, al igual que el doctor Alfredo L Palacios.

Coincidimos con los que atribuyen a las tarjetas postales dos virtudes: la del testimonio y la de una suerte de poesía intimista.


Hace más de 18 años un prestigioso escritor y periodista argentino sentenció:

Mucho antes de que la industria de la nostalgia las reflotara como objeto decorativo, las antiguas tarjetas postales ya integraban, en Europa, la panoplia de novelistas y estudiosos interesados en los fenómenos sociales. 

Todo el pasado, ese país extraño quedó registrado en su peculiar retórica de anverso y reverso. 

Rescatados, también, para el arte popular, los viejos cartones son parte de una herencia colectiva.


VIEJAS TARJETAS POSTALES

Un universo diminuto, encerrado en una fotografía o un tarjetón desvaídamente coloreado.

Reductos de la poesía, del placer, del humor, de la familia unida, que permiten reconstruir otros tiempos, apenas sean extraídos de los desvanes o de antiguas cajas abrillantadas.

Para esta nota de hoy nos viene a las sienes decir con Jean Jacques Leveque:

"Se trata, pues, de encontrar un perdido pasado común, para el que los desvanes funcionan como museos familiares. Y los álbumes de tarjetas postales, como reliquias en donde se inscribe nuestra historia. Una historia en sepia: el color de un sueño teñido de melancolía".

Al Pobre Diablo

El más surtido

Con motivo de las reformas en las instalaciones del Automóvil Club de Gualeguaychú, se halló un pozo cubierto de una gruesa y sólida capa de concreto. Concurrimos con el Prof. Manuel Almeida, quien fuera consultado. 

Observamos en lo posible, tomamos fotografías y llegamos a la conclusión de que se trataba de la tapa de la cisterna u olla de un enorme aljibe construido en el pasado siglo, el que ofrecía, a pesar del tiempo, fondo, paredes y tapa en estado de admirable integridad.

Enclavado en medio de un gran patio, el aljibe sirvió para almacenar agua caída de los techos durante las lluvias, como para proveerse hasta en épocas de seca.

La casa allí situada fue un comercio llamado "Al Pobre Diablo" que gozaba del más rico surtido de máquinas agrícolas y de uso doméstico, de almacén, droguería, ferretería, bazar, zapatería, mercería y los agregados que nuestra realidad actual no permiten imaginar. Allí en la esquina S.O. de Urquiza y Chacabuco, de D. Agustín G. Piaggio, se podía comprar un libro de aritmética práctica, geometría, geografía o historia, botines, cintas, medias, un frasco de limonada purgante, un juego de copas de cristal o un arado.

También en "Al Pobre Diablo" podía retirar correspondencia la gente que vivía en su estable cimiento rural, esperar o tomar la diligencia de Salagoyti y Raffo o tratar con el maestro constructor llegado de Francia, para que le levante planos de casa o edificio, cualquiera fuera su fin práctico...

Referencias: 

1) Al Pobre Diablo y su cartel. 2) Corralón y caballerizas. 3) Techos de la casa del Dr. Eufemio Muñoz, hoy C. Sirio-Libanés. 4) Edificio de Urquiza y España que fue sede de la Municipalidad, hoy locales de comercio y Comité de la U.C.R. 5) Parte superior de la que fuera casa del Gral. Urquiza, hoy BERSA. 6) Calles: Chacabuco, 7) Yrigoyen y 8) Luis N. Palma. 9) Plaza Libertad, hoy Urquiza. Fotografía tomada desde los altos del edificio municipal, inaugurado en 1909.

Ubicación de "Al Pobre Diablo"

"Al Pobre Diablo", en Urquiza 254-256 de las tablillas de 1875 y Urquiza 1005 desde 1908, cuando a dos metros del suelo se fijaron en cada puerta las chapas enlozadas blanco y azul, con números de a 50 por cuadra y pares o impares según la vereda, ocupaba exactamente cuarta manzana y se prolongaba, además en la casa contigua sobre Urquiza (casa habitación del Sr. Piaggio y Familia) y en el depósito y caballeriza que en la vereda de en frente (sobre Urquiza) y haciendo esquina con la hoy Yrigoyen, ampliada con gran movimiento, la actividad del comercio más surtido de Gualeguaychú por espacio de muchos años y por siempre ya que la especialización por rubros terminó con la posibilidad de tal record, superación sólo posible en lo que se nos da en llamar hipermercados. (Su apertura data de alrededor de 1870 y continuó hasta pasado 1920).

D. Agustín Piaggio

Tenía D. Agustín G. Piaggio participación en otros emprendimientos. Así firmó con la Municipalidad un contrato por el que se construyó a su cargo una galería subterránea de nichos en el Cementerio del Norte. Aún podemos bajar por los accesos que se abren en la galería (a derecha de la entrada principal), a los nichos de Al Pobre Diablo, que de tal forma se los nombró popularmente. Tuvo intervención en la Comisión de una empresa Colonizadora (parcelamiento y venta de terrenos a poblar. Podía darse el tiempo necesario porque Don Agustín tenía en su gran comercio un personal de lujo en cuanto a idoneidad y confianza hombres que hasta cobraban y firmaban por él),

D. José Frávega, D. Cayetano Queirolo, D. Félix P. Badano, D. Luis Rébora, D. Manuel Vasallo y D. Ignacio Etcheverry por ejemplo, atendían las diferentes secciones de "Al Pobre Diablo" en el que las ventas eran variadísimas y de importantes montos, en pesos y calidades, que no era lo mismo vender un juego de porcelana o cristal, que un fardo de alambre o pinturas de cualquier color, o algún remedio, o cartuchos para escopetas...

Tal especialidad y refinamiento se cumplía en la casa, donde el Sr. Etcheverry dominaba el francés y el inglés y algún otro el italiano como para facilitar la compra a los clientes que no hablaran el castellano.

Avanzando ya en el siglo actual, la casa de D. Agustín G. Piaggio permanecía en actividad tanto que su cartel en el frente de calle Urquiza puede verse... y leerse con ayuda de una lupa, en la fotografía que ilustra la nota, tomada pasado 1910. (?). Entrevistas personales nos permitieron datos que tratamos de dar en apretada síntesis.

Consultados:

 Conferencias, aportes a la historia de Gchú, C. Homenaje. Gchú. 1973, de Elsa Beatriz Bachini. Registro de tablillas distribuidas en 1875, para numeración en las calles de Gchú. Avisos de Al Pobre Diablo en periódicos y revistas. Facturas de la casa de la que se reproducen dos con distintas viñetas con de talle de productos vendidos y su precio, con firmas de recibo de pago.

CVADERNOS


le pregunta y

el Profesor

ALMEIDA

responde

Geología del Río Gualeguaychú

LA EROSIÓN POR LAS LLUVIAS

PARTE VI


La presencia de grandes bloques de arenisca a flor de agua, en el río Gualeguaychú puede causar extrañeza, ya que las rocas pertenecen a los primeros milenios del período terciario o finales del secundario, es decir cerca de 30 millones de años, anteriores al cuaternario que suma los dos millones.

El cuaternario, se superpone al terciario en muchos metros de terrazas compuestas de sedimentos de gravas, gredas, arcillas y arenas. 

Es conveniente aclarar el porqué de la presencia, casi superficial de arenisca en nuestro río y en los terrenos próximos a su cauce.

Al retirarse el mar que cubría la zona, hace más de 5.000 años, los estratos cuaternarios y los acumulados posteriormente, fueron erosionados por las corrientes de agua provocadas por las lluvias. El agua llovida se desplazaba hacia el río con previa acumulación en proximidad de su cauce.

Antes de fundarse Gualeguaychú y a través de 5.000 años, la acción de la erosión acuífera afectó los estratos transportando el material más liviano y arrastrando arenas y gravas al lecho del río. El desgaste erosivo de tantos años, aunque fuera sólo de 1 ó 2 milímetros por año, trazó una pendiente más o menos rápida, según el caudal de agua que corriera.

En la zona Norte de lo que hoy ocupa la ciudad, el desagüe se orientó a través de los afluentes del arroyo Gualeyán, como el canal Bolacuá; y al Sur por los que corrían hacia el arroyo del Cura, como los cañadones Manantiales y el Laurel.

El agua de las lluvias del N.O. y del Oeste, corría por cañadas de menor porte y a través del terreno que hoy ocupa la ciudad. 

Consideremos el proceso actual: El agua de esos puntos corre, en un 25% por el canal Clavarino, que es desde luego, el Gaitán y sólo afectó la erosión en la zona que comprende unas 70 manzanas del sector S.E., antes de volcar en el río.

El 75% restante, corre principalmente por Rocamora, luego por la zona de Plaza Ramírez y toma por calle Del Valle acumulándose por lo que era el cauce del arroyo Munilla. Ya sabemos lo que al presente ocurre en esos lugares.

También tenían su desagüe por cañadas menores, a través de la ciudad. No quedan señales de es tas cañadas que fueron corregidas a medida que se edificaba y nivelaban los terrenos.

Una cañada menor de la que tenemos memoria era la que evacuaba el agua del centro, particular mente de la calle 25 de Mayo y que tenía caída por calle Suipacha (hoy Perón). Llegaba hasta Andrade, cruzaba en diagonal la manzana de la Escuela Normal (sin edificar aún), doblaba por G. Méndez hasta 3 de Febrero, y de ahí a calle Del Valle.

Los niveles de Perón, Pellegrini y Chalup, desde G. Méndez al Sur, eran muy elevados y no permitían el desagüe por ellas. Sólo la G. Méndez daba curso a las aguas llovidas. Vemos aquí, lo que ocurría en Gualeguaychú hasta principios de este siglo XX.

INVESTIGACIÓN Y TEXTOS. Nati SarrotJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRIGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Prof. Manuel ALMEIDA - Carlos M. CASTIGLIONEAurelio GOMEZ HERNANDEZ
Digitalización: Museo "Casa de Haedo" :  Natalia Derudi - Danilo Praderio - Pilar Piana - Marianela Muñoz.Edición y OCR del texto: Patricio Alvarez DaneriTRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI - DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
Gualepedia: Índice de la página