Cuaderno Nº 130

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, Domingo 15 de Febrero de 1998CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 130
La Villa se erige en Ciudad - ¿Dónde hallar el Acta?- La fiesta ciudadanaMAESTRO DE HUMORISTAS- JOSE S. ALVAREZUna escuela rural y un alumno con memoria- La Escuela N° 46- Los alumnos
CUADERNOS PREGUNTA... EL PROFESOR ALMEIDA RESPONDEGeología del Río Gualeguaychú - Parte IV- ¡GRACIAS A LAS PIEDRAS!

La Villa se erige en Ciudad 

¿Dónde hallar el Acta?

El 14 de noviembre de 1851, firmada por el Gral. Urquiza y obrando como Secretario Ángel Elías, se labra el Acta conteniendo el Decreto por el que San José de Gualeguaychú es elevada al rango de ciudad. El Decreto dice:

"¡Viva la Confederación Argentina!" 

El Gobernador y Capitán General de la Provincia de Entre Ríos, considerando: Que la Villa de San José de Gualeguaychú, por la extensión de su población, por su comercio y por sus importantes servicios que ha prestado, es acreedora a las consideraciones y alto aprecio del Gobierno: y en uso de las facultades con que se halla investido por el Soberano Congreso de la Provincia, ha acordado y decreta:

Art. 1°: Desde el día de la fecha de esta resolución, la Villa de San José de Gualeguaychú queda erigida en "CIUDAD" y en el goce de las prerrogativas y exenciones que como tal le corresponden.

Art. 2º: Comuníquese, publíquese y dése al Registro Oficial.

Dado en la Ciudad de Gualeguaychú, a 4 de noviembre de 1851."

Según nuestro primer historiador, Pbro. Juan Carlos Borques, el documento se labró en dos ejemplares; uno quedó en la Comandancia (donde se produjo hecho tan importante) y el otro se envió al Archivo General (1)

El ejemplar que quedó en Gualeguaychú (según la misma fuente) se plantó al pie de la pirámide que se levantó en medio de la Plaza e inauguró el 9 de Julio de 1879, en el ángulo S.O. de su pedestal. Luego en el lugar se alzó el monumento a San Martín. (2)

Plaza Independencia, actual Plaza San Martín, circa 1910

La fiesta ciudadana

San José de Gualeguaychú celebró en forma manifiesta la sanción del Decreto. Para su rúbrica se preparó el despacho principal de la vieja Comandancia, donde los invitados precedieron la llegada del Gral. Urquiza. 

Al momento de ser firmado la Iglesia San José hizo tañer su campana y el pueblo "salió de quicios para celebrar el acontecimiento y agradecer la gentileza del General".

Frente al Puerto, en la Isla, se sirvió un banquete de proporciones.

Es pintoresco Borques describiendo el adelanto poblacional, edilicio, comercial e industrial de Gualeguaychú y en especial el ambiente que se respiraba en esos días del 51.

"Aquí estaban los ministros extranjeros, militares de alta graduación, personalidades ilustres y emigrados argentinos que de distintos puntos llegaban para presentarse al General, hasta Sarmiento se nos descolgó desde Chile (...) aquellas fiestas terminaron en despedida del Gral. Urquiza que partió para dirigir personalmente en el Diamante...

El Pbro. Borques, en su retiro vino a vivir a Gualeguaychú en 1915. Aquí residían familiares de los que pasó rodeado. Inquieto investigador de la historia de la ciudad, dejó importantes testimonios. Falleció en 1931. Sus restos, junto a los de sus padres, yacen en una tumba cubierta de piedra tallada a la rústica, en el Cementerio del Norte. (3)


Referencias

1) Archivo que fue depositado en Edificio de Aduanas de Bs. As. donde sufrió los efectos del descuido. Recién en 1880, tomó cuerpo organizado el Archivo Histórico de Entre Ríos, Cvadernos N° 110. 2) Cvadernos Nº 1. La columna, La plaza Mayor de Gualeguaychú. 3) Instituto Magnasco en el 90° aniversario, EL ARGENTINO 31/12/1988.(Sobre Artículo de El Noticiero 4/11/1916 que firma Juan Carlos Borques).

JOSE S. ALVAREZ

MAESTRO DE HUMORISTAS

Jose S. Alvarez (Fray Mocho): Maestro de humoristas

José S. Alvarez, Fray Mocho, nacido en Gualeguaychú, había llegado a Buenos Aires muy joven y sin recursos. 

Una tarde, en la esquina de Perú y Victoria, distraído en la meditación de sus dificultades iba el joven provinciano cuando poco faltó para que le atropellara un coche que velozmente se alejó sin dejarle tiempo ni para increpar al cochero, enfundado en reluciente librea. No le quedó a Alvarez más consuelo que encararse con el vigilante de facción en esa misma esquina:

-¿Quién va en ese coche?

- El Ministro de Instrucción Pública.

-¿El doctor Onésimo Leguizamón?

- Si.

-¿Dónde vive?..

Una vez informado de su domicilio, lo fue a ver. Cuando el portero le preguntó quién era, le dijo, terminantemente: 

-Dígale que le busca un joven entrerriano.

El ministro le recibió sin etiqueta alguna y, con familiaridad que jamás olvidó Fray Mocho, le preguntó al verle: 

-¿Y usted qué quiere, paisano? 

Alvarez le explicó su situación, El doctor Leguizamón, gran espíritu comprensivo, prometió ayudarle. Cumplió con su promesa y así facilitó la carrera del primer costumbrista argentino, del nunca igualado Fray Mocho.

(Extraído de Caras y Caretas)

Una escuela rural y 

un alumno con memoria

Cuando un hombre, a los 85 años desea volver al lugar de su infancia y, en forma especial, a la vieja escuela donde recibió instrucción, regresando alegre de haberla visto nuevamente, se toma real sentido de lo que se valora, al cabo de los años, qué importante ha sido lo que aquella le dio en tan pocos períodos, tan escasos y a la vez tan ricos.

Aunque el Director y maestro tenía a cargo la enseñanza hasta el 4° grado, no todos los alumnos podían alcanzarlo.

Así fue que Don Juan Marcelino Marchesini, Don Marche, como lo llamaron siempre, vecinos y clientes, debió abandonar el estudio con sólo dos años de concurrencia para ayudar a su padre en el comercio ubicado frente a la escuela.

Dice Don Marche: "La escuela donde fui por primera vez, se llamaba Paso de los Andes', con el N° 46. Se fundó en 1924, en terreno que donó Don Sinforiano Santos. 

"Los vecinos de la zona (La lata Costa Uruguay Sur, sobre el camino viejo a Gualeguay), padres de numerosas familias, entre ellos mi padre, se convocaron a reunirse -no recuerdo el lugar- para llevar adelante la concreción de dicho establecimiento. Por supuesto que ello de mandaba mucho sacrificio a esa gente trabajadora y dificultades económicas en esa época; pero lograron superar lo que se habían propuesto: brindarle a sus hijos la oportunidad de que aprendieran a leer y escribir, que era lo indispensable..."

El Consejo General de Educación de Entre Ríos designó a Gabino Gaffa Urquiza como Director Maestro de escuela con personal único. El joven docente arremetió en la inmensa tarea de, no sólo enseñar a leer y escribir, sino a preparar sus alumnos en aritmética, geometría, contabilidad y educarlos en el respeto, el amor a la patria, al trabajo, a sus semejantes.

Dicen las hijas de D. Marchesini -las dos docentes-: Papá había aprendido a resolver problemas de regla de tres, interés, a asentar los movimientos en los libros, etc. etc. Cuando más tarde estudió Teneduría de libros por correspondencia, en Academia Sudamericana, ya tenía una buena base adquirida en su escuelita primaria de Costa Uruguay.

La Escuela N° 46

Fue después de la visita a sus viejos pagos, que Don Marche se puso a escribir, por ejemplo: que la 46 pasó a ser 88 y hoy se llama Libro Corazón, N° 71 de Gualeguaychú. Que se inauguró en 1924 con más de 43 alumnos. "Allí todo era un culto de respeto y enseñanza".

Eran otros los tiempos y otros los hombres, La Escuela y el Maestro eran, juntos e inseparables, sitio y ser a los que se acudía en situaciones difíciles y con los que se colaboraba para mantener y apoyar porque, eran parte determinante del futuro de los hijos. 

Más de una vez, el alumno se convertía en el lector que, en rueda, escuchaban los mayores de la casa. Al padre de Juan Marcelino Marchesini le sería posible conducir un almacén, aquél de frente a la escuela, con la sola ayuda de un lápiz puesto en la oreja, un libro y las libretas de fiado llevadas como documento. Eran lo que hacía falta que, para el otro trabajo, los brazos y la espalda suya y de la prole, eran suficientes.

Los alumnos

A pie, los de más cerca, a caballo los que no, llegaban a la escuela. El asistir, el juntarse a los compañeros, era una fiesta; después se pasaba el día en la casa entre los hermanos, haciendo algunas tareas que los padres ordenaban, porque era mucho lo que se trabajaba en el campo, un campo sin elementos y técnicos, sin maquinarias en el que el éxito dependía del espíritu de sacrificio puesto y sujeto siempre a los avatares del tiempo.

Cada niño o niña era el hijo y también el peón que "ponía el lomo" para la causa común: hacerse el futuro.

Chiquitos aún, eran pequeños hombrecitos y mujeres en la faena. ¡Cómo no serles livianas las horas en la escuela, el encuentro, el estudio...!

Don Marche nos muestra la fotografía (que reproducimos) y como memorioso de ese tiempo tan hermoso, enumera, con nombre o sobrenombre a todos y cada uno. Doce llevan su mismo apellido; Marchesini y 8, Fiorotto... pero seguimos, cotejándola con un prolijo testimonio encabezado en altiva letra gótica que reza: 

"ESCUELA N° 46 PASO DE LOS ANDES, HOY N° 71. FUNDADA EN 1924 EN EL DISTRITO COSTA URUGUAY SUR, DEPARTAMENTO GUALEGUAYCHÚ. LOS PRIMEROS ALUMNOS Y SU MAESTRO GABINO GAFFA URQUIZA. 

Y en cursiva, de línea fina y segura desfilan los alumnos, aquellos compañeros que hoy a 74 años no ha olvidado aunque, como dice, sólo quedamos 4 ó 5.

Juan Pautasio, Juan Antonio Marchesini, Angel Campostrini, Angel R. Marchesini, Luis La Paz, Policarpo Martinez, José Marcelino Marchesini, Enrique Fiorotto, P. Linzurain, Amalia Fiorotto, Rosa Fiorotto, Maria Luisa Campostrini (quien más más tarde fuera esposa de D. Marche), Zulema Fiorotto, Dominga Carmona, Paulina Marconi, Angélica La Paz, Luisa Fiorotto, Catalina Marchesini, Checho Linzurain, Ines Santos, Mariana Marchesini, Pedro Fiorotto, Rogelio Marchesini, Inglés Pautasio, Petrona Fiorotto, M. Angélica Marchesini, Victorio Campostrini, N. Marini Santos, Blanca Marini, Anita Pautasio, Rosa Ledri, Margarita Campostrini, Pascuala, Catalina y María Marchesini, Enriqueta Ledri, Inés La Paz, A. Mariní Santos, Juan C. Carmona, Juan Fiorotto, Amé rico Marchesini, Nacho Ferrari y Francisco Marchesini. De pie, como cubriendo el conjunto con la arrogante postura que daba el ser responsable de la formación de sus niños confiada por sus padres, Don Gabino Gaffa Urquiza.

Don Marche, cargado de la emoción de renovar su infancia, su adolescencia y a los que estuvieron y están aún con él, va indicando, de memoria, cada figura y cada nombre, al menos el que él reserva en su privilegiada cabeza y en su cálido corazón. 

Escribe también en una sintética reseña: -La enseñanza era hasta 4° grado y quien llegara a eso, terminaba el ciclo. El material de estudio era solamente el libro "Paso a Paso y el Buen Amigo. A los deberes y lectura lo hacíamos en la pizarra..."

Aunque sólo dos de esos cuatro años pudo asistir D. Marche. Debió salir para trabajar con su padre. De él heredó la inclinación; cincuenta años tuvo almacén en Gervasio Méndez y Rucci (esquina N.E.) para cerrar definitivamente el 30 de junio de 1989.

Muchos años de trabajo iniciado a fines de 1925 no le han quitado la sonrisa y la gracia. Recuerda a María Luisa, su mujer, con ternura y hasta se permite la salerosa salida de una broma:

"parece que ya en la fotografía, desde su sitio apoyando la cabeza en la D. de director del pizarrón, le hacía guiñadas furtivas a la bonita niña de la onda en la frente; la tercera (de izquierda a derecha) de la hilera ubicada un escalón más abajo".

Don Juan Marcelino, Don Marche como respetuosa y cariñosamente le llaman, nos trajo con su recuerdo un homenaje a la obra de los maestros y de las escuelas del campo, las que hoy han ido perdiendo su alumnado y con ellos el fin de permanecer; es que poco cuesta a los que aún viven en zonas rurales del departamento, poner en marcha la camioneta o el jeep para acercar los niños a la escuela de la ciudad...

Pero aquella forma de vivir, de los agricultores y ganaderos de fines del XIX y principios de este siglo, también es parte de nuestra historia. A ella la forjaron con su trabajo, sus pesares y sus sueños y muchos de los que hoy la continúan haciendo vienen de aquellos niños que de a pie o a caballo llegaban contentos a la Escuela de la zona, lo que les era como una fiesta.

Referencia

Gabino Caffa Urquiza, nacido en C. del Uruguay en 1899, hijo de Pablo Caffa y Manuela Urquiza. Ejerció en Nogoyá, Lucas González. Con 25 años vino a Gualeguaychú. Ejerció en La Lata, Perdices, Sarandí y en la Esc. N° 20 "Sarmiento", de ciudad. Falleció en 1981 en me dio del cariño de sus hijos y el recuerdo de sus ex-alumnos.

CVADERNOS


le pregunta y

el Profesor

ALMEIDA

responde

Geología del Río Gualeguaychú

PARTE IV

¡GRACIAS A LAS PIEDRAS!


Alguien me preguntó por qué habían desaparecido las hermosas playas que existieron en nuestro río, en todas las curvas que tiene desde nuestra ciudad al Norte, hasta llegar al lugar llamado Barrancas Coloradas

Barrancas Coloradas es un lugar ubicado a unos dos Km. antes del complejo Municipal de "Las Piedras". En ese lugar la barranca tiene una altura de más de 4 metros sobre la margen izquierda del río. Las playas que existieron, que en realidad eran hermosas, desaparecieron, con el abuso que se hizo por parte de las empresas areneras, en la comercialización de la arena. 

En todas las curvas o meandros que existen en nuestro río en el tramo señalado, existieron esas playas y quizá con el tiempo volvamos a tenerlas.

Eso quiero explicarlo porque: Los meandros se originan por la acción erosiva del agua en los momentos de las grandes lluvias. Al llegar el agua a esas curvas tropieza con la barranca, debe cambiar su curso y erosiona con violencia. No existiendo piedras que ofrezcan resistencia, el agua, aún derribando los árboles a los que gasta el apoyo de sus raíces, gana terreno en perjuicio de la barranca, la que pierde espacio. El agua arrastra humus, greda, arcilla y todo, menos los calcáreos o toscas.

La curva que se origina en la masa de agua produce por influencia, un gran remolino cuya curva llega la orilla opuesta. Ese remolino transporta todo el material que ha sacado. El humus, greda y arcilla que el agua lleva en suspensión son transportados a distintas distancias según su peso. Lo único que no lleva en suspensión es la arena. Esta después del envión inicial de pocos metros, por su peso, es sólo arrastrada sobre el fondo hasta la otra ribera donde el remolino la acumula, formándose la playada

Mientras la costa erosionada retrocede y pierde espacio, la costa opuesta avanza y gana el terreno que la otra ha perdido. Por eso el río, por lo general, mantiene su ancho.

A los elementos transportados en suspensión, el agua los lleva a distintas distancias, según su peso, y ello determina las variantes de profundidad en el curso del río de acuerdo al lugar donde se produzca la decantación. El humus es uno de los materiales más transportados por estar compuesto de sustancias orgánicas de poco peso, que enturbian el agua mucho tiempo y suelen llegar en suspenso a través de nuestro río, como también del Uruguay, hasta el río de La Plata donde decantan con el agua en reposo.

Como este fenómeno se produce siempre con las lluvias, que son frecuentes, tenemos la esperanza de que las playadas de nuestro río, se repongan con el tiempo. Sobre todo ahora que no se permite más el comercio con las arenas de nuestro río; los que lo navegan podrán ver ¡Qué hermosas son las playadas desde Barrancas Coloradas hasta mucho más allá del "Salto de Méndez", donde no llegaron los areneros GRACIAS A LAS PIEDRAS que no se lo permitieron.

INVESTIGACIÓN Y TEXTOS. Nati SarrotJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRIGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Prof. Manuel ALMEIDA - Carlos M. CASTIGLIONEAurelio GOMEZ HERNANDEZ
Digitalización: Museo "Casa de Haedo" :  Natalia Derudi - Danilo Praderio - Pilar Piana - Marianela Muñoz.Edición y OCR del texto: Patricio Alvarez DaneriTRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI - DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
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