Cuaderno Nº 125

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, Domingo 7 de Diciembre de 1997CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 125
LA BELLA HISTORIA DE LA ACTIVIDAD TEATRAL EN GUALEGUAYCHÚ (Silvia Razzetto de Broggi)- Los primitivos tablados- La dramática en tiempos de revolución- Gualeguaychú. La sala en la calle del teatro- El Republicano- La Banda de Música 
CUADERNOS PREGUNTA… EL PROFESOR ALMEIDA RESPONDE- José Hernández.  La difusión de su obra - Parte IV- LOS HABITANTES DE LA MANSIÓN IV (Edición Impresa)- Entre Letras y Pinturas (Carlos María Castiglione)- Vivencias de antiguos detalles - Basas- Aurelio Gómez Hernández 

La bella historia de la actividad 

Teatral en Gualeguaychú

(Parte I)

Silvia Razzetto de Broggi

Una de las formas que el ser humano tiene de expresar, comunicar, interrogar y sugerir respuestas adecuadas a los conflictos que plantea la existencia es a través de la actividad dramática. Es un diálogo consigo mismo que enriquece, moviliza, ilumina, recreando problemas, dudas, angustias... y prestando alternativas por las que optará según la visión del mundo que tenga.

La actividad teatral y todo lo que ella encierra es ámbito de sociabilidad, de encuentro con otros. Es un gozo espiritual que el ser humano se otorga desde hace milenios. Todos los pueblos han desarrollado a lo largo de la historia, diversas manifestaciones dramáticas que indican la reflexión y creatividad alcanzadas.

Entonces, en un pueblo como el nuestro, joven y vigoroso, ¿qué expresiones teatrales convocaron a sus vecinos en el siglo XIX?

LOS PRIMITIVOS TABLADOS

Cuando Tomás de Rocamora plantificó la Villa de San José de Gualeguaychú en 1783, indicó en los planos y demarcó en los terrenos los solares destinados a edificar la Iglesia, el Cabildo, la Comandancia, la Escuela, el Cementerio. Todos ellos alrededor de la Plaza Mayor. 

En aquel momento no previó el lugar donde se construiría el Teatro; quizás estimó que dada la pobreza de sus habitantes, sería un proyecto demasiado ambicioso para considerarlo entonces. También es cierto que no existían en América española muchos ejemplos para imitar; a los primitivos coliseos de México y Lima, se sumaron el de La Habana, en 1776; Buenos Aires, 1783; Caracas, 1784, Montevideo, 1793, Bogotá, 1794. 

Asegura Teodoro Klein que,

"es evidente que tal sucesión no respondía a la casualidad, sino que formaba parte de un proceso de profundos cambios en el mundo colonial. El orden imperial se resquebrajaba; crecían las ciudades americanas a impulsos de la producción y el comercio locales (...) Nuevas inquietudes filosóficas y políticas aparecían en estas tierras (...)" (Klein, 1982 )

No es imprescindible la sala teatral para disfrutar de la actividad dramática. En la época virreinal un simple tablado levantado sobre pipones, en la plaza, frente a la Iglesia o en algún estratégico baldío, con un lienzo toscamente pintado que se baja al comenzar la función y se sube al terminarla, un texto interesante, quizás de Calderón o sainetes anónimos resueltos imaginativamente por actores improvisados y un público atento, eran ingredientes suficientes para convocar y participar de la magia de la comedia o el drama.

Fiestas religiosas como Corpus Cristi, Pascua de Resurrección, el Santo Patrono de la Villa y expresiones de Lealtad al Rey, como la Jura de reconocimiento a Fernando VII de Borbón en 1808,  daban motivo a esta expansión popular. (Gianello, 1951)

Corral de comedias de teatro criollo
Teatro de la Ranchería  (Acuarela de Leónie Matthis)

En Buenos Aires, la primera sala destinada exclusivamente para teatro se estableció en 1757 y al ser elevada a Capital del Virreinato, se inauguró en 1783 el "Teatro de la Ranchería", galpón de madera y techo de paja al que se accedía por calles débilmente iluminadas con faroles a vela de sebo. En 1792 se incendió. 

Desaparecido el teatro donde se representó "Siripo" y "El amor de la estanciera",  se volvió a los improvisados tablados. 

Hasta que en 1804, en tiempos del Virrey Sobremonte, se inauguró el "Provisional de Comedias" o "Coliseo Provisorio", un humilde local con mayor y mejor iluminación. 

Para los actores, trabajar en una ciudad como Buenos Aires, con 25.000 habitantes, centro político-comercial del Virreinato del Río de la Plata, trajo cambios fundamentales. Su tarea se hizo más profesional; vivió de la actividad; tuvo a su alcance las novedades que llegaban de España. Recibió la influencia de sectores de la sociedad que simpatizaban con las ideas de la Ilustración y el Enciclopedismo y comenzó a tomar conciencia sobre su rol en la comunidad. (Klein, 1982)

En Buenos Aires, la primera sala destinada exclusivamente para teatro se estableció en 1757 y al ser elevada a Capital del Virreinato, se inauguró en 1783 el "Teatro de la Ranchería", galpón de madera y techo de paja al que se accedía por calles débilmente iluminadas con faroles a vela de sebo. En 1792 se incendió. 

Desaparecido el teatro donde se representó "Siripo" y "El amor de la estanciera",  se volvió a los improvisados tablados. 

Hasta que en 1804, en tiempos del Virrey Sobremonte, se inauguró el "Provisional de Comedias" o "Coliseo Provisorio", un humilde local con mayor y mejor iluminación. 

Para los actores, trabajar en una ciudad como Buenos Aires, con 25.000 habitantes, centro político-comercial del Virreinato del Río de la Plata, trajo cambios fundamentales. Su tarea se hizo más profesional; vivió de la actividad; tuvo a su alcance las novedades que llegaban de España. Recibió la influencia de sectores de la sociedad que simpatizaban con las ideas de la Ilustración y el Enciclopedismo y comenzó a tomar conciencia sobre su rol en la comunidad. (Klein, 1982)

Juan José de los Santos Casacuberta, alias "Juan Aurelio Casacuberta" actor pionero del teatro argentino, el más destacado en ese país en la primera mitad del siglo XIX.
Trinidad Guevara

LA DRAMÁTICA EN TIEMPOS DE REVOLUCIÓN  

La guerra de independencia, en la que se vieron envueltos los pueblos del Río de la Plata a partir de 1810, paralizó las actividades económicas y culturales. Sin embargo, el teatro se tornó militante, revolucionario. Obras, autores, actores y traductores valoraron y defendieron las ideas de Mayo: era la época de Trinidad Guevara y Juan José de los Santos Casacuberta, se negaba a los realistas y se exaltaba a los patriotas.

El repertorio clásico español, Calderón, Lope de Vega, Moreto, Montalvanes, fue reemplazado por Moliére, Shakespeare, Voltaire; se representaron  tragedias reivindicadoras del espíritu indígena como "Tupac-Amaru", "Siripo", "Ollantay", entre otras. 

En opinión de Castagnino, desde 1810 existió conciencia de teatro nacional que se apagó entre 1830 y 1852. En tiempos de Rosas, la obsecuencia, la procacidad, el mal gusto, invadieron la actividad dramática en Buenos Aires. 

Retornó el repertorio clásico español, querido por el público por su carácter simple y entretenido. Autores y actores emigraron por disidencias políticas a Montevideo. Allí se asilaron Casacuberta y la Guevara. 

GUALEGUAYCHÚ. LA SALA EN LA CALLE DEL TEATRO

La defensa de las ideas federales comprometió a los varones nativos a integrar el Ejército Entrerriano conducido por Francisco Ramírez,  y por Justo José de Urquiza, después.

Los pueblos crecieron pobremente sorteando amenazas, invasiones, saqueos, movilizaciones de tropas.

En 1836 Paraná contaba con una precaria sala de madera, quizás sin techo, construida en un lateral de la Plaza Mayor. Los espectadores llevaban sus asientos. Una Compañía de actores aficionados presentaba las funciones. (De Diego, 1967)

La Villa de San José de Gualeguaychú, de aspecto simple y humilde, experimentó en la década de 1840 un interesante movimiento económico, centrado en la actividad ganadera y el desarrollo de industrias derivadas: saladeros, graserías, curtiembres, que absorbían mano de obra calificada y un activo comercio con Buenos Aires, Montevideo y ciudades del litoral fluvial.

 "A partir de mediados del siglo XIX y durante algún tiempo, Gualeguaychú se constituyó en el puerto comercial más importante de la Provincia". (Urquiza Almandoz, 1981)

Familias extranjeras -orientales, italianas, españolas, francesas- establecieron residencia en la localidad, atraídas por el nivel intelectual, la sensibilidad artística y la amabilidad de sus vecinos que visualizaban un tiempo de prosperidad. 

La educación pública aquí y en la provincia ocupaba privilegiado lugar en la atención del gobernador Urquiza; él mismo controlaba y alentaba a los jóvenes que se destacaban en los estudios, mientras se concretaba el funcionamiento del Colegio del Uruguay. 

En enero de 1849, emigró a Gualeguaychú, procedente de Montevideo, don Isidoro de María con dos oficiales impresores y todos los útiles para instalar una imprenta. Urquiza aprobó el ingreso a esta localidad y en marzo comenzó la edición de  El Progreso de Entre Ríos. En poblaciones importantes de la provincia se instalaron imprentas, periódicos y periodistas que contaban con el apoyo del gobernador.

En enero de 1849, emigró a Gualeguaychú, procedente de Montevideo, don Isidoro de María.

Es a partir de la publicación de El Progreso que nos enteramos de la actividad teatral que se desarrollaba en la localidad.

Resulta interesante advertir la existencia de una Compañía de actores aficionados dirigida por el señor Davidini,  integrada por Gregorio Celis y Luis Villón, que presentó  con cierta regularidad, comedias, sainetes, dramas de autores españoles y franceses, en una sala situada en la calle del Teatro, actual 25 de Mayo. No sabemos exactamente dónde, ni las características del edificio. Consideramos probable que se trate de un local cerrado, con relativa comodidad ya que las funciones, desde el mes de abril a enero, se daban en horas de la noche.

En la puerta de acceso se colocaba un cartel "como de costumbre", informando horarios, programa a desarrollar y para complacer y reunir a los extranjeros residentes, las funciones se brindaban en español, francés, italiano.

"En la noche del 24 de Mayo, tuvo lugar la función teatral dada por la Sociedad de Aficionados dramáticos, en celebridad del glorioso aniversario del 25 de Mayo".

Se cantó el Himno Nacional, se leyó una Oda en homenaje a Urquiza, "sin duda, Juan Francisco Seguí es su autor", subrayó Jacobo A. de Diego. Se representó el drama en cinco actos, "Fausto de Underwald" o "El mártir por su patria".  (El Progreso de Entre Ríos 29 de Mayo 1849)

En agosto de 1849 se estrenó "El médico a palos" de Moliére, en versión de Moratín y se presentó por primera vez el alumno de la escuela de Música, Luis García, de 11 años de edad. El joven músico, con  cinco meses de estudio  interpretó en la requinta la Cavatina de la Opera "Scaramuccia".

"Es menester felicitar y aplaudir en esta ocasión el buen desempeño de la Sociedad Dramática y con especialidad al Señor Davidini (…)" (El Progreso de Entre Ríos, nº 52)

Evidentemente, si existía un grupo de personas que mes a mes buscaron, leyeron, tradujeron, ensayaron  y llevaron al escenario un espectáculo distinto, es porque un público tal vez numeroso, lo alentó en la experiencia. 

¿Qué referentes escénicos observaban? Quizás, la atención se centraba en Montevideo, por la fluidez de las comunicaciones, el intercambio comercial y el nivel de jerarquía dramática alcanzado en esa capital. 

Debemos señalar que los lazos familiares y de amistad que vinculaban a entrerrianos y orientales eran muy fuertes. En este lapso, por las tensiones políticas en la otra Banda, numerosas familias emigraron. Los vecinos de Gualeguaychú, rápidamente colaboraron ofreciendo asistencia.

En agosto de 1849 se estrenó "El médico a palos" de Moliére
En la actualidad,esquina de 25 de Mayo y Pellegrini, donde funcionó "El Republicano"

EL REPUBLICANO 

En noviembre de 1.849 el Teatro se trasladó a un nuevo local. Funcionó en el "Café 25 de Mayo", en la intersección de las actuales 25 de Mayo y Pellegrini, ángulo S.O.; se lo bautizó con el nombre El Republicano.

Para la inauguración se contó con la participación de una nueva integrante: la actriz Clorinda Cazzola, llegada de Montevideo a fines de octubre.

Se llevó a escena el drama "Mateo el veterano" de Antonio Hurtado y para fin de fiesta, el sainete "Don Saverio Echasugo". 

El espectáculo tuvo notable repercusión en las páginas de El Progreso… 

El estudioso Jacobo A de Diego advirtió:

 "estamos en presencia de la primera crítica teatral escrita en la provincia (…)"

Afortunadamente, la descripción del acontecimiento iluminó su impacto en un ambiente social. Este es, creemos, un valioso aporte:

"Hablemos ahora del teatro y del desempeño de los actores. La portada estaba iluminada por faroles, y adornada con banderas nacionales y el escudo de armas de la Provincia. Entramos en un mundo de gente que se agolpaba, y nos hallamos en medio de un espacioso local, en que cabían holgadamente quinientas personas. Extendimos la vista por el espacio, y un jardín de matizadas flores lo embellecía.Se alzó el telón, nos descubrimos como es costumbre en esos actos por respeto al público y a las autoridades que los presiden, y una nueva decoración se nos ofreció como primer objeto sorprendente.

Se abrió la escena, vestidos con bastante propiedad los personajes. El señor Davidini y la señorita Clorinda desempeñaron los primeros roles. El veterano y la hija tuvieron momentos felices, comprendiendo perfectamente sus papeles. La señorita Clorinda posee el secreto de conmover los corazones, expresando bien los sentimientos. Voz agradable y dulce, posesión teatral, gracia y desenvoltura en la acción, pronunciación correcta: calidades son que la distinguen, y que supo demostrar a pesar de la timidez consiguiente a su primera aparición en escena. Mereció justísimo aplauso, especialmente en el segundo soliloquio del primer acto y en la animada escena en que se postra humilde y lacrimosa a los pies de su irritado padre.

Tenemos el mejor concepto de su capacidad como actriz, pero nos asiste convicción de que su carácter propio es el sentimental, y que en él su mérito siempre será sobresaliente.

Davidini se desempeñó bien como protagonista, en un rol joco-serio. El orgullo, el pundonor de un viejo soldado, y las afecciones de un padre, fueron bien posesionadas.

El Duque se manifestó bien en su carácter circunspecto; Carlos y su rival trabajaron regularmente. El tiempo y el estudio acabarán de perfeccionar a nuestros aficionados actores, en cuya calidad no puede exigírseles más lícitamente" (sic)

En esos tiempos no existía escuela para  actores. El oficio se forjaba sobre el escenario. Una larga tradición había fijado usos y costumbres que se transmitían en la práctica, de generación en generación. Se acumulaban recetas heredadas de anteriores centurias junto a modernos trucos a fin de lograr el aplauso del público. El estilo actoral privilegiaba la sonoridad del lenguaje, simpatía y presencia agradable.

Desde entonces, nuevas presentaciones de la Compañía Dramática convocaron a los vecinos de la Villa en el espacioso y coqueto local. Después de cantar el Himno a Urquiza, los espectadores disfrutaron obras de Moliére en versión de Moratín, como "El médico a Palos", de José Zorrilla; "El Zapatero y el Rey", de Bretón de los Herreros; textos de Antonio García Gutiérrez y de Víctor Ducange, entre otros. Alumnos y Profesores de la Escuela de Música y la Orquesta Militar, amenizaban los entreactos.

A fines de octubre de 1850 llegó desde Buenos Aires, don Joaquín Argüelles acompañado de su esposa, doña Francisca Butters y su hija Arminda. Nuevos actores para jerarquizar la Compañía. Con el tiempo, Argüelles llegó a ser Inspector de Escuelas y su hija se unió en matrimonio con Francisco Felipe Fernández, primer dramaturgo entrerriano.

LA BANDA DE MÚSICA

A principios de enero de 1849, llegaron los diez músicos contratados por el gobierno provincial para formar la Banda. Procedentes de Montevideo arribaron al puerto local en el paylebot Pío Nono.  El instrumental se había ubicado cuidadosamente en grandes cajones. 

Apenas instalados en la Villa, los dos maestros y los músicos convocaron a los niños para iniciar las lecciones. (AGN, ARCHIVO URQUIZA, T 23, leg. 235 / T 24, legajo 23)

La Banda de Música participó en las veladas teatrales. En diciembre de 1850 EL PROGRESO… informó de algunos músicos y sus ejecuciones: Bernabé Montenegro cantaba la Cavatina de Lucrecia Borgia acompañado por el niño Luis García y Carlos Echazarreta; Miguel Lignore interpretaba Alma cara e soave, de la ópera María de Rohan de Donizetti.

¿Y el recordado Teatro 1° de Mayo? 

En esos momentos era el objetivo que preocupaba y ocupaba a numerosos vecinos de San José de Gualeguaychú. (Ver Cvadernos Nº 126)

CONSULTADOSCASTAGNINO, Raúl H (1978) De la Colonia a Caseros, Clarín Cultura y Nación.SEIBEL, Beatriz (1987) Las primeras actrices criollas, Clarín Cultura y NaciónDE DIEGO, Jacobo A. (1967) "Orígenes Teatrales en Entre Ríos", Revista de Historia Entrerriana, N° 3, Paraná.EL PROGRESO DE ENTRE RIOS, Gualeguaychú, 1849- 1850 Hemeroteca Instituto Magnasco, Gualeguaychú.GIANELLO, Leoncio (1951) "Historia de Entre Rios 1520-1910".  KLEIN, Teodoro (1982) El teatro de la Ranchería 1783-1792, en Todo es Historia nº 187, Buenos Aires.MORALES, Ernesto (1944)  "Historia del Teatro Argentino" Ed. Lautaro. Buenos Aires.URQUIZA ALMANDOZ, Oscar F (1981)  "El Teatro 1º de Mayo de Concepción del Uruguay". Revista Ser, nº 22, Concepción del Uruguay.  

CVADERNOS


le pregunta y

el Profesor

ALMEIDA

responde

JOSE HERNANDEZ

PARTE IV

LA DIFUSIÓN DE SU OBRA

El Martín Fierro ha alcanzado difusión universal, como ocurre con las creaciones literarias sobresalientes. Las numerosas versiones del poema en diferentes lenguas, lo corroboran en la nómina siguiente:

El Martín Fierro fue traducido: Al alemán por Adolfo Berstendoefer, Max Tepp y Tell Shulteis (1945). Al francés, por Paul Verdevoye (París 1955), Adolfo Villate y Marcel Carayon. Al italiano, Folco Testena (1950). Al inglés, A fragment from Martín Fierro by José Hernández por J. Anslander; por Walter Owen, New York (1936); Martín Fierro, the Argentine Gaucho Epic. de Henry Holmes (1948). Al guaraní, la Traducción en versos de Eduardo Saguier, (Bs. As. 1951). Al húngaro, lo tradujo Ladislao Szabó en 1944. Al checo, Carlos León Svoboba.

Al árabe: existen dos traducciones, de Malapi Khouri y de Yaud Jorge Neder. Al portugués; por Cecilio Meirilles. Al japonés; Miyamoto. -Al griego; por Jorge Primbas. Traducción al Catalán de Enric Marti Muntaner (1936). Al esperanto, por Adolfo Angel Quiña González. Al iddisch: por Samuel Claserman. -Al esloveno; Tini Debelja! (1970). Al armenio; Martin Fierro y La Vuelta de Martín Fierro por Sissag Kalaidjian. 

Se ha hecho edición en sistema Braile para que tengan acceso a la obra los no videntes. 

Además se conocen traducciones parciales al ruso, hebreo, gallego, sueco, croata, piamontés, rumano, vasco. 


OTRAS OBRAS DE JOSÉ HERNÁNDEZ

Enunciamos: "Rasgos biográficos del general Ángel Vicente Peñaloza", publicado en "El Argentino" de Paraná, en 1875; El gaucho Martín Fierro con final interesante sobre el camino trasandino. "Vida del Chacho Angel Vicente Peñaloza" (1875); "Juramento de los treinta y tres Orientales", carta en versos gauchescos que firmó con el seudónimo Martín Fierro, en el que hace un detallado análisis del cuadro del pintor uruguayo Juan Manuel Blanes (1878); "Instrucción del estanciero" tratado completo para la planta y manejo de un establecimiento de campo destinado a la cría de hacienda vacuna lanar y caballar (1882).

Con el título "Personalidad parlamentaria de Hernández" la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, publicó en 1947, sus discursos y proyectos que ocupan tres volúmenes. Además "Selección de escritos de José Hernández", en prosa de Antonio Pagés Larraya (1952).

Se conservan también, poesías de Hernández, la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, publicó en 1947 sus discursos y proyectos que ocupan tres volúmenes. Además "Selección de escritos de José Hernández", en prosa, de Antonio Pagés Larraya (1952).

Se conservan también, poesías de Hernández, en lengua culta, como: "El viejo y la niña", "Los dos besos", "El carpintero" y "Cantares".

INVESTIGACIÓN Y TEXTOS. Nati SarrotJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRIGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Prof. Manuel ALMEIDA - Carlos M. CASTIGLIONEAurelio GOMEZ HERNANDEZ
Digitalización: Museo "Casa de Haedo" :  Natalia Derudi - Danilo Praderio - Pilar Piana - Marianela Muñoz.Edición y OCR del texto: Patricio Alvarez DaneriTRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI - DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
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