PARTE VI
Mencionar las obras realizadas por Hernandarias, nos llevará mucho tiempo y papel. En su ciudad natal, Asunción del Paraguay, el padre José Guerra expresó:
"(…) de haber dado cuna a uno de los mayores sujetos del Nuevo Mundo, esclarecido en el arte de la paz y de la guerra, de prendas tan sobresalientes que se lo considera entre los héroes eminentes que han producido las Indias".
Fue un gran defensor de los indios y procuró por todos los medios ordenar el trato que le daban los españoles.
Todas las rebeliones de los indígenas y las frecuentes luchas para sofocarlas, se originaron en la dureza y violencia con que fueron tratados por los conquistadores.
Hernandarias convocó a asamblea a procuradores, letrados y religiosos a fin de hallar solución al problema de ese trato y lograr la paz y la concordia. Uno de los frutos del Sínodo fue la serie de Ordenanzas que promulgó y que perfeccionaron a las de Irala y Abreu, a las que Hernandarias agregó 28 artículos que dictó el 12 de diciembre de 1598.
De inmediato se preocupó por conseguir el establecimiento de los Jesuitas. Estos misioneros tuvieron en él un gran amigo. Hizo que fueran al Guayrá, al Paraná y al Uruguay.
Luego se unieron los Franciscanos. Para todo contó con la aprobación del Rey.
Se organizaron y fundaron los Pueblos Jesuítico-guaraníes en las zonas de Asunción, Corrientes y las Misiones.
Los Padres enseñaron a los indios no solo religión y las reglas prácticas de una buena economía, sino también el método para la moderación, la paz y la quietud de los pueblos; que era preciso, desde un principio, fueran entablando una vida civil con sujeción y dependencia, reconociendo en los que gobernaban la autoridad a la que se debía respeto y obediencia.
Para lograr todo esto fue menester combatir largos años con las tinieblas de la ignorancia y expugnarles la brutal libertad a que estaban acostumbrados.
Los Misioneros los aceptaron con sus creencias, hábitos, lenguaje, organización social y familiar, para educarlos y evangelizarlos en el tiempo que fuera necesario.
Los frutos de la extraordinaria obra de Hernandarias -la fundación de las Misiones Jesuíticas-se tradujo en la conquista del indio como hombres sanos, educados e incorporados al cristianismo lo que va originar los hechos más importantes de los siglos XVII y XVIII.
Preparados para la defensa de la Gobernación del Río de la Plata, la hicieron por el lapso 1620-1776, contra los intentos de conquista de portugueses, franceses, ingleses y dinamarqueses, codiciosos del territorio que España por su pobreza bélica no pudo defender.
Nuestros indios preparados e instruidos con autorización real fueron carne de cañón en esa lucha por su Patria que es también la nuestra.
"Hernandarias, modelo de honestidad y de constancia, vivió setenta años, de los cuales medio siglo dedicó al bien de estas provincias. El Paraguay y la Argentina le deben un homenaje imperecedero de mármol y bronce" (Ricardo Levene).