Cuaderno Nº 118

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, Domingo 17 de Agosto de 1997CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 118
CARLOS MARÍA MUAPE. SE FUE, TRIUNFÓ Y SIEMPRE VOLVIÓ. (Marco Aurelio Rodríguez Otero)- Perfil - A Gualeguaychú (Página íntima) 
EL RIGOR DE LOS SABLES (Nati Sarrot)UN NIÑO Y SAN MARTÍN (César Fernández Moreno)APUNTES PERIODÍSTICOS- Café Bon- Oficina de enganche- Gran empresa de Pompa Fúnebres
CUADERNOS PREGUNTA… EL PROFESOR ALMEIDA RESPONDE                Hernandarias (V Parte)LOS HABITANTES DE LA MANSIÓN IV (Edición Impresa)- Entre Letras y Pinturas (Carlos María Castiglione)- Vivencias de antiguos detalles - Ménsulas - (Aurelio Gómez Hernández)

CARLOS MARIA MUAPE:

Se fue, triunfó y siempre volvió

Marco Aurelio Rodríguez Otero

La cuna de Carlos María Muape fue mecida en Talitas, una especie de capital del criollismo en el Departamento Gualeguaychú. 

Reconocido periodista y poeta cuyo perfil lugareño caracterizó su trayectoria en LA NACIÓN, en la primera mitad del siglo XX.

Carlos María Maupe

PERFIL

 "(...)  ¿Cómo hubiéramos podido concebir, siquiera, la ausencia de Muape en las noches, al terminar la tarea, cuando la imprenta cobra ese aire de intimidad de que gusta impregnarse el periodista de vocación, y que constituye, en cierto modo, el encanto familiar y poético del oficio? 

Carlos Muape solía ser el centro atractivo de esas tertulias electrizadas por el ruido lejano de las máquinas, con su palabra golpeadora, brusca, llena de pliegues inesperados, rápida para  el diseño de siluetas y rica en el trazo anecdótico. En su conversación, anudada junto a una mesa en la sala de trabajo, con la prueba en la mano (...) surgía el cuadro provinciano, la evocación irónica de un acontecimiento o la descripción de una figura que admiraba (...) 

Vino a Buenos Aires a fines del siglo pasado para hacer sus estudios en la Facultad de Derecho (...) 

Carlos María Muape nació en Gualeguaychú, el 10 de julio de 1875."

(LA NACIÓN, 24-9-1940; CARLOS MARIA MUAPE - Falleció ayer en esta capital)

Andrea Sameghini ha referido:  

"Nacido en los pagos de Talitas, siempre dejó que se transparentara su fondo genuino de paisano, con sus ademanes típicos y sus proverbios criollos que la gran ciudad no logró borrar..."

Este periodista y poeta, expresó su  innata condición telúrica cuando a bordo del vapor "Yerba", impregnado de la melancolía por su alejamiento del terruño para radicarse en Buenos Aires, escribió en catorce cuartetas, una íntima página poética, A GUALEGUAYCHÚ.  Era el 31 de agosto de 1896.

En LA NACIÓN desenvolvió su intensa actividad periodística durante 31 años. El 15 de marzo de 1929, se retiró cuando ejercía la Subdirección. Había comenzado a sentir el decaimiento de su salud. A propósito de su alejamiento voluntario, el matutino expresó en nota del 10 de julio de 1975:  

"(...) Su verba brusca y rica en matices, denunciadora de esa comicidad criolla, áspera y sabrosa como una fruta silvestre y que constituye su modalidad de agudo observador (...) para fortuna de los que compartimos en su sociedad tardes y noches, ha conservado la existencia la hermosa niñez de su alma y los años han dado su grave sabiduría, sencilla y amplia como sus refranes familiares (…)"

"(...) Hijo del interior, con honda pasión por las cosas y los hombres de la tierra, su obra literaria se adentró en el mundo de las tradiciones criollas, y esa misma pasión signó toda su actividad (...) y estuvo siempre vigente en la rica conversación conque se hacía presente en las clásicas tertulias de las madrugadas en la redacción de su tiempo (...)"

En la necrológica del 24 de septiembre de 1940 LA NACIÓN describió:

(…) Muape llegó a Buenos Aires a fines del siglo pasado para estudiar abogacía en la Facultad de Derecho, aunque llevaba consigo el propósito de incorporarse al periodismo, habiendo hecho sus primeras armas, en forma accidental, en periódicos juveniles de Concepción del Uruguay (…)  

(…) En la Capital Federal encontró "su primer arrimo" en Caras y Caretas, de la mano de su copoblano gualeguaychuense José S. Alvarez (Fray Mocho) (...) y en cuyas páginas publicó crónicas animadas y relatos gauchescos que el fértil autor del "Viaje al país de los matreros" saboreó con regocijo y apadrinó con generosidad. 

¡Qué suerte, este muchacho sabe contar! Exclamó Fray Mocho.  

Tenía 22 años cuando entró en LA NACIÓN en 1897.

(...) Cronista andariego o sedentario, según las ocasiones (...) Muape se mostró de una capacidad amplia para narrar los sucesos que presenciaba (...) pronto se convirtió en un elemento indispensable por su utilidad o por su condición individual. (...)

Su nombre se une a las etapas diversas de transformación, de adelanto, de compleja heterogeneidad de LA NACIÓN (...)

"Periódicamente visitaba Muape su rincón nativo de entrerriano con una ansiedad ardiente, y volvía de su tierra renovado, vivificado, rejuvenecido. De pronto empezamos a notar el decaimiento de su salud. Una caducidad del cuerpo que no estaba en relación con su edad, permitía descubrir que ese recio árbol se estaba doblando. Esa idea nos afligía. Y pese a ello, creíamos que su ánimo lo sostendría, sin querer habituarnos a ninguna presunción dolorosa. 

Nos cuesta comprender que este amigo incomparable, que este bien amado hermano nuestro se ha ausentado para siempre, que no lo veremos ni oiremos más y que se ha juntado con las grandes sombras que viven en el recuerdo de cada uno, en la memoria luminosa de la familia que formamos en la continuidad del tiempo. Y es que Carlos Muape vive tan íntimamente en nosotros, que nos cuesta darnos cuenta de que ha muerto.".

Falleció a los 65 años. Estaba casado con Teresa Lapuyole y no dejó descendencia.

Como socio del Círculo de la Prensa, fue miembro de su Tribunal de Honor.

En representación del Círculo concurrieron a su velatorio los periodistas Ángel Bohigas, Rodolfo N. Luque, Alfredo Calisto, José Santos Gollán, Salvador Aguerre, Arturo Gimenez Pastor, Humberto Cosentino y Ambrosio J. Maggio.

Con todo brillo, pertenece este maestro de periodistas argentinos a la nómina de hombres y mujeres ilustres de Gualeguaychú.

Ocho años antes de su retiro del ejercicio activo de la profesión, en mayo de 1921 llegó a Gualeguaychú. Vino con la responsabilidad de cubrir para LA NACIÓN, la crónica del trágico domingo 1º de Mayo en la Plaza Independencia. 

En procura de mesura y veracidad,  CVADERNOS acudió a sus reflexiones sobre el luctuoso suceso, volcándolas en su Nº 116. 

A GUALEGUAYCHÚ

(PÁGINA ÍNTIMA)

A bordo del "Yerba" y el "Rivadavia" (31-8-1896).



Adiós Gualeguaychú pronto la nave 

Tus mansas aguas cortará veloz..... 

Oíd -ya brama, se arrastra, forcejea 

Llegó el momento de partir, Adiós!


Adiós mi pueblo que viril, avanzas

Al compás de los himnos del progreso.

Adiós hermosa, la de ebúrnea frente 

Ungida en la luz del sacro beso.


Adiós! primicia del amor ferido. 

Espléndido vergel del patrio suelo

Adiós, Gualeguaychú! sigue tu paso 

Prosperidad sin fin te mande, el cielo. 


Adiós! coposos sauces y algarrobos 

De la brisa se place susurrar

Adiós! sombras pobladas de armonía

De la calandria me enseñó a cantar.


Cuántos recuerdos a mi mente inquieta 

Remueve tu natura tropical; 

Y cuantas, cuantas viejas emociones 

Reviven con el trino del zorzal!


Allá diviso taciturno y triste 

La carcomida cruz del ñandubay 

Fiel centinela que por siempre he visto 

orlando con la flor del ubajay.


Allí donde florece la cerraja 

Salpicándolo al trébol de amarillo. 

Allí donde el arroyo serpentea

Mil veces me ha burlado el jilguerillo.


Aquí donde las zarzas se escabullen 

Por entre ceibos, talas y chañar 

En esta costa que la achira borda. 

He sentido las tórtolas llorar.


Más, adiós pintorescas arboledas 

Adiós naves, adiós mi inspiración 

Adiós, adiós! antiguos confidentes, 

El sol se oculta, es hora de Oración.


Adiós, la nave no se para, sigue. 

Ya el blanco azul del Uruguay surcó: 

Adiós mi pueblo! de mi hogar se eleva 

Adiós dichoso! de mi bien quedó!...


A vagas brumas que a las aguas rielan 

La aurora presta resicler color, 

E inquieta alfombra de espumoso encaje 

Le agita de la nave en derredor.


Las nieblas se evaporan, desparecen 

La luz viene - no más oscuridad, 

El buque se reanima; ya es de día. 

El sol surge con dulce claridad.

Y en vano busco con mirada ansiosa 

Algo tuyo sin par, Gualeguaychú, 

La distancia te oculta entre sus pliegues 

Como la Pampa al solitario ombú.


Y adiós! el barco se adelanta, vuela 

Ya está en el Plata, el Uruguay dejó! 

Adiós bendito! de mi hogar se ostenta, 

Adiós dichoso de mi bien quedó.


C.M. MUAPE

EL RIGOR DE LOS SABLES

Nati Sarrot

Según nota del 25 de noviembre de 1813,  el Maestro Mayor de Armeros, Manuel Rivera, entregó a consideración del Triunvirato, ocho espadas fabricadas en el país: cuatro eran de Caballería y cuatro de Infantería. 

El 27 de diciembre se le ordenó, trasladada la fábrica al Convento Jesuítico situado en la localidad cordobesa de Caroya, que:

 "(las hojas) deben tener dos dedos más de largo, y encareciéndole un escrupuloso cuidado en mejorar su temple".

Así es fácil presumir que, al formar San Martín el cuerpo de Granaderos a Caballo no era el armamento el más apto ni abundante; a fines de ese año aseguró:

 " (…) los sables fabricados en Caroya eran iguales en temple y poder cortante a las mejores hojas toledanas y eran capaces de dividir una cabeza enemiga igual como si fuera un melón (...) tan importante era esto cuanto estimaba que el sable de los Granaderos era su principal arma de guerra.

Sarmiento opinó que, "eran anchos en la punta, suavemente templados, de empuñadura delgada y montados con adorable equilibrio".

A mediados de 1813,  "(…) la escasez de sables al formarse los dos primeros escuadrones de granaderos era tal que, enviado el Teniente Manuel Hidalgo a Santa Fe con 38 hombres llevaban como única arma el machete. Impropio para toda clase de soldado".

Es en el actual Entre Ríos y precisamente en  Concepción del Uruguay donde el Mayor Hilarión de la Quintana, Jefe de las fuerzas entrerrianas, informó el 18 de agosto de 1813 que pudo reunir, "28 sables de latón de varios paisanos a los que "he suplicado me los donen

El sable iba colgado a la cintura del granadero, sujeto con tientos de cuero blanqueados al alumbre, siendo cinturón y dragona del mismo material. 

Aunque  escaso y variado, el sable fue desde el primer encuentro en San Lorenzo, el 3 de febrero de 1813, un arma que causó terror en el enemigo y aumentó el valor, el arrojo y la seguridad de los soldados patriotas. 

"La impresión que a las tropas realistas les había producido el sable de los granaderos a caballo, los había transformado en prudentes con la sola aparición de un pequeño grupo de éstos."

Tomamos de "Historia de Regimiento de Granaderos a Caballo 1812-1826" del Teniente  Camilo Anschutz, el párrafo que en especial nos interesa por ser tan nuestro el escenario de la acción: 

"Así en Landa, próximo al Fuerte de Ibicuy en la actual provincia de Entre Ríos, el 21 de noviembre de 1813, veinte granaderos a caballo de los del Teniente Manuel Hidalgo no pudieron provocar combate a una fuerza aproximada de 600 individuos, que cruzaban un estero de una vara de profundidad, buscando el abrigo de sus buques, a pesar de la mofa que les hicieron" (Parte sobre Retirada de Landa).

Reitera Anschutz que la instrucción del sable como de las demás armas, en el ataque y en la defensa era labor personal de José de San Martín "explicando con paciencia y con claridad, los movimientos, sus actitudes, su teoría y sus efectos".

Ya en Mendoza, listo para cruzar la Cordillera en 1817, el Ejército de los Andes contaba con armamento uniforme,  afilados por el Maestro Mayor del Gremio de Barberos Don José Antonio Sosa. El éxito de aquella Campaña trasandina rubricó la efectividad y la fama de los sables y de los que los usaban dirigidos por el genio de nuestro héroe máximo.

Consultados:

ANSCHUTZ, Camilo (1945)  Historia de Regimiento de Granaderos a Caballo 1812-1826. Círculo Militar. Buenos Aires.  AGNA Archivo General de la Nación Argentina, Sección Guerra-1813. Doc. varios.

UN NIÑO Y SAN MARTÍN


San Martín, fatigado de galopar el cielo,

en el pueblo y mi plaza puso fin a su vuelo

ved ahora su brazo que hacia el azul señala.

tan firme sobre el viento como si fuera un ala.

desde su pedestal altísimo de piedra,

es el gran capitán del ombú y de la hiedra,

y también de las flores que adornan los canteros;

de los ligustros graves, de los pastos terreros

donde empuja su lodo el negro escarabajo...

Porque es capitán de lo alto y de lo bajo,

de lo fuerte y lo débil, de lo humilde y lo altivo

Lo puedo decir yo, que ante su plaza viva,

y, con mis compañeros en ella rió y lloro

mientras él, injusticia reparte el sol de oro

Cuando en su pedestal juego a las escondidas

y me toca contar en sus piedras sabidas,

hacia él mi mirada sube entre dedo y dedo

y en su actitud de bronce aprendo su denuedo

Si el quisiera tomarlo de un manotazo airado,

el cielo le cabria en un puño cerrado;

si él quisiera dos cielos, de un tajo formidable

en dos los partiría con su virgíneo sable.

Pero él no quiere nada. Le basta lo que tiene;

el don de señalar el rumbo que conviene;

porque donde el indica, allí el Norte se asoma.

¡Oh general del cielo! Junto a tu pedestal,

a tus plantas rendido, se desvanece el mal

Contigo raya el día donde la noche raya.

Recíbeme en tu sombra cuando la luz se vaya.


César Fernández Moreno

N. de la R: La poesía alude al monumento ecuestre del General San Martín. Ell que está en nuestra Plaza, obra del escultor Soatti, se inauguró en Gualeguaychú el 29 de mayo de 1910. Su pedestal, que simula una roca, está hecho en granito artificial y tiene de 4 a 5 m. de altura. Ha sufrido varias remodelaciones.

Piezas como la estatua en sí, se instalaron en diferentes localidades en número de diez, a cuyo criterio quedó la forma de emplazarlas. Son monumentos que presiden plazas importantes que llevan el nombre de José de  San Martín, como en Concepción del Uruguay, Paraná, Concordia, etc.

APUNTES PERIODÍSTICOS

CAFÉ BON


El concurrido Café que hace esquina a la Casa Parroquial, ha empezado a mudarse al local que frente a la Policía, casa de Ramallo, ocupó nuestra imprenta hasta el mes de Enero.

Anoche se inauguró el salón comedor con un banquete dada por la Comisión Directiva de "La Lira", a los representantes de la Sociedad "La Armonía" que vinieron de Fray Bentos.


("El Noticiero", 8 de julio de 1901)

OFICINA DE ENGANCHE

A sí titula EL PASATIEMPO , el 22 de enero de 1893, un artículo periodístico, invitando a los jóvenes de la ciudad a entrar en las filas de las Milicias de la Nación. La cita es en la casa del Subteniente del 2do de Caballería, Juan José Borrajo (calles San José y Andes, hoy Pbro. Colombo) donde ha establecido la oficina de enganche.

La nota agrega, precisamente como "gancho": los que quieran lucir trajes lindos y costosos, corran al cuartel presurosos a vestirse de militar.

No creemos que ese fuera el motivo del éxito de la gestión, pero cierto es que, en su número del 26 de febrero, el periódico desea "Buen viaje" al joven Borrajo que salió en dicho día para la Capital Federal con un grupo de veintiséis soldados voluntarios. Este joven activo desde un momento llegado a ésta no descansó por cumplir con la misión que traía... Reclutar soldados... 

Y luego le pone la sal a la despedida al referirse a los que se van: jóvenes de esta naturaleza son de utilidad para la Patria. Deseámosle un feliz viaje al amigo, y que pronto vuelva, pero no a llevarse más gente porque nos dejará sin hombres. 

El 12 de Mayo EL PASATIEMPO subió el tono de su broma:

"(…) los vecinos de la calle San José encuéntranse alarmados con la llegada del Alférez Juan José B. a esta ciudad, pero todo lo contrario le sucede a Teresa P. y Sara N. ésta última de la calle Rosario que se le nota muy contenta y tranquila".

EL PASATIEMPO,  periódico de vida muy corta que circuló en Gualeguaychú por menos de un año. La ciudad tenía en ese tiempo "El Debate", "El Centinela", "El Independiente", y "El Noticiero", los que pasaron a llenar el espacio dejado por "La Idea", "La Reforma", etc.; algunos desaparecidos por su propia suerte y otros porque su existencia había satisfecho la necesidad de apoyo a movimientos políticos y a sus diferentes candidatos y candidaturas.

Gran empresa de Pompa Fúnebres

de ANTONIO BEVERINO e HIJO

Calle Urquiza, frente a la Hojalatería del Avestruz


Poco tiempo que está establecida. Servicio fúnebre sin rival en esta ciudad.

Dicho servicio está compuesto de Capilla Ardiente (nunca vista en la localidad).

Cuya Capilla está compuesta formando el Altar con candelabros de metal blanco, con sesenta y cuatro luces; la mesa mortuoria con un rico paño de terciopelo, bordado en oro, con coronas y palmas y demás cortinado para la Sala Mortuoria al gusto de los clientes, todo de última novedad, como igualmente cajones fúnebres conocidos por muchos, que no tienen rival en ésta, como igualmente el servicio del carro fúnebre, alabado por todos aquellos que lo vean.

Además contamos con los ya conocidos servicios inmejorables de primera, segunda y tercera clase, a precios sin competencia.

Por esta razón, pedimos disculpas a los que desgraciadamente necesiten tales servicios (que todos somos mortales) y quieran hacerles un rico homenaje fúnebre por poca plata, puedan pasar por ésta ha expedir órdenes que inmediatamente serán servidos, a cualquier hora del día o de la noche, haciéndose la Casa cargo de todo pedido que hagan los dolientes. 

Pueden solicitar los servicios que los precios son sin rival


ANTONIO BEVERINO e HIJO

EL NOTICIERO, Gualeguaychú, 28 de octubre de 1898.

CVADERNOS


le pregunta y

el Profesor

ALMEIDA

responde

HERNANDARIAS

PARTE V

EI propósito de Hernandarias de explorar el río Uruguay y la Banda Oriental, fue el de abrir caminos y fundar pueblos para impedir que posibles corsarios o piratas se establecieran amenazando la existencia de la ciudad de Buenos Aires. 

No se equivocó cuando intentó cubrir una zona tan expuesta al acceso de delincuentes. 

Pocos años transcurrieron para que se convirtiese en motivo de intentos de violación por parte de portugueses, ingleses y franceses. 

La exploración aludida tuvo efecto en el año 1607.

Es extraño que Hernandarias, luego de transitar el actual Entre Ríos en sentido oeste-este  cruzara el río Uruguay a la altura de Colón-Paysandú que es el único lugar para hacerlo con menor dificultad. 

Es probable que pudiese tener alguna información sobre el Paso Paysandú ya que no es fácil encontrarlo transitando a través de grandes y extensos médanos, más aún viajando con carretas.

Al llegar a este Paso, ordenó el cruce e indicó  a sus hombres seguir avanzando por la ribera oriental del río hacia el sur. 

Regresó a Santa Fe, pues tenía allí y en Buenos Aires tareas pendientes.

Concluídas  las diligencias en Buenos Aires, cruzó el río de la Plata. 

El re- encuentro se produjo en San Gabriel; exploraron la costa uruguaya "hasta llegar a un río y puerto que llaman Monte Vidio que quedó por nombre Santa Lucía por habérsenos hallado allí aquel día". Era el 13 de diciembre de 1607.

Hernandarias se detuvo en ese puerto natural que consideró el mejor para fundar una ciudad. Luego remontó el río Santa Lucía hacia el interior de país donde combatió varias veces con indios charrúas, sin sufrir daño alguno. Retornó al punto de partida después de seis meses de exploraciones.

INVESTIGACIÓN Y TEXTOS. Nati SarrotCarpetas de Andrea SAMEGHINIJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRIGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Prof. Manuel ALMEIDA - Carlos M. CASTIGLIONEAurelio GOMEZ HERNANDEZ
Digitalización: Museo "Casa de Haedo" :  Natalia Derudi - Danilo Praderio - Pilar Piana - Marianela Muñoz.Edición y OCR del texto: Patricio Alvarez DaneriTRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI - DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
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