Cuaderno Nº 117

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, Domingo 3 de Agosto de 1997CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 117CUANDO LA MILAGROSA SE INSTALÓ SOBRE EL HOSPITAL CENTENARIO (Nati Sarrot)- La fiesta religiosa del domingo- Descubrimiento y Bendición- La Imagen en lo alto- Las Hermanas Vicentinas- El Padre Colombo: un modo de pedir
CUADERNOS PREGUNTA… EL PROFESOR ALMEIDA RESPONDE- Hernandarias (IV Parte) 
LOS HABITANTES DE LA MANSIÓN IV (Edición Impresa)- Entre Letras y Pinturas (Carlos María Castiglione)- Vivencias de antiguos detalles - Motivos de fundición- (Aurelio Gómez Hernández)

Cuando La Milagrosa se instaló sobre el Hospital Centenario

Nati Sarrot

Gualeguaychú, de origen y raíz católica, creció regida por principios que fueron traídos, heredándose como forma de ser y de vivir.

Desde la creación de la Parroquia en 1780, que sugirió el Obispo Fray Sebastián Malvar y Pinto al Virrey Vértiz luego de su visita pastoral en 1779, se conectó una comunidad que, dispersa aún en un medio difícil para las manifestaciones en conjunto, afirmaba ya sus actos de fe, su conducta, sus anhelos.

Por eso el ascenso de la imagen de la Virgen María de la Medalla Milagrosa a la parte más alta del Hospital Centenario fue un hecho significativo. 

Cuando La Milagrosa se instaló sobre el Hospital Centenario
Arriba la carroza al Hospital. Había salido de Santa Teresita

LA FIESTA RELIGIOSA DEL DOMINGO. 

Gualeguaychú ha ofrecido un espectáculo inenarrable de franca demostración de fe. Así subrayó EL ARGENTINO del martes 18 de abril de 1944, la experiencia comunitaria.  

Con las crónicas de este matutino y de EL CENSOR del 17 de abril,  los relatos de varios testigos  y una serie de fotografías de FOTO AMÉRICA, nos acercamos a la manifestación de fe y de respuesta social de nuestro pueblo. 

Todo ocurrió aquel domingo 16 de abril de 1944, desde las primeras horas de la tarde. 

Gualeguaychú tiene, enclavado en la loma del oeste, su Hospital Centenario.  

En 1944, desde aquella cuesta, la calle 25 de Mayo  baja y sube hacia el centro de la ciudad  mostrándose casi en su largo total. A  la distancia se divisan las agujas de las torres de la Iglesia San José, actual Catedral. 

Para proteger la obra de los que colaboran en calmar el dolor y cuidan la salud de los enfermos que se asisten en el nosocomio y en el pensionado anexo, el Presbítero José Maria Colombo promovió la instalación de una imagen de la Virgen María de la Medalla Milagrosa en lo alto del frontis. 

La Cofradía de la Milagrosa  secundó la iniciativa.

El primitivo Hospital inaugurado en 1913,  fue remodelado: se amplió la primera planta y el frontis agudo se reemplazó por otro de suaves líneas curvas  y rectas  que servirían para colocar con seguridad  y elegancia la hermosa reproducción realizada en mármol de Carrara. 

Ese domingo 16 de abril de 1944, alrededor de las 13 horas, la imagen salió de la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores y Santa Teresita. Fue  colocada sobre una sobria carroza construida en la Escuela de Artes y Oficios, actual ENET Pbro. José María Colombo y rodeada por jóvenes y niñas vestidas de blanco sentadas alrededor.

A su paso flameaban  banderas nacionales, papales, extranjeras, de escuelas e instituciones varias y se arrojaban flores, muchas flores.   

Una multitud formó columna e inició la marcha hacia el cruce con la calle 25 de Mayo para seguir  hasta la explanada dell Hospital. Allí estaban ubicados los feligreses.  El Padre lazarista Sebastián Mattías había llegado de Buenos Aires; ayudado de un megáfono acompañaba con palabra y oración la silenciosa procesión. 

Abigarrada concurrencia participó del histórico acto.

Cien niñas vestidas de blanco y cubiertas con mantillas que caían sobre los hombros, flanqueaban la carroza: son las Hijas de María de la Milagrosa que portaban el estandarte de su Congregación. Al frente, en manos de una joven de túnica blanca la Custodia exhibía el Santísimo Sacramento. Detrás, ocho hermanas de la Caridad a la par, rozando las puntas  de sus blancas y almidonadas tocas.  El Padre Colombo y los Scouts de la Escuela de Artes y Oficios, un grupo de monaguillos, abrían el paso sobre la calle empedrada de adoquines. Cuando alcanzaron la explanada del Hospital,  vieron que la procesión llegaba hasta el cruce de 25 de Mayo y vías del ferrocarril (hoy calle Sarmiento) ocupando totalmente la calle y las aceras.

Estaban en sus lugares: los internos del Asilo de Ancianos, tras la verja del nosocomio; el Coro Santa Cecilia y su Director el presbítero Desiderio Moia; la Fanfarria del Batallón 3 de Zapadores Pontoneros y por cierto mucho, muchos fieles.

El Pbro. José María Colombo promueve la instalación en lo alto del frontis del Centenario, de una imagen de la Virgen María de la Medalla Milagrosa

DESCUBRIMIENTO Y BENDICIÓN

EL CENSOR, describió:

 (…) Corriendo los velos, el Comisionado Municipal don Eduardo J. Villagra y el Jefe de Policía, Escribano Adolfo Landó, dejan libre la imagen de la Milagrosa para recibir la bendición que imparte el Presbítero  Pedro Blasón. El Padre Mattías reza por los enfermos"

La señorita Blanca Rebagliatti recitó "con voz fresca y clara" Saludos del Romero, del presbítero Félix Cruz Ugalde.

Entonces, el Coro Santa Cecilia  cantó elevando aún más el sentimiento de fe. 

A las 14.50  la Fanfarria del Batallón cerró el acto ejecutando el Himno Nacional Argentino. 

Cabeza de columna, guida por el Presbítero D. José María Colombo

LA IMAGEN EN LO ALTO

Con la aureola de doce estrellas, La Milagrosa se divisaba en el día desde lejos. Para distinguirla en la noche, se iluminó en diferentes formas. 

Había quien, desde su casa, podía rezarle una oración. 

De tanto en tanto los periódicos hacían eco a solicitudes de más o mejor luz para la virgencita.

La ciudad creció en ancho y en altura. La loma con su sagrado pináculo, ya no es fácilmente visible. 

La imagen, inamovible en su manso gesto, sigue sobre el frontis del Hospital Centenario hace más de cincuenta y tres años, significando para los seres de fe católica, a la Protectora que una multitud de fuerte raíz y convicción cristiana, subió a un Altar prominente para cubrir a los que sufren y a los que pueden ayudar a hacer más liviano el dolor de los demás.

La serie fotográfica es de Foto América, ubicada entonces en calle Urquiza 822/24, ya desaparecida.

HERMANAS VICENTINAS

Por los enfermos

San Vicente de Paul

En oportunidad de colocar la imagen de la Virgen, se reconoció a las Hermanas de San Vicente de Paul  por su característica labor en el cuidado de enfermos. 

Ellas desplegaron un rol tan callado como eficiente en la vida de la ciudad, desde que las Damas de la Sociedad de Beneficencia, a cargo de la administración del Hospital de Caridad, apelaron a ellas para ese fin.

EL CENSOR registró sus nombres:

Cándida Margalot, María Emiliana Pereda, María Teresa Bazán, Elisa Quesada, Luisa Callero, Fortunata Boné, Araceli Callero, Pabla Balbuena, Sara Piquet, Hortensia Fazzio, Emma Nazar, Enriqueta Levi, Olga Delmagro, Angélica Farache, Catalina González, Remedios Díaz, Julia Castillo, Amalia Jeannot, María Luisa Siri, Vicenta Falcón, María Dolores Boggiano.

Fallecieron en servicio: Sor Catalina Gallrainer (en los asilos del Perú), Sor Faustina Vela (en el antiguo Hospital San Roque, actual Rawson), Dolores Méndez, Emilia Bandinelli, Antonia Cánepa, Teófila Salazar, Teresa Copello, Zoraida Castillo, Dorliza Levi y Anacleta Urriste, en distintos asilos y nosocomios. 

Continuando su obra actúan en hospitales y escuelas en el país y en el extranjero, curando, protegiendo al pregón de la cristiana enseña"

EL PADRE COLOMBO: UN MODO DE PEDIR

Según versiones coincidentes, la colecta para solventar el costo de la imagen de la Milagrosa, como así también su colocación, no tuvo el carácter de abierta y popular sino que se ajustó a los modos de acción del Padre Colombo para este tipo de circunstancias.

Respondían entonces las donaciones a una visita del sacerdote en la que, luego de detallar lo que tenía en mente e informar el costo de su financiación, dejaba la "sugerencia" sobre la cantidad que "pensaba" recibir de esa persona. Pedido que, podía o no parecer posible de satisfacer, pero que horas o días más tarde llegaba cumplido en un sobrecito dirigido a su nombre.

Tenía el Presbítero Colombo amplio conocimiento de la feligresía y sus posibilidades y un fino sentido de la oportunidad. Además, nos dicen, su visión, sus condiciones de administración y realización, eran una garantía tal que convertían en algo casi imposible no acompañarlo en todos sus emprendimientos.

CVADERNOS


le pregunta y

el Profesor

ALMEIDA

responde

HERNANDARIAS

PARTE IV

Los jesuitas tuvieron en Hernandarias un gran amigo y no dejaron de reconocer sus favores. También lo hicieron los franciscanos.

En febrero de 1600 los jesuitas escribieron al Rey que el nombramiento de Hernandarias "...ha sido la más notable elección que Vuestra Alteza ha hecho para la tierra y el tiempo que ha corrido, porque no es cargoso a los vecinos ni a los indios penoso, ni hombre de regalo ni de cohecho y tan sin interés que con estar pobre vacando en la Concepción un pedazo de repartimiento el mejor que hay en esta región y pudiéndolo tener para sí, conforme a las cédulas de Vuestra Alteza les puso en Vuestra Corona con los 192 indios que en esta Gobernación son los únicos que rinden tributos".

Fue Hernandarias un notable protector de los indios y promulgó las ordenanzas en su defensa. Contienen, a mi juicio, disposiciones muy acertadas que superan a las de Domingo Irala y Gonzáles de Abreu. Se constituyó en uno de los Capitanes que más viajaron de un extremo a otro en el territorio de las actuales repúblicas Argentina y Paraguay. Igualmente, tomó parte en la expedición a la Patagonia, en pos de la fantástica Ciudad de los Césares. Poco después de tres meses de la partida, la expedición regresó a Buenos Aires al tener noticias de un ataque y destrozos en la ciudad de Tucumán.

Cumplidor estricto y fiel a las reales cédulas referidas al comercio, no permitía ningún contra bando, pese a que estas prohibiciones cerraban el puerto de Buenos Aires y aparecía la pobreza. Premió entonces el rey la labor de Hernandarias, otorgándole una importante extensión de tierra en Entre Ríos, en la llamada Bajada del Paraná, sobre la costa de este río y "con fondo" hasta el río Uruguay.

A comienzos del siglo XVII, llevó 200 vacunos para poblar de hacienda su campo, donde instaló una pequeña estancia con encargados del cuidado de sus animales. Los indios charrúas, que ya obraban en Entre Ríos conquistados por los portugueses a través de bebidas alcohólicas, anzuelos, cuchillos, machetes y naipes, favorecieron el contra bando de los lusitanos, proporcionándoles cueros de vacunos. Atacaron varias veces a los hombres de Hernandarias hasta que éstos abandonaron la población y regresaron a la Asunción. Volvió Hernandarias a traer más vacunos a sus campos, hacia 1612, aumentando así la población bovina que al iniciarse el siglo XVIII se estimaba llegaba a la cifra de un millón y medio de cabezas.

El contrabando portugués encontró en esa hacienda "cimarrona" un importante aporte para sus ilícitos negocios. Favoreció esa tendencia en el XVIII y comienzos del XIX, el puerto natural que más tarde se llamaría PUERTO LANDA, único lugar de la costa entrerriana donde podían recalar los barcos piratas por la existencia de un canal profundo .

En el citado lugar -Landa- el gobierno de Buenos Aires ubicó la Reducción de Santo Domingo de Soriano, en el 1666, tratando de evitar el contrabando de los portugueses. Ese comercio ilícito en el Río de la Plata preocupó mucho a Hernandarias y lo decidió a trazar caminos y fundar ciudades.

INVESTIGACIÓN Y TEXTOS. Nati SarrotCarpetas de Andrea SAMEGHINIJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRIGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Prof. Manuel ALMEIDA - Carlos M. CASTIGLIONEAurelio GOMEZ HERNANDEZ
Digitalización: Museo "Casa de Haedo" :  Natalia Derudi - Danilo Praderio - Pilar Piana - Marianela Muñoz.Edición y OCR del texto: Patricio Alvarez DaneriTRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI - DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
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