CONFLICTIVIDAD SOCIAL

En Buenos Aires, los choques violentos entre grupos obreros, fuerzas de seguridad y ejército, alcanzaron mayor gravedad en La Semana Trágica de enero de  1919.

En el Territorio Nacional de Santa Cruz una huelga de trabajadores rurales fue reprimida por el ejército. Los enfrentamientos, producidos entre octubre de 1920 y diciembre de 1921, dejaron un saldo de 1.500  muertos. El suceso, que inspiró la novela de Osvaldo Bayer, fue llevado al cine y LA PATAGONIA REBELDE alcanzó  notable impacto. 

LAS BRIGADAS EN EL DEPARTAMENTO GUALEGUAYCHÚ

Las Comisiones de las Brigadas de la Liga Patriótica en el Departamento Gualeguaychú se formaron a principios de enero de 1921. Fueron promovidas por la Liga Patriótica de Gualeguaychú, presidida por Sixto Vela, mediante  asambleas públicas en los respectivos lugares. . 

La Brigada de Gilbert: se constituyó el 28 de enero: 

• Presidente, Juan Francisco Morrogh Bernard; 

• Vicepresidentes, Pedro I. Harispe, Alfredo Peart, Carlos Sobral. 

• Pro Secretario: Manuel Bernard. 

• Tesorero: Martín Inocencio Erro, 

• Vocales: Campagnone,  Eliseo Ortiz, etc.

La Brigada de Costa Uruguay: se constituyó el 20 de febrero.

LA VÍSPERA DEL 1º DE MAYO

Para el 1° de mayo de 1921 se anunciaron  dos importantes concentraciones en diferentes puntos de la ciudad.

Para recordar y honrar el Pronunciamiento de Urquiza contra Rosas en 1851 y la sanción de la Constitución Nacional en 1853, la Liga Patriótica realizaría un desfile por las calles céntricas y un acto, "un mitin", en el Hipódromo.

Por su parte, para recordar a los mártires de Chicago y reclamar mejores condiciones de trabajo, los obreros federados se congregarían en Plaza Independencia.

Se sabía que los dos grupos sustentaban ideas opuestas, pero ambos actos fueron autorizados en consulta del Jefe de Policía Departamental, don Isaías J. Lahitte al Gobernador de la Provincia, el radical Celestino Marcó. 

En función de la tensión reinante, el jefe policial tomó algunas precauciones: acuarteló toda su tropa desde el 30 de abril y determinó los pasos a seguir para que ambos mitines no coincidieran. 

Además, en la noche del sábado recorrió la ciudad hablando con los dos sectores. Lo hizo acompañado de sus oficiales Rojas y Ferrer. Personalmente, reiteró el pedido de calma y discreción, regresando a la Jefatura a la hora 1 del domingo 1º  de mayo. 

Un periodista de EL ARGENTINO lo esperaba en la oficina; a él declaró que observaba un completo orden en la población.

LOS ACTOS PREVISTOS 

De cualquier manera, cuando amanecía  el domingo 1º de Mayo en Gualeguaychú,  pocos imaginaban lo que iba a suceder. 

Antes de las 10 de la mañana ya se encontraban reunidas las Brigadas de la Liga Patriótica en 25 de Mayo y Rocamora, a la espera de órdenes.

Según descripción de EL CENSOR: 

La Brigada de Gualeguaychú, infantería, en calle 25 de Mayo de frente al este, 20 metros antes de llegar a Rocamora. 

La Brigada de Villaguay, caballería, en calle Rocamora de frente al norte; detrás la Brigada de Perdices, caballería.

Sobre calle Rocamora, con vista al sur, las caballerías brigadistas de Almada, Palavecino, Urdinarrain y Gilbert, las que habían pasado la noche en el Potrero de Harispe, como homenaje al Campamento de Calá del Ejército de Urquiza. 

Más atrás, las Brigadas de Talitas, Pehuajó Norte, Aldea San Antonio y Larroque. La Brigada de Concepción del Uruguay ingresó por el norte.

Pocos minutos después de las 10 horas el líder liguista Manuel Carlés y el periodista y escritor Josué Quesada, descendieron de un aeroplano al oeste del Hospital Centenario. 

La fanfarria de Villaguay arrancó con la Marcha de San Lorenzo y a las 10,15  se inició el desfile por calle 25 de Mayo, colmada de público. 

La Banda del Regimiento 10 de Ejército abrió la marcha encabezada por el Presidente de la Liga Patriótica de Gualeguaychú, Sixto Vela, Manuel Carlés, Josué Quesada, Luis María Campos Urquiza y una decena de autoridades de la Liga, entre banderas argentinas y Brigadas. Participaron alumnos del Colegio Nacional Luis Clavarino, junto a su rector el profesor José Bolfo y el presbítero José Cadenas;  los  boy-scouts de la Escuela de Artes y Oficios del presbítero José María Colombo.

La columna se lució en el trayecto por la calle céntrica,  pasó por la plaza Independencia, retomó por calle Urquiza hasta Rocamora, y por ésta hacia el Hipódromo, lugar de concentración. Al pasar frente a las instalaciones del Regimiento 10, su jefe el Teniente Coronel Juan Etchichury recibió el saludo de Manuel Carlés. Mil quinientos jinetes integraban la caravana.  

Ya en las instalaciones del Hipódromo, cantaron el Himno Nacional y vivaron a la Patria. Luego, mucho asado, buena bebida y se deslizó que los grupos obreros "querían suplantar    la bandera argentina por la roja bandera comunista".

En la tribuna ubicada en el centro del predio, hablaron Manuel Carlés, Sixto Vela, Alberto Montiel, Andrés Rivara y Eufemio Muñoz, quien expresó:

"Yo abro los ojos y miro, y no descubro monstruo mayor, entre todos los que hablan, que éste de la anarquía, cuya sacrílega insolencia se exalta al rojo de sus pendones". 

Y alentó al auditorio con esta exclamación de Fausto Aguilar frente a sus huestes de gauchos desmelenados,

"dé el ejemplo y pegue el grito... ¡sacarse los ponchos que en el otro mundo no hace frío!"."

Por tradición oral, se dice que a los postres se repartieron armas. 

Tras los encendidos discursos, el asado y el vino, y el aludido reparto de armas, los brigadistas marcharon hacia la plaza con el inocultable objeto de "boicotear" la movilización obrera.

Ya se había previsto que el acto liguista terminaría al mediodía en el Hipódromo. El jefe de policía esperaba el informe sobre su culminación para autorizar la otra. 

A las 15 horas salieron los obreros desde su local de la calle Perú hasta Bolívar y luego por  Mitre hasta la Plaza Independencia. 

Con mesas prestadas por la Confitería y Café Apolo (situada en Urquiza esq. Chile-Chalup)  armaron el palco para los oradores, entre ellos, el delegado de la FORA, Félix Godoy que había viajado desde Buenos Aires. 

Durante mucho tiempo circuló la versión de que algunos liguistas tiraron desde las terrazas parroquiales, mediando algún permiso.

Los jinetes avanzaron desde calles San José y Urquiza. Los obreros, que estaban en el centro de la plaza, se replegaron hacia el nordeste.

"Fue difícil calcular el número de disparos, pero es indudable que pasaron de centenares", se informó.

Tan grande fue la confusión, que muchos no se dieron cuenta en forma inmediata de encontrarse heridos. Se produjo la fuga; para colaborar con la policía, llegaron fuerzas de auxilio de la Penitenciaría al mando del director señor Romualdo Hermelo.

El ejército envió el cuerpo de camilleros encabezado por el sargento primero Pinasco. Ante las versiones circulantes sobre un posible asalto al local de la Federación Obrera, se montó una guardia de 30 hombres armados a máuser. 

Prestaron su asistencia los médicos Gualberto Basaldúa, Mario García Reynoso, Eduardo Goñi, F. A. Viola y Ricardo Roig.

El incesante paso de heridos por la calle 25 de Mayo  hacia el Hospital Centenario alteró la rutinaria dominguera. 

Las balas mancharon la Plaza con sangre; los caballos destrozaron jardines, los disparos dañaron  palmeras y  el cóndor del monumento a  San Martín.

(…) El gobierno no tendría que haber permitido las dos  manifestaciones ( ...) 

(…) No se podía evitar el incidente, porque los ánimos se habían exaltado y nos molestaba "el trapo rojo" que mostraron los federados como emblema ( ...) 

(…) entregaron esa bandera, pero no fue suficiente(…) expresaron después los liguistas.

¿Los obreros tenían armas? EL ARGENTINO aseguró que la mayoría de ellos no.

Lahitte informó de inmediato al gobernador Celestino Marcó: 

"Los más exaltados han sido el señor Morrogh Bernard, el señor Erro, el señor Luis M. Salduna, presidente éste de la Brigada de Perdices y el señor Amílcar Garbino"

Como si no bastara, se aseguró que algunos exaltados balearon a los heridos mientras eran trasladados al hospital. Así se habría agravado la situación del obrero Pedro Velásquez, que murió el 14 de mayo. 

El diario EL CENSOR, conservador, encabezó el informe del  2 de mayo con el título:   "EL GRANDIOSO MITIN DE AYER". 

En la crónica describió la

 " (…) significativa demostración de adhesión a la patria (…)";  las " (…) 25 cuadras ocupadas por peatones y jinetes (…)"; "(…) el espectáculo más hermoso que, por su naturaleza, el país haya visto(…)".

EL ARGENTINO, que no ocultaba sus simpatías hacia el radicalismo, el martes 3 de mayo tituló: "CHOQUE EN LA PLAZA INDEPENDENCIA. RECIO TIROTEO. MUERTOS Y HERIDOS". 

Las noticias locales solían ocupar las páginas interiores, pero ese día el hecho se apropió de la primera plana. Pocos minutos después de las 7 de la mañana,  se agotó la edición.

El gobierno nacional tomó conocimiento de los hechos. Los diarios conservadores LA NACIÓN y LA PRENSA llevaron al país la visión liguista;  el periódico socialista LA VANGUARDIA  defendió a los obreros. 

Se organizaron actos de repudio en todo el país. La oposición a los conservadores utilizó lo ocurrido. 

El día 3 de mayo  se realizó el sepelio de los obreros Iglesias y Silva en el Cementerio del Norte.  El  acto fue custodiado por 60 policías.

MUERTOS Y HERIDOS

CVADERNOS reconstruyó por orden alfabético el saldo de la tragedia:

Fallecidos: 

• Iglesias, Celedonio, federado, balazo en el vientre. 

• Rodríguez, Hilario, liguista de Gilbert, balazo en la espalda, interesando columna vertebral. 

• Silva, Ángel, federado, balazo en la nuca. 

• Timón, Lorenzo, federado, balazo en el vientre. 

• Urriste, Fernando, agente de policía de Suburbios Sud, balazo en la cabeza. 

• Velázquez, Pedro, federado, balazo en muslo y tórax.

Heridos: 

• Aguirre, Nicolás, balazo en un brazo. 

• Alessandre, o Assandri, José, oriental, federado, balazo en brazo derecho, con quebradura de hueso. 

• Barlos, Carlos Carmelo. 

• Barrios, Cornelio, balazo en una mano. 

• Benítez, Felipe, balazo en la espalda. 

• Benítez, Helvecio, oriental, federado, balazo en la ingle. 

• Blanco, Alejandro, oriental, federado, balazo mano izquierda. 

• Calvares, Ceferina, herida en la nariz. 

• Carnevaro, N., mujer, balazo en la espalda. 

• Contreras, Julián, federado, dos balazos en pierna derecha. 

• Correa, Saturnino, tres balazos en espalda. 

• Damasco, Leonardo, herido. 

• Denis, Claro, oriental, federado, balazo brazo derecho. 

• Duarte, Saturnino, federado, dos balazos en un pulmón. 

• Gadea, Saturnino, federado, balazo en la pierna. 

• González, Apolinario, herido. 

• González, Salvador. 

• Mernies, Mario Teófilo, oriental, liguista, balazo en la espina dorsal. 

• Moreyra, Justo, federado, machetazo cabeza, lado derecho. 

• Navarro, Vital, oriental, federado, balazo cabeza y pie derecho. 

• Ocampo, Francisco, balazo en ingle derecha. 

• Palacios, Higinio, federado, balazo pierna izquierda (heridas graves). 

• Peruchena, Abdón Hermenegildo, federado, heridas graves. 

• Queirolo, N., varón, heridas. 

• Romero Ignacio, oriental, federado, balazo en hombro izquierdo. 

• Sobral, Manuel, liguista, balazo en una pierna. 

• Solari, José Gualberto, federado, herido en una pierna. 

• Venencio, Julio, heridas. 

• Verón, Silvano, cabo del Escuadrón policial, balazo en hombro derecho. 

• Verdiera, Julio, heridas diversas.

Fallecieron:

• Cuatro obreros: Timón, Silva, Velázquez e Iglesias.

• Un policía: Urriste.

• Un liguista: Rodríguez 

Según EL ARGENTINO, ese domingo, al momento,  fueron detenidos: Jacinto Barbosa, Cosme Cossio, José B. Ferreyra, Sigifredo Rojas, Francisco Olivera, Félix González, Félix Godoy- delegado de la FORA-  Pedro Bidegain, Juan Luis Lema, Carlos María Sobral, Lorenzo Chaparro, Lucilo Rivoni, Adolfo Sobral y Esteban González.

Según EL CENSOR fueron detenidos el domingo 1º: Carlos María Sobral, Pedro Bidegain, Félix Godoy, Francisco Olivera, Félix González, Juan Luis Lema, Adolfo Sobral, Sigifredo Rojas. 

El día 2 de mayo: Luis María Salduna, presidente de la Brigada de Perdices. 

Durante la sustanciación del Sumario fueron detenidas más personas.

Instructores: Intervinieron en la causa, el Juez natural, Dr. Arsenio Cepeda, Secretaría de Arturo Aguilar Vidart. Conjueces, doctores Daniel Elías y Alberto Arigós de Elía y el Defensor de Pobres y Menores, Dr. Félix  Etchegoyen.

EL CENSOR, por su parte, lo criticó duramente.

Isaías J Lahitte informó: 

"La Liga Patriótica tenía establecido el siguiente itinerario, de acuerdo con la nota pasada por la misma, fecha 25 del pasado mes suscripta por los señores Sixto Vela y Luis Cinto: Punto de concentración de todas las brigadas del departamento y de la provincia: Calles Rocamora y Primera Junta, por 25 de Mayo, hasta Bartolomé Mitre, regresando por Urquiza hasta Rocamora, nuevamente hasta el Hipódromo, donde se levantó la tribuna para los oradores, y de allí las brigadas irían al punto de concentración y donde habían hecho campamentos para regresar a sus respectivos distritos. 

Los obreros tenían su itinerario partiendo desde su local de calle Perú 283 (*) hasta Bolívar, de ésta a Bartolomé Mitre y de Mitre hasta la Plaza Independencia, de donde regresarían a su local una vez terminados los discursos. La hora de partida estaba convenida con el suscripto que sería dada aquí una vez terminados por completo los actos que debía celebrar la Liga Patriótica, lo que así se hizo, saliendo éstos una hora después, o sea, a las 15, llegando en completo orden los obreros a la Plaza Independencia.

La policía estaba distribuida en la siguiente forma: en el local social de la F.O.R.A., un pelotón de hombres para cuidar el local; dos comisarios al mando de un número regular de fuerzas para custodiarlos en el trayecto del recorrido de la calle Mitre, desde la plaza Independencia hasta las vías del Ferrocarril, un cordón de tropas para impedir que éstos pasaran el limite designado para que gente extraña a ellos, no penetraran dentro del trayecto donde éstos debían evolucionar. En plaza Independencia se estableció en cada bocacalle cinco hombres al mando de un empleado superior, armado, con el fin de impedir el avance de las brigadas a la Plaza Independencia, donde estaba indicado como punto de producirse el choque. 

Una hora antes, o sea más o menos las catorce, la brigada de Gilbert, mandada por Juan Francisco Morrogh Bernard, un señor Erro y otros, entró por calle Mitre y fue a estacionarse en la calle Rivadavia, frente mismo a la plaza Independencia, con el propósito, según se ha podido comprobar más tarde, de agredir a los obreros cuando éstos entraran en la misma. El suscripto pudo, después de bastante tiempo, convencer al señor Bernard y sus acompañantes que debían retirarse, consiguiéndolo. Más tarde, cuando ya estaban los obreros en la plaza, vino por calle Chile un grupo de gente a pié, en actitud hostil y resuelta a avanzar hacia donde estaban los obreros, exigiendo que bajaran la bandera roja. 

La policía consiguió calmarlos después de grandes esfuerzos, pero no que se retirasen. Mientras, más tarde, apareció por calle 3 de Febrero la brigada que mandaban Bernard y Erro, rompiendo el cordón policial y galopando por el costado de la plaza, profiriendo gritos de amenaza. Como la mayor exigencia de los señores de la Liga Patriótica era que debían sacar la bandera roja y no regresar con ella al local de la F.O.R.A., para evitar derramamiento de sangre, el suscripto se apersonó a los directores obreros y consiguió que éstos arriaran la bandera roja y, custodiada por varios de ellos y la garantía que les ofrecía el suscripto, la entraron al local de la Jefatura, donde permanecería en custodia hasta tanto fuera posible llevarla al local de la Federación. Así lo hicieron siendo las 16 horas; pero cuando llegamos al despacho del suscripto se sintió el primer tiro, principio inicial de la enorme descarga que se llevó contra los obreros. Puedo garantir a S.E. que la totalidad de los obreros no tenía armas por cuanto se detuvo a muchos de ellos y en la requisa no se les encontró absolutamente nada. 

Lo mismo se pudo comprobar en los muertos y heridos, que en su mayoría son obreros. El suscripto, cumpliendo lo ordenado por S.S. y los deseos vehementes de que no ocurriera el más mínimo accidente, se entrevistó con el señor presidente de la Liga Patriótica local, señor Sixto Vela, y con los directores de la Brigada, exhortándolos al más completo orden, obteniendo de los señores Vela y Morrogh Bernard y de varios otros, hasta una hora antes de lo ocurrido, el compromiso formal de que respetarían y estarían tanto correctos como el día 3 de febrero próximo pasado. 

Los obreros también lo prometieron y así lo cumplieron. Los más exaltados han sido el señor Morrogh Bernard, el señor Erro, el señor Luis M. Salduna, presidente de la brigada de Perdices y el señor Amilcar Garbino. Estos con los demás que resulten comprometidos y que iré comunicando a S.S. serán puestos a disposición del Sr. Juez del Crimen. Hasta ahora se sabe que los heridos alcanzan a 32 y dos muertos. Hay cuatro o cinco que, según diagnóstico de los médicos, fatalmente morirán, entre ellos el agente de policía Fernando Urriste, que ha recibido un tiro en el cuello, lado izquierdo y que le ha interesado la médula. Anoche transcurrió todo en calma".

Considerando los reclamos de la Liga Patriótica ante el Gobernador, el Jefe Lahite cursó otro despacho a Paraná cambiando: 

" garantir que la totalidad de los obreros no tenían armas" por otro párrafo en el que se limita a asegurar que (…)  ni los obreros requisados al entrar al mitin, ni los detenidos, ni los heridos, ni los muertos, estaban armados (…)" 

HERNANDARIAS

PARTE II

En su juventud, desde los 15 años, fue HERNANDARIAS un continuo batallador. Sobre todo en la lucha contra los indios rebeldes.

Juan de Torres de Vera y Aragón, cuando salió a combatir a los indios guaycurúes, se hizo acompañar por Hernandarias, uno de los mejores conocedores del país y de capitanes experimentados.

Con una maniobra audaz como valiente, Hernandarias logró hacer de las jornadas contra los guaycurúes, una expedición victoriosa. Tenía en ese momento 24 años. No es extraño, pues, que al preparar la expedición fundadora de la ciudad de Vera de las Siete Corrientes, le otorgase Vera y Aragón el cargo de mayor responsabilidad. Comenzaba entonces a perfilarse el futuro brillante de Hernandarias. 

Fue designado "Capitán de Su Majestad para todas las cosas que se ofrecieran proveer, para las provincias de las Siete Corrientes", quedando autorizado para actuar "en todo lo concerniente en cosas de justicia como en caso de guerra". En 1588 salió con cuarenta hombres arriando 1.500 vacas y otros tantos caballos". 

Fue un viaje penoso, que duró unos tres meses. Llegado a Corrientes, fue el único capitán que salió a combatir a los indígenas rebeldes y logró pacificarlos. Alonso de Vera y Aragón distribuyó las encomiendas entre los pobladores de Corrientes (se) entiende por encomienda a los indios destinados al cultivo de la tierra otorgada a cada beneficiado, llamados encomenderos). 

Todos los conquistadores y pobladores obtuvieron su encomienda de indios, con ricas y extensas tierras, a excepción de Hernandarias, precisamente el que hizo la pacificación y empadronamiento de los indígenas, no tuvo ninguna encomienda. Este hecho nos indica cuan grande era el desinterés del bravo capitán por obtener favores a propósito de los servicios prestados.

En 1589, los indios renovaron los ataques a Corrientes. Hernandarias, que se encontraba enfermo en Asunción, en conocimiento del suceso, no vaciló en dirigirse a Corrientes con ochenta hombres, para prestar auxilio. A su llegada, construyó un fuerte para refugiar a los pobladores y salió a dar un duro castigo a los indios. Como consecuencia, se agravó su enfermedad que lo obligó a retornar rápidamente al Paraguay.

El primer nombramiento de Hernandarias como Gobernador de Asunción fue hecho por el Cabildo el 13 de julio de 1593. Desde Potosí, Ramírez de Velasco lo designó Gobernador y Capitán de Asunción en 1593. Desde Potosí, Ramírez de Velasco lo designó Gobernador y Capitán de Asunción en 1596, dejando éste la Capital y falleciendo en 1597. Las autoridades y pobladores reeligieron gobernador a Hernandarias, en 1598. 

En este año, el 19 de julio, vivió Asunción un día tan jubiloso como histórico. Entraron en la ciudad "

Por Real Cédula de noviembre de 1601, Hernandarias fue nombrado Gobernador de Buenos Aires, reeligiéndolo en el cargo el Rey, en 7 de setiembre de 1614. Su período de gobierno en Asunción finalizó el 12 de octubre de 1618.

Al nombrarlo Gobernador decía el Rey: "... El cargo de Gobernador conviene proveerlo en persona de cualidades que se requieren y estas concurren en la de vos Hernando de Saavedra y tengo en consideración lo que me habéis servido en los dichos cargos y esperando lo continuaréis por el término de 3 años tiendo Gobernador del Río de la Plata".

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