Cuaderno Nº 111

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, Domingo 4 de Mayo de 1997CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 111
LA ESCUELA EN GUALEGUAYCHÚ.  SUS MAESTROS PARTICULARES  (Nati Sarrot)- Huellas iniciales- La Señorita Ángela Bugnone- Maestros y Maestras Particulares
CUADERNOS PREGUNTA… EL PROFESOR ALMEIDA RESPONDE…- De nuestros abuelos indios (V Parte)
LOS HABITANTES DE LA MANSIÓN IV (Edición Impresa)- Entre Letras y Pinturas (Carlos María Castiglione)- Vivencias de antiguos detalles (Aurelio Gómez Hernández)

LA ESCUELA EN GUALEGUAYCHÚ. SUS MAESTROS PARTICULARES 

Nati Sarrot 

HUELLAS INICIALES

En Gualeguaychú nació la preocupación por instruir y educar a los niños casi con la constitución de sus primeras autoridades. En Acta del Cabildo de fecha 8 de septiembre de 1787 consta,  que fue elegido como maestro de la Escuela Pública Don Francisco Parrado,

 "hallando en él las excelencias y virtudes que se requerían para este fin (...)"  Luego se trazan los propósitos: "primeros rudimentos de las letras y enseñanza  de la doctrina cristiana (...) Los padres están obligados a mandar sus hijos de 4 a 6 años y más (...)  Pagarían 4 reales mensuales los que pudieren (...)  El maestro cobrará en plata o en productos del país (...)" (1)

Fortuna fue que en la provincia de Entre Ríos, desde su iniciación orgánica, se entendió el valor trascendental de la instrucción pública. Francisco Ramírez, ya constituida la República de Entre Ríos en 1820, enunció en el Reglamento las líneas para sostener la Escuela Pública: 

  "Creación de escuelas en las Villas. 

  Asistencia obligatoria de los niños para la útil enseñanza al menos  de leer, escribir y contar (…)  

  El Maestro deberá ser hombre de probidad y de la mejor instrucción posible (...) 

  Los Comandantes otorgarán una casa cómoda (…)

  El gobierno proveerá las cartillas necesarias a los maestros (…)

  Los Curas exhortarán a su grey, como interesados en su felicidad, sobre los intereses de la patria y beneficios de su pública beneficencia (…)"  (2)

Escuela Graduada Mixta Nº 1 (Actual Esc. Rawson- Esquina de las calles San José y L.N. Palma)

El Diputado provincial Justo José de Urquiza, en agosto de 1826 puso a consideración del Honorable Congreso el Proyecto de Decreto para la Educación de la Juventud como obligación de gobierno: 

(…) proveer de maestros para la enseñanza, que sabrán desempeñar con provecho, para su moralidad e ilustración y proveerá a los gastos con rentas de la Provincia (…)  (3)

Hacia 1840 notamos amagos de un ordenamiento escolar; los Sacerdotes Párrocos desplegaban actividad docente y eran  inspectores de la enseñanza.  En Gualeguaychú, el Presbítero José María Delgado, director de la Escuela Pública de Varones, tenía autorizada palabra ante Urquiza y prestigio general como para satisfacer las consultas sobre la especialidad. 

Para fines de esa década, concluida la campaña militar en Corrientes, Entre Ríos concretó medidas de gobierno que favorecieron la institución educativa. 

En 1849 se creó: la Junta Directora de Escuelas de Primeras Letras y  las Juntas de Instrucción pública, en cada Villa; escuelas de primeras letras para niñas; escuelas de artes y oficios; escuelas de tareas agrícolas; se designó a Marcos Sastre Inspector General de Escuelas Primarias. 

Con una numerosa población joven, las estadísticas evidenciaban que aún no se satisfacían las demandas. Por eso, las Escuelas Fiscales se complementaron  con las  Escuelas Particulares. 

El mayor problema era la inexistencia de instituciones de formación docente. En el umbral de 1870  se valoró la oportunidad de crear  Escuelas Normales de Maestros en Paraná y en Concepción del Uruguay. Gualeguaychú tuvo la suya en 1910, cuya primera promoción egresó en 1913. 

Desde la fundación de la Villa de San José de Gualeguaychú en 1783, muchas generaciones recibieron instrucción elemental, conocieron los principios de la moral y el civismo gracias a la actividad de los MAESTROS PARTICULARES. 

Si miramos hacia atrás, muy cerca de nosotros, podemos comprobar cómo fue su trabajo, su entrega, su caudal de saber y de ser.  

LA SEÑORITA ÁNGELA BUGNONE

María de las Mercedes Chaparro de Sameghini (Andrea Sameghini) contaba que,

Angela Jacinta Bugnone

"Cuando era muy pequeña, mi tía Zoraida Echazarreta me llevaba a visitar a Ángela Bugnone.  Regresábamos con toda clase de plantas medicinales. Ella sabía las propiedades de cada una. Tenía en su patio, un lugar privilegiado, dentro de un jardín de hermosos rosales y variadas plantas que cultivaba en un tiempo tan pleno, como el que cada día brindaba a sus alumnos en el salón de clase de la casona donde vivió, Luis N. Palma 405, hasta su muerte producida el 24 de noviembre de 1962 a los 92 años".

Ángela Jacinta Bugnone, hija de Esteban y María Bonzón, nació en Gualeguaychú. Fue bautizada en la Iglesia San José el 1º de octubre de 1870. Cursó  estudios primarios. Con estos aprendizajes, su dedicación y su trabajo elaboró una cultura que la facultó ampliamente para cimentar su vocación: LA ENSEÑANZA.

Desde los catorce años comenzó a ejercer docencia. Dueña de una memoria poco común, entró cómodamente en la Historia argentina y universal, sin desestimar la de su pueblo. Con el tiempo, se la reconoció como erudita en la materia, aunque todo era de su interés: Geografía, Literatura, Religión, Artes, etc. Gualeguaychú, como toda la República, necesitaba educadores, entonces, con la voluntad y su saber Ángela Bugnone armó su escuela en 1885 la que alumbró por años, hasta que un accidente le impidió seguir. Había llegado a los 90 de edad y a los 76 de ejercicio.

Cuando, pasados sus diez ciclos escolares, llegó a Gualeguaychú la Comisión examinadora, Ángela se presentó a las pruebas de capacidad y se le confirió el título de Maestra Provincial en 1895.

Inspeccionada su aptitud docente y evaluado periódicamente el aprendizaje de sus alumnos, la escuela particular "Domingo Faustino Sarmiento" se destacó con muy buenos conceptos. (4) 

Con el tiempo, muchos de sus discípulos alcanzaron lugares prominentes. El Dr. Alejandro R Bugnone refiere,  

"Recuerdo al Profesor  Dr. Jacobo Spangenberg, eminente clínico que fue profesor de la Facultad de Medicina de Buenos Aires; a  Alejandro C. Bugnone, Profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad del Litoral;  a Esteban A. Bugnone -hermano de Ángela-, quien desempeñó destacadas funciones en la Educación: Inspector Provincial de Escuelas Primarias, Profesor de la Escuela Normal y de la Escuela de Comercio de Gualeguaychú, vice Director de la Escuela Superior Completa… y que según Osvaldo Magnasco, Ministro de Justicia e Instrucción Pública de la Nación,  "La inteligencia de este joven educacionista no tiene límites" (5) 

La señorita Ángela, la tía Angelita para los íntimos, era una mujer alta, de muy finas maneras. Si bien no una belleza en el concepto de la época. Se movía ágil, con elegancia y dominaban su rostro alargado los ojos vivaces que nunca precisaron lentes; esos ojos con los que parecía escuchar y penetrar en las palabras de quien hablaba con ella, en una forma dulce e inequívoca de exigirlas veraces.

Abrazó la docencia como forma de vida, la dignificó con su ejercicio y se manifestó en la defensa de los derechos que tal profesión debía conferir. Así la vemos junto a María Antonia Piccini integrando la Primera Comisión de Maestras Particulares de la Provincia que reclamó en 1938, una Ley de Jubilaciones y Pensiones. 

Espíritu justo y solidario, Ángela no quiso retirarse del aula aunque su edad se lo permitía. Una lesión en la cadera la obligó a hacerlo en 1960.

Cuando su sobrina Angélica, Lica, Bugnone egresó como Maestra Normal Nacional, se incorporó como su Ayudante. Entonces, la  "Domingo F. Sarmiento" ganó fama de ser la única  escuela particular en la que ejercía una Maestra Normal.

En 1957, la Asociación Gremial y Mutual del Magisterio de Gualeguaychú la visitó en su casa en homenaje a la jerarquía de la labor de Ángela J. Bugnone. 

Integré la delegación con María Amalia Barbosa de Piaggio, Alba Hermelo, Angelina C. Lapalma, Albertina Díaz de Oliva, María América Barbosa. La Señorita Ángela tenía 87 años; erguida, delgada, vestía de negro, la aureolaba una dignidad que no inhibía, más bien nos envolvía. Irradiaban sus ojos verdosos, una luz serena, simpática y a la vez indagadora... Pensé, ¡qué fácil debió ser para esta mujer penetrar en el alma de los alumnos!

Toda su labor de setenta y seis años, el reconocimiento de sus ex alumnos, el cariño de los suyos, el respeto de los colegas, pudieron estar a la altura de lo que merecía; es cierto que el haber dado tanto, el estar siempre cerca de lo elevado, de la belleza, del amor, le debieron conferir ese halo de serenidad y de alegría, como una gracia. 

Halló en la docencia, en el estudio, en la familia, en el cumplimiento de sus deberes religiosos, en el cultivo de flores y plantas medicinales, la plenitud de sus horas. 

Tuvo en su juventud, el amor de un joven que una enfermedad le quitó poco antes de casarse. Atesoró el sufrimiento para volcarlo convertido en bien.

Con la Señorita Ángela, la ciudad y suburbios de Gualeguaychú estuvieron asistidos en su necesidad de escolarización por largo lapso.

Sólo la vocación, el espíritu de sacrificio de los Maestros Particulares, en su mayoría mujeres, puso el elemento fundamental de la Escuela en Gualeguaychú, abriendo espacios de aprendizaje en sus domicilios. Luego vinieron los bancos, las mesas, los pupitres, el pizarrón, la pizarra, La Anagnosia, El Nene, el  Paso a Paso y... por ahí, un subsidio o mensualidad municipal o provincial... 

Pero todo alrededor y sustentado por la presencia y la capacidad del Maestro Particular, que hoy personalizamos en la Señorita Ángela Bugnone, la de la Escuela N° 49 Domingo Faustino Sarmiento de Gualeguaychú, como un segmento importante de la historia que debemos conocer.

Maria America Barbosa

CITAS:

(1) Libro II Actas del Cabildo de Gualeguaychú. 1787-1811. Biblioteca del Clero. Gualeguaychú.- (2) Reglamento para la República de Entre Ríos, 1820.- (3) Proyecto de Decreto del Diputado Justo José de Urquiza, Paraná, 22 de agosto de 1826. (4) Testimonio oral del Dr. Alejandro R  Bugnone. 1989. Gualeguaychú.(5) EL NOTICIERO, Gualeguaychú,  10 de diciembre de 1900. 

CONSULTADOS:

RUIZ MORENO, Martín (1910)  - El Gral. Urquiza en la Instrucción Pública. Ed. La Facultad, Bs. Aires.- SAMEGHINI, Andrea (1989)  Entrevista al Dr. Alejandro R. Bugnone y a la señorita Angélica Bugnone (sobrinos de Ángela J.) Gualeguaychú.SAMEGHINI, Andrea (1989) Maestros Particulares. Conferencia. Instituto Osvaldo Magnasco. Archivo privado. SARROT, Nati (1957) Entrevista a Ángela Bugnone, 11 de septiembre. Gualeguaychú. Archivo privado. 

MAESTROS Y MAESTRAS PARTICULARES

La vida y obra de los Maestros particulares fue desarrollada con tanta unción como humildad. De ahí que muchos nombres se hayan perdido con el tiempo. 

En la seguridad de que años de búsqueda han sacado del olvido sólo algunos, va en homenaje a todos este listado  incompleto.

Escuela Graduada Mixta Nº 1  (C.1900)
Escuela modelo "Guillermo Rawson" - Aula de 5º grado

Dejé el sitio final para MARÍA ANTONIA PICCINI, la incansable maestra del Barrio de la Estación; la que en su casa de Rocamora 578 reunió a sus colegas, un 14 de julio de 1938, para formar la primera Comisión de Maestros Particulares que promoviera la unión de los maestros particulares entrerrianos para alcanzar la justicia en sus remuneraciones y una ley que asegurara su jubilación. 

Fue Secretaria, María Ester Torrilla Núñez. Vocales: Paulina Obispo, Ángela Bugnone, Tomasa Pereyra Carrizzo, Rosario Soria, Laura B. de Padilla, Victoria E de Vera, Emilia P. de Garat e Hilda Borchez de Miró. 

El 14 de octubre de 1942 se sancionó  la Ley cuyo proyecto fuera presentado por los diputados Gutiérrez, Aldrey, Parente y Santander. 

Recién en 1953, se hicieron efectivos los primeros haberes jubilatorios. Muchos maestros que los merecían habían quedado en el camino, sumando a sus sacrificios anteriores una vida de austeridad, cuando no de pobreza, digna pero angustiante.

CVADERNOS


le pregunta y

el Profesor

ALMEIDA

responde

DE NUESTROS ABUELOS INDIOS

PARTE V

Recordamos que los Misioneros Jesuitas solicitaron al Rey la autorización para organizar una fuerza armada con el fin de defender la frontera Nor-Este del Imperio español. Los pueblos guaraníes que no formaban parte de las Misiones, ya habían sido destruidos por los avances portugueses para cautivar nativos que luego vendían como esclavos. 

En 1644, la corona permitió la formación de milicias indígenas organizadas y adiestradas por los Jesuítas.  Fueron movilizadas con eficacia para acudir en defensa del territorio amenazado.  

Damos a continuación un detalle de las movilizaciones que se hicieron durante un siglo y medio frente a situaciones de emergencia; fecha, número de indios movilizados, quienes las comandaron y la tarea realizada.  Muchas veces fueron contra los charrúas, por las agresiones realizadas junto a los portugueses.

Los abuelos indios fueron carne de cañón en defensa de su patrimonio y su tierra. Lucharon por su Patria que es también la nuestra.

INVESTIGACIÓN Y TEXTOS. Nati SarrotCarpetas de Andrea SAMEGHINIJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRIGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Prof. Manuel ALMEIDA - Carlos M. CASTIGLIONEAurelio GOMEZ HERNANDEZ
Digitalización: Museo "Casa de Haedo" :  Natalia Derudi - Danilo Praderio - Pilar Piana - Marianela Muñoz.Edición y OCR del texto: Patricio Alvarez DaneriTRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI – DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
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