Cuaderno Nº 107

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, 2 de Marzo de 1997CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 107
EL OMBÚ Y LA CIVILIZACIÓN (Amaro Villanueva)LA REGENERACIÓN. PERIÓDICO DE GUALEGUAYCHÚ (Nati Sarrot)BLACK RÍVER, EL CLUB QUE NACIÓ EN 1914 (Marco Aurelio Rodríguez Otero)1895. TRES CASOS SOSPECHOSOS (El Noticiero)SINFONÍA DE ORO Y DE LUZ (Pablo J Daneri)CUADERNOS PREGUNTA… EL PROFESOR ALMEIDA RESPONDE…- De nuestros abuelos indiosLOS HABITANTES DE LA MANSIÓN IV (Edición Impresa)- Entre Letras y Pinturas (Carlos María Castiglione)- Vivencias de antiguos detalles (Aurelio Gómez Hernández)

EL OMBÚ Y LA CIVILIZACIÓN

Amaro Villanueva

Hemos estado releyendo el libro de AMARO VILLANUEVA, El ombú y la civilización, lo que recomendamos como preciosa lectura de verano. Contiene páginas de oro fino, a propósito del ombú, “(…) el vegetal llamado a ser, junto al cristiano, en el inmenso piélago verde de las pampas, el pionero absoluto del período arbóreo”.

Elegimos estos párrafos:

El ombú dibujo de Carlos Morel (1813-1894)

“(…) Se trata de una planta que brota de semilla o prende de gajo “sin errar jamás”, como lo testimonió Azara, y sin reparar que el suelo sea bueno o malo, húmedo o seco. Con el agregado elemental de que crece en la mitad del tiempo que otros. 

(...) protector y faro en el desierto (...) de signo hospitalario de la civilización en la llanura pero era indispensable, además, que este centinela en descubierta se mantuviera siempre solitario; que no pudiera verse sino allí donde el hombre lo dejaba de guardia; que su presencia nunca fuera casual, para que no pudiera inducir en error (...) siendo una planta dioica, claro está, para multiplicarse libremente necesitaba el complemento de su “media naranja”(...)

Y de ahí que este pródigo individuo de savia, al ponerse al servicio del hombre en la llanura, se convirtiera en un solemne aislado, en casto anacoreta vegetal. Ese era el compromiso del ombú con el hombre, que fue, lógicamente, quien le impuso tan rígida consigna, plantándolo a la vera de su rancho, solo.

Por otra parte, no existía peligro de que este voto se modificara por causas aleatorias (...) porque siendo nocivas sus flores, el insecto no iba a libar en ellas, de manera que tampoco transportaba su polen, sin querer, de una flor masculina a otro árbol que tuviera flores con gineceo, flores del sexo opuesto; y como era incomible su fruto e ingrato para el ave resultaba sumamente difícil -para no exagerar un imposible- que su semilla fuera dispersada, desde el pago natal, donde estaba formada la familia, por el múltiple azar de lo que vuela.

Si a ello se agrega, en fin, la constante decisión del ombú para hacerle patancha al huracán, su fortaleza para soportar muy prolongadas privaciones de agua (lo que viene a explicarnos la función

acopiadora de jugosas reservas, de sus gruesas, tortuosas, desmedidas raíces) y su longevidad, vemos completo el cuadro de las características de arraigo, de desarrollo y de perduración que el hombre reclamaba del camarada vegetal buscado para la empresa de dominar las pampas.

Pero, además, los secreyentes cultos detractores del ombú, quedan en descubierto sin toga ni birrete doctoral, cuando la emprenden contra el gigante autóctono, alegando que su tronco no brinda ni madera para el horcón del rancho, para el poste o el mueble, ni leña para el fuego; y al oponerle, entonces, muy sabihondos, el cedro, el pino, el álamo, el eucaliptus.... por que no servía ni para leña ni para madera, el ombú solitario de la pampa inarbórea se salvó de los hombres, del hacha del infiel o del cristiano... se salvó de los hombres... y pudo ser su par en la epopeya del progreso pampeano. 





AMARO VILLANUEVA,  El ombú y la Civilización

Universidad del Litoral, Santa Fe, 1955. (Fragmento 

LA REGENERACIÓN. PERIÓDICO DE GUALEGUAYCHÚ

Nati Sarrot  

Recibo de pago de suscripción

El periódico La Regeneración nació en Gualeguaychú el 7 de febrero de 1868. Dirigido por Lucilo López, contó entre sus redactores a  Olegario V. Andrade,  Francisco Felipe Fernández y Delfín Camejo. Reemplazó  a  "El Porvenir".

Desde sus páginas, apoyó la candidatura de Urquiza a la presidencia de la Nación, promovió la campaña contra el cólera morbus, publicó versos de Goyo Aguilar, trató temas de ganadería, datos estadísticos del Censo Nacional de 1869, entre otros.

Según  el Canónigo Borques, 

"Con la llegada de la intervención armada a Entre Ríos (tras el asesinato de Urquiza el 11 de abril de 1870), Gualeguaychú se transformó en un vasto campamento e imperó la ley marcial. La prensa no tardó en recibir la consigna de cerrar sus puertas."

En cumplimiento de esa orden La Regeneración arrió inmediatamente las banderas que supo mantener en alto como enseña patriótica y desapareció el 22 de abril  de 1870.  Alcanzó a editar 336 números.

En la ciudad de 10.000 habitantes se manifestaba  avidez por la lectura. Este periódico  que aparecía tres veces a la semana, sirvió a Andrade para continuar su prédica contra el Tratado de la Triple Alianza y la Guerra con el Paraguay, no sólo con sus notas sino reproduciendo artículos de otros medios que esgrimían sus mismas ideas.


Consultados:

BORQUES, Juan Carlos (1919) Ensayos Históricos sobre el periodismo en Gualeguaychú 1849-1870. Imprenta Gualeguaychú. Gualeguaychú.VÁSQUEZ, Aníbal S (1970) Periódicos y periodistas de Entre Ríos. Dirección de Cultura de Entre Ríos. Paraná.

BLACK RIVER, EL CLUB QUE NACIÓ EN 1914

Marco Aurelio Rodríguez Otero 

Fachada del edificio donde funciona la sede social de Black River sobre calle Colombo, esquina Victoria ángulo nor-este. Antigua Asistencia Pública Municipal. Mantiene su estructura primitiva en la parte superior. Eliminadas las ventanas enrejadas, se reemplazaron por pequeñas aberturas absolutamente en pugna con el clásico estilo original. Lo mismo sucedió con la puerta de acceso al histórico edificio.  

Black River fue fundado en 1914 por un entusiasta núcleo de aficionados al noble juego del fútbol.

La primera Comisión Directiva fue presidida por Agustín Padilla, a quienes acompañaban Servillano Bon, Venancio Romero, Julio Doello, Leandro Lazo, Domingo Lazo, Evangelisto Borrajo y Pedro Piana.

Los primeros presidentes fueron Servillano Bon, Leandro Lazo, Alberto Delmagro, Arturo Iriarte, Venancio Romero, Héctor G. Carrozzo y Fernando M. Delavault.

El club formó parte de la Liga de Fútbol desde la fundación de ésta, en 1915. 

En 1917, enfrentó al aguerrido equipo del club Laureles, de Fray Bentos, en su primer partido internacional. En los primeros años obtuvo un campeonato en segunda división, tres en tercera y uno en cuarta. Hasta aquí, lo que informó EL ARGENTINO el 25 de febrero de 1927.

Por su parte "El Nacional", en su edición del 20 de octubre de 1933,  resalta que Black River es ese año el Campeón de Primera División,  con un equipo inolvidable integrado por: Guillermo Darreche (Cap.); Roque Loggiódice (sub. Cap.); Pilar López; Rafael Pérez; Enrique Yacuzzi; Manuel Ghiglione; José Almirón; Higinio Padua; León Capurro; Ruperto Gelós; Ricardo Comodoro; Antonio Tornacué; Antonio Albariño.

1895.  TRES CASOS SOSPECHOSOS 

Ayer se denunciaron a la municipalidad tres casos sospechosos (de cólera) en barrios opuestos completamente del municipio. 

Dos en la calle 3 de febrero al sur, en la primera casa que queda cerca del terraplén del ferrocarril, y otro en la famosa madriguera conocida por "Las catorce provincias".

Fueron visitados por los doctores Raffo y Díaz. 

Ayer inspiraban serios temores dos de los casos, pero hoy seguían mejor.

Los tres habían sido atacados de calambres, vómitos y diarreas. 

Causas, las de costumbre, entre gente poco escrupulosa para vivir; atracones de fruta y de guisotes capaces de hacer reventar hasta la columna de la Plaza Independencia.

Las dos casas se aislaron desde el primer momento, solicitando la municipalidad, guardia de la policía. 

El aislamiento cayó en la madriguera de "Las catorce provincias" como una bomba. Las chicas de la conocida cueva tenían prontos sus trajes y abundantes compromisos para las fiestas de carnaval, y ahora se ven en el caso de perderlo todo porque los guardias le impiden la salida.

Ayer el centinela apostado en la calle tuvo que andar a brazo partido con "Juana la grande" (nombre de guerra) que quería romper el cerco sanitario huyendo de los microbios de las "catorce".

El guardián, a buenas primero, y a empujones después, la convenció que más microbio era ella y no debía salir de su centro.

Y no fue esa la única escena grotesca del día, pero hoy han pasado más en calma las brujas de la madriguera infestada. 


El Noticiero Nº 5021,  Gualeguaychú, 22 de febrero de 1895.

Gualeguaychú no estaba aislada y fue afectada por la epidemia del cólera; si bien no alcanzó la dimensión de la de 1868, tuvo preocupada a la población. Los meses de febrero y marzo fueron los más crudos.

Lo que  llama la atención de esta publicación, es la forma de encarar un tema tan serio con empleo de un estilo jocoso cargado de ironía y menosprecio hacia un grupo humano al que se marginaba en forma evidente.

Cuando habla de la comida - "frutas y guisotes que harían reventar la columna de la Plaza Independencia"  refiere al monumento que se levantaba al centro de la actual Plaza San Martín. La columna, levantada en 1879, fue demolida para servir de base al monumento al General San Martín inaugurado en 1910. 



OH, EL AMOR...


Pablo J. Daneri

(Pebete)

Sinfonía de oro y de luz


Alhaja con destellos del diamante 

que conduce a la gloria y al suplicio; 

ancha franja de luz; cielo propicio 

a la siembra radiosa y fulgurante.


Sortija que se arropa, agonizante, 

en la seda talar del sacrificio, 

optando por la mofa al beneficio 

que se obtiene en vil forma denigrante.


Pedestal como un bloque de granito 

atisbando en silencio el infinito,

el alma que mi pecho da cabida


es sortija de luz y es una alhaja 

que el clamor indeciso de la vida 

no mancha, no corroe, no rebaja.



Pablo J. Daneri (Pebete)

CVADERNOS


le pregunta y

el Profesor

ALMEIDA

responde

DE NUESTROS ABUELOS INDIOS

Queremos y debemos conocer a nuestros abuelos indios, ocultados durante siglos por convencionalismos mezquinos y tendenciosos. Nunca se nos dio la verdad y vamos a encontrarla y a exhibirla íntegra y pura.

Los indígenas han sido mal calificados. Se los ha señalado como salvajes y bárbaros, como incultos y primitivos, como considerar a los naturales en las primeras etapas del desarrollo cultural. No serían incultos nuestros primeros grupos humanos desde el momento que en todos hay idioma, obtención del fuego, instrumentos, formas sociales, creencias y reglas de conducta. 

Sobre todo, en la gran mayoría de ellos, la elaboración de la cerámica con la pintura, el decorado y el modelado son verdaderas expresiones de belleza, y la belleza, es el componente estético que se identifica con el arte.

Por no tener agricultura y ganadería (así se ha dicho) se los señaló como depredadores. El depredador es el que vive de la caza y de la pesca, recolectando y consumiendo todo lo que necesita para su alimentación, sin reponerlo.

Nuestros indígenas no fueron depredadores. Todo lo contrario. Nos demostraron que fueron capaces de conservar la integridad del medio ambiente sin el deterioro que es el problema de nuestros días.

No fueron pastores ni cautivaron las especies animales para reducirlas en corrales, porque disponían de ellas en abundancia. Además, fueron agricultores porque para su alimentación cultivaron la tierra sembrando en los claros del monte. 

En nuestra provincia cultivaron el maíz, el poroto, el zapallo y la mandioca. En el resto del país y en América cultivaron todo aquello que los conquistadores no conocían y que llevaron como novedad a Europa. 

Formaron parte de esos cultivos además de los ya mencionados, girasol, papa, calabaza, ananá, frutilla, palta, maní, batata, tomate, algodón, guayaba, ají y otros productos de la flora americana como la yerba mate, el tabaco, cacao, avellana, caucho, tanino, plátano, hasta el chicle.

Además, los indígenas no talaron el monte; protegieron las especies útiles como el ceibo y las palmeras. En tiempos difíciles de inundaciones, de inviernos crudos, cuando escaseaba el alimento comían cogollo del ceibo o del coquito de las palmeras. El que destruía una palmera era condenado a muerte.

Nuestro país se pobló hace más de 10.000 años es decir unos 100 siglos. Lo que los indígenas conservaron sin destruir a través de 100 siglos, los "blancos" que poblaron y poblamos hoy América, lo hemos destruido en sólo 5 siglos.

Dicen las crónicas que en nuestros ríos los conquistadores, reunidos en pequeños grupos, podían pescar unos 2.000 peces en apenas una hora. Hoy si vamos a pescar en nuestro río, en varias horas apenas sacamos un puñado de mojarras o un bagrecito que no alcanza para alimentar al gato.

La fauna autóctona que al iniciarse la conquista era extraordinariamente abundante, ya prácticamente ha desaparecido. No porque haya servido de alimento, porque el "blanco" trajo para ello de Europa, bovinos, ovinos, porcinos y aves de corral sino porque a la fauna nativa se le dio caza para comerciar las pieles o simplemente para hacer práctica de tiro al blanco.

Que la cordura de nuestros abuelos indios nos sirva de ejemplo.

INVESTIGACIÓN Y TEXTOS. Nati SarrotCarpetas de Andrea SAMEGHINIJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRIGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Prof. Manuel ALMEIDA - Carlos M. CASTIGLIONEAurelio GOMEZ HERNANDEZ
Digitalización: Museo "Casa de Haedo" :  Natalia Derudi - Danilo Praderio - Pilar Piana - Marianela Muñoz.Edición y OCR del texto: Patricio Alvarez DaneriTRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI – DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
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