Cuaderno Nº 103

Índice Temático


GUALEGUAYCHÚ, 5 de Enero de 1997CVADERNOS DE GUALEGUAYCHÚ Nº 103
VESTIR A LA TROPA (Nati Sarrot)- Uniformes hacia 1827- Vestimenta militar hacia 1840EL HUMOR ENTRERRIANO  (Martiniano Leguizamón)SINFONÍA DE LA PUPILA MUERTA (Pablo J Daneri)CUADERNOS PREGUNTA… EL PROFESOR ALMEIDA RESPONDE.- Infraestructura de las viejas culturas – LOS HABITANTES DE LA MANSIÓN IV (Edición Impresa)- Entre Letras y Pinturas (Carlos María Castiglione)- Platería, un culto universal – Pendientes- (Aurelio Gómez Hernández)

VESTIR A LA TROPA 

Nati Sarrot 

Sobre un documento fechado en Gualeguaychú, en diciembre de 1827, hallado en el Archivo Histórico de Entre Ríos, resulta de gran interés el detalle de compra de vestuario para la Tropa del Piquete, integrada por 32 soldados y 2 oficiales.

La ropa se adquiría en Buenos Aires.

Por esta nota se puede reconstruir, el porte de un soldado de la Guarnición de Gualeguaychú. 

UNIFORMES HACIA 1827

No es frecuente, no es fácil acceder a  las características de la vestimenta militar. Lo comentan en el mismo Archivo provincial;  más de una vez, conjuntos coreográficos y teatrales han recurrido a informarse para vestir personajes de época, con poca suerte.  

Según nota firmada en Gualeguaychú por José Nadal en diciembre de 1827, estos soldados tenían dos uniformes, si contamos el cambio del chiripá por el pantalón, ya que  chaqueta, camisa, calzoncillos y gorro era el mismo para las dos formas de vestir.

Para los soldados:

Para los oficiales:

Para la caballería se encargaron 16 cornetas o trompas.

La nota describe que el pago se hará "de los intereses embargados", condición que no ha de extrañar  pues la solicitud ocurre en un período de zozobra política: cambio constante de gobernadores titulares y delegados, custodia de las fronteras provinciales, participación activa en la guerra que las Provincias Unidas  mantenían contra el Imperio del Brasil. Los bienes personales no gozaban de garantía para los vencidos.

En cuanto al uniforme que detallamos,  solo se trata de la vestimenta de la guarnición de la Comandancia de Gualeguaychú. La diferencia que advertimos entre  la ropa del oficial y la ropa del soldado, es la calidad del paño en que se confeccionaba. El paño y el liencillo eran de industria inglesa. Para la década de 1820 y la de 1830 fue Inglaterra la mayor exportadora. Sus barcos traían y descargaban en Buenos Aires telas de variada calidad; eran comerciadas por inmigrantes británicos que asociados, se ocupaban de la distribución en todo el territorio rioplatense.

Se observa que no se solicitó calzado; nuestro soldado usaba comúnmente la bota de potro. Rara vez el calzado podía ser el botín, pero la bota de grueso cuero era sometida  muchas veces  a cambios de suela. 

Pasó el tiempo y el traje del soldado entrerriano no mostró cambios fundamentales. Se continúa observando el uniforme del oficial confeccionado con paños de mejor calidad. Por ejemplo en la utilización de  bayetas. La bayeta de pellón era una tela rala de lana con el pelo tupido, suave al tacto que se empleaba en la confección de chaquetas. 

Hubo cuerpos militares con uniformes calificados. No olvidemos el de los Dragones de la Muerte formado por Francisco Ramírez en 1820. 

En 1827 se trataba de vestir al grueso de la tropa que cada vez necesitaba ser más numeroso.


Soldado de dragones de la muerte de Ramírez.

VESTIMENTA MILITAR HACIA 1840

Hacia 1840, Entre Ríos sufre la inquietud que provocan los movimientos intestinos entre unitarios y federales; la deposición del Presidente Oribe en el Estado Oriental, los pasos de su oponente Fructuoso Rivera y la posible invasión al territorio cuando pactó alianza con Berón de Astrada en diciembre de 1838;  Juan Lavalle invadió la provincia desembarcando fuerzas en Landa, Puerto Basilio y Ñancay en la primavera de 1839; Santa Fe asediaba por el Paraná tras la muerte de don Estanislao López en junio de 1838. 

Las autoridades provinciales valoraban las dificultades para armar y vestir a las tropas.  Las estancias, las haciendas de fieles a la federación como las de los unitarios eran abandonadas. El gobierno procedía a embargarlas, no se marcaba el ganado, el pillaje era cosa común. 

Preocupaba renovar los cuerpos de las guarniciones y movilizar  los escuadrones de reserva. Tanto los comerciantes como los particulares concurrían con donaciones, no siempre tan voluntarias como solía expresarse. 

De la nota firmada en Gualeguaychú por Eduardo Villagra el 5 de agosto de 1842,  se obtienen detalles sobre las prendas de "milicianos que se reunieron a tomar las armas contra los salvajes unitarios que han invadido la provincia"  25 camisetas de bayeta a 14 reales cada una, 25 ponchos de bayeta a 13 reales, 10 calzoncillos de liencillo a 5 reales la pieza, 10 camisas de liencillo a 6 reales la pieza y 8 frenos.  

En la misma nota se explicita que no han podido abonarse, porque la Caja del Administrador de Rentas está exhausta.

En nota firmada en Nogoyá el 11 de enero de 1844, por el Gobernador Delegado Cipriano de Urquiza a Eduardo Villagra, informa que se ordenó  la confección de  300 equipos, compuestos de "camisas, calzoncillos,  camisetas y chiripases y gorras de manga para la tropa"  y algunas camisetas de bayeta de pellón y gorras como para jefes y oficiales...

Todo esto fue cumplido. El comercio de Gualeguaychú donó 37 camisetas punzó de bayeta de pellón "para vestir el cuerpo de Oficiales del valiente Exército de Reserva; y los individuos de aquel gremio que los han costeado, se hacen un honor de donarlas en prueba, aunque muy débil y pequeña, del ardiente patriotismo que los anima"(*)

En otros documentos (**) se detallan gastos  por tabaco, papel para armar y yerba,  provistos por Méndez Casariego, Julián Echazarreta y Alejandro Moon, respectivamente, fuertes comerciantes locales que podían mantenerse ante las demoras previsibles para percibir los pagos correspondientes.

CITA:(*) -Del Administrador de Rentas de Gualeguaychú Domingo de Alagón, al Ministro Tesorero General de Hacienda de E R  Gualeguaychú, 21 de mayo de 1844. AHER(**) -De Domingo de Alagón al Sr Comisario de Guerra del Exército de Reserva, Gualeguaychú 17 de febrero de 1844. AHER- De Domingo de Alagón al Sr Ministro Tesorero, Gualeguaychú 26 de abril de1844 AHER- Al Administrador de Rentas de la Caja de Gualeguaychú D. de Alagón, Gualeguaychú 21 de mayo de 1844, firmado Juan José Méndez Casariego en nombre del Gremio del Comercio. AHER - Domingo de Alagón al Ministro Tesorero, Gualeguaychú  junio y julio de 1844 AHER
CONSULTADOS GIANELLO, Leoncio (1954) Historia de Entre Ríos (1520-1910) ParanáREULA, Filiberto (1971) Historia de Entre Ríos  T I Castellví. Santa Fe.

EL HUMOR ENTRERRIANO, SEGÚN MARTINIANO LEGUIZAMÓN

Ilustración de Eleodoro Marenco

Una de las notas peculiares del costumbrismo gauchesco de Martiniano Leguizamón  es su captación de la picardía criolla reflejada, entre otros, en el relato de la doma del caballo porcelano. El autor de Calandria patentiza el mérito a esas mentiras increíbles que en el campo se denominan bolazos, como se bautiza bolacero al habituado a lanzarlas.   

Leguizamón ubica el episodio, " en los floridos campos de don Mateo García de Zuñiga, el estanciero más ricacho y generoso que se conocía en Entre Ríos por aquel entonces. (…) Un día de cerdeada de yeguarizos, don Mateo ofreció una moneda de oro a quien se animara a darle un galope al bagual porcelano a quien nadie le había podido aguantar un par de corcovos.

Un hombre menudo, bajito, subido de color, salió de entre el grupo de los mirones y aceptó el envite.

( …)

"Corcovea y corcovea el porcelano con el pardito encima, al cual no puede, ni siquiera, desacomodar del recado. Pasan las horas de la tarde y la escena continúa (…)  así llegó la noche. Al día siguiente, no bien aclaró, salieron a campiarlos (al jinete y al reservado) más no encontraron ni rastros. Pasaron varios días y nadie supo dar noticias ni del bagual ni del domador. ¡Parecía que se los había tragado la tierra! 

A la cuenta lo mataría algún árbol entre el monte (sentenció alguien). 

Ansina lo creyeron todos y no era para menos. 

(…) 

Hasta que algunos años después, una mañanita que cabalmente estaban cerdeando otra manada en el mismo corral de don Mateo, los paisanos vieron aparecer, de repente a un gaucho con la melena larguísima, montado en un pingo porcelano que venia al trote escarsiando. 

Nadie lo conocía y cuando llegó junto a la tranquera y le dieron los buenos días, el paisano contestó: 

- Yhigihigigihigigi giggg! 

Era un relincho. De tanto andar entre los montes  jineteando un bagual, se había olvidado de hablar".

*Martiniano Leguizamón, nació en Rosario del Tala en 1858, el mismo año en que Fray Mocho nacía en Gualeguaychú. Estudió en el Colegio del Uruguay donde fueron compañeros y amigos.

Periodista, profesor, conferenciante, presidente de la SADE, cofundador de la Academia Nacional de la Historia, escribió la novela, Montaraz, (1900); Calandria (1898, obra teatral) La Selva de Montiel (1903); De cepa criolla (1908), Urquiza y la casa del Acuerdo, (1909) Iconografía de Juan de Garay (1910): La Cinta colorada (1916). El gaucho y Papeles de Rosas (1935). Falleció en 1935. Su obra constituye un documento valiosísimo de las costumbres del hombre entrerriano.

 * Porcelano: pelo todo blanco y con visos azulados, al igual que en la losa fina o porcelana, producidos por la transparencia de las manchas negras, según Tito Saubidet.



OH, EL AMOR...


Pablo J. Daneri

(Pebete)

Sinfonía de la pupila muerta


Tu pupila sonámbula y esquiva,

al penetrar la senda de la Muerte,

parece rebelarse ante la suerte

que en sus fúnebres lazos la cautiva.


Lucero de locura que se aviva

sobre el rígido fondo de lo inerte,

en su mísero brillo, bien se advierte

que es un náufrago resto a la deriva.


Despojo de una fiebre que se apaga

tentando luces en la sombra aciaga,

después de haber trozado en forma incierta


las redes del humano cautiverio,

ya la pupila, para siempre muerta,

abre su interrogante de misterio.


PABLO J. DANERI (Pebete)

CVADERNOS


le pregunta y

el Profesor

ALMEIDA

responde

INFRAESTRUCTURA DE LAS VIEJAS CULTURAS

En el sur entrerriano, sobre las tierras bajas y anegadizas que bordean la margen derecha del río Uruguay, desde las inmediaciones de Puerto Unzué hasta los primeros arroyos del delta superior y bordeando los clásicos médanos o barrancas, restos de la última ingresión marina, han sido reconocidos más de cincuenta paraderos o túmulos indígenas que constituyen verdaderos yacimientos ricos en material arqueológico. 

De esos "cerros" o túmulos, tan característicos y abundantes en las tierras bajas, explorados o estudiados muchos de ellos, se han exhumado alta cantidad de restos de la actividad del hombre primitivo que evolucionó en el sur de Entre Ríos desde la Prehistoria hasta el siglo XVIII.

Todo viajero que ha transitado por esa zona y muy particularmente en los momentos de crecida de los ríos Paraná y Uruguay, habrá podido observar la presencia de extrañas elevaciones del terreno, que los lugareños llaman cerros y que son las únicas porciones de tierra que emergen de las aguas, son ellas las fundaciones indígenas construidas con el fin de salvar sus vidas y evitar las complicaciones que traen aparejadas las crecientes periódicas.

Por su condición de pueblos nómades, cazadores y recolectores, es decir de economía depredadora, al no producir sus insumos, tuvieron necesidad de cambiar con frecuencia su hábitat al despoblarse el lugar de la fauna terrestre e ictícola que subvenía a sus necesidades alimentarias. El cambio periódico y contínuo de campamento hizo que un mismo sitio fuera ocupado y habitado alternativa y temporalmente por distintas  parcialidades, que llegaban en busca de nuevos horizontes.

El tiempo transcurrido entre dos ocupaciones permitía la recuperación del equilibrio biológico y el nuevo grupo humano adoptaba el viejo hábitat para su poblamiento. Este hecho tiene, para la tarea de investigación, importancia capital. El nuevo grupo humano al ocupar el viejo campamento, encontraba lo que llamaríamos una "tapera" o ruinas de ocupación anterior y el lugar algo afectado por la erosión propia de los agentes naturales.

Ocurría una nueva tarea de rellenamiento, lo que para ellos habrá sido "un nuevo piso" para su residencia. La capa de tierra agregada para cubrir las viejas ruinas y, como medida preventiva, ante posibles inundaciones, constituye para la arqueología un hecho coincidente, de extraordinaria importancia porque todos los restos resultantes de la ocupación anterior que abandonó la mayor parte de sus pertenencias, quedaron tapados y como "archivados", conservándose hasta el presente en sus condiciones originales, lo que facilita nuestra tarea de investigación. En algunos de estos cerros se llegó en la excavación a 3,50 mt de profundidad antes de alcanzar la capa estéril. En todo el contexto se encuentra material arqueológico en  ocupaciones sucesivas de otros grupos humanos.

Lamentablemente, estas estaciones prehistóricas vienen sufriendo un deterioro lento y progresivo. La acción destructora de los elementos naturales es el primer causante de la desaparición parcial o total del material. La acción del hombre en sus labranzas, desmontes, canales, caminos, terraplenes, puentes, etc., son las causas de su mayor deterioro. 

El hecho más grave, la Ruta 12 del Complejo Brazo Largo-Zárate. Restos humanos de muchos cementerios de los médanos fueron arrastrados por las topadoras. Esta destrucción es, sin dudas a mi juicio, el más grave atropello cometido en perjuicio de nuestro patrimonio cultural y violación de los derechos del hombre, con la profanación de tumbas y destrucción de monumentos, hecho y perpetrado por las empresas obradoras, ante la indiferencia cómplice de los organismos estatales, en total desprecio por el acervo nacional.

INVESTIGACIÓN Y TEXTOS. Nati SarrotCarpetas de Andrea SAMEGHINIJEFE DE REDACCIÓN: Marco Aurelio RODRIGUEZ OTEROREDACTOR INVITADO: Fabián MAGNOTTACOLUMNISTAS: Prof. Manuel ALMEIDA - Carlos M. CASTIGLIONEAurelio GOMEZ HERNANDEZ
Digitalización: Museo "Casa de Haedo" :  Natalia Derudi - Danilo Praderio - Pilar Piana - Marianela Muñoz.Edición y OCR del texto: Patricio Alvarez DaneriTRANSCRIPCIÓN Y ACTUALIZACIÓN Silvia RAZZETTO DE BROGGI – Julio 2021- DISEÑO Y DESARROLLO WEB: PATRICIO ALVAREZ DANERI
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