GABINO EZEIZA nació en Buenos Aires el 3 de febrero de 1858. A los 15 años, un pulpero le regaló una guitarra española a la que ató cintas argentinas. Nunca, ni aún en extrema pobreza se separó de ella. Tampoco se desprendió de aquel prendedor de corbata que le obsequiara don Carlos de Borbón.
Su padre le heredó el color de la piel y el apellido de los Ezeiza de quienes fue esclavo. Gabino aprendió a leer y a escribir en la calle; formación que le permitió improvisar glosas correctas, ricas, originales y ejercer el periodismo. Escribió artículos, crónicas y una novela en prosa, dividida en capítulos, inconclusa, que firmó con el seudónimo Liberato.
Como payador a solas y en contrapunto brindó su arte en beneficio de personas o entidades que lo necesitaran. Actuó en los mejores circos como el de los Hermanos Podestá e intervino cantando, en la representación de Juan Moreira.
Ya para 1900 a consecuencia del Tratado firmado con Chile, Ezeiza realizó una gira por el Sur argentino y en la localidad bonaerense de Dolores, aceptó improvisar a la vez que se proyectaba en un telón blanco imágenes de paisajes. Un audiovisual muy celebrado por el público asistente.
Fiel a la causa cívica radical de don Leandro N. Alem, participó en la Revolución del 26 de julio de 1900. Como activo correligionario acompañó a Hipólito Yrigoyen en campaña por la Presidencia de la Nación.
La pasión política y la artística trajeron a don Gabino Ezeiza a Gualeguaychú en dos oportunidades.
En 1910 llegó como empresario artístico y ofreció un espectáculo en una estanzuela con las costumbres criollas que conocía porque “conocía la República”: asado con cuero, empanadas, locro, mate; domas, operaciones de corral, tango, etc. Informa EL CENSOR que la propuesta fue ¡A la canasta! (1)