EL HOMBRE DE CAMPO POR DE MOUSSY
En el estudio que Federico A Daus hace de la obra de Martín de Moussy, compara los conceptos de éste con los que Félix de Azara vierte sobre el hombre de nuestro campo al recorrer la zona desde 1781 a 1801.
- Félix de Azara dice
“La ociosidad, la pereza generales, carestía de la mano de obra, el gusto por la destrucción y el despilfarro que caracteriza a los habitantes de este país, sus escasas necesidades, la ausencia de ambiciones, no sé qué espíritu de orgullo que los hace descuidar y menospreciar toda especie de trabajo, la falta de instrucción (…) contribuyen a hacer imposible todo progreso agrícola (…)”
- Martín de Moussy expresa:
“Para nosotros que hemos vivido con ellos durante años, que hemos visto los prodigios de fuerza, de sobriedad, de paciencia, de agilidad ejecutados por el muletero de los Andes, el peón de estancia del litoral, el trabajador de Mendoza, de San Juan, de Catamarca, de Salta, de Jujuy, el minero de La Rioja, lo juzgamos de otra manera.
El paisano, hace mal y de mala voluntad, perezosamente si se quiere, lo que no está habituado a hacer, pero debe preferírselo al jornalero europeo en los trabajos en los cuales se ha formado desde la infancia. Es esencialmente rutinario, razona poco lo que hace, no tiene preocupación por mejorar su situación, y esto es, según nuestra opinión, su defecto más grande. Es también demasiado duro consigo mismo, demasiado descuidado con el bienestar y sin duda, la suavidad del clima contribuye a esta ausencia de necesidades.
Que haya un cuero sobre el cual pueda dormir, un árbol o una ramada bajo la cual abrigarse, y no pedirá más. Su alimento será un trozo de carne asada, al aire libre, sin pan y a menudo sin sal, o bien maíz hervido con un poco de grasa y esto una sola vez al día; algunos mates le ayudarán a superar este flaco sustento”
- También se refiere al dueño del campo que levantaba su casa en un alto y no plantaba árboles diciendo que nada “gustaba tanto al estanciero como contemplar su campo limpio desde el pliegue del terreno donde ha edificado su casa”.
Continúa Federico A Daus: “en muchas partes de su obra acreditó de Moussy su capacidad para encontrar el juicio comprensivo y sustraerse a la tentadora superficialidad generalizada entre muchos críticos de las cosas argentinas”