Henri Matisse nació en el norte de Francia, en Le Cateau-Cambrésis en 1869. Su familia se dedicaba al comercio y desde muy joven su padre esperaba que se dedicara a la jurisprudencia para lo cual lo envió a París en 1887.
Tras una enfermedad empezó a pintar y descubrió así su vocación abandonando sus estudios.
Se inscribió en la Académie Julian y en 1892 ingresó en la Escuela de Bellas Artes pero empezó a frecuentar el taller del pintor simbolista Gustave Moreau. Durante estos años conoció a otros jóvenes pintores con los que más tarde fundarían el movimiento de los fauvistas. Por esos años su estilo era más bien tradicional hasta que tuvo ocasión de conocer la pintura de Signac y desde entonces el color se volvió el principal elemento de su pintura. Al mismo tiempo y luego durante toda su carrera siguió practicando el dibujo con gran virtuosismo.
A raíz de la influencia del cubismo, sus esquemas se volvieron más geométricos. Realizó varios viajes a España y Marruecos los cuales le indujeron a experimentar con colores mediterráneos abriendo en su obra una nueva sensibilidad. Su lenguaje evolucionó, influido por pintores postimpresionistas, como Paul Signac, Paul Cézanne, Paul Gauguin y Vincent van Gogh, hacia una nueva expresión subjetiva de la realidad basada en una concepción del color, liberado de cualquier tipo de función descriptiva.
Los tiempos del movimiento fauvista fueron cortos y después de la disolución del grupo, Matisse siguió trabajando fundamentalmente con el color.
Del rechazo de las obras presentadas en el concurso del Salón de Otoño de los independientes de 1905 en el Gran Palacio de París surgió la idea del Fauvismo con fuerza donde Matisse sería la clave con otros pintores unidos por la idea de la utilización de color. El uso del color libre, a fin de definir la forma y de expresar sentimiento. Lo que cuenta es su propia sensibilidad, se ocupa del uso directo con el color y la forma, no para sugerir sino para expresar.
Su obra llena de fuerza y vivacidad es un canto a la alegría y a la libertad de la vida. En realidad, a pesar de que Henri Matisse vivió dos Guerras Mundiales, su obra es atemporal, se encuentra carente de crítica ideológica, ni aparece mención a cualquier acontecimiento histórico que le tocase vivir. Tal y como él afirmó, el color contenía para él un poder terapéutico liberador, y sin duda alguna sus pinturas y su obra en general son capaces de ejercer esa función sobre el espectador.
Fascinado por las culturas primitivas africanas y orientales desde su forma de concebir el arte hasta sus expresiones Inspirada en la cerámica arcaica, y en las danzas campesinas. Nos da una composición cerrada, aunque dinámica, articulada siempre con ese dibujo sintético y con tres colores: verde y azul y el color bermellón para las figuras humanas (color rojo ladrillo).
obras:
"Retrato de la raya verde " 1905 . 42,5 x 32,5 cm pequeño formato, Royal Museum of Fine Arts, Copenhague. La raya verde o Madame Matisse (1905) Video
La modelo es la esposa de Matisse, representada de medio busto y el rostro en contraposto levemente girado .La composición es sencilla y se reduce a las formas elementales con escasos contornos reducidos a lo básico ya que se quiere destacar: EL COLOR Y EL PLACER VISUAL.
ROSTRO: La raya verde separa la zona más iluminada y de sombra. Zona con más luz; colores cálidos ( gama amarillos); sombra colores gama fría ( rosas apagados).
Profundidad sugerida mediante contraste o juego de colores secundarios. : VERDE surgido de la mezcla de amarillo-azul que incita a entrar VIOLETA de la mezcla de rojo y azul y NARANJA surgido de la mezcla de rojo y amarillo con efecto de salir.
El cuadro se construye con color vivo, intenso, sin gradaciones, es decir color plano aplicado en grandes manchas en los fondos, mientras que en el rostro predominan las pinceladas sueltas, reduciéndose la importancia del dibujo
"Alegría de vivir" 1906: LA ALEGRÍA DE VIVIR " . Es un buen ejemplo de los principios del fauvismo y se ha tomado como un ícono de esta vanguardia.
En este cuadro está representado el mito de Arcadia, el país imaginario que estaba habitado por pastores que no se dedicaban a otras cosas más que cantar, danzar, hacer música y estarse todo el día tirados en la yerba. Matisse nos presenta una escena en la cual podemos ver a varios personajes arquetípicos que están realizando diversas tareas que les son propias como tocar instrumentos, danzar, enamorarse y otros en fin, sin hacer nada. Las figuras están todas desnudas y posan con desenfado sobre un prado rodeado de árboles frondosos con un fondo de paisaje marino. El dibujo, lineal y sintético presenta sensuales arabescos. Los colores, como corresponde al fauvismo, son intensos y expresivos. Matisse combinó varias tonalidades de amarillos y ocres que contrastan con el rosado de los cuerpos. Los árboles muestran el contraste de los verdes y rojos, colores complementarios. A pesar de que el colorido no representa objetivamente los elementos plasmados en esta obra, el conjunto está armónicamente concebido en una unidad cuya característica más sobresaliente es la expresividad intensa de las figuras y los colores.
La composición presenta un esquema bastante tradicional con un triángulo que la domina y varios planos que generan la tridimensionalidad que es necesaria para representar un espacio a la vez cerrado y que se fuga hacia el fondo, aunque no hay perspectiva. El centro de la composición está generado por el grupo de los danzantes que se encuentran en el plano posterior y de este modo se rompe el tradicional elemento de composición centralizada que se enmarca en un primer plano. Las dos mujeres recostadas más adelante cierran el primer círculo que antecede al centro de los danzantes.
La fama de Matisse fue creciendo desde finales de la primera década del siglo, así como el interés de coleccionistas y marchantes, entre los que hay que destacar a los hermanos Leo y Gertrude Stein, así como a los rusos Morosov y Shchukin, para quien realizó entre 1909 y 1910 los paneles de La Danza y La Música (San Petersburgo, Museo del Ermitage).
“La habitación roja (Armonía en rojo)” 1908. óleo sobre lienzo, 180 x 221 cm, Museo Hermitage, San Petersburgo). La habitación roja (1908). Vídeo
En 1908 pinta su famosa obra Armonía en Rojo, una escena de interior con naturaleza muerta, figura y paisaje visto a través de la ventana, donde Matisse trata de dar a este tema la grandiosidad que normalmente sólo se reservaba a los desnudos; el interior está decorado con un arabesco que se refleja en las formas del paisaje en el fondo, que se presenta como un preludio de los que más tarde realizaría en África. Este arabesco y su influencia en la distribución de la composición nos recuerda claramente al Ukiyo-e, la estampa japonesa, que estiliza los elementos vegetales y los utiliza con valores de disposición y ordenación compositiva. Como podemos observar el colorido es vivo, y no refiere en absoluto a la realidad, es un color expresivo, subjetivo, liberado de la forma.
"La danza.1909. 259,7 x 390,1. MoMA. Nueva York: La danza Vídeo Se puede observar a cinco mujeres desnudas bailando en corro dentro del espacio estático y rectangular del marco del lienzo..Una línea irregular divide el cielo color azul con la tierra de color verde simulando césped.
Esta pintura es la primera versión hecha a partir del encargo del coleccionista ruso Sergej Schtschukin de una pareja de pinturas de gran formato: La danza y La música. La segunda versión y definitiva se encuentra en Museo Ermitage de Leningrado , junto con su pareja La música realizadas hacia 1910. La primera versión se distingue de la segunda por sus colores menos intensos.
Se puede observar a cinco mujeres desnudas bailando en corro dentro del espacio estático y rectangular del marco del lienzo..Una línea irregular divide el cielo color azul con la tierra de color verde simulando césped. Las figuras tienen contornos firmes y sinuosos con curvas y contracurvas en color marrón y sus cuerpos parecen ligeramente deformados. La disposición de las figuras con los brazos extendidos como formando un corro genera una pronunciada forma oval,.Esta obra siendo un encargo tiene una función decorativa. El baile para Matisse es símbolo de ritmo y alegría de vivi
"La música , 1910 . La música (1910) Vídeo.
" La serie "Las Odaliscas" cubre un período que va desde 1920 a 1927.Donde queda claramente plasmado el gusto de Matisse por la ornamentación y el uso de arabescos. En los años siguientes viajó por Europa y Tahití, donde concibió la obra en gran formato.
ÚLtima época
Pinta con tijeras : Henri Matisse: Recortando Jazz.
Una grave enfermedad lo dejó prácticamente paralítico en 1941, lo que no interrumpió su actividad, sino que lo llevó a intensificar sus trabajos en papel, especialmente los papiers decoupés, collages que destacan por la modernidad de sus esquemas caligráficos y la pureza del color.
Trabajó con guache y papeles coloreados generando obras de un intenso colorido.Video.
1943 en Saint-Paul de Vence, en donde realizó la decoración de la capilla del Rosario 1948-1951. una de sus obras de encargo más importantes.
comienza con estos Collages 1952 a avanzada edad, en el capítulo final de su impresionante carrera, cuando ya le era imposible que sus manos respondieron al pincel. Confinado a una silla de ruedas y recluido en el Hotel Regina de Niza, trabajaba muchas veces directamente sobre su cama. Desnudos en azul ...
'Desnudo azul II'. HENRI MATISSE *"Desnudo Azul II".1952. La serie de Desnudos azules, exhibidos en la Tate junto a algunas de las esculturas de su primera etapa, escenifica una fascinación recuperada por la figura del cuerpo femenino. Trabajaba frenéticamente en su vejez ante la certeza de que se le acababa el tiempo, y aquellos recortes que un día mostró en su estudio al amigo y rival Pablo Picasso le permitían producir a ritmo rápido.Los cut-outs no significaron para Matisse una renuncia a la pintura: él lo llamaba “pintar con tijeras”. Aquejado ya antes de la operación de una salud muy precaria, que le impedía mantener la precisión de antaño ante el atril, ideó una técnica que acabó encarnando una nueva y radical forma de modernismo. Sus asistentes, dirigidas por la fiel ayudante Lydia Delectorskaya, pintaban hojas en blanco con gouache de vivos colores y, siguiendo las instrucciones del maestro, las pegaban en las paredes del estudio y de su habitación. Matisse dedicaba muchas horas a meditar sobre el juego de las combinaciones antes de emprender el tijeretazo para dar forma a sus figuras.
"Memoria de Oceanía". 1953
Su alegría, su energía y su fuerza constituyen en sí mismos un canto a la esencia misma de la vida, y constituye un legado atemporal para la humanidad.inauguración en el año 1952 del Museo de Henri Matisse en la localidad de nacimiento del artista, Cateau Cambrésis.
El caracol 1953