su amor por el pasado clásico. Retoma la pintura figurativa renacentista y lleva al extremo su perspectiva.
En la obra de Chirico hay edificios, esculturas clásicas, trenes y maniquíes que parecen habitar en espacios escénicos controlados, donde domina el silencio y la tranquilidad. El sol proyecta sombras en sus obras dotando a su pintura de una mayor irrealidad. Utilización de las sombras para establecer ritmos entre las figuras y objetos.
Esculturas que proyectan su larga sombra sobre una plaza desnuda; al fondo, las arcadas clásicas en toda su fatalidad y "el sol que adopta otra expresión cuando baña de luz un muro romano". Soledad, silencio, ilusiones espaciales, soportales de sombra y, a veces, una forma de vida que flota en un velo impalpable que la separa del mundo.
La conjugación de todo ello da lugar a una obra original y personalísima en la década de 1911 a 1920; los paisajes urbanos de Giorgio de Chirico son escenografías para colecciones de objetos y símbolos desordenados, al mismo tiempo paisajes y naturalezas muertas. El escenario de un sueño, un espacio misterioso y silencioso, congelado: la ciudad como un estado mental.
Imágenes fantásticas de climas oníricos, principalmente de espacios urbanos y arquitectónicos renacentistas, chimeneas y plazas, medio inventados y solitarios combinados con elementos dispares.
Representación de figuras despersonalizadas en actitudes estáticas y generalmente con forma de maniquí.
Los objetos y figuras son representados en enigmáticas relaciones y descontextualizados de lo cotidiano para convertirlos en signos alegóricos de otro nivel diferente y escondido de la realidad.
Utilización espectacular de la perspectiva cónica exagerando la sensación de profundidad (creación de grandes espacios y lejanías).
Obras de una gran intensidad dramática que expresan nostalgia y misterio.
Perfecto dibujo. Recupera las formas.
Profundas perspectivas lineales.
Le interesa el pensamiento de Nietzsche y Schopenhauer:
“La novedad de Nietzsche es una extraña y profunda poesía infinitamente misteriosa y solitaria que se funda en la atmósfera (stimmung) de la tarde de otoño, cuando el tiempo es claro y las sombras más largas que durante el verano, porque el Sol comienza a estar más bajo. Esta sensación extraordinaria es propia de las ciudades italianas y de algunas mediterráneas como Niza. Pero la ciudad por excelencia donde aparece este fenómeno excepcional es Turín”
Utiliza luces de atardecer y sombras alargadas: atmósferas a modo de presencia absoluta, donde se detiene el tiempo, con una luz cruda, y la ausencia de la figura humana que sustituye por sombras alargadas o fantasmas sin vida en forma de maniquís.
Crea un mundo misterioso e inquietante con
Espacios donde sólo hay maniquíes desnudos en grandes plazas, calles solitarias, casas vacías enfatiza la soledad y la búsqueda de la tranquilidad perdida.
El hombre, si aparece, es minúsculo.
Representa elementos contradictorios como edificios griegos y ferrocarriles.
Trabaja con el concepto de tiempo, como lo trabajó Dalí (reloj).
Pintura onírica.
Influirá en los surrealistas.
Giorgio de Chirico influido por : La pintura serena y sosegada de Piero della Francesca (1410-1492) y de Giotto (1266-1337)
Otros artistas que han reconocido la influencia que han recibido de Giorgio de Chirico son Max Ernst, Salvador Dalí y René Magritte. Se considera a De Chirico una de las mayores influencias sobre el movimiento surrealista.
Resumen de su Vida
Una Opinión Giorgio de Chirico
( referencia Thyssen)
Giorgio de Chirico (Volos, Grecia, 1888-Roma, 1978). Pintor, literato, filósofo, escenógrafo y figurinista, cosmopolita, autodidacta. Hijo de padres italianos, reencarnación del Ulises viajero (vivió en Atenas, Venecia, Milán, Múnich, Florencia, Roma, Nueva York...) ha dejado una huella inmensa en la Historia del Arte. Precursor del surrealismo –acabaría contrariado con Breton y dio un portazo al movimiento–, también inspiró el realismo mágico, el pop art y el arte conceptual. Es uno de los grandes inventores del arte contemporáneo. Sus imágenes metafísicas, a caballo entre el subconsciente y lo enigmático, entre el sueño y la memoria, donde tiempo y espacio se detienen congelados, se hallan entre las referencias visuales de nuestro tiempo.
Una plaza de Italia fue su primera revelación metafísica. En 1910 el artista, a los 22 años, tuvo una revelación en la Plaza de la Santa Croce de Florencia, que plasmó en el cuadro «El enigma de una tarde de otoño». Convaleciente de una enfermedad, tras la muerte de su padre, se hallaba sentado en esa plaza. Tuvo la sensación de que toda la plaza compartía su estado. En los años siguientes desarrolla este tema en París. Sus lienzos se pueblan de plazas vacías con torres, esculturas, chimeneas, ventanas (nos asomamos a otra realidad) y cielos verdes sólidos, densos, plomizos.
Su legado intelectual está conformado por la Grecia clásica, el Renacimiento, Nietzsche y Schopenhauer, los poemas caballerescos («Orlando furioso»). En el Louvre había descubierto a Velázquez, a Delacroix... Son una revelación para él. Busca tratados de técnica pictórica, recrea los tejidos como los maestros barrocos... Aparece en su pintura la cortina, que separa realidad y ficción.
En sus interiores metafísicos (1915-18) durante la I Guerra Mundial, hay armarios que esconden secretos, ambiguos espejos, sillas y sillones vacíos que simbolizan la espera, soles en un caballete, suelos de parqué.
Muere en Roma a los 90 años.
Su obra más relevante link con otra Web
La trayectoria del artista puede dividirse en dos etapas:
donde la primera estará protagonizada por el uso de estatuas como modelos y por la sucesión de arcadas como espacios arquitectónicos exteriores;
mientras la segunda da paso a una mayor presencia de maniquíes y escenas en interiores.
Los cuadros de Chirico poseen una estética extraña, de perspectivas imposibles, de elementos simbólicos, de largas sombras, de objetos sumidos en una claridad sin atmósfera, donde todo sucede como si fuera un sueño. Consigue imponer una sensación de misterio a través de maniquíes, manos enguantadas inmersas en un mundo de horizontes lejanos y de grandes arquitecturas vacías, colosales y fantasmagóricas. La sensibilidad poética de esta pintura y su irrealidad de carácter mágico caracteriza esta corriente artística. El surrealismo tiene como fuente la pintura metafísica Chirico abandonó este arte por una mitología más sensual, romana y pastosa, en la técnica, aunque más rica y escenográfica en el tema.
++ Serie entre 1909 y 1914, que corresponden al periodo metafísico, y que fueron las que le más fama y reconocimientos le dieron:
" El enigma del oráculo," 1910,
Giorgio de Chirico (Colección particular). La figura de espaldas vuelta en sí misma, se convierte en la figura del artista-filósofo, que aparece meditabundo ante los enigmas del mundo. Al fondo, el oráculo tras una cortina cerrada, insinuando lo oculto y lo enigmático.
👉 -En esa época, De Chirico estaba fascinado por la narración de Homero sobre la odisea del héroe griego, que se convertiría -en su condición de viajero con destino incierto. En el cuadro El enigma del oráculo, la figura vuelta en sí misma, anhelante de la vuelta a casa, del Ulises , una figura pensativa, que se enfrenta meditabundo con los enigmas del mundo y el misterio de la propia existencia; el oráculo, la voz del destino, aparece en el cuadro en forma de cabeza de mármol de una estatua oculta tras una cortina. o Hector y Andrómaca" 1917.
" La conquista del filósofo".1914
En este cuadro vemos todos los elementos propios de la pintura de este artista. Por un lado, la introducción de un elemento extraño, como las dos alcachofas, da al receptor la sensación de estar viendo algo absurdo y poco realista. Por otro lado, vemos las sombras de dos personas que parecen acercarse pero que realmente no están dentro del cuadro, lo que nos produce un sentimiento de vacío, soledad y cierta melancolía. También vemos elementos propios de la modernidad, como las chimeneas de las fábricas o la locomotora del tren. Por último, es preciso fijarse en la languidez de la luz y en el escenario amarillento. La luz es tenue y mitigada, lo que permite crear un ambiente mágico e inquietante, y el foco luminoso inunda toda la escena de un tono amarillo apagado, propio del atardecer.
" El enigma de la hora" 1911.
El enigma de la hora, 1910-1911, Giorgio de Chirico (Colección particular)
El reloj que evoca el paso del tiempo, los plazas vacías, los pórticos y los hombres vestidos con el péplum griego, son algunos de los elementos que aparecen en las primeras pinturas metafísicas del artista, donde las referencias a la arquitectura florentina se confunden con la de Munich y la Atenas de su infancia.
La pintura metafísica de Giorgio de Chirico se considera uno de los mayores antecedentes del movimiento surrealista. En su estancia en Alemania se influenció de autores simbolistas y de la filosofía de Nietzsche y schopenhauer ( línea vitalista, consideran que la vida, y principalmente la fuerza vital son la base real del pensamiento y de la conducta. Los principios de la razón son argumentos de otros principios más profundos que son los de la vida, para reforzarse y continuar, su preservación y su fuerza) . Ya en París (1911), comienza a realizar obras de imágenes muy sorprendentes, basadas en representar espacios urbanos, en los que predominan los elementos arquitectónicos y la proyección de sombras y en las que la presencia humana suele estar ausente. Además de esta regla arquitectónica, también hay representaciones de interiores, generalmente abiertos al exterior, donde suele situar maniquíes y en algunas ocasiones otras obras (la representación de otras obras dentro de la propia obra, que es una característica propia del surrealismo, ya está presente en el autor). Así logra crear en sus obras un espacio extraño, atemporal, donde parece que se puede encontrar la calma y el silencio. Las imágenes representadas en el espacio pictórico se sacan de contexto y se representan con un tamaño antinatural y desproporcionado. Estas obras, que cuentan con numerosos errores técnicos, tienen como finalidad crear espacios sugerentes en los que el receptor contribuya a crear el sentido definitivo de lo que se representa.
" La Nostalgia de lo Infinito 1911.
El tema de la pintura es una gran torre. La escena es golpeada por una baja luz vespertina. En el primer plano por debajo de la torre hay dos pequeñas figuras oscuras parecidas a aquellas en obras de Salvador Dalí. Esta pintura es el ejemplo más famoso de la torres que aparecen en varias de las obras de De Chirico. la pintura se inspira en uno de los monumentos arquitectónicos más espectaculares de Turín , la Mole Antonelliana.
La incertidumbre del poeta, 1913.
Sus plazas desiertas, con arquitecturas clásicas minimalistas, son inquietantes y poéticas a la vez. Suele añadir en ellas algún elemento de la vida moderna que las descontextualiza, como el tren que vemos al fondo, tras el muro de ladrillo. En este caso, ha colocado una especie de bodegón en primer término, compuesto por un torso de Afrodita y un racimo de plátanos. La fruta perecedera, reflejo de la vida y los placeres humanos, contrasta poderosamente con la intemporalidad y permanencia del arte clásico, simbolizado por el torso. La connotación sexual de la combinación de ambos elementos es incuestionable.
" Misterio y melancolía de una calle, 1914,
Giorgio de Chirico (Colección particular).
El encuentro de dos sombras en una plaza: la niña jugando al aro, ella misma una sombra, se acerca corriendo a la sombra de una estatua invisible. El cuadro está dividido en un mundo de oscuridad y un mundo de luz, que solo pueden coexistir porque están construidos siguiendo dos puntos de fuga distintos.
A primera vista, la escena parece bastante sólida y, sin embargo, sentimos que la niña que camina despreocupada con su aro está amenazada por un mundo a punto de reventar por costuras invisibles o disgregarse en fragmentos incoherentes. Un cuerpo sólido más o menos isométrico, el vagón, denuncia las convergencias de los edificios como verdaderas distorsiones. Además, las perspectivas de las dos arquerías se refutan mutuamente. Si la de la izquierda, que define la posición del horizonte más arriba, se toma como base de la organización espacial, la de la derecha se hunde en el suelo. Bajo la condición contraria, el horizonte y la calle que sube de la derecha se hunde en el suelo. Bajo la condición contraria, el horizonte y la calle que sube con la arquería luminosa no es más que un espejismo que conduce a la niña hacia un salto en la nada.
"Héctor y Andrómaca" 1917
Una de sus obras más conocidas es este lienzo llamado Héctor y Andrómaca.
El título es revelador puesto que a simple vista nos encontramos ante dos sencillos maniquíes en medio de un amplio espacio vacío, donde apenas se insinúan un par de edificios. Sin embargo se trata del héroe troyano y de su esposa, dos de los personajes más importantes de la Ilíadada de Homero. Es fácil pensar que nos encontramos ante el momento en que la pareja se ve forzada a despedirse sin saber si se volverán a ver, ya que Aquiles, el héroe aqueo, tras la muerte de su amigo Patroclo, ha retado a Héctor a un combate singular del que sólo uno de los dos saldrá vivo. Chirico logra captar el dramatismo del momento con dos simples maniquíes que intentan abrazarse, tocarse, acariciarse, algo que resulta, evidentemente, tarea imposible .
La despedida de Héctor y Andrómaca, que simbolizan el amor conyugal, el amor familiar, roto por los desastres de la guerra.
" La Musas inquietantes, 1918,
*"Las musas inquietantes" es una obra de Giorgio de Chirico que data de 1916 de óleo sobre lienzo con unas dimensiones 97 x 66 cms y se encuentra actualmente en una colección privada en Milán.
Al desarrollo en las obras de De Chirico le precedió una larga estancia en Milán, en el verano de 1908, donde se habían trasladado su madre y su hermano. A esta época pertenecen los primeros cuadros del pintor en los que emplea el método – que posteriormente sería decisivo para la pintura metafísica – de combinar elementos biográficos y mitológicos, un paso que se aprecia en la obra de 1909 .
Aparecen delante de la antigua residencia de la familia de Ferrara, aficionada a las bellas artes. Significativamente, este palacio urbano, cerca del cual vivió De Chirico durante la Primera Guerra Mundial, destaca tras un escenario ascendente junto a edificios industriales, chimeneas de fábricas y un silo. Roja de herrumbre, la fortaleza se alza ante el cielo turquesa del fondo. Las dos musas -muñecos articulados sin fisonomía y vestidos de un modo arcaizante- aparecen en el borde anterior del espacio escénico, que se articula mediante zonas de sombra profunda. De pie una y sentada la otra, ambas dan la impresión de haber sido colocadas entre diversos accesorios teatrales. Bajo ellas hay una máscara roja y una vara, atributos tradicionales de Talía y Melpómene, musas de la comedia y de la tragedia. A su vez Apolo, que estaba al frente de las musas, aparece al fondo sobre un pedestal. Da impresión de contención, de estar tan falto de vida como las musas. ¿Hacia dónde las dirigirá?, cabría pensar a la vista de las reflexiones profundamente melancólicas en las que de forma evidente están inmersas sus compañeras sin cabeza.