* EN SETIEMBRE DE 1935, CARLOS GARDEL PENSABA RADICARSE DEFINITIVAMENTE EN SU PATRIA, URUGUAY

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Carlos Gardel tenía intenciones de radicarse definitivamente en Montevideo con Berta Gardes, su madre adoptiva cuando estuviera terminada su casa de la calle Pablo Podestá 1421

Existen varios testimonios documentados que prueban que Gardel, si bien expresó su amor y agradecimiento a Buenos Aires con el tango “Mi Buenos Aires querido”,deseaba “volver” a su patria y pasar sus últimos años en "su Montevideo querido".

Las intenciones de Carlos quedan en evidencia cuando en una carta enviada a su madre adoptiva desde New York el 13 de febrero de 1935, habla de que “La casa de Montevideo marcha y pronto estará terminada” añadiendo que “en un día no muy lejano” no se separarían más. 

“Las noticias que me llegan de Buenos Aires son muy buenas, parece que las cosas marchan bien. Los amigos siempre me escriben y me recuerdan, ya sabes que tengo muchos por allí. La casa de Montevideo marcha y pronto estará terminada, según noticias de Defino que este Verano se ha pasado unos días en Montevideo…”

… “Espero que siempre me escribas contándome todas tus cositas que siempre las leo con todo cariño acordándome de mi viejita que tan lejos está ahora, pero que pronto estará muy cerca, y en un día no muy lejano para no separarnos más, y pensar solamente en nuestros buenos “piacheres” en compañía de buenos amigos, como dos viajeros que llegan al puerto de destino, después de haber batallado por la vida. Qué le vamos a hacer! Si hubiéramos heredado!!! Entonces tal vez no te querría tanto ni pensaría tanto en trabajar para nuestra tranquilidad…”

CRITICA, Lunes 24 de junio de 1935, pág. 3

El avión de Gardel chocó al aterrizar en Medellín 

Carlitos pensaba venir pronto a Buenos Aires, declara Vicente Padula  

(fragmento)

"Un recuerdo imborrable 

-¿Qué impresión conserva Ud. de Gardel?

-Inmejorable. Ultimamente se encontraba más reposado, había cambiado mucho. Se complacía en llevar una vida más tranquila, muy distinta de la que había hecho siempre. Con decirle que casi ni jugaba a las carreras,él que fue siempre un entusiasta de los "burros". A veces al oírlo darme consejos sobre la manera en que debía vivir, me reía de él. "Cuidate, me decía, cuidate, mirá que los años pasan. Algún día seremos viejos, Vicente".

Pobre Carlitos! Su último gran deseo era estrenar una casa que tenía en Montevideo, frente al mar.

"Allí pasaremos los últimos años, decía. recordaremos todo esto, viviremos tranquilos el tiempo que nos queda. Yo cantaré y junto a vos iremos haciendo resurgir nuevamente los recuerdos uno a uno para gustarlos de nuevo...!" 

La voz se quiebra en un paréntesis de emoción, recordando al amigo muerto. -Si me parece mentira, repite. Era otro hombre 

-¿Y en Estados Unidos tuvo mucho éxito? 

-Muchísimo, sobre todo entre la colonia latina, era el niño mimado. En Nueva York, en Hollywood, en todas partes, estaba siempre rodeado de un núcleo de amigos, de admiradores. Muchas veces, en su departamento del hotel, se pasaba el tiempo cantando para todos nosotros. Era difícil hacerlo cantar, pero yo lo conseguía; empezaba a entonar algunas de sus canciones favoritas y Gardel no podía resistir la fuerza que le "salía de adentro"... A mis primeras frases ya me interrumpía y seguía él, cantaba con el corazón. 

-¿Y su trabajo en el cine?

-Al principio le costaba mucho acostumbrarse. Se rebelaba a la tiranía de la cámara que exige tanta paciencia y muchas veces estaba a punto de abandonarlo todo. Pero después conversábamos y, más tranquilo, volvía a repetir las escenas una, dos, tantas veces como fuera necesario.. Además, se confiaba mucho a mí, porque él casi no sabía inglés. Nunca alcanzó a comprenderlo ni a poderlo hablar. "Yo soy criollo" me decía. -¿Tenía algunos proyectos? -Ya le digo, el más acariciado en él de descansar en su casa de la playa. Además pensábamos hacer nuevas películas porque algunos de los argumentos que le ofrecían no lo satisfacían por completo. ¡Quién sabe lo que hubiera hecho! 

Pero ahora...ya no hay más proyectos. No queremos seguir hablando con Vicente Padula. Es indudable que está profundamente afectado por la trágica muerte de su amigo. El dolor que enluta ahora a casi todo Buenos Aires es más profundo en el hombre que vivió tanto tiempo al lado suyo. -Era un gran muchacho, dice al despedirnos, un niño grande."

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25 de junio de 1935, “El Diario” de Montevideo

Al día siguiente de la tragedia, "El Diario" publicó una nota titulada :“Cuando llegara el instante del retiro, Gardel sería nuestro” – “Se construye en Carrasco un “chalet” que habría de ser para él “cuartel de invierno”.

Cuando llegara el momento del retiro, cuando las” válvulas” comenzaran a fallar, “fallando y fallando”, Carlos Gardel vendría a su patria a cumplir las últimas etapas de la vida, tranquilas como siempre las deseara, luego del trajín de una existencia, nervio en constante actividad.

Así fue que adquirió terrenos en Carrasco, disponiendo la construcción de un moderno “chalet”, su “cuartel de invierno” en el porvenir, lejano, sin ninguna duda porque hoy era suya la gloria, compañera inseparable como la fiel guitarra.

Ayer lo sorprendió el ataque a mansalva de la fatalidad.

Levantaba vuelo en un avión y quiso el destino tenderle trágica celada. Murió junto a la viola, la de siempre, la de los muchos años y de los muchos triunfos, la que supo de vidalas y tangos, de estilos y valses, de zambas y rumbas, como ahora quieren los de la nueva sensibilidad. En Carrasco se construye el chalet que habría de ser “casona solariega”, al arrullo de las brisas marinas, escuchando el canto del mar, como el suyo inmenso e inimitable.

Carbone nos trajo la novedad gráfica que acompaña estas líneas, en elocuente expresión de tristeza. Gardel sería de nuevo nuestro en los años del retiro como lo fuera en sus correrías de pequeñuelo, y en sus balbuceantes pasos iniciales de cantor. La infelicidad sin retorno nos lo roba; ya nos lo había robado la gloria llevándolo a recorrer el mundo para mostrar las galas de la canción del Plata, la única, la que no ha de marchitarse jamás.

Quiso el destino quitarnos el zorzal de la garganta de oro. Su casa de Carrasco se erige entonces en expresión de recuerdo indudable.

Es solo un bosquejo, poblado, de andamios; recién anuncia su estilo, y ya está en verdad muerta por que le faltará en el porvenir el ave canora que vendría a posarse en ella.

Carlos Gardel nos legó sus tangos, sus expresiones, su fuerza de cultor máximo de la música criolla. Eso al Río de la Plata, al mundo íntegramente que lo vio triunfar en todos los escenarios, y que siente extraña congoja en el corazón frente a su marcha. Montevideo conserva un recuerdo más, que lo une a su memoria del mismo modo que él quiso unirse a la capital de su patria, cuando llegara el momento del retiro, porque vendrían quizás fallando las válvulas, fallando y fallando...”

En la nota aparece una fotografía del chalet en construcción que no corresponde a la fecha en que falleció el cantor. 

Es evidente que el cronista no sabía que Gardel pensaba mudarse a esa casa apenas estuviera lista para ser habitada por él y su madre adoptiva. 

La Sra. Beatriz Schinca, hija del Arq. Carlos Eduardo Schinca, que mucho tuvo que ver con esta obra informó en una carta enviada al Dr. Nelson Sica, presidente de la Academia del Tango de la ROU:

“Cuando Gardel murió la casa estaba levantada y techada. 

"Antes mi padre nos llevaba a mi hermana y a mí en sus frecuentes visitas como director de la obra. Recorríamos los hermosos ambientes, su pórtico de entrada, la terraza semicircular del primer piso. Subíamos al balcón que se abría sobre el frontón de pelota.

Nos admirábamos con los lujosos cuartos de baño con pisos y revestimientos que quizá eran de mármol, uno todo negro, el otro todo granate, incluyendo los artefactos sanitarios ...”

Envió también una fotografía, del archivo personal de su padre, en la que aparece la casa casi terminada, como estaba en el momento de la tragedia de Medellín, donde puede verse también el nombre de una de las empresas encargadas de dar los toques finales a la obra.

El presidente Gabriel Terra, habiendo sido informado por Carlos Gardel, de su nacimiento en Uruguay, expuso inmediatamente a sus ministros la necesidad de que se solicitara la repatriación de los restos del cantor, antes de que se adelantara Argentina.

EL DECRETO OFICIAL

El expediente está formado en la cancillería y lleva el Nro 790.

Publicado por el diario "EL PUEBLO"

"NUESTRO GOBIERNO TRAERA LOS RESTOS DE CARLITOS GARDEL

 Inició sus gestiones la Cancillería del Uruguay

Con ese fin, se han iniciado ya algunas gestiones por intermedio del Ministerio de Relaciones Exteriores, siendo probable que se someta a una Comisión de programación de los actos a que dará lugar el traslado a Montevideo, de los despojos mortales del compatriota desaparecido.El Gobierno de la República ha resuelto proceder al repatrio de los restos de Carlos Gardel cuyo trágico fallecimiento, recientemente ocurrido en Colombia produjo tan honda consternación.

Esta información a de ser acogida con general satisfacción por nuestro pueblo, en cuyo corazón tan hondas raíces echó el afecto del malogrado Gardel, intérprete eximio de la canción criolla."

Pero Armando Defino, para lograr su propósito de quedarse con la herencia de Gardel, necesitaba que sus restos fueran repatriados a Argentina. Solamente en Buenos Aires podría consumar el fraude y la suplantación que le permitiría seguir administrando sus bienes y para eso, necesitaba difundir que Berta Gardes era la "madre" del cantor y en consecuencia, le correspondía a ella decidir  el lugar de descanso final de "su hijo"

Decidió entonces telefonear a Berta habiendo convocado a CRÍTICA para que los medios informaran públicamente el "deseo de la madre de Gardel de que los restos de su hijo descansaran en Argentina" e instruirla para que le envíe un telegrama confirmatorio.

La nota de "CRITICA" tuvo como finalidad contrarrestar el decreto oficial publicado por la prensa uruguaya el día anterior,  26 de junio de 1935, emitido por el Presidente de la República, doctor Gabriel Terra, en acuerdo con su Ministro de Relaciones Exteriores.

Ver Como se concretó la maniobra mediática:

Para lograrlo, decidió engañar a Berta, haciéndole creer que Carlos habría aprobado su plan para favorecerla. Se aseguraría así, no sólo la administración de la herencia de por vida, sino también el silencio de los amigos sinceros de Carlos, con la certeza de que, sabedores del cariño que Carlos sentía hacia su madre adoptiva, callarían la verdad para no ensuciar su buen nombre.. 

Berta no tuvo opción. Si en algún momento se dio cuenta del engaño, ya era tarde. Cualquier rectificación hubiera sido escandalosa.

En la entrevista de CRÍTICA, Armando Defino confirmó, impensadamente una importantísima información que, unida a otros hechos y testimonios, son prueba indubitable de que el cantor pensaba retirarse definitivamente, en su patria de origen, Uruguay, apenas terminada su última gira:

"No puedo creerlo todavía... - nos dice su apoderado. - Ahora que pensaba retirarse... Quizás por eso empleó en su viaje el aeroplano, porque él era enemigo de volar. Se conoce que estaba cansado de andar de un lado para otro y deseaba terminar cuanto antes. Debía llegar a Buenos Aires en setiembre, para retirarse. Pensaba seguir tan sólo cantando para la grabación fonográfica, y de vez en cuando para los amigos; haría también por su cuenta una o dos películas anuales... Quería sentar cabeza, vivir tranquilo... ¡Qué cosa horrible morirse así!...

Otros testimonios confirman que Carlos pensaba instalarse definitivamente en su patria.

Mario Sarmiento Vargas, escritor colombiano

Publicó, en el año 1950, un material que él mismo se encargó de prologar aclarando: “Esto no es un libro, es un documento. Carece de pretensiones literarias”. El trabajo, titulado “Gardel..! ¿Vive o ha muerto?”,maneja referencias directas de figuras vinculadas al Cantor durante su paso por Colombia.

Reproduciré en este momento sólo un párrafo de la página 26 referido a la casa que Gardel estaba construyendo en Montevideo:

“(Gardel) "Sólo esperaba finalizar sus asuntos pendientes en Norte América para ir a Europa por la “vieja” y... a la Argentina. Frecuentemente hablaba del chalet que estaba construyendo en Carrasco, en los suburbios de la ciudad de las rosas: Montevideo. Se transfiguraba hablando de él: “Con decirle que tendrá 12 salas de baño grandotas, grandotas, blancas, enormes como piletas. Allá voy a instalar a la vieja”.

 Repite esta información en el libro ”Dos antorchas, una hoguera… Gardel y Lepera”, pág.70

Testimonio de Eduardo Bonessi

El 20 de agosto de 2003, la revista La Maga, de Buenos Aires, reprodujo un reportaje que se le había hecho a Eduardo Bonessi, maestro de canto de Carlos Gardel. Su testimonio indica que iban juntos su deseo de retirarse y su decisión de radicarse en Montevideo con su madre adoptiva.

Bonessi afirmaba que el recuerdo más triste que tenía fue la muerte de Gardel.

"El día del accidente fui caminando hasta la Sociedad de Actores. Allí me encontré con un amigo y mientras charlábamos, alguien gritó: Gardel murió quemado, se incendió su avión en Medellín. Antes de salir para su última gira, en 1935, estuvo conmigo y me dijo que NO QUERÍA CANTAR MÁS. ESTABA HARTO, el público lo ponía nervioso y se ahogaba en sudor cada vez que actuaba. Era una voz para durar cien años, pero su espíritu se había agotado", aseguraba con tristeza el profesor.

Berta Gardes confirma que se instalará con Carlos en Montevideo

Carta de Berta Gardes a Armando Defino y su esposa. 8 de marzo de 1935, desde Toulouse,

El facsímil de la misma fue publicado por la investigadora francesa Christianne Bricheteau en el libro “Carlos Gardel, fils de Toulouse”, pág. 287.

En ella, Berta Gardes, después de expresar que se alegra de que los viejitos Anaïs y Fortunato anden bien de salud, agrega:

“en mismo tiempo que a usted les he escrito. Carlos me dice que él también les escribió y así no sufrirán tanto, todo se arreglará con el tiempo y siempre les digo que yo iré cuando Carlitos irá, como es la verdad.

Si nada se opone pienso ver la casa de Montevideo y me despediré de todos y elegiré las cosas que no separarme de ellas.”

La frase no puede ser más explícita: Berta Gardes habla de vivir con Carlos en Montevideo, razón que la llevará a despedirse de todos sus afectos porteños.

El traslado de Gardel a su patria era inminente. Estaba programando mudarse DEFINITIVAMENTE en cuanto regresara de la gira y la casa estuviera lista.

Dejaría a sus queridos viejitos Anaïs y Fortunato en la casa de Jean Jaurés, porque Anaïs tenía una extensa familia en Buenos Aires, y se alojaría con ellos cuando tuviera que viajar a Buenos Aires.

Que Carlos hubiera decidido compartir sus últimos años con su madre adoptiva en Montevideo, y que ella estuviera dispuesta a instalarse con él en esa ciudad, son una prueba inequívoca del profundo cariño que ambos se profesaban.

Finalmente Armando Defino, contrariando la voluntad  de Carlos, para poder concretar la maniobra que le permitiría quedarse con su herencia, hizo trasladar sus restos a Buenos Aires.

Ver también:

LA CASA DE GARDEL EN MONTEVIDEO


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