Respetemos el Derecho a la Identidad de Carlos Gardel
Nuestro Carlitos Gardel sufrió el drama de la indocumentación. Ninguna inscripción da fe de su llegada al mundo. No hubo padre ni madre que lo reconociera.
Muy especiales fueron las razones de esta omisión filial, que han obligado a un denodado esfuerzo de investigación y de razonada interpretación para poder descorrer el velo de su perdido origen.
Es nuestro deber devolverle al ídolo su verdadera identidad.
Si bien su falta de documentación lo llevó a usurpar la identidad del hijo francés de su madre adoptiva, Berthe Gardes, Carlos siempre anheló obtener su identidad propia.
Enterado de las nuevas normativas uruguayas para regularizar estados de indocumentación para uruguayos en el extranjero, Carlos Gardel se presenta el día 8 de octubre de 1920, para regularizar su situación, ante el Consulado Uruguayo de Buenos Aires, ciudad en la que residía.
Al amparo de las leyes consulares de 1906 y del decreto reglamentario de 1917, tramita su solicitud de matrícula de ciudadanía en el expediente número de orden 10.052, donde declara haber nacido en Tacuarembó, Uruguay, el día 11 de diciembre de 1887, ser soltero, artista, domiciliado en la calle Rodríguez Peña 451 de la capital argentina.
Teniendo perfectas noticias y conocimiento de la identidad de sus padres, estampó su verdad en los datos filiatorios, mencionando como padre a Carlos, de nacionalidad uruguaya, fallecido, y como madre a María, de la misma nacionalidad, también fallecida. (Carlos y María fueron los verdaderos nombres de sus padres, Escayola y Oliva respectivamente sus apellidos. Berta Gardes, en ese momento, gozaba de buena salud).
No obstante, existen rastros de documentos que Gardel habría obtenido previamente al año 1920, acuciado por su necesidad de existir oficialmente.
El brillante investigador Erasmo Silva Cabrera, en su libro “Carlos Gardel, el gran desconocido”, pag.175, se refiere a un documento que aquél tramitó en Montevideo en diciembre del año 1902. En la ocasión hizo un viaje desde Buenos Aires, pidiendo permiso a su empleador el Sr. Pedro Baldasarre(*), -amigo del Maestro Julio De Caro, también confidente de la orientalidad de Carlos-, para ausentarse en busca de algún documento que le permitiera acreditar su identidad, lo que hizo viajando en barco hacia la vecina orilla, en la compañía de un amigo.
Y he aquí que cuando Avlis buscó en el Registro Civil de Montevideo, halló una doble inscripción de Carlos Escayola, la primera de 1895 y la segunda del 10 de diciembre de 1902, justamente el año indicado por Baldasarre y el día anterior a la fecha que Carlos siempre mencionó en su documentación como de su nacimiento.
Ambas tratan del cumplimiento de un mismo trámite:
La certificación de la partida parroquial de bautismo – original de Tacuarembó – “de acuerdo con lo dispuesto por la ley de 9 de julio de 1888” esa ley sobre “Rectificación y expedición de partidas parroquiales”, disponía en su artículo 2º “para que toda partida o testimonio extraída de los libros parroquiales produzca efectos civiles en juicio o fuera de él es necesario que sean autorizados por un certificado del Director General del Registro Civil y cuyas resultancias se tomarán como base para apreciar su fuerza probatoria…” Esta conversión de partidas parroquiales de antigua data – previas a la organización del Registro Civil –, en certificados expedidos por el director de éste, era la forma de regularizar la situación legal, nacimiento y filiación de quienes no estaban inscriptos en el Registro, servían además, para cumplir los trámites de obtención de Cédula de Identidad policial y de la “Boleta Cívica”.
El legítimo Carlos Escayola (hijo) que solicitó el primer certificado, era nacido en 1876. Resulta lógico que luego de cumplir los 18 años de edad y para tramitar el último documento citado, cumpliera dicho trámite en el registro civil.
Pero no hay razón para duplicar tal certificación en 1902, por parte de él mismo. En lenguaje elusivo y sin explicaciones más amplias. Erasmo Silva Cabrera dice que el joven Gardel habría usurpado aquél nombre y apellido – que legalmente no hubiera podido usar – para procurarse la inscripción en el Registro Civil y luego obtener la Boleta Cívica. Tal suposición cae dentro de lo posible y la actitud de aquél respondería a la necesidad de documentarse en alguna forma para residir sin sobresaltos en Buenos Aires.
Un documento así obtenido mientras vivían su hermano y su propio padre, no podía de ninguna manera ser definitivo.
Son estos documentos, en cambio, claro indicio de que Carlos Gardel sabía que era hijo de Carlos Escayola. Que lo haya tramitado en 1902, nos brinda el año preciso en que Gardel creía cumplir sus 18 años, y el año probable de su nacimiento: 1884.
Los documentos llevan dos encabezamientos diferentes y cada uno de ellos tiene escrito “Escayola Carlos”.
El primero lleva el Nº 372
“En Montevideo a cuatro de Noviembre de mil ochocientos noventa y cinco yo Luis Cincinato Bollo Director General del Registro del Estado Civil he certificado, de acuerdo con lo dispuesto por la ley…"
Continúa diciendo:
...de 9 de Julio de 1888, una partida parroquial del tenor siguiente: Jaime Ros, Cura Vicario de la Parroquia de S. Fructuoso de Tacuarembó; Certifico que en libro undécimo de Bautismos de esta Villa, al folio doscientos cuarenta y tres se registra la partida del tenor siguiente: - El día diez de Julio de mil ochocientos setenta y siete yo el infrascrito Cura Vicario de S. Fructuoso de Tacuarembó, bauticé solemnemente a Carlos, que nació el treinta de Marzo del setenta y seis, hijo legítimo de Carlos Escayola y de Blanca Oliva, orientales y vecinos de esta Villa.
Fueron padrinos Juan B. Oliva y Clara Escayola a quienes advertí el parentesco espiritual y demás obligaciones, de que doy fé. Andrés Bagnati Cura Vicario. Hay una rúbrica - Concuerda con original de la referencia y a petición de parte interesada expido la presente que firmo y sello en S. Fructuoso a veintiocho de Octubre de mil ochocientos noventa y cinco. Jaime Ros. El sello dice Parroquia de San Fructuoso. Tacuarembó..."
El texto del segundo certificado difiere levemente. Lleva escrito a la izquierda el Nº 143 tachado y le han agregado al lado a la derecha el Nº 223, dice:
“En Montevideo a diez de diciembre de 1902 yo Luis Cincinato Bollo Director General del Registro del Estado Civil he certificado de acuerdo con lo dispuesto por la ley de 9 de julio de 1888, una partida parroquial del tenor siguiente..."
Termina diciendo:
El infrascrito Cura Vicario de la Parroqia de San Fructuoso de Tacuarembó Certifica que en libro once de Bautismos de la Villa y al folio 243 se halla la partida siguiente: - El día diez de Julio de mil ochocientos setenta y siete yo el infrascrito Cura Vicario de S. Fructuoso de Tacuarembó, bauticé solemnemente a Carlos, que nació el treinta de Marzo del setenta y seis, hijo legítimo de Carlos Escayola y de Blanca Oliva, orientales y vecinos de esta Villa.
Fueron padrinos Juan B. Oliva y Da Clara Escayola a quienes advertí el parentesco espiritual y demás obligaciones, de que doy fé. Andrés Bagnato Cura Vicario. Es en todo conforme al original a que me refiero y a petición de parte interesada expido la presente firmada y sellada en San Fructuoso a ocho de Diciembre de mil novecientos dos. P.A. Vicente Gdechuidon. Tte Cura. El sello dice Parroquia de San Fructuoso. Tacuarembó..."
Como puede verse, el acta fue solicitada en Tacuarembó dos días antes de ser presentada en Montevideo. Está firmada por un vicario diferente del que firmara el acta de 1895.
Esta segunda acta inscripcional, al UNIR el nombre de CARLOS ESCAYOLA, a la fecha que figura en el acta de nacimiento de Charles Romuald Gardes en Toulouse, DÍA 10 DEL MES DE DICIEMBRE, constituye una prueba de que Carlos Gardel, viéndose en la necesidad de acreditar una identidad legal que no tenía, no vaciló en usurpar las identidades tanto de su medio hermano biológico Carlos Escayola como más tarde la de Charles Romuald Gardes, hijo francés de su madre adoptiva.
Si Carlos Gardel hubiera sido el francés Charles Romuald Gardes, no hubiera tenido necesidad para documentarse de un ardid como el que hemos expuesto.
(*) A principios del siglo veinte, la familia Baldasarre, de buen nombre, poder adquisitivo y prestigio, cuenta a Gardel como parte de su personal.
El Dr. Baldasarre, en 1960, refirió en cartas algunos aspectos de la mocedad de Carlitos.
Dijo, sintetizando, que el padre de ellos, poseedor de caballos de carrera, visitaba un día por 1902 su stud de Palermo, cuando un vareador le trajo montado en una yegua, a un joven que vendía diarios y sentía afición por el canto, queriendo emplearse en algo, siendo empleado por los Baldasarre para trasladar a los jóvenes de la familia a sus lugares de estudio en una volanta.
“Era muy dúctil y se esforzaba en sus obligaciones. También intervenía en las reuniones que hacíamos en casa con Emilio Bó, el escribano Gerónimo Arrieta, los payadores Bettinoti y Navas, así como los cantores Hnos Munilla, oyéndolos a todos con respeto y en silencio, como un verdadero estudioso. Después, en fiestas familiares, iba a cantar a dúo con Bettinoti.” ( Carlos Gardel, el gran desconocido, pág. 24)
Fue a través de la familia Baldasarre que AVLIS supo que Carlitos había intentado documentarse en Uruguay en 1902.
Dijo en carta el Dr. Pedro Baldasarre:
“Por 1902, Carlitos pidió dinero en mi casa, para viajar a Montevideo, volviendo al mes con una libreta de enrolamiento. Fue con otro cantor que vivía en el pasaje Rauch.”
Para el Dr. Baldasarre era una libreta de enrolamiento porque así se le llama en Argentina, pero no en Uruguay, donde se le da el nombre de “valota” o “boleta cívica”.
El Dr. Baldasarre indujo a AVLIS a buscar en el Registro Civil uruguayo en esos años y así fue que halló la doble inscripción:
“¡justamente en el año citado por Baldasarre!
Carlitos, aconsejado o no en Buenos Aires, (ayudado o no por algún familiar de Tacuarembó) astuto, práctico, resuelto (y “agayudo”, dice un colaborador amigo
-como el padre-...) solucionó su primer problema en la Argentina para zafarse del servicio militar.
Pero un documento como “Carlos Escayola”, cuando vivían el hermano suyo y su propio padre, ambos del mismo nombre, en poder de quien andaba allá “a salto e’mata”, no tendría prolongada duración. “El Mundo es chico y todo se sabe”. ( Págs. 174 y 175)
Avlis nos proporcionó una importantísima prueba documentada de la ligazón de Carlos Gardel con su familia biológica: los Escayola , Oliva.
Si lo desea, puede ver también:
CARLOS GARDEL URUGUAYO - Carta de Julio De Caro
CARLOS GARDEL - TESTIMONIOS DOCUMENTADOS
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