Respetemos el Derecho a la Identidad de Carlos Gardel
Fué quizá el mejor amigo que tuvo Carlos Gardel en la Banda Oriental.
Había nacido el 8 de octubre de 1882 y murió 7 años más tarde que el Zorzal criollo, el 11 de enero de 1942
En el 5º piso, dpto 9 de la calle Soriano 936 de Montevideo, alojó al cantor cuantas veces quiso, cuando visitaba aquella ciudad.
Carlitos llegaba tempranísimo, en el vapor de la carrera. Ricardo Bonapelch (su copia al carbónico) o el gordo Aubriot, estaban esperándolo junto al representante "Perico" Bernat para llevarlo en una "cachila" al hotel. Por la tarde, daba una vueltita por la joya empedrada de su infancia: Isla de Flores, el escenario donde trilló desde purrete, la "callecita, costa del mar", a la que le cantó como nadie porque la sentía como propia. Saludaba sonriente a las comadres del barrio que salían a las puertas al saber que andaba por esa callecita de tango: "Buenas tardes, vecinas"...
Y de noche, cantaba en el 18, sin micrófono, y con una voz que percibían, como de al lado, los leones de la Entrada General de Paraíso. Antes de levantarse el telón, le pedía al histórico utilero a quien todos llamaban "El Tuerto": "Virolita, traeme el banquito p`apoyar la gamba que aguanta a la viola".
¡Y "El Mago" salía a CANTAR!!!
Esa amistad bien entendida, hizo que la mayoría de sus tangos fueran llevados a la cera por el Zorzal: "Como la Mosca" con música de Alberto Alonso; "As de Cartón" y "Quimera" con músicas de Viapiana y González; "Juventud" con música de Juan Baüer; "El Quinielero" con música de Cluzeau Mortet e "Incurable" con la de Guillermo Barbieri.
Se lo conocía por el cariñoso apodo de “El Gordo Aubriot” y era una figura muy estimada en el ambiente nocturno y artístico de Montevideo.
Sobre esta amistad, la revista “Sabado Show” publicó una esclarecedora nota de AVLIS en la que dice:
“Fue un alto funcionario de nuestro Ministerio de relaciones Exteriores.
Íntimo amigo del “Zorzal Oriental”, escribió celebradas letras de tangos que musicalizaron el maestro de piano Juan M. González Prado (82 años en la actualidad), un músico de conservatorio, Luis Cluzeau Mortet, y el guitarrista de Carlitos, Guillermo D. Barbieri, llevadas al disco por el inolvidable cantor compatriota.
Al igual que con otras personas, el vínculo amistoso con Gardel, no se creó porque sí.
Un día, alguien los presentó, sabiendo de cierto parentesco, o uno de los dos se dio a conocer como tal.
Y es que una hermana de Roberto Aubriot Barboza, casó con Carlos Santos y que éste era hermano de Manuela Santos, esposa de Washington Escayola Oliva, (*) hermanastro de Carlitos.
Tan íntima fue la amistad de Gardel con “El Gordo Aubriot”, que el departamento de éste, situado en la calle San José y Río Branco (allí está, a la vista de quienes quieran contemplarlo), le era cedido al visitante intérprete cada vez que un romance o amorío lo requería.”
(¿Se trataría de un bulín o Aubriot se habría mudado?)
Gardel y el mirlo charrúa en casa de "Perico Bernat"
Carlos Gardel dedica una famosa fotografía al "Gordo Aubriot".
Aparece publicada en el libro Estampas de Carlos Gardel, de Américo Zaffaroni y Agustín Pucciano, en junio de 1936.
La dedicatoria dice:
"A mi gran amigo y leal camarada el simpático Gordo Aubriot. cariñosamente
Carlos
Montevideo 7-10-33"
Carlos Gardel quiso inmortalizar el día en que comenzó a concretar el largo y acariciado sueño de "VOLVER" a vivir en su patria, el de la escrituración de los lotes donde construiría la casa en la que deseaba terminar sus días.
Para ello convocó a su amigo Rafael Caruso, fotógrafo del diario "El Día". Después de la escrituración, en compañía de sus amigos Perico Bernat, Ricardo Bonapelch y Manuel Barca, llamado "El Rey de los empresarios" y promotor del debut de Carlos en Montevideo en el Teatro Royal en 1915, fueron hasta Punta Gorda a ver los lotes, dirigiéndose luego a la playa "La Mulata", donde Rafael captó al cantor entre otras, en una de sus expresiones más logradas, cuando ante el aire sereno de la tarde, se puso a cantar sobre las rocas con los brazos abiertos, en una pose que ha recorrido el mundo.
La misma tarde, en casa de Perico Bernat, Rafael realizó otra famosa fotografía en el momento justo en que Carlos le silbaba "La Cumparsita" a un mirlo charrúa encerrado en una jaula. Como quedaba poca luz, tuvo que reforzar el bicloruro de mercurio para mejorar la imagen.
Ese mismo día, Carlos participó de un emotivo acto, cantándole gratis a los enfermos del Fermín Ferreira - con su peculiar generosidad y simpatía - y desechando de actuar en la sección vermouth del Teatro 18 de Julio que le representaba una buena suma, más los 700 pesos que le habían ofrecido por una audición en el Club Uruguay.
El Diario "El Pueblo" de Montevideo, publica el 4 de Julio de 1935, una carta enviada por Rodolfo Pérez y Robert Salgueiro Silveira, ambos internados en el "Fermín Ferreira", en la que todos los asilados en esa casa de salud, rinden su cálido homenaje al eximio cantor desaparecido.
La misma noche de la muerte del cantor, sus íntimos amigos Pintín Castellanos, Juan Carlos Patrón y Edmundo Bianchi, al escuchar la terrible noticia en Radio Águila, decidieron rendirle homenaje con un tango que titularon “El pájaro muerto”, Lo grabó Charlo acompañado por guitarras, el 15 de agosto de 1935. La letra fue publicada en el Diario “El Debate” el domingo 30 de Junio de 1935.
Ellos tenían conocimiento de que el Maestro “Perico” Bernat –representante de Gardel en el Uruguay- tenía en su casa un pájaro a quien Carlitos le enseñaba a silbar “La Cumparsita”.
Esta fotografía de Gardel mirando al mirlo charrúa, ave que se caracteriza por la belleza de su canto, fue tomada en su casa.
¿Cómo “Murmullos” llegó a las manos de “El Mago”?
Publicado por Walter Celina en :
PÁGINAS GARDELIANAS - ENTRE LOS MURMULLOS DEL “TUPÍ NAMBÁ”
martes 30 de junio de 2009
El Prof. Dr. Juan Carlos Patrón da un testimonio irrefutable y, a la vez, conmovedor:
“A reiterados pedidos de José Pedro Blixen Ramírez -el inolvidable crítico teatral que firmaba “Top” y “El amigo del avestruz” sus jugosas crónicas turfísticas- acepté acompañarlo una medianoche al Viejo “Tupí” a esperar que Gardel terminara su fin de fiesta en el Solís y cruzara a integrar la mesa, entre otros, con Perico Bernat, el Gordo Aubriot, el Ñato Pérez, Luis Viapín y el propio Bebón Blixen.
Cerca de la una de la madrugada apareció, como siempre, seguido por una manifestación de toda clase de ejemplares humanos. Lo asediaban a pedidos. La “manga”del pesito, que Gardel sacaba de cualquiera de los sesenta bolsillos que tenía a propósito, para cumplir con todos.
Otros pedían que concurriera a un club o a una institución social o, simplemente, a un rancho de la costa. O le estiraban un envoltorio arrollado, portador sin duda, de alguna producción musical. Y muchos sólo querían estrecharle la mano, abrazarlo, tocarlo, saludarlo.
Apenas divisó a Blixen Ramírez -concediéndole evidente prioridad-, se desprendió de la nube de moscas y se dirigió resueltamente a Bebón.
-Gardel -atropelló Blixen, sin siquiera darle las buenas noches porque el tiempo apremiaba- éste es el muchacho que le hablé que tiene este tang....
No concluyó la frase. Ahí no más lo atajó Carlitos y le dijo, tomando el ejemplar que le extendía Blixen:
-No siga Bebón... Aunque sea un mamarracho, se lo canto igual... He cantado tantos mamarrachos a pedido de buenos amigos...
Y se perdió entre la masa de admiradores que no lo dejaban, ni a sol ni a sombra.
Dos días después, cruzaba yo la Plaza Cagancha, cuando sentí que me llamaban a gritos:
-¡Patrón!... ¡Patrón!...
Era Blixen que, agitando las manos como aspas de molino, enteraba a dios y a todo el mundo:
-El mamarracho le gustó a Carlitos, que dice que “Murmullos” es una canción que le viene de medida; campera y triste, como a él le gustan, para poder interpretarla con sentimiento criollo.
Y así fue cómo quedó incorporado “Murmullos” -con música de un amigo que no olvido, Froilán Aguilar-, al repertorio gardeliano, y cómo conocí a Gardel, sin haber cambiado una sola palabra con el cantor del Río de la Plata, que cada vez escuchamos mejor.”
“Campera y triste, como a él le gustan” son los términos que Patrón recoge fielmente de la comunicación que le transmitiera el crítico de espectáculos ligado por amistad a “El Mago”.
El Dr. Juan Carlos Patrón , Catedrático de Práctica Forense, a quien Gardel grabó "Murmuyos", era en 1930 un joven abogado, que recordó años después:
"Fui amigo de Carlos Gardel, lo conocí en el viejo y ya desaparecido café Tupí Nambá, que quedaba frente al teatro Solís, y era punto obligado de reunión de artistas, intelectuales, políticos, deportistas... en fin, de todo el Montevideo de la época. Me fue presentado por el inolvidable crítico teatral José Blixen Ramírez, allá por 1926, y desde entonces con Gardel hablé todas las veces que vino a Montevideo”.
Más sobre "El Gordo Aubriot"
Roberto Fontaina Poeta y autor teatral, nacido el 3 de enero de 1900, en Montevideo, decía:
"recuerdo perfectamente una oportunidad en que, sentados a una mesa del "Tupí", estábamos Gardel, Blixen Ramírez, Aubriot Barboza, Razzano y yo."
(12 de abril de 1893 - 27 de septiembre de 1974)
Pianista, compositor y director, afirmaba:
"Lo conocí (a Gardel) en 1915 en ocasión de sus primeras actuaciones en Montevideo con Razzano, pero por muchos años no hablamos de mis tangos. La última vez que conversé con él fue en 1929, marchando enseguida a Europa; a la vuelta y de paso por Montevideo, Aubriot Barboza le entregó "Como la Mosca" y a los quince días estaba grabado".
En la siguiente fotografía vemos: a la izquierda , en primer lugar Bebán Blixen Ramírez. A la derecha de Gardel, el "Gordo Aubriot", a su izquierda, detrás, Ricardo Bonapelch.
En esta fotografía perteneciente a Clara Koser, tomada en Montevideo en 1933 vemos, a la izquierda, en segundo lugar, al boxeador Angel Rodríguez. A la izquierda de Gardel Blixen Ramírez, y detrás de Gardel, a la derecha, al "Gordo Aubriot"
Una muestra del aprecio que Gardel tenía hacia el "Gordo" y Ricardo Bonapelch, la da en el fragmento de la carta que a continuación se transcribe, enviada al autor oriental Luis Alberto Zeballos desde Nueva York :
"Nueva York, Noviembre 2 de 1934
Sr. Luis Alberto Zeballos
8 de octubre 2306
MONTEVIDEO
Estimado amigo:
He recibido su atenta carta del mes pasado y le agradezco las calurosas felicitaciones que usted tan amablemente me dispensa. El hecho de que hayan asistido al estreno de mi última película los amigos de la vieja barra de Aubriot, Bonapelch y otras fieras, me causa una vivísima alegría. No crea que le exagero si le digo que al cantar desde estos pagos, lo hago siempre pensando un poco en los inolvidables amigos de las tierras del Plata. Me doy así por bien servido cuando sé que mis canciones emocionan a mi viejo público."
(*) Washington Escayola Oliva, hijo de Blanca Oliva, segunda esposa de Carlos Escayola, casó con Manuela Santos, cuyo hermano era cuñado de Roberto Aubriot Barboza.