Respetemos el Derecho a la Identidad de Carlos Gardel
EL BAUTISMO DE GARDEL - 1887
Artículo aparecido en el bisemanario Batoví el miércoles 14 de mayo de 1997
RESCATANDO DEL OLVIDO por el Profesor Omar Ernesto Michoelsson
Rescatando del olvido… Con Gardel
¿A 110 años del bautismo de Carlitos?
El hallazgo reciente de un nuevo documento “pasaporte de Gardel expedido para Venezuela” en el que se reitera que Gardel es nacido en Tacuarembó, Uruguay, el 11 de diciembre de 1887, nos estimuló a continuar afanosamente la búsqueda de algún dato o documento, que nuestra tarea investigativa local en alguna medida, contribuyera en algo a esclarecer ese sugestivo y elocuente título de la obra de Selva Ortiz, del por qué del “Silencio de Tacuarembó”; ¡y vaya que tuvimos la fortuna de encontrar ese “algo”! lo que no podemos precisar aún, a pocos días de su hallazgo es, si contribuimos con él a aclarar o complicar más las interrogantes sobre su origen: La trama de los acontecimientos, y el devenir del tiempo lo indicarán…
LOS LIBROS DE BAUTISMO DE LA PARROQUIA DE SAN FRUCTUOSO
En la parroquia de San Fructuoso, los archivos contienen casi 60 libros sólo de bautismos, fechados desde 1838 hasta nuestros días, una veintena de los cuales corresponden al siglo pasado. Ya habíamos agotado la búsqueda en los libros de la ciudad, en el período comprendido entre 1880-1895 sin éxito; nos fuimos a indagar los libros de Bautismo de Campaña, que comienzan en 1865, pero no a través de los índices, sino directamente sobre los libros originales, buscando partida por partida, tarea bastante lenta y tediosa, de varios días de trabajo, pero que le aporta al historiador datos completos, cronológicos (día , mes y año de nacimiento y bautismo de cada persona) y genealógicos (padre, madre, padrinos); y la paciencia sin apresurarnos por el tiempo, y “no sé qué”, por suerte o esperanza, que nos ha permitido ubicar interesantes documentos, creemos dio sus frutos al llegar al estudio del libro VII de Bautismos.
EL LIBRO VII DE BAUTISMOS DE CAMPAÑA
Promediando la mitad del estudio del libro VII, llegamos a la foja 280, y nos encontramos que en la misma hoja, se pasa del año 1887 al 1888, nada extraño, pero la sorpresa, que pedimos comparta el amigo lector observando el citado documento que adjuntamos, es que en dicha hoja falta nada menos que un año entero de anotaciones o registros de bautismos, que no es común. En la foja 280 se “salta” del 22 de junio de 1887 al 4 de junio de 1888, y el período coincide con la fecha de los documentos de “Carlitos”.
¿Qué sucedió? Como estos libros son los originales, enormes y muy pesados, los sacerdotes llevaban a campaña cuadernillos o cuadernetas borradores, que luego pasaban en limpio al “libro madre original” cuando regresaban a la Villa ¡es más, se continúa haciendo hoy! Así que lo que pensamos que se extravió, se hizo desaparecer, o se sustrajeron en algún descuido fue el libro o libreta borrador con bautismos de los niños de campaña, de ese período indicado, y que es una extraña coincidencia, pues el 11 de diciembre de 1887 es la fecha que todos los documentos conocidos indican como el “nacimiento” de Carlos Gardel, incluyendo también este último expedido para Venezuela.
NUESTRA TESIS: CARLITOS PUDO SER BAUTIZADO
A la luz de este documento, créalo o no, el niño Carlitos aunque no inscripto en el Registro Civil, pudo ser bautizado. El dato no deja de ser significativo si únicamente nos aferramos a la tesis tan conocida que el niño nunca fue anotado dada la circunstancia de su nacimiento, también por todos tan conocida. Pero no había sido anotado en el civil, y ello no niega que en alguna oportunidad fuera bautizado; no estamos cambiando en nada la historia de Gardel, si no con este documento, agregando un “granito de arena” más; pero, ante este nuevo hallazgo, debemos tener en cuenta ahora, otros aspectos, o posibilidades que no se habían manejado:
1º) El dato en si. La extraña coincidencia que todos los documentos conocidos de Gardel indican su fecha probable de nacimiento el 11 de diciembre de 1887 en Tacuarembó, y casualmente falta todo ese período de anotaciones que coincide con la fecha.
2º) A pesar de la reciente creación en 1879 del Registro Civil obligatorio, la gente además de acostumbrada a anotar por la iglesia era más “religiosa y creyente” que ahora en muchos aspectos, y más en campaña, donde si no se bautizaban los niños éstos eran “infieles” “desamparados” etc. Al punto tal se corrobora lo que resaltamos, que no sólo a fines del siglo pasado, sino a comienzos de éste, hemos encontrado algunas anotaciones del padre Jaime Ros, en la que deja expresa constancia de que el bautizado aún no había sido inscripto en el Registro Civil, a efectos de salvar su responsabilidad ante la obligatoriedad de la ley.
3º) Aunque aún nos falta revisar algunos libros del pasado siglo, no nos hemos encontrado con la falta de anotaciones durante un período tan prolongado, de un año de duración.
a) encontramos períodos de 10, 12 y 17 días, en época de los orígenes de la ciudad (1838-1840), cuando habían pocos habitantes.
b) algún período entre el ceso de un sacerdote y la llegada del próximo, no es así tan prolongado (ej.: del primer cura al segundo, 3 meses; del segundo al tercero, 1 mes y 18 días, del 3º al 4º, 5 meses) y muchas partidas siguen un orden cronológico, pues generalmente los bautismos los continuaban anotando los Tenientes Curas (actuales Vicarios Cooperadores) que continuaban interinamente en la parroquia, hasta la llegada de otro párroco titular, designado para San Fructuoso.
c) pero igual, si faltara otro período de anotaciones de un año, que no hemos encontrado, no interesaría, pues el documento es claro y coincide con la fecha de los documentos de Gardel.
4º) Existe un testimonio anterior referente a extravíos o pérdidas de borradores. El segundo párroco de San Fructuoso al hacerse cargo de la parroquia en marzo de 1838, se encuentra con que los primeros libros de bautismo, Matrimonios y Defunciones, llevados por su predecesor (1832-36) no están. Inicia otros nuevos dejando constancia que sobre ese período de 6 años hará nuevos libros “respectivo a esa época que se llamará único comentado”. Pero dice el padre Jaime Ros: “que los libros únicos comentados no se formaron. Posiblemente las libretas, donde se conservaban los apuntes tomados por el sacerdote al administrar los bautismos o autorizar los matrimonios, se perdieron.”
Es decir, que el propio Padre Ros, está señalando que ya anteriormente hubo extravíos o se habían perdido borradores. Claro que suponemos que para la pérdida de los de 1887-88, se pudieron dar otras circunstancias distintas para su desaparición…
5º) Se documenta que Carlitos se quitaba años, y habría nacido en 1884; pues bien, este documento que encontramos no lo niega, podría afirmarlo. Y la fecha que adoptó como su nacimiento para todos sus documentos habría sido en realidad la de su bautismo, único registro que tenía de su nacimiento en un lugar determinado. Por eso se hizo desaparecer todo ese período de anotaciones de bautismo; los borradores no sólo contenían el bautismo de Carlitos, sino de muchos otros niños, pues es un período de un año.
Esto es muy largo de contar. Pero podemos en base a este documento más o menos “hilar” algunos acontecimientos, suponiendo lo siguiente: el niño nació en 1884, en las circunstancias tan conocidas, en la “Santa Blanca” o lugar próximo (otros familiares con campos cercanos en Laureles o Queguay) y a escasos 10 o 15 kilómetros del paraje o aldea de San Bentos donde había una capillita, antigua posta de diligencias; luego con la llegada del ferrocarril pasará a ser estación Tambores, hoy Villa Tambores. En ese lugar de nacimiento “irregular”permaneció oculto el niño. La segunda esposa del Coronel Escayola, Blanca Oliva, fallece el 31 de diciembre de 1886; al año siguiente, ya con tres años, fue bautizado “Carlitos” – con o sin autorización del padre – pero el niño no era un “infiel” ante su madre (ya con 17 años, y de familia creyente). Dos años después (1889), el Coronel se casaba con ella, pero antes se extraviaron los registros borradores de bautismos que nunca pudieron pasar al original.
Esta nueva tesis que elaboramos, ante la evidencia del documento que encontramos, y donde falta un año de anotaciones o registros de bautismos, coincidente con la fecha que indican los documentos del “nacimiento” de Carlos Gardel, creemos no contradice en nada el resto de la historia gardeliana, y agregaría posiblemente un aspecto espiritual palpable en los orígenes tacuarembonenses de Gardel, y brindaría “alguna voz” al silencio de Tacuarembó.
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NOTA ADICIONAL:
Según testimonio de los descendientes de Mateo Parisí, abogado de la familia Escayola y yerno del Coronel, éste fue quien pegó las hojas del Registro de Nacimiento de Carlitos y el encargado de entregar al niño y hacer la gestión económica ante la empleada francesa Berta Gardes en Buenos Aires, para la crianza de Carlitos Gardel.
Al respecto, en una desaparecida página del Sr. Gustavo Wolansky, apareció publicada esta respuesta del Dr. Elio Omar Parisí:
“Estimado Gustavo:
Me pongo en contacto con vos porque abrí la página web de tu programa radial y me llamó la atención observar cómo has simplificado la discusión que hay respecto del nacimiento de Gardel.
Mi abuelo paterno era Uruguayo y de Tacuarembó. Mi bisabuelo, Mateo Parisí, montevideano, abogado y jurisconsulto del Uruguay, fue quien pegó las hojas del Registro Civil donde Carlos Gardel estaba anotado como Carlos Escayola.
La historia de Gardel la conozco desde muy niño y desde adentro.
Por otra parte, no es un capricho de los uruguayos la búsqueda de la verdad respecto de la identidad de Gardel. La búsqueda de la identidad es un derecho y en el Uruguay lo que están haciendo, a través de prestigiosas investigaciones, es la reconstrucción de la verdadera historia.
Me parece que soslayar la palabra de nuestros compatriotas, tratándolas de manera un poco pueril, no contribuye al verdadero conocimiento de la historia.
Osvaldo Soriano decía, creo que con bastante exactitud, que a los Argentinos nos molestaba que Gardel fuera uruguayo. Era preferible creer que era francés. Quizás por nuestras enormes dificultades respecto de nuestra identidad nacional, donde nos hemos creído siempre europeos y esto, lo único que ha hecho, ha sido distanciarnos de nuestro destino latinoamericano.
Atte.
Elio Rodolfo Parisí (*)
La anotación de los bautismos en el libro madre original, fue seguramente transcripta del cuadernillo borrador con posterioridad al pegado de hojas que hiciera el Dr. Mateo Parisí.
(*)Elio Rodolfo Parisí. Licenciado en Psicología (1990) y Doctor en Psicología (2002), ambas titulaciones por la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), Argentina. Ha tomado nueve cursos de posgrado en temáticas sociales, de derechos humanos y epistemología, tanto en universidades argentinas como españolas. Obtuvo dos becas, una para iniciarse en la investigación y otra para la realización de tesis doctoral. Actualmente es Profesor a cargo de la asignatura “Psicología Política”, profesor de “Psicología Social”, y de los cursos electivos “Psicología y Economía” e “Ideología, política y psicología” de la Licenciatura en Psicología de la UNSL. Es el creador, Director y Editor de la Revista Electrónica de Psicología Política, desde 2003 a la fecha. Ha sido socio fundador de la ONG “Psicólogos Sin Fronteras Argentina” y secretario de la misma (2000/2006).
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