* LINCOLN MAIZTEGUI CASAS Y CARLOS GARDEL 

En opinión de Mario Azzarini Scoseria

El sábado 14 de setiembre de 2002 el diario El Observador de Montevideo publicó un trabajo del profesor Lincon Maiztegui Casas titulado "Charles Romuald, s’il vous plait" en el que se insiste en confundir al uruguayo tacuaremboense Carlos Gardel con Charles Romuald Gardes, hijo de Berthe Gardes, quien fuera la cuidadora del niño uruguayo separado de su familia a poco de nacido, debido a su origen adulterino intrafamiliar. Recientemente los sostenedores de la tesis del Gardel francés han desenterrado dicho artículo y en especial el Sr. Juan Carlos Esteban lo ha divulgado en páginas de Internet con una modificación final

No estoy seguro de la tesis que defiende el Profesor Maiztegui diez años después, año 2012,  pero habiendo intentado por diversos medios comunicarme con él para conocer su opinión al respecto, sin haberlo logrado, me siento obligado a realizar críticas a las aseveraciones de Maiztegui en su nota del año 2002 y al mismo tiempo contribuir con argumentos acerca de la existencia de dos niños y de la orientalidad de Gardel. Los mismos provienen de estudios serios y la mayoría muy recientes de investigadores argentinos  de la talla de Martina Iñíguez, Ricardo Ostuni, o del colombiano Luciano Londoño López, y otros que han continuado por la senda de los uruguayos Erasmo Silva Cabrera (Avlis), Payssé González y Nelson Bayardo

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Críticas al artículo de Lincoln Maiztegui sobre la nacionalidad de Gardel escrito en el 2002 para El Observador de Montevideo.

1) Primera aseveración de Maiztegui: “Gardel fue un artista argentino, porteño hasta la médula, forjado y consagrado en Buenos Aires y además es casi seguro que nació en Toulouse.”

Comento: Este juicio contiene alguna verdad y varias falacias.

En primer lugar, el único que obtuvo la ciudadanía argentina por naturalización, fue el uruguayo Carlos Gardel, por medio de la única documentación legal que tramitó en vida. No existe solicitud de ciudadanía argentina de parte del francés Charles Romuald Gardes.

Que fue forjado y consagrado en Buenos Aires, nadie lo niega. Siempre, los sostenedores de la orientalidad de Gardel, hemos reconocido que su patria artística fue la Argentina, así como lo ha sido también para una serie de artistas uruguayos de distintas ramas del arte.

Sin embargo que fue porteño hasta la médula es sin duda una exageración de Maiztegui ya que Gardel guardó por el Uruguay, su patria, una devoción y cariño bien notorios como lo prueban sus estadías en nuestro medio desde principios del siglo XX hasta su muerte, sus amigos, sus declaraciones a la prensa, sus documentos, el 20% de sus grabaciones que pertenecen a autores uruguayos y su decisión de pasar sus últimos años en su casa de Montevideo de la calle Pablo Podestá 1421.

Por otro lado, lo de porteño hasta la médula” es inexacto desde el momento que los inicios del artista, responden a las del típico cantor criollo, incursionando en las melodías camperas que hermanaban al Uruguay con la región entrerriana. Para Gardel, como me lo hacía notar Don Ricardo Ostuni, el tango le llega recién en 1916 y hasta 1923 las canciones camperas superan en número la de los tangos en su discografía. Ostuni a su vez me recordaba los juicios de Casto Canel sobre Gardel. Decía este autor que Gardel es la “genuina representación del nativismo y del tipismo del pueblo rioplatense” y heredero de una tradición que “encarnaron y renovaron Santos Vega, Gabino Ezeiza, Juan y Arturo de Nava entre otros”

Lo de que es casi seguro que nació en Toulouse, puede haberlo dicho cuando aun no se conocían todas las evidencias que hoy constituyen un legajo incontrastable acerca de la nacionalidad oriental y tacuaremboense de Gardel.

2) Dice más adelante que Gardel “es el símbolo principal de la argentinidad, haya nacido en Tacuarembó, Toulouse o la Cochinchina”.

Esta segunda aseveración por un lado le asigna a Gardel el sentido simbólico de la argentinidad (sea eso lo que sea), característica que Maiztegui no desarrolla para explicarla con ejemplos. Es interesante en este punto recordar que un músico popular argentino dijo que Gardel hablaba como un uruguayo. Y no podemos desconocer la percepción acústica del autor de dicha frase: Astor Piazzola. Resulta irónico pensar que el símbolo de la argentinidad esté representado por alguien que habla como un uruguayo. No obstante Maiztegui abre un espacio de dudas al completar su aseveración no descartando la posibilidad de que Gardel haya nacido aun en La Cochinchina, lo cual lo haría un francés de las colonias, o en Tacuarembó.

3) Maiztegui duda de las aseveraciones de Bayardo sobre el origen de Gardel, pues las encuentra demasiado contundentes y carentes de pruebas documentales. Parece innecesario hacerle ver a Maiztegui que las pruebas documentales del origen de Gardel no son ni más ni menos que las aportadas por el propio artista al documentarse en el Consulado Uruguayo en Buenos aires en 1920 acogiéndose a los beneficios de la Ley de Organización Consular (Documentos OFICIALES aceptados como válidos por la justicia argentina). Esto significa que si no le creemos al propio artista lo que declaró lo consideramos un embustero. Las razones que se han esgrimido para explicar la razón de los documentos de Gardel son absolutamente endebles y ofensivas. Sobre este punto volveremos al considerar las "Preguntas a los Francesistas". Digamos además que la tradición oral, de la que los francesistas y entre ellos Maiztegui reniegan, es una fuente que él como insigne historiador, no debería denostar. Lo que hace Bayardo al asignarle, padre y madre a Gardel así como lugar de nacimiento y primeros cuidadores, no es más que la tradición oral muy bien relatada y aseverada por tacuaremboenses insospechables (Ver El Silencio de Tacuarembó de María Selva Ortiz)

4) Dice más adelante Maiztegui refiriéndose a la documentación: “El breve y conciso trabajo de Juan Carlos Esteban, en cambio causa una fuerte impresión. Charles Romuald Gardes nació en Toulouse el 10 de diciembre de 1890 ( Maiztegui dice noviembre), en el hospital La Grave, hijo de Berthe Gardes y fue bautizado el 11 por un sacerdote de apellido Bertrand. El 10 de marzo de 1893 se certifica la llegada a a B.Aires en el vapor Don Pedro procedente de Burdeos, en el cual viajaron Berthe Gardes, francesa viuda de 27 años y su hijo Charles Romuald Gardes, francés de dos años….”.  No nos sorprende esto ya que es la base de la historia oficial del Gardel francés. Supongo que 10 años después de haber escrito eso, Maiztegui haya cambiado de opinión. De lo contrario no ha leído ninguna de las últimas investigaciones de autores de la seriedad de Martina Iñíguez, Ricardo Ostuni, ni tampoco ha atendido a las múltiples contradicciones en cuanto a fechas y posible edad de Gardel que desde Avlis hasta Iñíguez se han aportado como argumento para sustentar la tesis de los dos Gardeses.

Más adelante se lee en un recuadro el siguiente juicio de Maiztegui: “No hay ni un solo documento, un solo elemento objetivo e incontrastable capaz de confirmar la teoría de los dos Gardel. Si, un pasaporte expedido a su nombre en Uruguay, donde se especifica que nació en Tacuarembó tres años antes que la fecha confirmada del nacimiento en Toulouse……..y se sabe que Gardel obtuvo un pasaporte por la sola declaración de dos testigos, uno de los cuales era su amigo Razzano” “.

Sobre este punto lamento tener que enmendarle la plana a alguien como Maiztegui a quien muchos consideramos como un historiador, serio y ameno en la lectura de sus importantes obras (Orientales. Una historia Política del Uruguay por ej.). Maiztegui tiene el deber de conocer las dos fotos presentadas por Berta Gardes como su hijo Charles. Una fue tomada en la escuela 27 de Durazno y Médanos de nuestro Barrio Sur y se retrata a un niño bien diferente al del famoso retrato oval que Berta tuvo colgado en su casa durante mucho tiempo. Las características antropométricas de ambos niños mostraron las notorias diferencias (Suplemento de El País: “La ciencia avalando la historia” 24 de junio 2002). La foto escolar muestra a un grupo de 56 varones en el pequeño patio de la escuela Nº 27 en el que se destaca la figura de un niño de alrededor de siete años , de cara redonda, labios de espesor medio y otras características que los antropólogos han detallado Es conveniente leer los trabajos de Iñíguez que demuestran EL LUGAR en que fue tomada la foto así como la fecha aproximada, entre 1891 y 1893 , - Obviamente no podría tratarse de Charles Romuald porque fue antes de que Berta Gardes llegara a Buenos Aires con su hijo francés de dos años y medio. Los francesistas no han podido explicar cómo Charles Romuald pudo haber asistido a esa escuela montevideana. Y seguramente nunca podrán hacerlo.

5)   Para aquilatar en toda su dimensión la indecorosa y delictiva actitud de ciertos francesistas para sostener su tesis los ha llevado hasta el límite de adulterar documentos gráficos. En la siguiente dirección de internet se puede ver lo hecho para tratar de disminuir la edad de Gardel y poder así asimilarla  a la de Charles Romuald.

http://gardelfranchini.blogspot.com

6) En cuanto a lo afirmado por Maiztegui acerca de la documentación de Gardel se comete un garrafal error y a efectos de cotejar lo por él afirmado, incluyo la real documentación que en vida exhibió el cantor:

VER: DOCUMENTOS OFICIALES DE GARLOS GARDEL   

7) Recurre luego Maiztegui a la descripción de los distintos colegios a los que asistió Charles Romuald. Ninguno de ellos tiene las características de la escuela 27 de Montevideo. Lo que conviene señalar es que el niño que asistió al colegio San Estanislao era un alumno ejemplar en todas las materias, incluso en su conducta.

Por eso es difícil de asociar a Charles Romuald con el niño detenido por la policía en Florencio Varela o con el que a los 14 años se escapó de su casa y no volvió sino hasta los 20. Difícilmente un niño, estudiante ejemplar, pueda caber en los zapatos de este otro, vagabundo, díscolo y que no quería estudiar (como lo declaró varias veces Berta. La Canción Moderna, Buenos aires 6 de junio de 1936.- El Debate, Montevideo 12 de agosto de 1935.-)

8) Finaliza Maiztegui recurriendo a los mismos argumentos que todos los francesistas para negar el origen tacuaremboense de Gardel. Parto de la base que ha leído todo lo que se ha escrito y dicho sobre el origen del artista por lo que me cuesta creer que recurra a argumentos tales como el preguntarse ¿qué fue de la vida de Charles Romuald? Como si en el mundo de ayer de hoy y de siempre no desaparecieran personas sin dejar rastro. O al de aferrarse a la falta de documentación sobre los hechos que sustentan la permanencia de Gardel en el Uruguay en diferentes períodos de su vida. Uno de los más conocidos fue la permanencia de Gardel en 1915 en la estancia de Pedro Echegaray, en convalecencia de una herida recibida en una reyerta en el bajo de Buenos Aires. Ni los francesistas más acérrimos desconocen dicha estadía, que los integrantes de la numerosa familia Echegaray conocen desde siempre. Tampoco desconocen el exilio de Cielito Traverso en Tambores y su relación con Amanda Escayola. Ni las declaraciones de Leguisamo cuando dijo que sus bromas más frecuentes se referían a sus respectivos orígenes, uno de Salto, Leguisamo y el otro de Paysandú, Gardel.

 (http://www.youtube.com/watch?v=n8cXZ4HaQ_U&feature=player_embedded )

9) No conviene ser tan tajante en cuanto al valor de la falta de documentos escritos cuando hay tantos orales y provenientes de fuentes insospechables y no necesariamente afiliadas a la tesis del Gardel uruguayo. Yo le preguntaría a Maiztegui, ¿cómo sabía el Dr. Domingo Mendilharzu director del diario El Tiempo de Montevideo , que Gardel y Razzano eran “jóvenes compatriotas” cuando comentó en dicho periódico el debut del dúo en el Royal de Visconti Romano en junio 1915?. Valga mencionar que Mendilharzu era casado con María Antonia Netto Escayola, prima de Gardel. ¡Vaya casualidad!

10) En cuanto al “parecido físico discutible” de Gardel con los Escayola, le recomendaría a Maiztegui darse una vuelta por esta página y comparar el parecido del cantor con los Oliva fundamentalmente:

MARIA LELIA OLIVA SGHIRLA, madre de Carlos Gardel - Sus otros hijos

11) Como no dudo de la honestidad y buenas intenciones de Maiztegui para sostener su tesis del Gardel francés, de la que estoy convencido que fue un delito cometido contra el fisco por su albacea Armando Defino para que Berta Gardes pudiera heredarlo e indirectamente beneficiarse también él, incluyo una serie de preguntas que los francesistas aun no han podido responder. Una serie de ellas fue escrita por mi y ampliada por Martina Iñíguez y otra por el Sr. Leonel Laviano. Aunque hay mucha coincidencia entre ambas series conviene darle una mirada a ambas.

12) Si después de leerlas el Sr Maiztegui sigue tan firme en su cuestionamiento al Gardel oriental y más proclive al francés, entonces tendré que releer con más cuidado sus excelentes trabajos históricos sobre su Historia Política del Uruguay, que tanto he disfrutado.

13) Por último y para sustentar con evidencias contundentes que destruyen la historia oficial, incluyo un resumen de los últimos trabajos de Martina Iñíguez , quien tuvo la gentileza de proporcionármelos de manera sucinta y adaptable a esta nota. Dicho resumen es el siguiente:

 

CARLOS GARDEL ERA URUGUAYO - Por Martina Iñiguez

La documentación hallada hasta el momento, que será archivada en breve en el Museo Gardel de Valle Edén para consulta de los investigadores, prueba:

A) Que el Gardel francés fue un cuento ideado por Defino a espaldas de Berta Gardes.

B) Que cuando la tragedia de Medellín, Capot no sabía en que año había nacido Charles Romuald Gardes.

C) Que la finalidad de Capot fue apoyar a Defino en la invención de una nueva biografía para Carlitos.

D) Que la información difundida sobre los Muñiz fue también falsa.

E) Que Berta Gardes sólo pudo conocer a Anaïs Beaux en un viaje al Plata anterior a 1893.

F) Que inventaron que Anaïs era tolosana para justificar el “reencuentro” con Berta cuando ésta volvió al Plata con su hijo francés.

G) Que tampoco es creíble que Carlitos haya pasado 5 años viviendo con Rosa Corrado de Franchini.

H) Que hubo DOS NIÑOS a los que se quiso fusionar en uno solo, al probar la asistencia de Carlos Gardel a una escuela del barrio sur de Montevideo antes de que Berta Gardes llegara a Buenos Aires con su hijo desde Francia en 1893.

I) Que no fue Carlos Gardel quien asistió al Colegio PIO IX.

J) La falsedad de la supuesta desaparición” del cantor durante 6 años.

K) Que Berta no se mudó entre 1904 y 1913, supuesto período de desaparición del cantor.

L) También es falsa la descripción del viaje a Toulouse hecha por Razzano porque la madre de Berta nunca vivió en el Nº 4, Canon d’Arcole, ni Charles Romuald Gardes nació en esa casa sino en el Hospice de La Grave.

M) Es falso que el testamento fue depositado, antes de la última partida de Gardel al exterior, en un sobre lacrado en el cofre del Banco de Boston al que Armando Defino no tenía acceso, siempre lo tuvo e ingresó varias veces pAra depositar Cédulas Hipotecarias Argentinas que él mismo compraba.

En definitiva, de la “Historia Oficial” no queda NADA en pie.

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Carta enviada por el Sr. Azzarini Scoseria al Semanario Búsqueda de Montevideo, publicada el día 6 de diciembre de 2007.

Para que lo expliquen los sostenedores de la tesis del Gardel francés:

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51 preguntas que estamos esperando que los francesistas respondan…

Por Leonel García Laviano - Montevideo – Malvín Norte 

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El lunes 18 de noviembre de 2002- Año 85 -Nº 29196, el diario “El País” de Montevideo,publicó el siguiente comentario:

“El periodista Lincoln Maiztegui Casas dedica dos artículos al tema Carlos Gardel, en el periódico “El Observador”, uno de ellos a pocos días del fallecimiento del Arq. Profesor Nelson Bayardo, reconocido investigador sobre la vida de Carlos Gardel. Se refiere, en parte, al último trabajo titulado: “Tango: de la mala vida a Gardel”, aportando algunos párrafos, a su elección, sobre la nacionalidad del cantor pero no señalando citas importantes con respecto a la obra fundamental del mismo autor: “Carlos Gardel a la luz de la historia” (Montevideo — Aguilar — año 2000).

Tiempo suficiente tuvo el periodista para presentar sus objeciones y discrepancias, lo cual no realizó hasta después de la desaparición física (sólo física) del investigador, hecho que no parece una actitud a recomendar y que no condice con sus antecedentes y condiciones.”

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Carlos Gardel es uruguayo - Juan Angel Miraglia | Peña “Refugio Tanguero” de Maldonado

Aunque hay quienes sostienen la teoría de que los vikingos llegaron antes, se da por sentado que el descubridor de América fue Cristóbal Colón. A través de los siglos transcurridos desde 1492, ha estado en duda su nacionalidad. Pero es casi seguro —dijimos casi— que nació en Génova. O por ahí nomás.

Este introito viene a cuento a propósito de la extravagante crónica del Sr. Lincoln Maiztegui Casas del día 14/9/02 en páginas de “El Observador”. La nota, seguramente para exhibir la cultura y versación (?) del escriba, está titulada en francés. Lleva un título “colgado” referido a Gardel que entre otras cosas, afirma: “... es casi seguro que nació en Toulouse”.

Comienza su muy trasnochada nota preguntando dónde nació Gardel y tras referir que desde que el periodista Avlis sostuvo la tesis de que su nacimiento se produjo en Tacuarembó y dentro de la familia Escayola, el asunto se convirtió en tema de lesa nación. Y agrega muy irrespetuosamente que Eduardo Payssé González con su libro “Páginas abiertas” y el Arq. Nelson Bayardo “con una larga serie de trabajos” se convirtieron en adalides de la nacionalidad oriental del cantor.

El Arq. Bayardo para desconsuelo de su familia y de una larguísima lista de amigos entre los que nos contamos, falleció el 28/8/02, es decir, 17 días antes de esta irreverente e insolente nota del Sr. Maiztegui Casas. Según surge de la misma, dicho escriba sabía de los trabajos que sobre Gardel desarrolló Bayardo a lo largo de muchos años. Trabajos de estudio, análisis, investigaciones y documentación que le demandaron más de 35 años. Es decir, Bayardo fue un historiador profundo y serio que dominó el tema Gardel biográficamente como nadie en el mundo. Si el Sr. Maiztegui Casas creyó que debía controvertir o destruir sus tesis, no debió esperar a su muerte para hacerlo. Lo cual no sólo configura una deslealtad, sino una insondable ruindad.

Sostiene el Sr. Maiztegui Casas que Gardel fue un artista argentino, porteño hasta la médula, forjado y consagrado en Buenos Aires. ¡Chocolate por la noticia! Por lo demás, algo que el Arq. Bayardo siempre destacó sin sombra de duda.

Irineo Leguisamo fue un jockey argentino, el más famoso en la historia del turf rioplatense, forjado y consagrado en Buenos Aires. Y además es seguro —sin casi— que nació en Arerunguá, Dpto. de Salto, Rpca. Oriental del Uruguay. ¿Y qué...?

Pero lo que no tiene desperdicio en esta pedestre nota del escriba en cuestión, es que haga caudal de un “breve y conciso trabajo de Juan Carlos Esteban” para contraponerlo a todo cuanto a lo largo de casi media vida, analizó y estudió Bayardo sobre la vida de Gardel.

El Sr. Maiztegui Casas confiesa que le causó una fuerte impresión el libro del Sr. Esteban, de quien no hay ningún antecedente como historiador o simple investigador del cantor. Más aún, sus datos según se deduce por las transcripciones que realizó el cronista, son de sobra conocidos y en buena medida integran el “común denominador” de los biógrafos gardelianos que estuvieron respaldando al “constructor” de la gran patraña, a partir del testamento ológrafo que blandió “urbe et orbi” Armando Defino.

El Sr. Maiztegui Casas —en la supuesta condición de periodista—entre otras cosas no debería desconocer que en distintas fechas tres diarios uruguayos —en tiempos en que los periodistas eran veraces—publicaron reportajes a Gardel en los que éste declaró ser uruguayo. No se sabe de ningún diario de las Américas o de Europa, en que se haya referido a su nacionalidad si es que algún reportero lo interrogó al respecto. 

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Sobre la nota: “Una polémica que se termina” - Por Lincoln Maiztegui Casas

Responde Martina Iñiguez:

La nota del Sr. Lincoln Maiztegui Casas comienza diciendo:

“El trabajo de investigación de Juan Carlos Esteban deja muy maltrecha, a ojos de una mente razonadora, la teoría de los "dos Gardel" y, por lo tanto, de su nacimiento en Tacuarembó.”

Creo que el Sr. Maiztegui Casas, evidencia un gran desconocimiento sobre los primeros años de vida de Carlos Gardel, sobre la enorme cantidad de aciertos de la investigación de Avlis - al margen de la desprolijidad de la que frecuentemente se lo acusa - , sobre los incontables testimonios documentados que el arquitecto Nelson Bayardo recopiló durante 30 años, y sobre el enfoque jurídico, ordenado y sistemático de la documentación oficial y legal del cantor que realizó Eduardo Payssé González.

Tampoco sabe en qué consistió mi charla, parece más preocupado por la sintaxis que por los contenidos.

Para no extenderme demasiado me limitaré a señalar algunos comentarios puntuales del Sr. Esteban, que el Sr. Maiztegui consideró contundentes:

1) Pág.14.

El acta de nacimiento de Charles Romuald Gardes podría considerarse una “prueba” del francesismo de Gardel, si no existiera toda una serie de documentos en los que el cantor se declaró uruguayo.

2) Pág 16.

Es falso que existan en la Dirección Nacional de Migraciones, los datos sobre el arribo de Berta y su hijo a Buenos Aires que cita Esteban. También es falso que exista una certificación de fecha 13 de Marzo de 1977. Ernié publicitó una del 11 de marzo y posteriormente se contradijo diciendo que era del 9 de marzo. (Maiztegui opinó sin corroborar nada)

3) Pág. 17.

Esteban basa su convicción de que Gardel asistió al Colegio Pio IX en una declaración suya: “Me eduqué en un colegio de curas, ché. Allí hice hasta el segundo año del nacional”.

Pero resulta que aún si Gardel hubiera sido el francés Charles Romuald Gardes, éste concluyó sus estudios primarios, nada más.

Esteban desestima en cambio que Gardel haya dicho que fue a la escuela No 27 de Durazno y Médanos, de Montevideo,  y ahora se ha probado que la fotografía escolar de Carlitos Gardel fue tomada precisamente en esa escuela, antes de que Berta Gardes llegara a Buenos Aires con su hijo.

Esteban agrega en la página 45 un disparate antológico: que “se debe documentar 4 años de escolaridad” si se afirma que Gardel asistió a una escuela en el barrio sur.

Se demostró que asistió en algún momento porque allí fue fotografiado, basta con eso.

4) Pág. 21

Solicita una serie de probanzas disparatadas, a sabiendas de que  los registros de migraciones son INCOMPLETOS.

Lo que debería hacer es informarse sobre las probanzas existentes.

5) Pág. 24.

Decir que Gardel es francés porque hace lo que todo hijo adoptivo: adoptar a la familia de su madre adoptiva como propia, es simplemente ABSURDO.

Acaso esperaba que dijera en su postal: “Dale  muchos besos y abrazos a mi querido tío adoptivo Juan, a mi querida tía adoptiva Carlota, a mi prima adoptiva Marisú, a toda la familia adoptiva que es muy larga y no puedo detallarla. Firmado: Tu hijo adoptivo Carlos”.

En el capítulo “Carta a un amigo oriental”, por la cantidad de frases sacadas de contexto, falsedades, tergiversaciones, modificaciones y recortes que utiliza, parece estar deseando hacerse de un enemigo más.

Bayardo respondió a través de una carta enviada al Diario El País:   

Respuesta de Nelson Bayardo a Juan Carlos Esteban

Con respecto a la edad de Gardel, no hay ninguna explicación racional que justifique que Carlos se adjudicara entre 3 y 6 años más de edad que Charles Romuald Gardes, a menos que los tuviera. Si quería no ser descubierto por los franceses hubiera podido quitárselos, con el mismo resultado.

En la página 36 dice:

“En la página 57 Bayardo afirma que a los 7 ó 10 años “se lo ve” o se “lo escucha” cantar en Tacuarembó…”

Bayardo en la página 57 dice  que “allá por 1907 o 1908”se lo vio  en el café de Correa.

En 1907 y 1908, Charles Romuald Gardes tenía – suponiendo que estuviera vivo – entre 16 y 17 años.

Hay que convencerse de que ni Esteban ni Maiztegui saben sumar ni restar…

 

No vale la pena seguir perdiendo el tiempo en destacar las demás incongruencias del Sr. Esteban.

Todo el libro es un compendio de refritos mal mezclados.

No aporta una sola información inédita.

Que el Sr Maiztegui haya hecho una tan absurda evaluación del trabajo del Sr. Esteban, deja muy maltrecho, a ojos de una mente razonadora, su labor como historiador, aunque emplee una correctísima sintaxis.