EL "FRANCÉS" QUE HABLABA GARDEL

Uno de los más sólidos indicios de que Gardel no era el hijo francés de Berta Gardes, lo constituye el hecho de que no supiera hablar ni escribir en esa lengua.

En el acento de este portentoso cantante enraizado en el sentimiento de la sociedad rioplatense no había ni rastros de la lengua gala. 

En su adultez, y después de largos períodos viviendo en Francia, consiguió aprender ese idioma, pero al cantar, su dicción siempre reveló que no era su lengua primigenia, aunque resultara aceptable para los públicos de su época. 

Un estudio publicado recientemente en la revista "Proceedings of the National Academy of Sciences", determinó que “Puede que las personas que abandonaron su país de origen de muy pequeñas ya no recuerden su lengua natal. Sin embargo, los patrones neuronales creados por el idioma que escucharon en sus primeros años de vida permanecen intactos en su cerebro. Y, estos patrones, se mantienen en el tiempo incluso si la persona no ha vuelto a estar en contacto con su primera lengua”.

http://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/11/141119_lenguaje_olvidado_cerebro_bilingue_lp 

Berta Gardes, dice a “LA CANCIÓN MODERNA” (Bs. As. 6.6.36):

“ Carlitos no sabía hablar francés cuando chico; yo no podía retarlo, porque como hablaba poco en español si lo retaba en francés, mi hijito(sic) se reía…”  

El 12 de agosto de 1935, a su regreso de Toulouse con Armando Defino para abrir la sucesión de Carlos Gardel, Berta Gardes es entrevistada por el diario “EL DEBATE” de Montevideo y el cronista traza una semblanza de la Sra Gardes en base a sus declaraciones directas:

“Doña Berta habla claramente el castellano, como cualquier criollo. Es francesa de origen, nació en Toulouse, pero VIVIÓ MUCHOS AÑOS EN EL RÍO DE LA PLATA. 

Allá, en su pueblo, desempeño en su mocedad un oficio humilde. 

Era una mujer bonita, de rasgos físicos muy atractivos. Y en plena juventud vino al Plata, VIVIENDO; ORA EN MONTEVIDEO; ORA EN BUENOS AIRES.

En la urbe porteña, donde tenía que ganarse el pan para ella y su hijito Carlitos – único hijo - , fue planchadora. Mujer noble, con alma de luchadora, buscando el sustento por las vías más nobles de la vida: el trabajo”.

Mas tarde indaga sobre el conocimiento del idioma francés del cantor:

COMO SUPO CANTAR EN FRANCÉS

- Dígame, doña Berta. ¿sabía el idioma francés su hijo?

- Nunca lo quiso aprender en familia. ¿No le digo que era díscolo? Cuando ya era cantante renombrado, fue a Francia y en una año aprendió el francés. Por eso luego cantaba en ese idioma.”

Un estudio publicado recientemente en la revista "Proceedings of the National Academy of Sciences", determinó que “Puede que las personas que abandonaron su país de origen de muy pequeñas ya no recuerden su lengua natal. Sin embargo, los patrones neuronales creados por el idioma que escucharon en sus primeros años de vida permanecen intactos en su cerebro.

Y, estos patrones, se mantienen en el tiempo incluso si la persona no ha vuelto a estar en contacto con su primera lengua”. 

EL "FRANCÉS" QUE HABLABA CARLITOS NO LO ENTENDÍAN NI LOS COCHEROS! 

Después de unos días en Toulouse – apenas cuatro – Gardel y Razzano siguieron viaje a París. Era la primera vez que llegaban a la capital de Francia. Según cuenta Razzano, Carlos confiaba en hacerse entender con su “francés” y cuando llegó el momento de usarlo se dio cuenta de “no corría”. ¡Menos mal que resultó fácil hacerse entender en español o en porteño!... (Revista Cantando, 9 sept. 1958, Nota de Roberto Casinelli)

"Vida de Carlos Gardel", Autor: F.G.Jiménez, contada por Razzano, pág. 211

“El primer enfrentamiento con París, recién apeados del expreso, suscitó en Razzano una angustia:

-Che , carlos… ¿Y cómo nos arreglamos acá con el idioma?...

Ellos venían despreocupados, sin reparar que en Toulouse no se hizo sensible tal dificultad gracias a la presencia de la madre de Gardel.

Éste, alzó su mano tranquila, como calmando los temores de su compañero, diciéndole:

-Vos dejame hablar a mí, que yo me entiendo.

Razzano lo miró, arrugando la nariz. Dudaba… Mejor dicho, no dudaba que Gardel se entendería. Pero con él mismo, nada más. Y resultó así

El “francés” que hablaba Carlos lo entendía solamente Carlos. Los changadores que les llevaron las valijas no. Los choferes tampoco. Los garçones de los restaurantes le servían estofado de conejo al vino blanco, cuando él creía haber pedido gallina a la cacerola con papas..."

En Europa siempre se supo que una de las principales colecciones de tango pertenecía al francés Edouard Pecourt. Su fuerte eran los registros musicales en todos los formatos, pero se interesaba por todo: partituras, revistas, libros, fotos, videos… cualquier cosa relacionada con el tango. 

Había abierto una disquería llamada “La Boite a Disques” (Caja de música a discos), en el 58 bis, rue du Louvre en París, a partir de 1954 hasta que se trasladó a Portland, Oregon, EE.UU., en 1986. 

Reunió una extraordinaria colección de más de 3000 cilindros y discos 18000, casi todos del repertorio francés de principios del siglo XX.

Se sabía que su artista favorito era Carlos Gardel, pero Pecourt se interesaba por todo el tango, e incluso se había acercado al folclore argentino y a la cultura latinoamericana en general. 

En sus últimos años, Pecourt había pensado en vender su colección a una institución, pero, un dato no menor, pedía una fortuna. Durante varios años todo indicaba que esta historia no tendría un final feliz. 

Pocas instituciones norteamericanas se interesaban por una colección de tango, y mucho menos si había que poner dinero. La costumbre allí es que colecciones como la de Pecourt, por el desconocido valor de mercado que tienen, solo se reciben en donación y no se compran. Por suerte, David Seubert, el jefe de Performing Arts del área de Colecciones Especiales de la Universidad de California en Santa Barbara, decidió hacer una excepción. No era un experto en tango, pero sí en cilindros y discos de pasta, y sabía que Pecourt había acumulado algo especial. Aprovechando la buena fama internacional de su institución, hizo una oferta bastante menor a la que pedía la viuda de Pecourt pero que, por suerte para la comunidad tanguera, fue aceptada. 

Es así como en 2013, en dos camiones, una de las mejores colecciones de tango del mundo llegaba a esta hermosa ciudad costera de California. Desde entonces se está trabajando en examinar y clasificar todo, pero los discos y otros elementos ya están en el catálogo online.y Se puede navegar por el catálogo en: http://cylinders.library.ucsb.edu/pecourt.php

Carlitos Gardel, a través de su ortografía, en esta carta enviada a su novia Isable del Valle el 4 de noviembre de 1927, termina de confirmar que no era el "francesito" Charles Romuald Gardes. Intenta escribir una frase en francés y dice:

“NO SÉ SI BUSÉ ME ENTENDÉ”.


La frase correcta debería ser:

"Je ne sais pas si vous m’entendez". Y también estaría expresándose mal porque en el sentido de la frase debió usar el verbo "comprender".

Se las manda todas:

a) no sabe que tendría que haber usado el pronombre personal “je”

b) no sabe que tendría que haber usado la “uve” en lugar de la “B” larga (escribe “busé” por “vous”)

c) no sabe que antes de una vocal va apóstrofe “m’ entendé”

d) no sabe que los franceses usan el verbo “entendre” para indicar que escuchan con el oído y "comprendre" (comprender) para indicar que captaron el sentido de la frase.

ES IMPOSIBLE QUE ALGUIEN NACIDO EN TOULOUSE, CRIADO OYENDO SU LENGUA MATERNA DURANTE TRES AÑOS O MÁS Y HABIENDO CONCLUIDO 6º GRADO CALIFICADO CON 10 PUNTOS EN TODAS LAS MATERIAS INCLUIDAS CASTELLANO Y FRANCÉS, HAYA ESCRITO “BUSÉ” EN LUGAR DEL PRONOMBRE INDEFINIDO “VOUS”. 

José Gobello dice:

“Jean Sablon, en su libro de memorias "De France ou bien d'ailleurs", publicado en 1979 por Robert Laffont, recuerda a los artistas que participaron en la citada revista y cuenta como compartió con Gardel el escenario del Teatro Palace. “Como este espectáculo [La Revue Argentine] -dice Sablon- no podía permanecer en París sino cierto tiempo, Varna me contrató para la revista siguiente [Parade de Femmes], cuya vedette sería Carlos Gardel, que no había cantado en París más que en El Garrón, un cabaret donde había logrado un triunfo hacia más de un año. 

Gardel era un sólido y muy lindo muchacho morocho, de unos treinta años, de sonrisa simpática, deslumbrante, que actuaba vestido de gaucho, acompañándose él mismo con su guitarra y respaldado además por tres guitarristas también vestidos de gauchos”. 

"En otro capítulo de su libro, al volver a referirse a Gardel dice: "Yo escuché decir que era francés, educado en la Argentina, pero apenas si sabía tres palabras en francés”. Para pulir su pronunciación “todas las tardes me pedía que le repitiera una canción de Delmet* que había incluido en sus actuaciones en el Palace”. 

Indudablemente, Sablon no estaba solo en su opinión sobre el francés hablado por Gardel. El periódico parisino "La Rampe", en su edición del 1ro de junio de 1931, se hizo eco del mismo problema diciendo: "Se lo entiende mejor en español. Es una tonta manía del público la de querer imponer a los cantores de music hall una lengua que no es la propia".