Respetemos el Derecho a la Identidad de Carlos Gardel
EN 1978 YA SE DECÍA, DE MANERA FUNDAMENTADA, QUE GARDEL ERA URUGUAYO…
En 1978, cuando el tema del origen de Carlos Gardel no se discutía en Colombia, aparecieron publicadas en el periódico colombiano EL ESPECTADOR, en la columna PREGUNTAS Y RESPUESTAS, de Manuel Drezner, dos fundamentadas cartas firmadas por los señores Mario Vélez Restrepo (julio 10/1978) e Iván Posada (septiembre 27/1978), a raíz de la pregunta formulada por la señora Aura de Montellano y la respuesta que dio el señor Manuel Drezner (julio 4/1978), las cuales transcribo a continuación, y que pueden ser consultadas en las hemerotecas del país.
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EL ESPECTADOR Bogotá julio 4/1978, página 3-A, edición 25.226, Sección “PREGUNTAS Y RESPUESTAS”, de Manuel Drezner
Carta enviada por AURA DE MONTELLANO
“PREGUNTA: Por fin ¿Cuál fue la nacionalidad de Carlos Gardel? Aura de Montellano (Medellín).
“RESPUESTA: La pregunta de la colaboradora está originada, seguramente, en el hecho de que hay tantos misterios en la vida del famoso cantante de tangos, que su misma nacionalidad ha sido discutida.
“El nombre verdadero de Gardel era Charles Romuald Gardés, y era hijo natural de una costurera llamada Berta Gardés, natural de Tolosa. Esto y el hecho de que en los registros de bautismo de la alcaldía de Tolosa aparece una partida de nacimiento de ese mismo Charles Romualde (sic) Gardés, haría que toda duda fuera despejada. Pero las dudas subsisten, ya que hay cantidad de documentos donde consta otra nacionalidad diferente. Uno de ellos es uno suscrito por el mismo Gardel, dice que:
“…hoy 30 de octubre de 1933, yo, Carlos Gardel, soltero, uruguayo, declaro al señor Ricardo Bonapelch, apoderado de mis negocios…”
“Si el mismo Gardel se declaró uruguayo, como se transcribe, entonces se crea una primera duda. Hay quienes dicen que a Gardel le convino aparentar nacionalidad diferente de la francesa, para evitar problemas de servicio militar en ese país, pero eso no tiene mucho piso, ya que en la época en que se suscribió el documento, ya Gardel era cuarentón y poco tenía que temer del servicio militar, por cuestiones de prescripción. Pero quienes afirman que el documento da una nacionalidad auténtica, se apoyan en una tesis un tanto casuística. ¿Por qué, preguntan, si se iba a cambiar de nacionalidad, no dijo Gardel que era argentino, país donde tuvo sus mayores triunfos y con uno de cuyos aires nacionales se identificaba?
“La contraparte, la que afirma que Gardel era francés, se apoya en el apellido artístico que tomó. Hubo en el siglo dieciocho francés dos artistas de apellido Gardel, uno de ellos muy famoso porque fue quien eliminó la máscara que llevaban los bailarines en sus presentaciones hasta ese entonces. Con ese Gardel dieciochesco comenzó el baile en escena con la cara natural (si se descuenta tal cual maquillaje) de cada bailarín. Nosotros, personalmente, dudamos de esta última relación, puesto que para la mayor parte de la gente estos dos Gardel son ilustres desconocidos, apenas una nota curiosa en la historia del teatro, conocidos por especialistas. Y Carlos Gardel podría saber mucho, pero dudamos que conociera de la historia del teatro francés en el siglo XVIII.
“Unos pocos afirman que Gardel era argentino, ya que dicen que solo un argentino hubiera podido captar e interpretar en esa forma magistral el tango. Pero este argumento es solo para dejar constancia de él, ya que es bastante endeble. De modo que lo más probable es que Gardel fuera nacido en Francia y hay posibilidades de que fuera uruguayo, pero con pocas pruebas para esta última afirmación.
“Vale la pena decir de paso que también sobre la muerte de Gardel en Medellín hubo muchas versiones para crear una aureola de misterio. Hubo quienes dijeron que existió una disputa entre el piloto y Gardel, y que ésta había acabado a balazos, con el cráneo de Samper Mendoza atravesado por un balazo. Otros dicen que el balazo fue disparado por Lepera, el guitarrista acompañante (sic), a Gardel, y que éste lo esquivó y le dio al piloto. Y hasta hay quienes dicen que al despegar el piloto se suicidó. Pero todos estos balazos son simples conjeturas, entre otras cosas porque no hubo sobrevivientes para contar el cuento (sic). Pero gracias a ellos, pudieron aparecer posteriormente buena cantidad de cantantes que afirman que ellos eran Gardel, que habían sobrevivido, pero que por las quemaduras habían tenido que ocultarse hasta su curación. (Algo por estilo sucedió al morir Javier Solís: después de su muerte comenzaron a correr historias sobre lo falso de la muerte y que Solís seguía cantando de incógnito).
“En resumidas cuentas, lo que sucedió fue que Gardel, como artista popular, fue de una estatura tan extraordinaria y fue tan idolizado en vida, que le sucedió lo que a todos los ídolos: su muerte despertó cantidad de leyendas”.
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EL ESPECTADOR Bogotá julio 10/1978, página 3-A, edición 25.232, Sección “PREGUNTAS Y RESPUESTAS”, de Manuel Drezner
Carta enviada por MARIO VÉLEZ RESTREPO
“GARDEL
“Brevemente quiero referirme a su respuesta sobre la verdadera nacionalidad de Carlos Gardel.
“Era uruguayo. Nació en Tacuarembó de la unión ilícita del coronel Carlos Escayola y María Bentos(sic) (*); no era tan joven al morir como lo muestran las fotos retocadas para el consumo; había nacido en 1.883. Cuando lo conocí en Argentina en 1926, pesaba más de 100 kilos, fumaba intensamente y a raíz de su separación de Razzano, había caído un poco en decadencia ante el público.
“Su nacimiento fue cuidadosamente ocultado, dado el origen, en la sociedad, de aquella ciudad uruguaya; fue dado a diferentes nodrizas y pasó de mano en mano hasta las de Bertha Gardes, inmigrante francesa, de Toulousse, quien venía con un hijo, Charles Romualdo, de pocos meses, quien moriría a poco de llegar. Este hecho fue definitivo en la posterior aureola de misterio de que se rodeó al artista, y lo explicaré brevemente.
“Gardel no fue el muchacho bueno, sencillo, hijo excelente y mejor amigo que pinta la crónica para la exportación. Criado en el arrabal porteño, purrete inquieto, desde sus primeros años hizo historia en la crónica policial de Buenos Aires. Existen aún expedientes en su contra, por pequeñas raterías, en donde figura alternativamente con los nombres de “Gardello”, “Gardeles”, “Gardés” y hasta “García Garderes” y nacionalidad francesa, uruguaya o argentina, según la oportunidad. Apasionado por el juego, el garito y los “burros”, fue “carrero, malandrín y estafador” como se define en una de sus canciones, No fue entonces, como usted lo anota acertadamente, el problema con el ejército francés el que lo llevara a ocultar su procedencia. Fueron problemas de policía.
“En el año 30 Gardel iniciaba su decadencia como artistas. Un viaje providencial a Francia, más en busca de horizontes, en fuga de deudas y problemas judiciales, lo puso, en los estudios cinematográficos de Joinville y en la senda de la fama recobrada. Contratos con las disqueras de EE.UU. y el cine de aquel país remozaron su figura y la hicieron continental.
“En 1.935, días antes de su muerte, lo entrevisté en el Hotel Granada, y conseguí con él un reportaje publicado más tarde por la desaparecida revista “Caretas de Antioquia”(**). Me acompañaba Jorge Mora, eximio tangófilo y cultor de aires autóctonos argentinos, a más de un gran bailarín de las intrincadas piezas sureñas. En tal oportunidad, Gardel, más amplio, expansivo y cordial, reafirmó su origen uruguayo pero su profunda argentinidad. Amaba a Buenos Aires y la tenía como su ciudad natal. Las referencias a Francia como lugar de su cuna le provocaban risas y las explicaba como producto de sus mentores artísticos, y quizás por la nacionalidad de su madre adoptiva, doña Bertha. Mora posteriormente escribiría un hermoso libro sobre la vida del zorzal hoy agotado desgraciadamente y del cual quedan pocos tomos en manos de afortunados bibliófilos. En él afirmaba la nacionalidad uruguaya de Gardel sin que encontrara contradictores (Mora, Jorge. “El alma del arrabal”. Editorial Gran Colombia, 1937, 154 páginas). Así mismo un serio autor argentino, en edición reciente, corrobora lo anterior (Gallardo, Juan Carlos. “Gardel, la realidad de un mito”. Medellín, 1977). Igual sostiene R. Pérez Mantilla en un volumen inédito, próximo a aparecer (Apuntes de filología, El Lunfardo).
“Muerto Gardel en el accidente de 1935, aquel “misterio” sobre su origen, cultivado hasta entonces solo con fines comerciales y de propaganda, se convirtió en un problema mayor para gente interesada. Gardel moría intestado, sin sucesores. Doña Bertha Gardes era solamente “madre adoptiva” de facto, y su fortuna acrecida por contratos y regalías, pasaría al Estado. Fue muy fácil para el abogado reafirmar la leyenda, con el simple expediente de “desenterrar” el acta de nacimiento de Charles Romualdo, en Toulousse, echar tierra sobre su fugaz existencia y acomodársela al desaparecido Gardel, con lo cual quedó instituida heredera doña Bertha (muerta en 1942)(sic) y sacó su buena tajada, imagino, el hábil tinterillo.
“En cuanto al “misterio” del accidente, sí quedaron sobrevivientes de él. José María Aguilar, guitarrista, y el señor Pla (sic), arreglista de la “troupe” del artista se salvaron. Y no hubo misterio. En aquellos tiempos, merced a la rivalidad de las dos firmas aéreas “Saco” y “Scadta” los aviadores semejaban choferes de bus bogotanos, enfrascados en escalofriantes fuchas del centavo, como ahora. Parece que el aviador criollo quiso desquitarse de un rizo “que le había hecho el alemán en días anteriores y se llevó su aparato sobre el de aquel para darle un susto. Un viento de cola le impidió enderezar y elevarse a tiempo, y vino la tragedia” (Mario Vélez Restrepo, Bogotá)”.
(*)En 1978, no se había profundizado todavía la biografía de la familia Escayola. Hoy sabemos que Manuela Bentos fue la primera cuidadora de Carlos Gardel y Maria Lelia Oliva su madre biológica.
(**) Al ser entrevistado por la revista CARETAS de ANTIOQUIA, Gardel se dice URUGUAYO, casi dos años después de la presunta redacción del testamento.
RESPUESTA: Muy interesante la carta del amigo de Bogotá y que sospechamos pone algún pie de barro al ídolo. Debe tener muy buenos fundamentos, vista la relación personal que el lector tuvo con Gardel y por tanto esta colaboración contribuye a dar muchísimas luces al pequeño misterio de la verdadera nacionalidad de Carlos Gardel.
EL ESPECTADOR Bogotá septiembre 27/1978, página 3-A, edición 25.311, Sección “PREGUNTAS Y RESPUESTAS”, de Manuel Drezner
Carta enviada por IVÁN POSADA
“PREGUNTA: La nacionalidad de Carlos Gardel era la uruguaya…
“RESPUESTA: Hace algún tiempo hubo una pequeña polémica alrededor de la nacionalidad del gran intérprete del tango, Carlos Gardel. Habíamos dejado en el aire la cosa, ya que si bien muchas personas habían confirmado que Gardel no era francés, como se murmuraba, ni mucho menos argentino como fuera lo lógico, sino definitivamente uruguayo, no había una confirmación documentada de esto. Pero don Iván Posada, de Bogotá, nos envió una carta donde está esa documentación y que ha llegado con extraña demora, ya que ella está fechada en julio. Como esta carta creemos que puede cerrar en forma definitiva la discusión, la publicamos en su integridad:
“He leído gustosamente la documentada carta que en la edición N° 25.232 le publica hoy usted al señor Mario Vélez Restrepo, quien a propósito de la nacionalidad auténtica de Carlos Gardel menciona nombres de personas y títulos de publicaciones que no me son extraños.
“Aficionado como he sido a coleccionar publicaciones y recortes de prensa sobre temas gardelianos, hallo que el señor Vélez Restrepo alude a la extinguida revista “Caretas de Antioquia”, a la obrita “El Alma del Arrabal”, escrita y no reeditada por Jorge Mora, actualmente copropietario de la librería “La Gran Colombia”, pero deja de mencionar el desaparecido vespertino conservador de Medellín “La Defensa” y el semanario “El Obrero Católico”, también de esa ciudad, donde Mora, invocando su amistad con Carlos Gardel, hace precisiones sobre la vida y la nacionalidad del nunca para él “bien llorado” “Zorzal Criollo”.
“Pues bien: El prólogo de la obra “El Alma del Arrabal”, curiosamente, está suscrito a dos manos por dos populares escritores antioqueños: León Zafir y Tartarín Moreira, quienes exaltaban las condiciones literarias de Jorge Mora, afirmaban que “a la par de su madurez física, ostenta edificante madurez estética”, (esto sucedía al promediar los años treinta) y agregaban (página tercera): “Si la muerte no se lo hubiera llevado, la novela de Mora sería inefable compañera nocturna de Carlos Gardel”.
“La revista “Caretas de Antioquia”, en su edición 1054 de 1935, presenta un extenso reportaje de Gardel, en su párrafo tercero le atribuye esta afirmación: “Mi corazón es argentino, pero mi alma es uruguaya, porque allí nací; además, no recorro el mundo con pasaporte uruguayo?”
“La Defensa”, de Medellín, en su edición Nº 2507 del 21 de junio de 1938, páginas segunda y quinta, transcribe reportajes de amigos personales de Gardel e igualmente una carta, muy extensa, de Jorge Mora. Todos reafirman la nacionalidad uruguaya del cantante.
“Mi fervoroso amigo, el profesor R. Pérez Mantilla, con motivo de sus investigaciones filológicas, ha entablado amistad epistolar con los escritores argentinos Jorge Luis Borges y Emilio (sic) Sábato. Coincidencialmente y casi, podría decirse, forjado en un criterio de autoridad, ambos hablan a Pérez Mantilla del “uruguayo Carlos Gardel”.
“Pero es más: Jorge Mora, en su archivo gardeliano, por cierto muy nutrido, conserva el original de una carta que con fecha 18 de junio de 1934 le envió Carlos Gardel y en la cual éste cariñosamente le dice: “Jorgito, no sabés cuánto añoro el cielo de mi tierra, mi tierno Uruguay”.
“He querido con estas líneas, elaboradas sobre documentos incontrovertibles, dar un aporte al fin de la ya necia polémica sobre la nacionalidad de Carlos Gardel.
“Para mayor precisión he citado números y fechas exactos de las publicaciones en referencia que son consultables en las hemerotecas del país”.
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¡Gracias, Don Luciano Londoño López, por sus permanentes aportes a la verdadera biografía gardeliana!!
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COMENTARIO
Las declaraciones que Mario Velez Restrepo pone en boca de Carlos Gardel en 1935, son muy similares a las del mismo Gardel a la revista barcelonesa “Popular Film” de 1933.
En ambas notas, el cantor confiesa su verdadera nacionalidad: URUGUAYA, entendiendo que se lo suponga francés porque ésa era la nacionalidad de su madre adoptiva.
Con respecto a la confesión que hace en su carta sobre lo que extraña “el cielo de mi tierra, mi tierno Uruguay”, coincide con las declaraciones hechas a la revista “Caretas de Antioquia”, en su edición 1054 de 1935, a la que declara: “Mi corazón es argentino, pero mi alma es uruguaya, porque allí nací; además, no recorro el mundo con pasaporte uruguayo?”.
La reafirmación de que la patria de Berta Gardes no era la suya, la tenemos en la carta que Carlos escribió a Armando Defino en 1934, en la que dice:
… “Claro que para comprar una casa ha de ser una bien “bacana”, en la Riviera, por ejemplo… ¡Qué dique y qué satisfacción para la vieja, vivir allí, entre “cambas”, volviendo a su patria todos los veranos, luego de haberse alejado sola y pobre de su tierra, cuando era más muchacha…!”
Martina Iñiguez
Subpáginas (13):
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* CERTIFICADOS DE DEFUNCIÓN DE GARDEL - Por Luciano Londoño López
* GARDEL y el viaje con sus restos Medellín-Buenaventura - Por Luciano Londoño López
* GARDEL Y LA SACO - Por Heriberto Fiorillo
* EL ENTIERRO DE GARDEL EN MEDELLÍN - Por José Gobello
* GARDEL, RENACEN LAS CENIZAS - Por Germán Antía - Gentileza del periódico "El Colombiano"
* HECHOS HISTÓRICOS RELACIONADOS CON EL ACCIDENTE EN QUE FALLECIÓ CARLOS GARDEL - Por Luciano Londoño López
* HISTORIAS PARALELAS: lo que ocultó el funeral de Gardel - Luciano Londoño López
* LAS PLUMAS DE GARDEL - Por Reinaldo Spitaletta
*¿ERA MASÓN GARDEL? - Testimonios de Roberto Ughetti
* MEDELLÍN - La tragedia - El inventario - Tomado de la página LoPaisa. com - ANTIOQUIA POSITIVA
* LA PARTIDA DE DEFUNCIÓN DE GARDEL - Diario EL PAÍS, 23 de setiembre de 2005
* GARDEL Y MEDELLÍN - Revista La Canción Moderna - Julio 1935 - Juan Angel Russo