Soneto
Suene, guitarra, suene tu madera.
Guarden las cuerdas ánimas con rima.
Sea el bordón sustento de la prima.
¡Así, el vibrar del trémolo se oyera!
Que unas manos se posen a tu vera,
perfiladas las uñas con la lima.
El arte encumbra tan lejana cima;
un valle de mazurcas bien se viera.
Milanos surcarán el horizonte.
Cuerdas de libertad acompasadas.
Nubes de lluvia, cánticos del monte.
Repicad ya, sutiles campanadas;
tocad para que mi ánimo remonte;
recuerdos de otras vidas olvidadas.