Tercetos encadenados (4 estrofas)
Saltan y saltan las inquietas olas,
de base azul y cima espuma blanca,
que en los mares agrestes braman solas.
Crestas que el vendaval costeño arranca;
y en el rudo fragor de la caída,
el barco, libre y viejo, se abarranca.
De babor a estribor, su alma curtida
por los aires ya en calma, ya indulgentes,
en el silencio aguarda la otra vida.
El allanado mar canta a las mientes
y ruega al viento paz en las derrotas;
ser guía de gaviotas y de gentes
sin el cruel deambular con velas rotas.