Microrrelato
CONTEMPLO LAS RAMAS de los árboles al agitarse en este lugar tan lejano, cuando la lluvia cae en forma de lágrimas y el frío penetra entre las rendijas de la ventana.
Qué cercano en el tiempo y qué remoto percibo el calor de tu sonrisa.
¿Llegará el día en que pueda regresar, ya sin la marca de la acerba sombra familiar? ¿Sentiré esa mirada ámbar, ahora cautiva; melena al viento bajo el cielo, con el horizonte y las estrellas como únicos vigías?...
Escucho la respuesta en la tormenta.