15 versos
(Dedicado a Paco de Lucía)
Alcé la mirada.
Desde el cielo de estrellas
se oía un rasgueo lejano.
Y al sentirlo más próximo
se hizo trémolo y brío.
Miré la luna.
Allí, en el Lago de los Sueños,
entre bordones y agudos,
lucía el artista ceño fruncido;
no era enojo, sino inspirada el alma;
vértigo en los dedos,
paz en sus manos.
Bajo los ecos de Almoraima,
Tío Sabas y Casilda,
el universo fue guitarra.