Tercetos encadenados 13 versos
Es el clamor del gallo noche eterna,
que añora el lento anuncio de la aurora;
llora a la copla ufana que aún hiberna.
Mas las musas se harán, en feliz hora,
de la incipiente luz formales dueñas;
donde toda esperanza agreste mora.
Por el viento hablará el gallo con señas;
cacareará feliz al mar y al cielo.
Con los cantares su alma irá a las peñas.
Los campos cubrirá de ritual velo;
ese mensaje ignoto que dispersa
y ante la sombra guarda con recelo.
Su voz ya rendirá a la noche adversa.