80

— Ya es suficiente, monje — le dijo.  

Lu lo miró indignado.  

—Le pago por lo que bebo. ¿Quién le manda inmiscuirse?  

—¿Cuánto más quiere?  

—Tráigame otro cubo lleno.  Al mesonero no le quedó sino obedecer. Y en poco tiempo, Sagaz vació el nuevo recipiente. 

Luego metió en su sotana una pierna de perro que no había podido terminar.  

—Quédese con la plata sobrante — le dijo al salir —, Regresaré mañana por más.  

El asustado propietario quedó pasmado y boquiabierto, mirando a Lu dirigirse hacia el monte Wutai.  

A medio ascenso de la ladera, Lu se sentó en el pabellón y descansó. 

Allí el vino empezó a hacer sentir sus efectos. 

Dando un salto, se lamentó: “Hace mucho que no tengo un buen entrenamiento. 

Mis articulaciones se están volviendo rígidas y crujientes. Lo que necesito es un poco de ejercicio”.  

Es así que salió del pabellón, tomó el borde de cada una de sus mangas con la mano opuesta y empezó a balancear sus brazos con vigor, de arriba a abajo, de izquierda a derecha, cada vez con mayor fuerza. 

De pronto, por accidente, un brazo golpeó contra un poste del pabellón. El poste se partió con un fuerte crujido, y la mitad del pabellón se desplomó.

Dos guardianes escucharon el ruido y treparon a un lugar propicio para echar una mirada, y desde allí vieron a Lu tambaleándose cuesta arriba.

— Ay! — exclamaron —. 

¡Ese bruto está borracho otra vez!  Cerraron la puerta y la trancaron. 

Por una rendija observaron a Lu avanzar. 

Cuando descubrió que la puerta estaba cerrada la golpeó varias veces con los puños. 

Pero los porteros no se atrevieron a permitirle el paso.  

Lu golpeó un rato, en vano. De pronto advirtió un ídolo guardián budista en el lado izquierdo de la puerta.  

— Eh, gran individuo inútil! — gritó Lu —. 

¡En vez de ayudarme a golpear la puerta, levantas tu puño y tratas de asustarme! 

¡No te tengo miedo!  

Saltó sobre el pedestal y arrancó la valla como si se tratara de chalotes.

Empuñó un poste roto y lo golpeó contra la pierna del ídolo, haciendo  caer una lluvia de oropel y yeso.