Desde la antigüedad, la humanidad ha obtenido directamente de las plantas numerosas sustancias que se han utilizado con fines curativos. También los laboratorios farmacéuticos han recurrido al mundo vegetal para obtener muchos de sus productos. Pero, con el desarrollo de la industria química y las nuevas posibilidades para probar los nuevos compuestos de forma rápida y económica, la industria farmacéutica está buscando nuevos horizontes. Así, hace ya unas décadas que el campo de búsqueda se amplió hacia el inmenso laboratorio que suponen los mares y océanos. Pero, los investigadores también han llevado su atención hacia la obtención de fármacos a partir de los mortíferos venenos de las serpientes.

El veneno de las serpientes

Las serpientes son criaturas tranquilas, pero a las que nadie se atrevería a molestar. Pequeñas cantidades del veneno que segregan en una mordedura (en muchos casos, apenas una gota) resultan tremendamente mortíferas y pueden llegar a causar, en poco tiempo, la muerte de una persona adulta.

Las serpientes producen su veneno en unas glándulas que se sitúan a los lados de su mandíbula.. Cuando atrapan a una presa y aprietan la mandíbula, la presión sobre las glándulas hace que se segregue el veneno, que penetra en la presa, unas veces directamente y otras a través de los colmillos huecos.

La acción mortífera del veneno puede llevarse a cabo a través de varios mecanismos. En unos casos bloquean receptores específicos de la pared de las células, en otros bloquean proteínas presentes en el flujo sanguíneo. En ocasiones, provocan la muerte de la víctima por asfixia al impedir la contracción de las células musculares, bloqueando los canales de transmisión de las señales nerviosas. Otros venenos provocan una degradación de la pared de los vasos sanguíneos y dan lugar a hemorragias múltiples en el organismo.

De los venenos a los fármacos

El estudio de la estructura molecular de las toxinas presentes en estos venenos y de su evolución genética está ayudando a la búsqueda de nuevas aplicaciones médicas para estas sustancias. En la actualidad, por ejemplo, se está trabajando con una sustancia hallada en el veneno de la serpiente Taipán, que puede ayudar en el tratamiento de la insuficiencia cardiaca congestiva. Se trata de una sustancia que puede ayudar, de forma específica, a relajar los vasos sanguíneos que rodean al corazón, sin riesgo para otras partes del cuerpo.

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