Medicina deportiva

Un problema de pobres. La medicina deportiva aplicada todos los ciudadanos

David García (Julio 2002)

La tecnología aplicada a los deportistas de elite puede ayudar también al resto de la sociedad al introducirse dentro de la sanidad pública.

Álvaro Benito, jugador del Real Madrid, tras un partido con la selección española sub 21 vio truncada su carrera futbolística tras chocarse con otro jugador en una disputa de balón. Todo esto ocurrió ya hace tres años y ha supuesto para él un freno hacia su posible triunfal carrera futbolística.

Una sociedad para ricos

Hasta ahora los afectados por este problema tenían dos opciones: acudir a la medicina privada o marchar a Estados Unidos para ser operados; ambas solo al alcance de unos pocos agraciados con el “don” del dinero. Álvaro podía permitirse el lujo de viajar a EE.UU. y someterse a la operación y a los tres años volver a jugar al fútbol con normalidad; pero, sin embargo, Mariano no.

Pese a todo, el pasado día 22 de febrero del 2002, la cirugía de la elite futbolística y la sanidad pública dieron un paso adelante con la incorporación de una técnica hasta ahora solo aplicada a unos pocos, ya que por alguno motivo, para mi desconocido, solo son los opulentos los que pueden acceder a un avance que parece ser,solo debe beneficiarles a ellos.

El don de la indignación

Mariano, después de los 7 años de espera, a diferencia de los tres de Álvaro, muestra indignación al no haber podido jugar con sus hijas, hoy de 15 y 12 años por culpa de una lesión que, con unos pocos euros más en el bolsillo, le podría haber supuesto menos de la mitad del tiempo del que le ha llevado recuperarse de su lesión. Pero como se dice vulgarmente en la calle “más vale tarde que nunca” Mariano se beneficiará de una nueva técnica llamada artroscopia que reduce la incisión en la zona afectada, y a su vez todo tipo de riesgo en torno a ella.

Parece mentira que en una España en la que su presidente expresa continuamente que “va bien” se den tales diferencias entre ricos y pobres, y que una técnica de bien común, que no sólo, como hemos visto, beneficia a los ricos se deje en manos de éstos para poder corromper la técnica y llevarla a la manipulación. Ricos y pobres la necesitan: ¿por qué no? ¡Démoselas!.