6. ¿El modelo de Böhr para el átomo de hidrógeno es aplicable a otros átomos?
El modelo de Böhr sólo permitía explicar suficientemente bien el espectro del Hidrógeno, sin embargo fallaba con los demás átomos. En primer lugar, los valores calculados de los números de onda eran algo mayores que los experimentales, pues al aumentar el número atómico, el valor de R de la fórmula de Rydberg no era constante, sino que crecía ligeramente. Otro de los inconvenientes surge con espectrógrafos de mejor poder de resolución al encontrarse que muchas de las rayas espectrales eran en realidad dobletes, tripletes... (dos, tres o más rayas muy próximas entre sí). Por otro lado, si el átomo se coloca en un campo magnético, algunas rayas simples se desdoblan a su vez, lo que se conoce por efecto Zeeman.
Todo ello indica que el modelo de Böhr no es completamente satisfactorio. En efecto, los multipletes sugieren que deben existir más niveles que los dados por este modelo de Böhr. Sommerfeld y Wilson atacaron este problema, introduciendo más cuantizaciones, a través de órbitas elípticas, próximas a las circulares, pero el problema se pasó al otro lado, pues con el nuevo tratamiento teórico se debían identificar todavía más líneas. En ese momento nos "sobraban" transiciones electrónicas, es decir, los espectros tenían menos líneas de las esperadas por Sommerfeld (Morcillo, 1981).
De cualquier modo y a pesar de sus carencias, el modelo de Böhr constituyó el inicio del enorme avance de la física en la década de 1920, que culmina con la mecánica cuántica y el modelo atómico que hoy sigue vigente.