I.S.S.N.: 1579-1149

nº 45, abril 2008

La lata misteriosa (Repuls-8)

A. Cañamero

Todos tenemos en casa latas de refresco de las que bebemos el contenido y luego tiramos el envase al contenedor amarillo, para que pueda ser reciclada. Pero antes de realizar este gesto ecológico podemos aprovechar para jugar y aprender. Con pequeños conocimientos de electrostática conseguiremos que las latas se muevan, sin tocarlas en ningún momento.

Material

    • Latas de refresco vacías

    • Globos

    • Paño de lana

¿Qué hacemos?

Colocamos la lata encima de una mesa o en el suelo. Inflamos un globo y lo frotamos bien con una paño de lana (también sirve un jersey, prendas acrílicas, etc.). Al acercar el globo a la lata, sin tocarla, observaremos que ésta empieza a moverse hacia el globo, si vamos retirando el globo la lata intentará acercarse a él y conseguiremos que haga un pequeño recorrido.

Si tenemos un compañero podemos hacer carreras de latas para ver quién hace un recorrido mayor.

¿Por qué ocurre esto?

Los globos se electrizan fácilmente, es suficiente con frotarlos con un paño de lana. Al frotar, algunos electrones (cargas negativas) del paño pasan al globo, quedando entonces éste cargado negativamente.

La lata es de aluminio, está formada por muchos átomos que contienen cargas positivas (protones) y negativas (electrones) repartidas uniformemente por todo el metal, neutralizándose mutuamente.

Al acercar el globo a la lata, los electrones del globo repelen a los electrones de la lata de forma que en la parte de la lata cerca del globo habrá un exceso de cargas positivas y, en el lado contrario, de cargas negativas. Como cargas positivas y negativas se atraen la lata será atraída hacia el globo.