Pasatiempos

(nº 16, Mayo-2002)

Sexo gratis (entrar) (PS-16)

J. L. López Lasala

Non le dice al tendero: "Me ha dicho mi madre que me dé una barra de pan y, si tiene huevos, dos docenas." ¿Por qué vuelve Non a su casa con veinticinco barras de pan?

Por supuesto, esta broma no es un problema y sólo una mente con tendencia a la perversión podría relacionarla con el reclamo del título. ¿Entonces? Entonces, conocida la tenaz disponibilidad del género humano hacia el sexo y la necesidad de nuevos lectores para la revista, me he permitido este inocente engaño, quizás a costa de alguna pequeña decepción. Hoy no pensaba hablar de sexo, sino de comida. Si pan y huevos no fueron suficientes, agáchense, porque ahí va la tarta:

¿Cuál es el mayor número de porciones que podemos conseguir de una tarta con seis cortes rectos?

VISTA FRONTAL

VISTA DE PÁJARO (primer corte)

Hambre y sexo… En la satisfacción de estos instintos el hombre se comporta al revés que los animales: éstos siempre están dispuestos para comer, pero sólo se abandonan al amor en la época de celo, permaneciendo célibes el resto del año; el hombre, por el contrario, procura tener regulado su horario alimenticio y, en cambio, para lo otro está listo en todo momento. (Incluso cuando creía que sólo le interesaba echar un vistazo a una aséptica revista de ciencias.) Por eso no tenía razón mi profesor de Estampas naturales al comentar en clase la foto de un mono comiéndose una pera, ejemplo, según él, de comportamiento humano; ni la tiene mi profesora de Estampas urbanas, cuando dice que parecen animales salvajes las parejas que se besan en la calle. ¡Qué halago para nuestra razón comprobar que no compartimos hábitos con los animales inferiores!

Pero no nos engañemos: todos hemos visto caras de alimañas y de besugos, ojos de oveja, cuellos de jirafa, risas de pájaro, vientres de anfibio y movimientos de araña y de gusanos; hombres y mujeres como ratones, cerdos, focas, aguiluchos, burros (burritos), gallinas, chotos, víboras, cabras, cabrones, zorros o zorras; tenemos un profesor que anda como un pato y una compañera que se sienta como una clueca; alguna vez descubrimos un ademán furtivo que era aletazo o zarpazo; también, es cierto, hemos gozado mimos y arrullos de paloma… Y si la variopinta fauna se asoma con tanta claridad y frecuencia al humano gesto, es muy probable que la polémica especie descendiente del homo sapiens no ande tan lejos del maravilloso mundo de las bestias irracionales. A pesar de sus tres comiditas al día y de su insaciable apetito sexual.

Fdo: El burrito non

Para resolver el problema de la tarta es preferible no cortarla al azar y descubrir la regla que nos dará el mayor número de partes para cualquier número de cortes.

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