¿SABES EXPLICAR POR QUÉ...la contaminación debida a los residuos radiactivos no desaparece?
Algunos elementos no son estables indefinidamente y sus átomos sufren ciertas transformaciones que englobamos en el fenómeno de la radiactividad, exclusivo del núcleo atómico. De este modo, cuando un núcleo emite radiación α o β se trasforma en otro distinto, o cambia de estado si emite rayos γ. Este hecho se conoce como desintegración. Es un proceso aleatorio y ha de estudiarse estadísticamente.
Si llamamos No al número inicial de átomos de una muestra radiactiva, el número N de átomos que aún permanecen sin desintegrar en un instante t viene dado por la ley de emisión radiactiva (o ley de la desintegración):
siendo t el tiempo transcurrido y 8 la constante radiactiva, propia de cada sustancia, que mide la probabilidad de la desintegración. Esa misma expresión también puede aplicarse a las masas inicial (mo) y actual (m) de la sustancia:
Es evidente que si representamos N o m frente a t obtendremos una curva decreciente, como corresponde a una exponencial de exponente negativo, de la forma:
Analizando la gráfica, concluiremos que por mucho tiempo que transcurra, la curva nunca cortará al eje de abscisas, pues constituye una asíntota. Eso significa que la cantidad N nunca podrá ser nula, aunque a partir de un determinado momento se acercará mucho a cero.
Por esta razón, los residuos de elementos radiactivos se han de conservar en recipientes especiales y alojados en instalaciones subterráneas con grandes medidas de seguridad. Según la actividad radiactiva de los mismos se clasifican en residuos de baja o alta intensidad y se destinan a un tipo de almacenamiento u otro. En España existe un almacén de residuos nucleares de baja intensidad localizado en El Cabril, provincia de Córdoba.