I.S.S.N.: 1579-1149

nº 35, abril 2006

Barcos y submarinos

M. A . Gómez

Vamos a ver cómo una reacción química puede ayudarnos a propulsar un "barco" muy ligero o a hacer que una "submarino" suba y baje dentro del agua.

¿Qué necesitamos?

  • Una pajita

  • Un clip

  • Un recipiente con agua

  • Levadura en polvo (levadura química)

¿Cómo lo hacemos?

Corta un trozo de pajita (5 ó 6 cm) y cierra uno de sus extremos calentándola cerca de una llama, con cuidado de que no llegue a prender (PRECAUCIÓN: esta operación debe realizarse siempre con ayuda de un adulto).

Instrucciones para el sellado de una pajita

Rellena la pajita con la levadura, sin que llegue a estar llena del todo. Compacta la levadura con unos golpecitos y pon una gota de agua para que al dar la vuelta no se salga de la pajita.

Introduce la pajita en el interior del recipiente con agua

Pueden ocurrir dos cosas:

a) Que la pajita flote. Entonces observa cómo cuando la levadura entra en contacto con el agua empieza a desprender burbujas y la pajita se pone en movimiento.

b) Que la pajita se hunda. Observarás que se desprenden algunas burbujas y, de repente, la pajita sube hasta la superficie. Al llegar suelta una gran burbuja de la parte inferior y vuelve a hundirse. Repetirá la maniobra varias veces.

Si no se hunde, puedes poner un clip que sirva de lastre y observar lo que ocurre.

¿Por qué ocurre esto?

La levadura química está compuesta fundamentalmente por la mezcla de dos sustancias químicas en polvo: bicarbonato de sodio y pirofosfato ácido de sodio (en algunos casos, ácido tartárico).

Estas dos sustancias, un ácido y una base, cuando se disuelven en el agua reaccionan entre si, produciendo dióxido de carbono gaseoso. Puede verse que en contacto con el agua se desprenden burbujas. En la pajita, al ir desapareciendo el sólido y ser sustituido por el gas dióxido de carbono se va expulsando también agua, disminuye la densidad y llega un momento en que se hace menor que la del agua. la pajita, entonces, sube hasta la superficie. O, si ya flota, el dióxido de carbono al desprenderse impulsa la pajita.

Al llegar a la superficie, la presión del agua es más pequeña con lo que el dióxido de carbono tiende a ocupar más volumen. Además, al tocar la superficie, tiende a inclinarse. La combinación de estos dos factores hace que se desprenda una burbuja de gas y entre en su lugar agua. La densidad vuelve a hacerse mayor que la del agua y la pajita vuelve a hundirse.