El rincón de la Ciencia

nº 3, Noviembre de 1999

Ciencia e Historia

DEMÓCRITO

N. Romero

Nació alrededor del 460 a. de C. en Abdera, colonia jónica de la costa de Tracia. La tradición le atribuye cien años de vida o más. En todo caso fue contemporáneo de Sócrates y vivió buena parte de su vida en el siglo IV a. C.

Las fuentes antiguas nos cuentan que realizó muchos viajes por Egipto, Persia y Mesopotamia, donde habría tenido contactos con magos persas y sacerdotes egipcios y caldeos, que le habrían introducido en sus saberes. Estuvo también en Atenas, donde, según él mismo afirma, nadie le reconoció. No entró, pues, en relaciones estrechas con esta ciudad. Hacia el 420 a. de C. fundó su propia escuela filosófica en la ciudad de Abdera, como continuación del que se considera su maestro, Leucipo, creador de la teoría atomista. A Demócrito debemos la sistematización y desarrollo de esta teoría. Sabemos que escribió numerosas obras en un estilo elegante y cuidado, las cuales abarcaban desde la matemática hasta la agricultura pasando por la filosofía natural, la cosmología, la ética, la música, la literatura y la pintura. Pero de toda esta producción sólo nos quedan unos trescientos pequeños fragmentos, la mayor parte de los cuales son reflexiones morales. Además de ser uno de los más importantes filósofos de su tiempo, Demócrito fue un sabio y curioso universal y un matemático notable. En este aspecto las fuentes posteriores nos hablan de sus aportaciones a la geometría, siendo uno de los primeros, según Vitrubio, en ocuparse de la perspectiva.

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